BOLETÍN ELECTRÓNICO ANTIMILITARISTA Nº 15 / SEPTIEMBRE 1999 MOVIMENT D'OBJECCIÓ DE CONSCIÉNCIA (MOC València) Roger de Flor, 8 baix (local de Cedsala) - 46001 Valencia - tf (96) 391 67 02 ATENCIÓN: El BEA se distribuye ahora también mediante la lista de correo INFOMOC. Os recomendamos que hagais vuestra suscripción electrónica directamente a esta lista, a través de la cual recibireis además otras informaciones antimilitaristas. Ello agilizará asimismo nuestra tarea: . ------------------------- Este correo te ha sido enviado bien por solicitud tuya, bien porque has tenido alguna relacion con nosotras y nosotros que nos hace pensar que puede interesarte, o bien hemos tomado tu dirección de una fuente de acceso público. Si no deseas seguir recibiéndolo en tu dirección electrónica, por favor, disculpa las molestias y envíanos un mensaje a , señalando en el subject , indicándonos en el cuerpo del mensaje tu e-mail y solicitándonos borrarte de nuestro directorio. Colabora difundiendo el contenido de este boletín por todos los medios posibles. No (c) pero se agradece la citación del origen y de nuestro Archivo BEA en internet como fuente: facilita así la circulación de información y la construcción de redes antimilitaristas. ------------------------- ÍNDICE DEL BEA nº 15 (SEPTIEMBRE 1999): 1/ NOTICIAS * Creación de plataformas contra la militarización de la enseñanza en todo el Estado español. * La guerra reduce el interés de los españoles por el ejército (la convocatoria de 6.000 plazas ha registrado menos de 10.000 solicitudes). * Acciones contra el expo-camión de las Fuerzas Armadas que forma parte de la caravana de la vuelta ciclista. * Encuentro de verano del Movimiento de Objeción de Conciencia. * Seis insumisos-desertores actualmente encarcelados en la Prisión Militar de Alcalá de Henares. 2/ COMUNICADO DEL MOVIMIENTO DE OBJECIÓN DE CONCIENCIA ACERCA DE LA SITUACIÓN EN TIMOR ESTE. 3/ Textos del Grupo por una Suiza sin Ejército (GSsA/GSoA/GSwA): * SEGURIDAD, NO DEFENSA, texto de la iniciativa del GSsA/GSoA/GSwA para la abolición del Ejército Suizo, adoptada por la Asamblea General del 24 de noviembre de 1996. * LA SOLIDARIDAD GENERA SEGURIDAD, texto de la iniciativa del GSsA/GSoA/GSwA para el establecimiento de un Servicio Civil de Paz, Asamblea General del 23 de marzo de 1997. 4/ REFORMAR (O REFORZAR) EL EJÉRCITO, por Utopía Contagiosa. * Para la gente, sin la gente. * ¿Reformar o reforzar? * Los nuevos enemigos. * Desfilar por las calles. * Militarización de las relaciones internacionales. * Aspectos económicos de la reforma: insolidaridad y mentira. * ¿Qué es modernizar la defensa? * ¿Es previsible la pasividad de la gente? ------------------------- NOTICIAS LOS MILITARES "EDUCAN" PARA LA PAZ: CREACIÓN DE PLATAFORMAS CONTRA LA MILITARIZACIÓN DE LA ENSEÑANZA EN TODO EL ESTADO ESPAÑOL Coorganizado por la Generalitat valenciana y el Ministerio de Defensa, e impartido a través del CEFIRE (Centre de Formació de Professorat i Recursos Educatius) de Valencia, se desarrolló a mediados del pasado mes de julio un curso dirigido al profesorado de ESO. Paradójicamente bajo el título de "Educar para la paz", coroneles, capitanes y otros integrantes del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), organismo dependiente del Ministerio de Defensa, han ido vertiendo sobre los profesores y profesoras asistentes su particular visión (militar) acerca del papel del Ejército en la historia de España, la paz, el desarme y la resolución de conflictos, y el desencuentro actual entre la sociedad española y las Fuerzas Armadas. Evidentemente, estas acciones, que han de ser enmarcadas dentro de la actual ofensiva propagandística del ejército, busca la aceptación acrítica por parte de enseñantes primero, y alumnado después, de la inevitabilidad de la guerra, el uso y la amenaza de la fuerza militar como manera de resolver los conflictos, y de la metamorfosis de los ejércitos en una especie de singulares ONG. Militarizar la enseñanza es precisamente la razón de ser del IEEE, organismo encargado de diseñar y llevar a la práctica los planes del Ministerio de Defensa de intervenir en el sistema educativo, a nivel de enseñanza secundaria y universitaria hasta el momento, para tratar de introducir contenidos, interpretaciones y valores de tipo militarista; algo que, evitando los eufemismos habituales en el lenguaje castrense, puede ser catalogado llanamente como "formación del espíritu militar". Entre las actuaciones llevadas a cabo hasta el momento, a parte de los cursos impartidos a través de los CEFIREs, se cuentan amplios mailings de propaganda del Ejército profesional dirigidos hacia 5500 centros educativos de diferentes niveles, cartas desde el ministerio de Educación ofertando conferencias sobre la Defensa a cargo del IEEE y visitas a cuarteles, convenios con universidades para la creación de cátedras especiales sobre "paz, seguridad y defensa", contactos con editoriales de libros de texto, convocatoria de "premios Ejército" dirigidos a escolares, etc. El Ejército intenta utilizar el sistema educativo para salvar a cualquier precio la profesionalización y conseguir imponer ideológicamente el modelo militar de defensa a una sociedad donde aumenta cada día el desafecto hacia lo militar. Como respuesta a esta injerencia, en diferentes lugares del Estado (Valencia, Madrid, Sevilla, Málaga, Bilbao, Valladolid, Zaragoza, etc.) se han creado "plataformas contra la militarización de la enseñanza", agrupando a diferentes organizaciones antimilitaristas y pacifistas, de alumnos y alumnas, sindicales, ONGs. Entre sus iniciativas está la campaña de "escuelas objetoras", por la que los centros de enseñanza pueden negarse de manera pública a colaborar en la implantación de la cultura militar rechazando las propuestas del Ministerio de Defensa. ---------- LA GUERRA REDUCE EL INTERÉS DE LOS ESPAÑOLES POR EL EJÉRCITO La última convocatoria de 6.000 plazas ha registrado menos de 10.000 solicitudes El País, viernes, 14 de mayo de 1999 Marisa Cruz, Madrid.- El ministro de Defensa, Eduardo Serra, admitió ayer que el interés de los jóvenes españoles por incorporarse al Ejército profesional, se ha reducido en los últimos meses, y especialmente desde que se iniciara la guerra de Kosovo. De hecho, la convocatoria de 6.000 nuevas plazas de tropa y marinería profesional, que el jueves se dio por cerrada, ha registrado menos de 10.000 solicitudes, o lo que es lo mismo, menos de dos aspirantes por puesto. Estos resultados están muy por debajo de las previsiones hechas por el Ministerio, máxime cuando en el reemplazo que se cerró en diciembre se registró una proporción de 2,4 aspirantes por plaza. Los datos oficiales correspondientes a esta última convocatoria se darán a conocer el lunes, pero Eduardo Serra admite de antemano que los resultados no serán los que se esperaban. El ministro achaca el descenso en el interés de los jóvenes, en parte a la guerra de Kosovo, y en parte a que los datos de paro juvenil -en función de los cuales se trazan las perspectivas de respuesta a las plazas-, probablemnente no correspondan con exactitud a la realidad. En este sentido, Serra hace especial mención al interés demostrado por las mujeres ante la oferta de empleo de las Fuerzas Armadas. En la actualidad el número de mujeres integradas en el Ejército asciende a 3.700 y las solicitudes que presentan a las convocatorias llegan al 24% del total. Serra hace mayor hincapié en la primera explicación, la referida al efecto negativo que ha generado entre los jóvenes la intervención armada en Kosovo. El