Unidades de la conversación

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Cuando el gramático se enfrenta al análisis de una oración sea simple o compleja, su objetivo consiste en establecer orden ante la retahíla de palabras que pueda haber. En esto consiste la Sintaxis oracional: en establecer qué elementos se relacionan entre sí y delimitar una jerarquía entre ellos.


Aceptando esto como premisa, podemos decir que un objetivo fundamental de la Sintaxis coloquial es establecer las unidades mediante las cuales se estructura la conversación. Detrás de todas las series de enunciados que, a priori, parecen inconexos entre sí, existe un orden que los teóricos han de saber describir y estructurar al igual que se actúa ante el análisis de una oración por muy compleja que esta sea.


Las unidades de la conversación se definen en torno a tres dimensiones que son el orden estructural (al que pertenecen el diálogo, el intercambio, la intervención y el acto), el orden social (al que pertenecen el turno y la alternancia de turnos) y el orden informativo (al que pertenece el subacto).


Asimismo, cada una de estas unidades se definen según dos niveles, a saber, el nivel monogal (al que pertenecen la intervención, el acto, el turno y el subacto) y el nivel dialogal (al que pertenecen el diálogo, el intercambio y la alternancia de turnos). Véase Briz y Grupo Val.Es.Co. (eds.) 2000, Briz, A. (2000e), Briz (2003b), Briz y Grupo Val.Es.Co. (2003b), Hidalgo Navarro, Antonio (1998c), Hidalgo Navarro, Antonio(2003c),y Padilla García, X.A., (2003).


Así pues, la intervención es definida como "unidad monológica máxima estructural, asociada al cambio de emisor que se caracteriza por ser o por provocar una reacción lingüística". Cuando dicha intervención es aceptada, entonces se entiende que el emisor ha sido reconocido como hablante. En estas circunstancias, hablamos de turno que se define como "unidad social, responsable de la progresión conversacional, caracterizada por ser un lugar de habla rellenado con emisiones informativas aceptadas por los interlocutores mediante su atención manifiesta y simultánea". En consecuencia, hay una relación implicativa entre el turno y la intervención. Todo turno es intervención, pero no toda intervención es turno. Cuando al turno de un hablante, le corresponde el turno de otro (nuevo) hablante, entonces hablamos de alternancia de turnos. El diálogo se define como "unidad dialógica máxima en términos estructurales, limitada por una intervención iniciativa y por una intervención reactiva". Por último, el acto es definido como "unidad estructural monológica, jerárquicamente inferior a la intervención, de la que es su constituyente inmediato, que posee las propiedades de aislabilidad e identificabilidad en un contexto dado" mientras que el subacto sería la "unidad monológica estructural, constituyente inmediato del acto, caracterizada por constituir un segmento informativo e identificable en una conversación".


A través de el establecimiento, no solo se consigue un análisis pormenorizado de la conversación, sino que también se explican fenómenos, algunos de los cuales habían permanecido, tradicionalmente, dentro de la periferia de la gramática como son el orden de palabras, los marcadores discursivos, la distinción entre circunstanciales del enunciado y de la enunciación... y, al mismo tiempo, se da cuenta de otros fenómenos menos atendidos por la gramática como son la atenuación, la intesificación, la fraseología, la deixis, etc
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