Se trata de la primera vez que se dedica una muestra a este teatro, capítulo importante de la identidad cultural de la ciudad desde su condición de testigo y parte activa de la evolución de la industria del espectáculo y los gustos del público en la Valencia moderna y contemporánea.

El Teatro Olympia abre sus puertas el 10 de noviembre de 1915, manteniéndose desde entonces en funcionamiento de manera ininterrumpida. Y en manos privadas, algo que la distingue de las salas más antiguas que perviven en nuestra ciudad.  Aunque inaugurado como teatro, en 1923 se transforma en sala cinematográfica por la mayor rentabilidad y tirón del celuloide, entre otros. Setenta y un años después, vuelve a programar teatro por la pérdida de espectadores que sufren las salas de cine tradicionales.

Comisariada por la gestora cultural e historiada Antonia Picazo, esta exposición “supone un reconocimiento a la historia del Olympia y al mismo tiempo constituye una oportunidad para acceder a obras que nunca se habían mostrado al público”, señala. Es el caso de un cartel modernista del artista J. Bellver, propiedad del coleccionista Díaz Prósper, o programas de teatro y de cine cedidos por los coleccionistas Rafael Solaz y Juan Monsell. También figuran fotografías de pioneros del fotoperiodismo como Barberà Massip, Lázaro Bayarri o Luis Vidal, así como de maestros del reporterismo cultural de la posguerra como Antonio Calvo y, más recientemente, José Marín, Daniel García Sala, El Flaco, Miguel Lorenzo, José Aleixandre, Manolo Molines o María Ángeles Valenciano. Por su parte, la asociación Valentiga ha colaborado en las labores de documentación.

La exposición se despliega de manera cronológica en torno a los grandes momentos vividos por el Olympia, arrancando con la rápida consagración de la sala como teatro de moda y foco de modernidad en la ciudad, para continuar con su etapa cinematográfica. Una etapa en que, bajo la batuta del empresario Ángel Pérez del Vall en primer lugar y, a partir de los años 50, del exhibidor Enrique Fayos, el Olympia devino uno de los cines de estreno más concurridos de la ciudad.

Cierra la muestra una selección de momentos capturados frente a su escenario en los últimos treinta años a modo de resumen del medio millar de compañías de prestigio que han recalado en él tras su transformación, de nuevo, en teatro. Un teatro que, con la incorporación a su dirección de Enrique y María Ángeles Fayos, se ha alzado entre los primeros del Estado en cuanto a número de espectadores.

Más allá de la habilidad mostrada por los sucesivos empresarios responsables del Olympia para casar los resultados artísticos con los comerciales, la exposición permitirá apreciar una faceta normalmente desapercibida: la estrecha complicidad con el tejido cultural valenciano mantenida por todos ellos. Apoyo del que se beneficiaría la industria audiovisual valenciana del primer tercio de siglo con Cifesa a la cabeza, así como compañías y creadores escénicos con capacidad para congregar públicos amplios y asegurar el equilibrio presupuestario, requisito imprescindible para la iniciativa privada, como es el caso.