titular de Defensa considera que este efecto puede ser «coyuntural» si el conflicto de los Balcanes no se prolonga demasiado. En ese caso, el Ministerio cree que el interés por el Ejército profesional volverá a repuntar a partir de junio. No obstante, el propio ministro asegura que la Alianza no ha variado por ahora sus previsiones de una campaña aérea larga y ello, en clave militar aliada, significa entre cuatro y seis meses. De seguir durante varios meses la intervención, es de prever que la relación entre plazas convocadas y aspirantes siga descendiendo y ello haría imposible el deseo del Gobierno de poder adelantar al 31 de diciembre del 2001 (en lugar del 2002) la suspensión del Servicio Militar Obligatorio. Eduardo Serra apunta, en relación con la influencia negativa que tiene sobre los ciudadanos la guerra, uno de los objetivos que él considera fracasados en sus tres años de gestión: el de lograr una mayor conciencia de la defensa nacional. De las 120.000 plazas de tropa y marinería profesional que fija la Ley de Régimen del Personal de las Fuerzas Armadas, 34.000 ya habían sido profesionalizadas en la anterior Legislatura. En 1966 se convocaron 3.500 plazas más, en 1997, 7.500, en el 98, 12.000 y para el conjunto del 99 están previstas un total de 17.500. ---------- LA VUELTA CICLISTA DEL EJÉRCITO PROFESIONAL Acciones contra el expo-camión de las Fuerzas Armadas que forma parte de la caravana de la vuelta ciclista Miembros del MOC-València han llevado a cabo una acción noviolenta de protesta junto al expo-camión de las Fuerzas Armadas que forma parte de la caravana de la Vuelta ciclista, a la llegada de ésta a València, el lunes 20 de septiembre. En los alrededores del camión, unas quince personas han desplegado una pancarta con el lema NO LE DES MÁS "VUELTAS", NINGÚN EJÉRCITO DEFIENDE LA PAZ: INSUMISIÓN-DESERCIÓN, colocaron señales de PELIGRO: EJÉRCITO y repartieron hojas informativas. A los pocos minutos de comenzada la protesta, agentes de la policia antidisturbios y la guardia civil que custodiaban el camión han arrebatado la pancarta a l@s antimilitaristas y la han desgarrado, para luego impedir el reparto de información y, finalmente identificar y retener a buena parte de l@s participantes en la acción. Actos similares, repelidos con similar vehemencia se han llevado a cabo en otros lugares por donde ha pasado el expo-camión del Ejército. El objetivo de esta acción ha sido invitar al público de este escaparate militar a tratar de encajar esa imagen del Ejército que puede encontrarse en el camión de propaganda "democrático", de rostro femenino, pacifista, humanitario, con los bombardeos de Belgrado llevados a cabo por aviones españoles o con los consejos de guerra y encarcelamiento en prisión militar que sufren los insumisos-desertores, que lo cuestionan de manera eficaz y noviolenta. Al Ejército no le salen las cuentas ni económicas ni de soldados para compensar el derrumbe final del servicio militar que ha causado la acción durante años del movimiento antimilitarista, y de ahí esta frenética actividad propagandística: salvar los muebles del llamado "proceso de profesionalización" e imponer ideológicamente a toda costa un modelo de defensa que la sociedad ni comparte ni siente como suyo. Hasta ahora, este escaparate publicitario del Ejército profesional, que dilapida anualmente 1600 millones pesetas, incluye envíos masivos a los centros de enseñanza de propaganda para el alistamiento, presencia en ferias del empleo y exposiciones itinerantes de captación transportadas en trenes especiales o en camiones, como el que recorrió hace un par de meses los lugares de veraneo más frecuentados de la costa mediterránea. ---------- ENCUENTRO DE VERANO DEL MOC Dieciseis grupos locales del Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) se dieron cita los dÌas 5, 6, 7 y 8 de agosto en Aragüés del Puerto (Huesca) en un nuevo encuentro de verano de esta organización antimilitarista. Unas 60 personas procedentes de Zaragoza, Vigo, Coruña, Compostela, Madrid, Carabanchel, Bilbao, Durango, Valencia, Cádiz, Valladolid, Cantabria, Pamplona, Tenerife, Murcia y Albacete participaron en este encuentro en el que se analizó y debatió tanto acerca de la situación interna del MOC (organización, coordinación y estado actual de los grupos locales), como del panorama militarista en plena transformación del Ejército y las nuevas -y ya no tan nuevas--estrategias y líneas de trabajo antimilitarista en el proceso de agonía de la mili. A diferencia de las asambleas estatales que periódicamente se van realizando a lo largo del año, donde domina la planificación a corto plazo y la toma de decisiones, el objetivo de estos encuentros es más bien la reflexión común, el intercambio de ideas y el conocimiento mútuo. A lo largo del encuentro diversos debates ocuparon la atención de las personas participantes, entre ellos, la perspectiva de género en el antimilitarismo, el MOC y el movimiento antimilitarista después de la insumisión, la importancia de recuperar la memoria histórica de la objeción de conciencia, el papel de la insumisión en el derrumbe del servicio militar, la validez de la desobediencia civil como herramienta de transformación social, el antimilitarismo como ética o como práctica polÌtica, etc. ---------- SEIS INSUMISOS-DESERTORES ACTUALMENTE ENCARCELADOS EN LA PRISIÓN MILITAR DE ALCALÁ DE HENARES Joseph Ghanime y Alberto Naya, insumisos-desertores del MOC, fueron detenidos el pasado 14 de julio durante el transcurso de una acción en el Tribunal militar de A Coruña, en la que nuevamente hicieron pública su postura desobediencia al Ejército y se reafirmaron como insumisos-desertores. Alrededor de las doce de la mañana, Joseph y Alberto hicieron su aparición delante del tribunal en una bici vestidos de presos y con casaca militar. Fueron recibidos por una concentración de unas 100 personas. Se trata de la celebración de la romería en honor a "San Insumisión" con todo lo que hace falta: vino peleón, empanadas, tortilla, gente, tambores y bastante ruido. Joseph y Alberto se despojaron de la casaca militar entrando al tribunal vestidos de presos. Tras serles tomada declaración, en la que ambos subrayaron el carácter consciente, antimilitarista, colectivo y público de su participación en la campaña de "insumisión en los cuarteles", el juez militar ordenó la prisión preventiva para ellos, por lo que fueron trasladados, tras una larga espera y alguna demostración de fuerza por parte de la Guardia Civil, a la cárcel militar de Alcalá de Henares. Allí se encuentran presos otros 4 "insumisos en los cuarteles" más de Bilbo, Valladolid, Iruña y Sevilla: Javier Gómez, Raul Alonso, Ignacio Ardanaz y Rafael Fernández. Desde el inicio de la campaña de "insumisión en los cuarteles", en febrero de 1997, 30 antimilitaristas han seguido esta nueva vÌa de desobediencia contra el Ejército abandonando los destinos donde han sido llamados a cumplir el servicio millitar. 