La Universitat presenta la exposición ‘Alfaro-Fuster. Assaig amb els dits’ en la Sala Martínez Guerricabeitia de La Nau

  • Fundación General UV
  • 24 octubre de 2017
 
Anacleto Ferrer (izquierda) y Artur Heras.
Anacleto Ferrer (izquierda) y Artur Heras.

La Universitat de València ha inaugurado este lunes, día 23 de octubre, la exposición ‘Alfaro-Fuster. Assaig amb els dits. Escultures. Escrits. Dibuixos’, un proyecto ambicioso, entrañable y brillante dirigido por el artista Artur Heras y el profesor Anacleto Ferrer. La muestra, que se podrá visitar en la Sala Martínez Guerricabeitia del Centre Cultural La Nau hasta el próximo 14 de enero, reúne más de 50 dibujos, además de esculturas y bocetos, que Alfaro realizó sobre el escritor de Sueca.

Organizada por la Col·lecció Martínez Guerricabeitia de la Fundació General de la Universitat de València y el Centre Cultural La Nau, la exposición ha sido presentada en rueda de prensa este lunes por el vicerrector de Cultura e Igualdad, Antonio Ariño; el director de Actividades de la Col·lecció Martínez Guerricabeitia, José Pedro Martínez; y los dos comisarios, Artur Heras y Anacleto Ferrer.

El vicerrector Antonio Ariño ha destacado “la interrelación y el sentimiento de amistad y afinidad entre Alfaro y Fuster, que se hacen patentes en cada una de las obras expuestas”; y ha recordado que el origen de esta relación tuvo lugar precisamente en “estos espacios”, los de la Universitat de València, a través del club universitario. Además, ha añadido que ‘Alfaro-Fuster. Assaig amb els dits’ es una muestra que va “de lo íntimo, por su relación personal tan estrecha, hasta lo colectivo, porque ambos han contribuido con su obra a orientar el futuro”. Es, en definitiva, “un proyecto entrañable al tiempo que extraordinario”, ha concluido.

Por su parte, José Pedro Martínez ha explicado que este proyecto se enmarca en la línea expositiva de la Col·lecció Martínez Guerricabeitia ‘Contextos’, con la que una exposición sirve como contexto de la colección desde un punto de vista temático; y ha hecho hincapié en el inicio de la amistad entre artista y escritor, en los años 60, que coincidió con el periodo en que Jesús Martínez Guerricabeitia empezó a crear su colección.

En su intervención, Artur Heras ha subrayado que tanto la exposición como la publicación del catálogo son “muy especiales” por su “gran carga sentimental, llenos de emociones y de vivencias”: “Yo fui amigo de los dos y disfruté de su sabiduría”, ha dicho; y ha descrito a ambos como dos personas dispares unidas por la admiración intelectual y artística mutua.

El profesor Anacleto Ferrer se ha referido al doble sentido de la palabra “dits” dentro del título de la exposición: “El ensayo es un género no dogmático que aquí se convierte en una experiencia compartida desde dos ángulos: la admiración de Alfaro hacia Fuster por su inteligencia y amplitud de miras, y la de Fuster hacia Alfaro al descubrir en el artista la belleza de su trazo”.

En el mismo acto se ha presentado el catálogo de la exposición. Diseñado por Artur Heras y Pablo Mestre, firman los textos los dos comisarios, Francesc Pérez Moragon y Raimon. Además de la obra, la publicación incluye cuatro textos de Alfaro a Fuster y nueve textos de Joan Fuster escritos para exposiciones de Andreu Alfaro, siete de los cuales son inéditos y han sido cedidos por el archivo familiar: “Es interesante porque aquí Fuster realiza un recorrido por las artes plásticas a partir de la progresión de un único artista: Andreu Alfaro”, ha señalado Ferrer.

Palabras y dibujos
El arte y la palabra se aúnan en un único espacio a través de cerca de un centenar de piezas entre dibujos, esculturas, bocetos, libros, fotos y publicaciones, que se exponen por primera vez para relatar, a modo de ensayo, la relación entre dos genios valencianos: Andreu Alfaro y Joan Fuster. Ambos cosecharon una gran amistad que les permitió entrelazar figuras y pensamientos, y ahora todo aquel imaginario toma forma física para alimentar el intelecto y las emociones de quienes lo contemplan.

Una selección cuidada de manos de los comisarios, Artur Heras y Anacleto Ferrer, permite al espectador inmiscuirse en las vidas cruzadas de los dos protagonistas, un encuentro producido por la palabra y los grafismos; por el dibujo y el texto.

Esta exposición pretende ser un escenario sobre el que artista y escritor dialoguen a través de escritos, artículos y correspondencia mantenida a lo largo de años. “Si Joan Fuster ilustró, él mismo, algunos de sus libros de poemas, Alfaro dibuja en 1959 la antología de cuentos infantiles reunida por Fuster y le homenajea en varias esculturas. La primera en el año 1961 y las más recientes de finales de los 90 y primeros 2000. Durante casi cinco décadas intercambiarán ideas y emociones que mostrarán con la intensidad e ironía de los aforismos y con la levedad y elegancia de la línea dibujada en el papel o en el espacio. Manteniendo siempre la admiración mutua y una incondicional amistad”, explican Heras y Ferrer.

Los dibujos de Alfaro se presentan “al modo clásico, del natural”. Así se refieren a ellos los comisarios en el catálogo de la exposición: “Modulando poéticamente la línea con la que se determina unos fondos (‘en blanco’) que constituyen la urdimbre espacial de un mundo que al mismo tiempo es aéreo y material, o si se quiere físico y metafísico”.

“Alfaro dibuja para descubrir, su trazo es seguro y su enunciación sencilla, una escritura gráfica sin pleonasmos; no parece interesarle la obra ‘acabada’, sino la exploración, la tentativa, la probatura; en definitiva: el ensayo”, afirman.

“El ensayo”, un término que, “sugiere, por un lado, la proximidad de la experiencia y, por otro, una práctica experimental capaz de adentrarse sin prejuicios en territorios desconocidos”. “Un registro de acontecimientos diversos y mudables, y de imaginaciones indecisas y, en algún caso, contrarias”. Los comisarios recuerdan que esta característica del género literario ya la formula aforísticamente Fuster quien dijo en una ocasión: “Alguien ha dicho que es imposible que un ensayo sea demasiado breve. Quizás. El ensayo perfecto sería aquel que constase de una sola palabra. De la palabra ‘ensayo’, nada más, por ejemplo”. Así pues, concluyen: “Esta aspiración a la brevedad, a la economía expresiva y a la máxima disponibilidad de sentido hermana el ensayo de Fuster con el dibujo de Alfaro”.

 

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