PUBLICIDAD OFENSIVA


Mientras grababa este verano una película, en uno de los habituales hachazos publicitarios, se coló un anuncio que ya había despertado en mí cierta curiosidad. Me froté las manos y me enfrenté a él como si de una película a programar en CINEMA PARADISO se tratara. El anuncio formaba parte de la campaña de captación que el Ministerio de Defensa está realizando este año para profesionalizar el ejército.

En un primer bloque se alternan imágenes de deportes en blanco y negro con imágenes militares en color. Aparte de la discriminación cromática, resulta curioso comprobar que en las escenas deportivas utilizadas como metáforas de las militares, se está atacando con lanzamientos a portería y a canasta, mientras una voz masculina e institucional habla de... "la mejor defensa"...

En un segundo apartado comienza un desfile de maquinaria bélica (avión, tanque, fragata) para dar luego una imagen distorsionada de la tropa. De las tres escenas mostradas, dos son protagonizadas por mujeres, y en una de ellas vemos en un primerísimo plano a una soldado uniformada pero caracterizada de una manera muy sensual: con los labios pintados y entreabiertos, y con un micrófono muy cerca de ellos. También de forma casi subliminal, vemos una banderita española en un uniforme militar que eclipsará la seductora imagen anterior. El ejército pretende vestirse de modernidad con la incorporación de la mujer, pero es obvio que no es síntoma de igualdad ya que en la vida militar se exaltan valores como el autoritarismo y el machismo. Ya decía alguien que en el ejército te hacen un hombre, aunque seas una mujer...

En la parte final vuelve a relacionarse el fútbol con lo militar. Vemos, otra vez en blanco y negro, la consecución de un gol, y luego su celebración en las gradas, donde solamente la bandera española que tienen los hinchas está coloreada. En las escenas militares en color, por supuesto, vemos instalaciones tecnológicas y un sodado haciendo "rappel" en un bello paisaje. Se pretende subrayar la sofisticación y la aventura, pero se omite la obediencia ciega, la disciplina absurda, la exaltación de la violencia y las sórdidas tareas que abundan en el ejército.

En definitiva publicidad "ofensiva" o apología militarista dirigida a personas con dificultades para incorporarse al mundo laboral y que deja a un lado el amor patrio. Por cierto ¿habrá relación entre el proceso de profesionalización iniciado y la colección de cine bélico que ha aparecido?

Alberto Millán Artero

[Publicado en la cartelera TURIA, 14-20 de diciembre de 1998]


OFENSIVA PUBLICITARIA

Leo con gran interés la carta de Alberto A. M. en la segunda TURIA de diciembre. "Publicidad ofensiva" titula con acierto su breve análisis del spot televisivo con el que las Fuerzas Armadas se anuncian entre detergentes milagrosos y coches ecológicos. Y se me ocurre aportar algunas piezas más de esta campaña publicitaria de intensidad sin precedentes para intentar discernir qué es eso tan importante que tiene que contarnos el M. de Defensa que requiere 1.650 millones de pesetas anuales. Aún en el ámbito de la caja tonta, al ya comentado anuncio tenemos que añadir otro que se viene emitiendo semanalmente las tardes de los sábados desde hace un par de meses, de 25 minutos de duración y con el mayor nivel de confianza que le da el haber sido realizado nominalmente por la propia televisión pública. Me refiero a la mal llamada serie del Ejército, al espacio Código Alfa, en el que la teleaudiencia desprevenida podrá descubrir, si es que no se ha enterado aún, que quien ingresa en las fuerzas profesionales entra a una especie de parque temático donde practicar todo tipo de deportes de aventura (paracaidismo, acampada, submarinismo...), llevar alimento a los pobres del mundo, luchar contra las malvadas llamas de los incendios forestales, o... criar palomas mensajeras.

Todo ello, naturalmente, en condiciones de perfecta igualdad entre sexos, porque para eso tenemos unos nuevos militares que además de democráticos, razonables, tolerantes y pacifistas, son feministas y están por la promoción de la mujer. No importa que el Ejército sea el principal reservorio de machismo primigenio de nuestra época o que la igualdad reflejada sea que a ellas también les dejan cargar los pepinos que disparan los tanques Leopard y, pronto, hacerse un hueco entre los rambos

aerotransportables de la Legión o la Brigada Paracaidista. Pero la inventiva de los expertos en marketing del M. de Defensa no acaba en estas mezclas entre cuento de hadas y película de acción. A lo largo de este año hemos podido disfrutar de exposiciones como la instalada en la estación de RENFE el pasado noviembre, machacando insistentemente la retótica de las llamadas "misiones humanitarias": cascos azules, niños bosnios en legionarios brazos ... Montaje que vuelve a Valencia a bordo del expo-tren de las fuerzas armadas, en ruta por todo el territorio español —excepto Euskadi y Navarra, no parece haber mucho público allí para estas cosas—. Una ofensiva publicitaria en toda regla que adquiere dimensiones siniestras cuando entre sus objetivos encontramos al propio sistema educativo: los institutos y la universidad como blancos preferentes de la introducción de esa cultura de «defensa» de la que —afortunadamente— somos ignorantes, y como cantera del ejército profesional. En definitiva, parece que cualquier cosa es valida para que le cuadren los números de la profesionalización al ministro Serra. Por lo visto, ni por esas.

Carlos Pérez Barranco

[Publicado en la cartelera TURIA, 21-26 de diciembre de 1998]


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