14 de ellos han sido juzgados por Tribunales militares en consejo de guerra y condenados por deserción a 2 años y 4 meses de cárcel a cumplir en la prisión militar de Alcalá de Henares. En los últimos meses se han celebrado en A Coruña consejos de guerra contra Unai Molinero (Bilbo) y Rafael Fernández (Sevilla), el primero con una petición fiscal de 4 años de cárcel (seguida por una sentencia de 2 años y 6 meses), y el segundo celebrado después de 6 meses de prisión preventiva y un traslado desde la prisión militar del insumiso-desertor por diferentes cárceles civiles durante 17 días. ------------------------- COMUNICADO DEL MOC ACERCA DE LA SITUACIÓN EN TIMOR ESTE La terrible tragedia que está padeciendo el pueblo de Timor Este se ve agravada -si cabe- con la demostración de hipocresía y estrechez de miras de que hacen gala los países occidentales. El recurso a una intervención armada se nos pretende mostrar nuevamente como un medio eficaz -y el único posible- para paliar lo que el propio militarismo ha provocado. Una intervención que llevarían a cabo los países que han mantenido políticamente al régimen genocida Indonesio y abastecido su ejército. Recordemos brevemente algunos datos: * En 1965 Suharto tomó el poder en Indonesia e inició, con el apoyo de Occidente, un brutal genocidio con el objetivo de acabar con el partido comunista. Las víctimas se cifran en medio millón, lo que lo convierte en uno de los peores asesinatos en masa del siglo XX. * En 1975 Indonesia invadió Timor Este e inició la represión en masa, alcanzando su punto más alto en 1978 con más de 200.000 muertos. Nuevamente contó con el apoyo político de EEUU, Australia y Europa, incluyendo la venta de armas y el asesoramiento militar. * En 1982 el Consejo de Seguridad de la ONU aprueba una resolución exigiendo el retiro de las fuerzas de ocupación. * En octubre de 1989 la Subcomisión de Derechos Humanos de la ONU aprobó una moción de condena a la ocupación y represión de Timor Oriental. Estas resoluciones de la ONU no tienen ninguna consecuencia en la actitud de occidente que sigue manteniendo su apoyo al régimen: Australia firma en el mismo año 89 un tratado para explotar el petróleo de Timor Este; EEUU mantiene su apoyo militar, incluyendo el entrenamiento de los torturadores, a pesar de ser prohibido por su congreso; la venta de armas continúa hasta el presente. Es de destacar la responsabilidad del estado español, ignorando las anteriores resoluciones y violando la propia legalidad. El 4 de diciembre de 1992, el Consejo de Ministros aprobó la concesión de un crédito FAD a Indonesia para compra de material militar por valor de 970 millones de pesetas. Los fabricantes de armas españoles tienen las manos manchadas de sangre timorense. Estos son algunos datos obtenidos de este secreto y jugoso negocio (los datos entre paréntesis son estimaciones): EMPRESA CONTRATADA PRODUCTO MILLONES DE PTS. AÑO DE ENTREGA CASA 6 Aviones de transporte CN-235 5.400 1988 CASA 4 Aviones de transporte 4.000 (1990) CESELSA-INISEL Simulador de vuelo CN-235 (1.000) (1991) INDRA Simulador de vuelo F-18 ó F-16 (1.500) en negociación LLAMA 1.500 revólveres para las FFAA (10) (94) INDRA 2 sistemas infrarrojos de observación ? 1994 LLAMA 2.700 revólveres para las FFAA (20) 1995 Queda una vez más de manifiesto la catadura moral de la "comunidad internacional". Ningún poder occidental está interesado en poner fin al sufrimiento del pueblo timorense. Nos sigue correspondiendo a los ciudadanos y ciudadanas, a la sociedad civil, solidarizarnos con las víctimas y luchar por erradicar definitivamente de nuestro mundo la lacra del militarismo. Seguiremos informando sobre las iniciativas ciudadanas para acabar con este genocidio. MOVIMIENTO DE OBJECIÓN DE CONCIENCIA DE MADRID GRUPO ANTIMILITARISTA DE CARABANCHEL [Información permanentemente actualizada, artículos, convocatorias de acciones y manifestaciones, enlaces a otras páginas sobre Timor Este: ]. ------------------------- TEXTOS DEL GSsA/GSoA/GSwA (Suiza). Traducción castellana del MOC València. GSsA : Groupe pour une Suisse Sans Armée. GSoA : Gruppe fur eine Sweiss ohne Arme. GSwA: Group for Switzerland without an Army. GSoA, PO Box, CH 8031 Zurich, Suiza Fax +41/1/273 0212 Según cuentan en una carta llegada al MOC, este movimiento ha conseguido las 120.000 firmas necesarias para iniciar el proceso de convocatoria que tiene como finalidad someter a referéndum las dos iniciativas cuyos documentos de presentación reproducimos a continuación: establecimiento de un Servicio Civil de Paz y abolición del Ejército suizo. En septiembre han llegado a las 127.491 para la primera y a 124.850 para la segunda. SEGURIDAD, NO DEFENSA Texto de la iniciativa del GSsA/GSoA/GSwA para la abolición del Ejército Suizo adoptada por la Asamblea General del 24 de noviembre de 1996 I. La Constitución Federal será modificada de la siguiente manera: Art. 17. Suiza no tiene ejército. La Confederación, los cantones, las comunidades y los cuerpos privados tienen prohibido por ley establecer o mantener fuerza militar alguna. La única excepción podrá ser hecha en caso de disposiciones legales para la participación de la Confederación en fuerzas de mantenimiento de la paz fuera del territorio de Suiza. Cualquier ley o acuerdo estatal relativo a la participación armada será sometido a votación popular obligatoria. Las tareas civiles, como la ayuda durante catástrofes, ejercidas por el Ejército hasta ahora, serán asumidas por las autoridades confederales, cantonales y comunitarias. Art. 18. El objetivo de la política de seguridad de la Confederación es la disminución de la injusticia como causa de conflicto. De acuerdo con este propósito, deberá estar guiada por los valores democráticos, los derechos humanos, y el principio de resolución pacífica de los conflictos. En particular, la Confederación promoverá la igualdad de oportunidades y la justicia entre hombres y mujeres, grupos sociales y pueblos, así como la distribución igualitaria y en equilibrio con el medio ambiente de los recursos naturales. [...] III. Las disposiciones transitorias de la Constitución se modifican de la siguiente manera: Art. 24 (nuevo). De acuerdo con la ratificación popular de las disposiciones constitucionales contenidas en los Artículos 17 y 18, quedarán abolidas las escuelas de entrenamiento básico y las asignaturas de recitación y de instrucción militar. La infraestructura y logística del Ejército se abolirá y transferirá a usos civiles en un período de 10 años. La Confederación apoya la reestructuración de las áreas industriales y administrativas afectadas con proyectos de conversión a producción y servicios de utilidad civil, y apoya también a las personas y regiones afectadas. LA SOLIDARIDAD GENERA SEGURIDAD Texto de la iniciativa del GSsA/GSoA/GSwA para el establecimiento de un Servicio Civil de Paz (Asamblea General del 23 de marzo de 1997) Art. 8bis (nuevo). Suiza crea un Servicio Civil de Paz (ZFD) como instrumento de una política activa de paz. El ZFD contribuye a disminuir y prevenir relaciones de violencia tanto en el interior como en el exterior del país. Por tanto, éste desarrolla medios para la resolución noviolenta de los conflictos, la prevención de la violencia, la reconstrucción social, y la protección de las bases de la vida. La participación en el ZFD es un trabajo voluntario. Los/as voluntarios/as serán recompensados tanto por su trabajo como por su preparación/educación. El ZFD debe aspirar a la participación paritaria de hombres y mujeres, y ofrece educación básica en la teoría y práctica de resolución noviolenta de conflictos, en cooperación con instituciones oficiales, ONGs y entidades privadas. Esta educación permite el acceso al ZFD y es accesible gratuitamente a cualquier persona que resida en Suiza. El ZFD proporciona formación y educación específica para las personas que vayan a adquirir un compromiso, y respeta la cualificación personal de los participantes y los requisitos para la acción. El ZFD organiza misiones sin armas, pacíficas y noviolentas a petición de ONGes, instituciones oficiales u organizaciones internacionales, en estrecha colaboración con organizaciones