| ANTERIOR |
81 - 88 | SIGUIENTE |
| Ésta,
pues, desde el glorioso umbral de su pimer lustro, niña la estimó el Amor de los ojos que no tuvo. |
84 |
| Creció
deidad, creció
envidia de un sexo y otro, ¿Qué mucho que la fe erigiese aras a quien la emulación culto? |
88 |