La Universitat de València ha finalizado las tareas de instalación y configuración de sistemas de medición y seguimiento de la concentración de CO2 en todos sus centros.

Los sistemas instalados se basan en la colocación de más de un millar de sensores que transmiten información sobre la calidad del aire a unos servidores de datos, que forman parte del Centro de Proceso de Datos (CPD) de la Universitat de València. Estos sensores son de tipo NDIR, basados en infrarrojos, y permiten una mayor precisión que el resto de las alternativas tecnológicas existente en el mercado, que también se han evaluado.

Debido a la diversidad del centenar de edificios que forman parte de los tres campus de la Universitat de València (Campus Blasco Ibañez, Campus de Tarongers y Campus Campus Burjassot) al que se suma el Campus de Ontinyet en la Vall d'Albaida, la universidad ha trabajado en diferentes líneas de actuación para la implantación de estos sistemas. Concretamente, se han integrado nuevos módulos y sensores de medición en centros docentes ya que contaban con sistemas de control inteligente de los edificios. Por otra parte, en edificios más antiguos (incluidos el edificio histórico La Nau construido en el siglo XV) se han instalado infraestructuras completas inalámbricas, mínimamente invasivas, que permiten monitorizar los niveles de concentración de CO2 en todas las estancias.

A partir de este sistema, la Universitat de València puede conocer en tiempo real los niveles de concentración de CO2 en las aulas y espacios de sus centros docentes, investigación, culturales o de administración. Además, se pueden analizar las tendencias de concentración de CO2, definir alarmar y ejecutar protocolos de ventilación de espacios a partir de datos objetivos. Dichos datos permiten, entre otras acciones, la correcta instalación y utilización de purificadores de aire que la Universitat está instalando de forma discrecional en los espacios. Estos purificadores tienen una eficacia de más del 99,0% en la eliminación de virus, bacterias, partículas y polvo, y son totalmente eficaces en espacios cerrados

Con esta medida, la Universitat de València incrementa la seguridad frente al coronavirus de los más de 50.000 estudiantes y 5.000 empleados que forman su comunidad universitaria, mejorando la calidad del aire en todos sus centros.