locales. El ZFD se financia con fondos públicos provinientes del presupuesto estatal. El ZFD se coordinará con las ONGs en la planificación y gestión de los compromisos sobre el terreno. Una comisión independiente compuesta por la misma cantidad de hombres y de mujeres, decide sobre el currículum para la educación básica, la educación específica cara a compromisos concretos, así como sobre los proyectos y el trabajo sobre el terreno. Formarán parte de esta comisión organizaciones pacifistas y feministas, así como las que trabajen sobre temas medioambientales, de inmigración y de desarrollo. II. Las disposiciones transitorias de la Constitución se modifican de la siguiente manera: Art. 12. Los compromisos y la preparación para el ZFD, de acuerdo con el Artículo 8bis, se tratarán como una ausencia laboral no deseada. Todas las protecciones legales corresponden al actual Servicio Civil. El ZFD no deberá poner en peligro ningun puesto de trabajo. Mientras exista un Servicio Civil en Suiza, todos los compromisos en el Servicio Civil de Paz se contarán como días de servicio. Si no hay ley que desarrolle en Art. 8 bis en un plazo de cinco años tras la aceptación de esta enmienda, el Gobierno regulará el ZFD por decreto hasta que se apruebe dicha ley. ------------------------- REFORMAR (O REFORZAR) EL EJÉRCITO, por el Colectivo Utopía Contagiosa [Publicado en El Viejo Topo, número 111, octubre 1997 (El Viejo Topo: Aragón, 259 E 1º C, 08007 Barcelona, tf 93/ 415 74 94, fx 93/ 416 05 23). También de Utopía Contagiosa: "Bases para una alternativa noviolenta a la defensa militar", en BEA nº 3, marzo 1998. Asimismo, en conexión con este artículo, véase Rafael Ajangiz: "El ejército que viene", en BEA nº 10, noviembre 1998. Para contactar con el colectivo Utopía Contagiosa: Ánimas, 3 - 4º A, 28911 Leganés, Madrid.] De la mano de las élites políticas y de los partidos parlamentarios, asistimos a -otra- reestructuración de los ejércitos españoles y a una reorientación de sus objetivos, con lo que se pasa de una concepción de ejército autárquico de recluta forzosa, material "modesto" y fuerzas armadas como "última ratio" de la situación política vigente, a un diseño de ejército profesional intervencionista, altamente tecnificado y sofisticado, integrable con cuerpos de ejército internacionales de la OTAN y la UEO y enfocado a la defensa del constructo occidental y de sus intereses (que, por cierto, siguen sin estar definidos explícitamente por la ciudadanía) en cualquier lugar del globo. PARA LA GENTE, SIN LA GENTE La reforma en ciernes del ejército de recluta obligatoria que propugna el Partido Popular nos hace acabar el siglo manteniendo y consolidando un rito sagrado para los gobiernos: reformar lo militar. Durante el siglo XX se han sucedido múltiples y muy diversas reformas militares: de Maura, Canalejas, Primo de Rivera, Azaña, Franco, la transición, los socialistas. Aún más, si miramos hacia atrás, resulta asombrosa y turbadora la falta de originalidad de una reforma que se predica como "histórica" [1]. Efectivamente, repasando las sucesivas reformas militares habidas desde el XVIII hasta la fecha, descubrimos que todas ellas han intentado dar respuesta a los mismos problemas de "pacífica convivencia de los ejércitos con la gente de a pie" y perseguido el asentamiento de los ejércitos como institución no problemática mediante las siguientes correcciones: -Solucionar el problema del contingente ante el desafecto de la gente común.[2] -Modernizar e incrementar el material, las infraestructuras e inversiones. -Garantizar a la oficialidad un poder gregario e inmune a la sociedad. -Utilizar el ejército como "última ratio" del poder y de los propios fines militares. No hace falta mucha glosa para descubrir intereses similares a los de antaño en el presente contexto de la reforma del Ejército. Si a pesar de estas intenciones, nunca se logró de forma suficiente el objetivo señalado, nada permite ahora augurar un futuro mejor para la reforma; si constantemente reaparecieron una y otra vez como problemas irresueltos el desafecto popular (deserciones, refractarios a las guerras, desobediencias más o menos articuladas, insumisiones y revueltas antimilitaristas) y las inercias militares de asegurarse un cierto ámbito de autonomía e impunidad (asonadas, cuartelazos, dictaduras, etc.), ningún dato permite ahora predicar una reforma tan pacífica como la que se nos presenta, pues hoy como ayer el carácter maquillador de las reformas hará saltar las expectativas de todos obligando a nuevas vueltas en círculo. Ya en la actualidad, y como es menester en los ritos (no olvidemos que a éstos se los define como actos religiosos repetidos invariablemente con arreglo a normas prescritas), los máximos oficiantes (Aznar, el Rey, su hijo y el ministro de defensa, Serra II) han puesto especial cuidado en respetar la tradición y el más rancio protocolo en lo que han sido la mayoría de las reformas militares. Así, la reforma se hace por y para la gente llana, pero sin la gente llana. Para nada hemos participado en las líneas maestras de la reforma: qué es lo que queremos defender y cómo lo queremos hacer. Aunque, para guardar las apariencias de participación y asunción masiva que requiere cualquier rito, se ha ofrecido al Congreso y al Senado participar, con gran fausto y boato, aunque con ninguna efectividad, en los fuegos artificiales de una Comisión Mixta para debatir y decidir aquello que ya estaba previamente arreglado conforme a los intereses militares. La reforma busca una necesaria legitimación y aplauso dentro del Estado mediante consensos prefigurados desde arriba. Así, el documento debatido en el Parlamento dice textualmente: "Este proyecto necesita el concurso de las fuerzas políticas con representación parlamentaria y el de toda la sociedad, pues a todos, Fuerzas Armadas y sociedad española en general, va a afectar la reforma"[3]. Esta misma idea es asumida por la práctica totalidad de los miembros de la Comisión Mixta Congreso-Senado para la plena profesionalización del Ejército [4] y ha sido desarrollada, hasta la saciedad, por los responsables del Ministerio de Defensa. Sin embargo, y en abierto contraste, nos encontramos con varias prácticas políticas, discretamente utilizadas por parte de los responsables del Ministerio de Defensa, que merman substancialmente la participación democrática y que impiden que la política de defensa tenga un carácter de auténtico consenso social: -Primero, el Parlamento no hace uso de sus hipotéticas facultades de control riguroso sobre el Gobierno en los aspectos esenciales de la política de seguridad y defensa, quedando reducido al papel de mera cámara de ratificación de lo previamente presentado (a medias tintas) por el Ejército. -Segundo, las líneas básicas del planeamiento bianual de la defensa (Directiva de Defensa Nacional, Directiva de Defensa Militar, Plan Estratégico Conjunto) son secretas y no son debatidas ni decididas por el Parlamento. -Además, el debate de la profesionalización que se sigue en el Parlamento se reduce a que los parlamentarios elijan entre un ejército de 100.000 ó 130.000 efectivos y a si prefieren un gasto militar repartido al 50% en gastos de personal y de material o si prefieren un gasto del 60%-40%... Pero desde el Gobierno no se permite debatir y decidir sobre el modelo real de ejército, para qué se quiere, si su material debe ser meramente defensivo o con características invasivas, etc. Más aún, la elección la debe hacer el Parlamento sin conocer absolutamente ninguno de los documentos del ciclo de