La Fotografía Valenciana

Ed. Levante El Mercantil Valenciano

Juan Vergara

La Joven Fotografía Valenciana

En los tiempos difíciles los jóvenes fotógrafos sólo podían darse a conocer en los concursos. Hoy hay varias escuelas de fotografía, las galerías y museos establecen un nexo con los autores históricos y las nuevas tendencias y algunas empresas comerciales apoyan, de una u otra forma, a los nuevos fotógrafos. Quiere ello decir que la situación ha mejorado. Con esas premisas, el tiempo y el sector crítico, la obra de los jóvenes se afianzará o pasará, simplemente, a la pequeña historia local.

El año 1984 es el inicio del apoyo institucional. Organizada por la Dirección General de la Juventud y Deportes de la Consellería de Cultura, la exposición reunió a 12 fotógrafos de diversas comarcas de la Comunidad Valenciana. Hay dos hechos a destacar. El primero es que la mayoría de ellos no se limitan a registrar fotos con ánimo realissta, sino que estos Fotógrafos joves valencians difuminan las formas, dan la apariencia de un dibujo a plumilla, saturan o alteran el color -como Vicent Almar, Emilio Maldonado, Carlos Canet, Ximo Ferri y Josep Manuel Sos-. El segundo hecho es que de todos ellos los que más han continuado con su labor son Paco Martí y Emilio Maldonado, bien que con intermitencias.

Después no hubo continuidad en aquella oferta a los jóvenes. Para paliarlo el año 1989 se convocó la «Muestra de Nuevos Creadores de la Comunidad Valenciana» -por la misma Dirección General de Juventud-, aunque con distintas premísas. Se engloba en los Nuevos Creadores el comic, la escultura, la fotografía y la pintura, siguiendo la tendencia dominante en el mundo de no hacer de la fotografía una expresión aparte, pese a que las técnicas sean propias. En esa edición participaron 54 fotógrafos menores de 30 afíos siendo seleccionado Manuel López Almazán y premiado Luis Contreras Flores (Valencia, 1959).

Algunos Ayuntamientos -Silla, Paterna, Puzol, Quart de Poblet, Chiva.- se han interesado también por la fotografía. Desgraciadamente, el «Premi Senyera» de Fotografía del Ayuntamiento de Valencia, fallado por primera vez en 1988 por un jurado idóneo que reunía a galeristas, comisarios de exposiciones y críticos de arte, no tuvo continuidad y su ganador, Alfonso Herráiz Serrano (Cuenca, 1961) busca su propio camino.

También la desaparecida galería Portokalenia, Agfoval, la Caja de Ahorros de Valencia y otros organismos han apoyado la joven fotografía. Como dato curioso, indicar que en febrero de 1990 tuvo lugar en la Agrupación Fotográfica de Valencia una muestra con una variada oferta: «7 Mujeres Fotógrafas».

Otro marco de referencia es la feria valenciana de arte, Inter-Arte. La celebración en su edición de 1989 por vez primera del Salón de la Crítica dedicado a los fotógrafos fue un intento de poder manifestarse los autores no consolidados. La convocatoria fijaba la elección de portafolios presentados por tres autores entre los presentados. Resultaron seleccionados: Alfonso Herráiz, Enrique Algarra y Luis Contreras,

«La revolución de los electrodomésticos», 1989. Fotografía de Alfonso Herráiz.

con mención especial para «La Agencia».

De las escuelas de fotografía surgen nuevos valores. Unos se profesionalizan -el caso de Luis Antonio Escobedo- y otros, como Eduardo Ferrando, se dan a conocer por otros medios.

De los más jóvenes el más galardonado es sin duda Alfonso Herráiz. Se dio a conocer en 1987 al ganar el primer premio del «ll Concurso Nacional Ferrocarriles de Hierro», de Madrid. Ya he citado su «Premi Senyera» y su selección para el Salón de la Crítica de Interarte, con una galería de retratos de artistas de cromatismo fuerte y formato alterado, de gran poder sugestivo. Siempre se distinguió por encontrar asociaciones con elementos muy diferentes y denota la frescura de aquello que, a pesar de haber sido visto otras veces, resulta nuevo. Es en estos momentos, quizá, el autor que más ha progresado, y del que se esperan nuevas propuestas, sobre todo después de haber expuesto durante el mes de julio pasado en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.

(...) Este repaso esquemático a los nuevos autores, algunos de ellos con un curriculum apreciable, no puede hacer olvidar que las nuevas tendencias no son patrimonio de los jóvenes. Después de 150 años de vida, la química fotográfica está mostrando sus limites y resulta difícil no repetirse. El vídeo, las fotocopiadoras laser, el disefío por ordenador, y todas las convenientes combinaciones de estas técnicas con las fotográficas, facilitan un futuro. La fotografía evolutiva es aquella que no tiene reparos en crear imágenes atractivas o intrigantes a partir de los medios que el desarrollo tecnológico pone en sus manos. Se trata de encontrarse con un público con cada vez menor capacidad de sorpresa y que reniega de los monstruos que algunos artistas les ofrecen.

Entramos de lleno en el arte total. La fotografía, marginada por otros artistas durante muchos años y consciente de su aislamiento, ha llegado a su mayoría de edad y puede parangonarse a nivel expresivo con cualquier otro arte.