Tuve la suerte de
nacer en Quart de Poblet, pueblo de la maltratada Horta de València,
allá por diciembre del 68. Tuve la enorme fortuna de caer
en una familia feliz y numerosa, que me dió los fundamentos
y valores que aún hoy hago servir. A esta herencia he ido
sumando experiencias, conocimientos y amistades, que han ido conformando
cuanto ahora soy. De mi etapa de estudiante yo destacaría
mis caricaturas de don Ernesto. Afortunadamente, no me he roto
nunca ningún hueso, gracias a que de pequeño, cuando
tocaba jugar a fútbol, nadie me quería en su equipo.
Estudié Geografía e Historia, y aún recuerdo
cuando en clases de Historia del arte, mientras todos tomaban
apuntes, yo me dedicaba a dibujar las diapositivas. Que mis sobrinos
se dejen querer como yo los quiero es
una muestra más de mi buena estrella.
He subido tres veces al Puig Campana y me encanta bailar polcas
y mazurcas.
Pensaba que no podía estar mejor, cuando apareció
Alícia, compañera y musa, con quien comparto mi
mejores aportaciones a este mundo: Guillem y
Clara.
Ahora ya se para quién dibujo.