planeamiento militar citados anteriormente, pues, se dice, en ello trabajará sólo el ejército por la especial significación de lo militar y el peligro de ser conocido por el enemigo. -El debate en torno a la OTAN en el Parlamento despreció cualquier tipo de consulta a la ciudadanía. -Y, en todo caso, se mantiene totalmente apartada a la sociedad de la información y, más aún, de los procesos de toma decisión en las políticas de defensa, al considerarla inexperta e inmadura para adoptar "tan graves decisiones". ¿REFORMAR O REFORZAR? Como es preceptivo en lo referente a lo militar, se ha confundido reformar (formar de nuevo) con reforzar (fortalecer). Quizá los cansados ojos de nuestros dirigentes se han deslizado unas líneas mientras daban una cabezadita y han resbalado desde el concepto creativo de "reformar" hacia el concepto más endurecido de "reforzar". Es disculpable el error de tino al buscar el significado en el diccionario, pues sólo median unas pocas líneas entre ambos: pero no ocurre lo mismo con el error político. El actual debate sobre la profesionalización del Ejército es, en realidad, un proceso de expansión militar que pretende conseguir un ejército de intervención violenta mediante la progresiva militarización global del concepto de "seguridad" en un quíntuple plano: 1. Construcción soterrada y calladamente de una verdadera reforma de profundidad, hacia un ejército de la "Tercera ola tecnológica" [5] y perfectamente coherente con el proceso de elaboración del ejército del bloque occidental. Esta soterrada construcción del ejército de tecnología punta, y no la sustitución de los reclutas conscriptos por soldados profesionales, es lo que justifica el brutal incremento de inversión y gasto militar que se precisará en el futuro (el referido 3% del PIB). 2. Invasión por parte de la doctrina militar y de las acciones de los ejércitos de espacios tradicionalmente autónomos y pertenecientes a la sociedad civil (sanitario, ayuda humanitaria, catástrofes, policía internacional, ecología, migraciones, etc.). 3. Reforzamiento de los instrumentos de legitimación social del ejército mediante la aplicación de tecnologías combinadas de: -Atenuación de los "deberes fuertes" de la sociedad respecto a la colaboración con el sistema militar y su sustitución por formas tenues de colaboración (sustitución del Servicio Militar Obligatorio por el voluntario, impuestos indirectos para costear el ejército, etc.). -Desplazamiento de toda opinión respecto a los ejércitos al ámbito sofisticado y controlable de los expertos y del consenso de las élites "representantes", sustrayéndolo de la ciudadanía. -Bombardeo en los medios de formación de masas de mensajes de sublimación de los valores militaristas y del papel "humanitario" de los ejércitos, mediante técnicas de prefabricación de una bondadosa realidad ficticia de éstos destinada a su aceptación social. -Inclusión en los planes de estudio oficiales de una versión manipulada de los ejércitos y de la historia, igualmente destinada a recabar un apoyo social acrítico e interiorizado. -Reforzamiento de las medidas políticas autoritarias y de la legislación de control social militarizado ejecutados ahora por la sociedad civil (Ley del Voluntariado, anunciada ley de servicio nacional obligatorio, proyectos de ley de reserva movilizable, ley de extranjería, ley de seguridad ciudadana, aumento de la penalidad en el Nuevo Código Penal, proyecto de ley de videovigilancia, potenciación del uso de la informática con fines de control social, entrega de competencias policiales a las múltiples policías particulares o agencias de seguridad, etc.). 4. Mantenimiento del número de efectivos militares mediante el blindaje del número de oficiales del futuro Ejército, tema que en ningún momento ha sido sacado a colación en la Comisión Congreso-Senado para la profesionalización, y que contribuye a disparar el gasto en personal del Ministerio de Defensa y ayuda a perpetuar a una élite directora de la política de defensa desvinculada de la realidad social. 5. Militarización de la Guardia Civil que, según señalan los medios de comunicación [6], estará a las órdenes del Ministerio de Defensa para la realización de misiones militares en tiempo de paz, ya sean de seguridad de puntos e instalaciones de interés militar y para la defensa, cobertura de costas y fronteras, protección marítima de costas, protección de convoyes terrestres, vigilancia del mar y vías de comunicación, policía militar, espionaje, etc. La militarización implica la inclusión de sus 73.000 efectivos más 20.000 de reserva, que se podrán sumar a los 100.000 ó 130.000 soldados más 50.000 mandos que se prevé en la reforma. El total oscila entre 247.000 y 273.000 efectivos, cifra similar a la del actual ejército, con lo que la pretendida reforma que vende como uno de sus logros el descenso del número de efectivos queda absolutamente en entredicho. LOS NUEVOS ENEMIGOS Hasta hace poco la posición geoestratégica del Estado Español, entendida desde la óptica militar, no era mala: el enemigo era la Unión Soviética y los países del Este y nos encontrábamos en la retaguardia del escenario bélico centroeuropeo. Por aquel entonces, el enemigo del Sur no era digno de atención. El ejército, aunque de por sí poco útil, era eficaz en tal discurso para colaborar en esa labor de retaguardia que permitía tener a raya al enemigo común de occidente. Pero tras la caída del Pacto de Varsovia, el Eje Baleares-Estrecho-Canarias, antes de un valor secundario a escala internacional, cobra actualidad geoestratégica mundial y posibilita la venta de un ejército profesional como una necesidad apremiante para defendernos del enemigo exterior. El propio Ministerio de Defensa afirma que "la nueva estrategia militar parte de la premisa básica de que España no tiene enemigos. No obstante, se insiste en la necesidad de mantener una adecuada capacidad militar para hacer frente a las exigencias derivadas de la seguridad nacional y actuar colectivamente en la defensa común de Europa" [7]. Esto lo remata el General Alonso Baquer, que explica en la Comisión Mixta sobre la profesionalización del Ejército que "la población española, en general, se siente más segura hoy que nunca. Y, por lo tanto, nunca dice que tengan que reforzarse los presupuestos de defensa. ¿Por qué? Porque se siente radical y profundamente segura (...). La población se siente segura a nivel de política internacional y de seguridad internacional. Los índices de inseguridad están más cerca del delincuente común. (...) Esto, por ejemplo, ha supuesto una eliminación en el lenguaje estratégico de la palabra 'amenaza' y su sustitución por la palabra 'riesgo'" [8]. Bien mirado, ni la Directiva de Defensa Nacional, ni las comparecencias del Ministro de Defensa en la Comisión parlamentaria para explicarla [9], ni las de los diferentes jefes militares ante la Comisión Mixta Congreso-Senado que estudia la reforma del servicio militar, explicitan cuál es el verdadero sentido de este Ejército novedoso y agresivo que se predica de tan absoluta y evidente necesidad, limitándose a decir que ha de servir a la seguridad española y ser eficaz para afrontar los riesgos e inestabilidades que nos pudieran afectar en un contexto internacional tan cambiante e impreciso como el actual. Sin embargo, esta indefinición es bien útil para el Ministerio de Defensa, pues le permite apostar por todas las posibilidades existentes con el único fin, oculto a la opinión pública de reforzar el Ejército. -Por un lado, y ante la posible ocupación enemiga del suelo patrio, se