• Observaciones: Cintia es otro nombre para la Luna en la mitología. Un papahigo es un gorro de tela que cubre también el cuello y parte de la cara. El verbo calar se usa normalmente con sombreros con el sentido de ajustárselo. En suma, la Luna ocultó su rostro encasquetando a su plenilunio el sombrero de nubes. Al llamar temores a las nubes, Góngora está invirtiendo la metáfora tradicional por la que se llama nubes a los hechos infaustos. El vellorí era un paño de lana sin teñir, cuyo color grisáceo se asemejaba al de las nubes. Así, del mismo modo que otros llaman nubes a los temores (a los malos augurios que se teme que vayan a ocurrir) Góngora llama temores velloríes a las nubes, si bien apunta que a la Luna no le gusta "velloríes", que es una palabra vulgar que hace referencia a un tejido corriente no lujoso, y en su lugar prefiere el cultismo "nublos", mucho más refinado, para describir el color de las nubes. Góngora elude toda responsabilidad por incluir semejante cultismo y explica que es así como prefiere la Luna que se diga. Con el adjetivo "velloríes", la metáfora enlaza perfectamente con la anterior, por la que las nubes forman un papahigo de lana vellorí, mientras que con el adjetivo "nublos" se redondea la inversión del tópico: las nubes son temores de color de nube.
  
  Tisbe no es ajena a todos los malos presagios que ha presenciado en su camino y, asustada, pretende ocultarse en unas ruinas. Notemos que "apelar" es llamar en defensa de uno.

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