sigue manteniendo la estructura de defensa territorial, la cual hace imprescindible, dicen, un Ejército sobredimensionado y con una amplia distribución espacial. -Por otro lado, mediante la tecnologización del armamento y la profesionalización, se opta por un ejército diseñado para el intervencionismo fuera de nuestras fronteras. -Y por último, en un afán claramente transgresor de la soberanía civil y como salvaguarda moral y ética ante la opinión pública, se opta por un "ejército de ayuda humanitaria". ¿Existe realmente una amenaza por parte de los países del Magreb cuando la mayor parte de su maquinaria bélica tiene marca CEE y es dependiente de nuestras industrias para su reparación y aprovisionamiento? ¿No sería más adecuado pensar que si un observador objetivo y neutral tuviese que señalar quién es una amenaza para alguien en ambos márgenes del Mediterráneo, señalaría a los países de Europa como la única amenaza real, e indicaría que los países del Magreb son los que sufren la opresión económica y militar que les imponen sus vecinos de arriba? ¿No es el conflictivo escenario mediterráneo más bien fruto de desigualdades de desarrollo económico, social, ecológico, educativo, etc., que de entelequias militares? Para aviso de suspicaces apuntamos unas declaraciones del General Alonso Baquer: "Objetivamente hablando, no se debe temer una situación bélica en la relación norte-sur del Mediterráneo occidental. Se debe admitir la existencia de problemas pendientes. Se debe admitir la irrupción de crisis temporales" [10]. Sin embargo, un acercamiento más puntual al enemigo que señalan los documentos oficiales permite conocer algunos perfiles, ciertamente metafísicos, de tal futurible. Así, son considerados nuestros principales riegos o enemigos los atentados de toda índole contra "el modelo de sociedad... un orden internacional más estable y seguro, basado en la convivencia pacífica, la defensa de la democracia y de los derechos humanos y el respeto a las normas de derecho internacional" [11], lo que amenace a la "soberanía e independencia, integridad territorial y ordenamiento constitucional, la paz, la libertad, y la prosperidad de los españoles y los intereses estratégicos nacionales allí donde se encuentren"[12]. En definitiva, la defensa de nuestros intereses occidentales, algo que tiene antecedentes en los conceptos militares de "Grand area" de la política de defensa norteamericana de la guerra fría y de "Lebensraum" (espacio vital) del III Reich, que Heinz Dietrich analiza en un interesante trabajo [13]. DESFILES POR LAS CALLES Para definir este enemigo tan desdibujado, podríamos seguir una labor deductiva inversa consistente en preguntarnos para qué puede valer un ejército de las características del que se bosqueja, desplegado territorialmente de la forma en que se está desplegando y pertrechado con los materiales e infraestructuras con que va a contar (por poner un ejemplo, carros de combate Leopard, fragatas de invasión, portaaviones, aviones de ataque de la tercera ola, misiles de puntería milimétrica, equipos de telecomunicaciones y espionaje de "absoluta capacidad y solvencia", armas de láser, soldados que incorporarán en sus uniformes cámaras de vídeo, radar, visor nocturno, detectores de minas, equipos electrónicos, munición ultraletal, soldados angloparlantes, etc.). ¿Para qué puede valer este tipo de ejército? No resulta creíble que sus misiones prioritarias vayan a ser, contra lo que dijo el jefe de la Fuerza de Acción Rápida (FAR) española [14], las de hacer desfiles por las populosas calles. Tampoco adivinamos el rostro amable de los repartidores de ayuda humanitaria, o de los pacificadores del universo, tras el escandaloso pertrecho de armas e infraestructuras previsto. Más bien parece que nuestro Ejército, en la actualidad apunta al Sur: Sur físico y geográfico; Sur social y cultural... Para ser más precisos, nuestra defensa debe ser considerada como un apéndice del entramado militar occidental, en cuyos planes geoestratégicos hemos pasado de ser la tradicional retaguardia del teatro de operaciones del Rhin (donde ahora, cautivo y desarmado el enemigo, sobra el exceso de caqui) a ser prioritariamente parte del nuevo "limes" del imperio, más allá del cual se ubica, por decirlo con cierta sutileza, la barbarie de los incivilizados y fanáticos "terceros mundos" (pues son varios y diferentes los rostros de estos enemigos), el paso obligado y la fuente de los recursos que hacen desangrarse a nuestra economía. MILITARIZACIÓN DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES Como ya hemos visto, con la nueva reforma se consigue, en el aspecto puramente militar, potenciar la integración definitiva de los ejércitos del estado poniéndolos al servicio del megaejército occidental, instrumento principal de la acción política internacional. Pero en política internacional el logro de la reforma es de mayor calado: se busca conseguir, mediante una política de defensa intervencionista, que aumente la presencia del gobierno español en los foros internacionales. Esta necesidad política de buscar el prestigio internacional es lo único que permite a los gobernantes justificar un ejército moderno y preparado, con capacidad disuasiva hacia nuestros enemigos hipotéticos, lo que a su vez conlleva la necesidad de dotar a dicho ejército de rubros suficientes y de prestigio para que pueda defendernos de ese enemigo tan poco concreto pero ciertamente instalado en el subconsciente colectivo. El Partido Popular, como anteriormente el Partido Socialista, no ha sido capaz de encontrar otra carta de presentación más eficaz en los foros internacionales que el envío de carne de cañón (soldados en supuestas misiones humanitarias) a los conflictos internacionales. Las principales actuaciones internacionales "made in spain" están de la mano de lo militar: -Somos uno de los países más interesados en promover el comercio de armas a escala mundial. -El principal foro internacional en el que ha participado el Estado Español en el presente año es la Cumbre de la OTAN de Julio en Madrid. -No conocemos ni practicamos políticas de cooperación internacional en zonas conflictivas que atiendan las necesidades educativas, sanitarias o alimentarias de los países en conflicto y recurrimos a las intervenciones militares obsesivamente, como si fueran el único modo de resolver los conflictos. -Nuestras principales acciones internacionales son el envío de soldados a Bosnia y a Albania -casi, también, a los Grandes Lagos Africanos-... -La manera más ocurrente de fomentar la confianza entre los países del área mediterránea es realizar maniobras militares conjuntas. -La ayuda humanitaria se canaliza prioritariamente por la vía militar... ASPECTOS ECONÓMICOS DE LA REFORMA: INSOLIDARIDAD Y MENTIRA En una situación de recursos económicos limitados es evidente que si se gasta en defensa no se puede gastar en necesidades sociales más apremiantes como educación, cultura, sanidad, vivienda, cooperación internacional, etc. Se trata de un tema de opciones. Por otro lado, el argumento que oponen los partidarios de lucrarse con la industria militar es el de que dicha industria crea muchos puestos de trabajo que hay que mantener. Sin embargo, el propio Ministerio de Trabajo de los EEUU reconocía que con 2.000 millones dólares se pueden crear las siguientes cantidades de puestos de trabajo en diversas ramas de la economía: -35.000 empleos en la industria de armamentos. -76.000 empleos en la construcción. -77.000 empleos en el área de la salud. -100.000 empleos en educación. -132.000 empleos en servicios públicos. Una transposición de estos datos a la realidad nacional parece aceptable, sobre todo si tenemos en cuenta el contexto social y de derrumbe del estado del bienestar en que se afana la clase política. El gasto en material militar y en las Fuerzas Armadas es un gasto insolidario con las necesidades sociales de la población. En realidad, no sólo no contribuye a crear riqueza sino que nos hace producir bienes que no tienen ninguna utilidad, con el consiguiente despilfarro, endeudamiento exterior, gasto de energía y de otros bienes no renovables; pequeño detalle en que algunos sindicatos no suelen caer cuando protestan por el desmantelamiento de industrias militares. El gasto en material militar ahonda las injusticias también en el plano internacional. Tampoco desde el punto de vista de la seguridad puede admitirse el gasto militar pretendido, pues su legitimidad vendría dada por la demostración de su validez para contribuir a la seguridad de la gente y a la resolución de los conflictos, circunstancias que, paradójicamente, aparecen como desenmascaradoras del propio gasto militar, ya que los conflictos actuales tienen diversas causas (ideológicas, económicas, culturales, etc.) ante las que hay que oponer medios causales, cuya solución no alcanzamos a comprender que venga por la vía de la inversión en fragatas, submarinos atómicos o portaaviones. No se puede luchas contra las migraciones forjando un nuevo telón de acero militar en la ribera norte del Mediterráneo. Lo lógico es hacer desembolsos en políticas de medio ambiente, de cooperación internacional solidaria, de educación intercultural y de educación para la paz. ¿QUÉ ES MODERNIZAR LA DEFENSA? El ministerio, por otra parte, une en su proyecto de profesionalización dos conceptos que no tienen por qué ir parejos: la profesionalización del servicio militar no es inseparable de la modernización del armamento. El Ministerio de Defensa identifica modernización con modernización del armamento. Si el análisis fuera coherente con el devenir de los tiempos, se buscaría la modernización de la política de defensa civilizando sus métodos y objetivos. Los riesgos a los que estamos sometidos no se arreglan mediante la profesionalización del servicio militar, tampoco se solucionan con la modernización del armamento. La conclusión es fácil: el enfoque del Ministerio de Defensa es doblemente erróneo y contraproducente: no sólo no promueve las soluciones, sino que, además, empeora los problemas. Por el contrario, la verdadera modernización del sistema de defensa debería pasar previamente por la modernización del concepto de defensa, pasando desde la actual visión, puramente territorial, militarista y violenta, a otra de "defensa social" o "seguridad humana", basada en la defensa de las conquistas sociales, económicas y políticas y que implica iniciar procesos de transarme y reconversión.[15] ¿ES PREVISIBLE LA PASIVIDAD DE LA SOCIEDAD? Es muy probable que la situación política que se va a plantear con la reforma de los ejércitos tras su profesionalización vaya a mantener, desde la sociedad y el movimiento pacifista, las constantes de oposición, no-colaboración y desobediencia que sufrieron las demás reformas históricas. La reforma clónica que ahora se inicia va ser contestada por la sociedad, entre otras cosas porque no se ha contado con ella para su desarrollo y, por lo tanto, no responde a sus intereses. A título tentativo, son previsibles oposiciones sociales a la reforma en varios planos: a) Políticamente: Porque la sociedad, en los próximos años, va a reclamar su soberanía y su mayoría de edad en los temas de defensa, rechazando el paternalismo y el secretismo militar, para exigir conscientemente su participación en la adopción de las decisiones que definen las grandes líneas de la política de defensa (cuáles son los enemigos, los riesgos; cuál es la mejor metodología para enfrentarse a ellos; cuál es el gasto más adecuado y la manera más efectiva de participación ciudadana, etc.). Muy probablemente, al difundir el movimiento pacifista, durante los próximos años, alternativas de defensa y campos de trabajo ajenos a lo militar, la sociedad va a tomar opciones que entrarán en contradicción con las propuestas, más o menos maquilladas, de los militares. b) Económicamente: Dado que el modelo de ejército profesional y muy tecnologizado es un sumidero de gastos públicos rechazado ampliamente por la sociedad, como lo demuestran las encuesta del CIS, y profundamente insolidario con la situación económica real, tanto a escala nacional como internacional, es de prever que las actuales campañas contra el gasto militar consigan concienciar a un mayor número de personas y provoquen una dinámica de desobediencia similar a la que objetores e insumisos desencadenaron y desencadenan contra la conscripción. Duplicar el gasto militar, como pretende veladamente el Ministerio, va a tener consecuencias inmediatas. A las actuales campañas de objeción fiscal a los gastos militares se están sumando diversos movimientos sociales, sindicales y políticos, sensibles a las consecuencias contra los más desfavorecidos del militarismo de nuevo cuño. Por otra parte, el modelo es inviable desde la propia lógica económica, pues sólo puede subsistir mediante la exportación de conflictos y guerras al Tercer Mundo (o en la periferia del Primer Mundo) en los que, paradójicamente, la pretendida solución militar no puede aportar soluciones constructivas sino meros parches. La evaluación social de este fracaso anunciado generará resistencias a financiar un modelo de desarrollo basado en lo militar, que nos empobrece a la larga y que carece de justificación ética. Este modelo de desarrollo es doblemente generador de dependencias: por un lado condiciona la mayor parte de la investigación tecnológica a los usos militares impidiendo el desarrollo de tecnologías directamente diseñadas y aplicables en el desarrollo humano; por otro lado, al ser el Estado Español una potencia de segundo o tercer orden a nivel económico, el modelo de desarrollo basado en lo militar genera una dependencia del modelo de desarrollo diseñado por Estados Unidos en su propio beneficio económico y político. c) Internacional: El objetivo de nuestros políticos en política internacional es que el Estado Español consiga un lugar prominente en los foros internacionales de toma de decisiones. La única metodología utilizada para ello es el envío de ejércitos allende nuestras fronteras. Sin embargo, la realidad política internacional ya empieza a cuestionar la utilidad de los mecanismos de intervención pseudohumanitaria de los ejércitos para resolver conflictos que tienen raíces económicas, políticas, culturales, etc., muy complejas. El papel del ejército como instrumento de ayuda humanitaria injustificará la necesidad de mantener ejércitos potentes y caros, a medida que se vaya desenmascarando el fracaso del modelo de relaciones internacionales militarizadas y de intervención militar internacional. Con ello, la principal baza publicitaria de los ejércitos puede volverse en su contra, al desvelarse su poca utilidad en la resolución de conflictos internacionales (véase el relativamente poco útil papel realizado en Bosnia, el fiasco de Somalia o el papelón de Albania). Por consiguiente, el objetivo de nuestros políticos, muy probablemente, va a carecer de base y la sociedad va a reclamar una actuación internacional distinta basada en la cooperación internacional solidaria, instrumentos de mutua confianza y de desarme multinacional, etc. Por otra parte, y en el caso concreto del Estado Español, las situaciones de riesgo descritas por la doctrina de defensa de los sucesivos gobiernos se ciñen a la ribera Sur del Mediterráneo. Tampoco en dicho supuesto parece aceptable de cara a la sociedad la justificación de un Ejército de tercera generación para atajar unos riesgos que en ningún caso tienen un componentes bélico o militar. d) Crítica y oposición del propio ejército: Dentro del estamento militar no faltan las voces que estiman que el sentido del Ejército no es el que se le quiere dar con esta reforma de moda, sino que, como dice el Teniente General Juan Cano Hevia, "éticamente los ejércitos tienen una razón de ser, sola y suficiente (...) Esa razón ética es estrictamente defensiva y me parece que los españoles de hoy, en lugar de tratar de obviar la Constitución para seguir aparentes corrientes foráneas, debemos sentirnos orgullosos de pertenecer al pequeño grupo de países que hace coincidir la razón existencial de sus ejércitos con la ética. Claro que, una vez que existen, las fuerzas de defensa bélica de una sociedad estatal pueden ser empleadas ocasionalmente en otras funciones, como la ayuda a la población en casos de catástrofe, más nada de esto, que podría ser resuelto de otra forma, justifica la existencia de la organización militar." [16] En algunos ambientes del ejército la actual reforma es vista como una devaluación de la propia función y sentido de los ejércitos, lo que genera tensiones internas y rechazos a su implantación. Ello unido a la incomprensión o el rechazo a la intervención militar exterior, y a las críticas sociales a los intentos de legitimación de los ejércitos, es un factor que puede fácilmente desencadenar un malestar que provocará nuevas exigencias de protección y espacio opaco reservado por parte de los ejércitos, agudizando su separación de los intereses sociales. A la larga, esto implicará nuevas tensiones militarismo/civilismo y nuevos recelos y exigencias sociales de control de la amenaza militar. e) Los propios temores del Ministerio de Defensa a la aceptación social de su reforma: La piedra de toda la reforma, y a la vez su talón de Aquiles, consiste en que sea aceptada de forma no problemática por la sociedad para descansar en la legitimación y aceptación social del ejército y la disposición de la sociedad para sufragarlo y dotarlo de las colaboraciones necesarias. El Ministerio de Defensa, consciente de que la sociedad cada vez está más desvinculada de la manera militarista y violenta de entender la defensa, hace propaganda de sus bondades inventándose el ardid de que es necesario fomentar la conciencia de la defensa nacional en nuestra sociedad. La triquiñuela es un desesperado intento de remilitarizar la sociedad a través de los ámbitos educativo y cultural, con el único fin de propagar el militarismo y autojustificar la existencia de un ejército de intervención. Este aspecto indica el punto más débil de todo el proyecto de ejército profesional en ciernes, pues en el mismo se adivina, no sólo el reconocimiento de la escasa aceptación social de los ejércitos como instrumento de cohesión e identificación de los ciudadanos con la idea de Estado, sino sobre todo, la honda preocupación por que, si la reideologización pretendida no se consigue, siga en el futuro, como ya pasó en anteriores reformas, un grave problema de no aceptación del propio Ejército, con capacidad para, entre otras cosas, permitir la articulación de propuestas disidentes de un importante contenido simbólico y práctico. f) Social: Los datos oficiales avalan que, especialmente en nuestro Estado, existe un amplio y creativo movimiento de disidencia hacia el militarismo, con espectaculares índices de objetores e insumisos, con campañas contra los gastos militares y contra las guerras, con importantes rechazos a la vinculación del comercio internacional a lo militar, con un muy desarrollado trabajo de educación para la paz, y un largo etcétera. Este movimiento ha apostado por un horizonte simbólico que integra, entre sus retos, el de construir una alternativa de defensa sin ejércitos. Es previsible que en el nuevo panorama de implantación de un ejército profesional la disidencia referida se organice en torno a nuevas propuestas que seguirán luchando contra el núcleo mismo del Ejército. Entre otras significativas acciones, hoy, cuando se pensaba que el problema de la insumisión había terminado, son ya varios los jóvenes que, dando una nueva de tuerca a la estrategia antimilitarista, han ingresado en el Ejército para hacerse insumisos una vez dentro de éste e invitar a los demás soldados a desobedecer a dicha institución, garantizando el apoyo político, social y jurídico necesario para eficaz esta acción. En los próximos meses serán más los jóvenes que continúen esta nueva campaña de insumisión en los cuarteles. Este dato confirma que la oposición al militarismo va más allá de la mera crítica al servicio militar obligatorio, para plantearse, de forma extensa, contra cualquiera de sus manifestaciones y modalidades. NOTAS 1. Puede verse el informe emitido por el Colectivo Utopía Contagiosa ante la Comisión Mixta Congreso-Senado. Junio de 1997. 2. Son innumerables las leyes de los Siglos XVIII y XIX que recuerdan a ciudadanos e instituciones su deber de cumplir las leyes de reclutamiento (pues tanto se debía incumplir) y que reforman con mayor castigo la desobediencia de los llamados al reclutamiento (lo que supone lógicamente una elocuente prueba de la extensión de la desobediencia y del fracaso de la vía represiva). También lo son manuales y quejas de los militares ante la incomprensión social por los ejércitos y sus necesidades. 3. Introducción del documento "Nuevo modelo de Fuerzas Armadas", Subsecretaría de Defensa. Ministerio de Defensa. Madrid, 5 de diciembre de 1996. 4. Ejemplo elocuente es la declaración del diputado Willy Meyer Pleite en la sesión del día 19-3-1997 de la Comisión Mixta Congreso-Senado para la reforma del Ejército, afirmando el consenso total de la comisión respecto a la necesidad de un ejército profesional. Pág. 40. 5. Vid. el estudio de los famosos asesores del Pentágono en Toffler, Alvin y Heidi. "Las guerras del futuro. La supervivencia en el alba del S. XXI". Plaza y Janés. Barcelona 1994. 6. El País, 31 de Marzo de 1997. 7. Revista Española de Defensa. Editada por el Ministerio de Defensa. Número 73. Marzo de 1997. Página 14. 8. Comparecencia ante la Comisión Mixta Congreso-Senado del General Alonso Baquer, secretario permanente del Instituto Español de Estudios Estratégicos. Día 19-3-97. Página 42. 9. Comparecencia del Ministro de Defensa en la Comisión de Defensa del 7 de mayo de 1997. Diario de sesiones de la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados, núm. 210. 10. Comparecencia ante la Comisión Mixta Congreso-Senado del General Alonso Baquer, secretario permanente del Instituto Español de Estudios Estratégicos. Día 19-3-97. Página 43. 11. Tomado de la Directiva de Defensa Nacional 1/96 de 14 de Enero. 12. Del Objetivo de política de defensa de la Directiva de Defensa Nacional 1/96 de 14 de Enero. 13. Dietrich, Heinz. "Una ironía de la historia", en "Los vencedores. Una ironía de la historia". Edit. Txalaparta. Tafalla 1992. 14. Comparecencia ante la Comisión Mixta Congreso-Senado para la profesionalización del Ejército. 28 de mayo de 1997. 15. Véase El Viejo Topo, número 107. 16. El Mundo, viernes 14 de febrero de 1997. Páginas 4 y 5. Tribuna Libre: "De la profesionalización del ejército", Juan Cano Hevia. -----------------------------------