Carta colectiva de 6 nuevos insumisos a la Comissió Valenciana per a la Prestació Social Substitutòria.


El pasado día 11 de noviembre de 1994, Luis María Beltrán, Marcelo Expósito, José Ferrer y Nelo Vilar, quienes nos habíamos acogido tiempo atrás al marco legal de la Ley de Objeción de Conciencia (LOC), presentamos en la Comissió Valenciana per a la Prestació Social Substitutòria un escrito declarando nuestro rechazo de la Prestación Social Sustitutoria (PSS), nuestra negativa a cumplir esta imposición administrativa, y declarándonos por lo tanto objetores de conciencia insumisos; la situación administrativa en la que cada uno se encontraba respecto de la PSS era diversa. Esta declaración venía apoyada, asimismo, por Guillem Mencheta, que hacía así también pública su condición de insumiso al Servicio Militar (SM) y por Jordi Claramonte, también objetor de conciencia "legal" e insumiso a la PSS. Decidimos nuestra presentación colectiva y convocamos una rueda de prensa posterior , para el sábado 12 en la Plaza Tetuán de València frente a Capitanía General.

La declaración colectiva de rechazo a la PSS y la rueda de prensa en la calle eran asimismo un instrumento para hacer conocer al público la huelga de hambre que unos 50 presos insumisos estaban manteniendo desde semanas atrás en diversas prisiones del Estado Español. Dado que en todo el Estado estaban celebrándose acciones de apoyo a esta huelga, nosotros convocamos un ayuno de 24 horas que comenzamos de forma inmediatamente posterior a la rueda de prensa. Es decir, estuvimos en la calle, ayunando, algunos insumisos del MOC -a los arriba mencionados se unieron asimismo Sergi Piquer y Amand Ortiz, junto a algunas personas de apoyo- con las pancartas desplegadas frente a Capitanía. Al mismo tiempo en Castelló parte del grupo arriba mencionado convocaba asimismo rueda de prensa previa a acciones de calle y visita al juzgado. A pesar de la lluvia y el frío, las visitas esporádicas de nuestros simpáticos policías vestidos de civil y los cortes de manga de los militares -no hubo otros incidentes especialmente reseñables-, el objetivo de dar a conocer la situación actual de la insumisión en el País Valenciano y hacer aparecer en prensa la noticia de la huelga de hambre de los presos -escandalosamente silenciada por los medios de formación de masas durante semanas- se consiguió de forma bastante satisfactoria. Gracias también, naturalmente, a la presencia de todas las personas que por allí pasaron y permanecieron apoyando la acción. Esto que viene a continuación es un resumen de la declaración colectiva mencionada:

"Salud. Por la presente carta os transmitimos nuestra decisión de abandonar por completo las obligaciones administrativas que se derivan de nuestra situación actual como objetores de conciencia acogidos al marco legal de la PSS, y por lo tanto pasamos a declararnos objetores de conciencia insumisos. (...)

(...) En primer lugar y de manera fundamental rechazamos definitivamente acogernos al marco legal actual de la LOC por estar convencidos de que el contenido de la misma ha creado una situación de injusticia múltiple con relación a los objetores de conciencia. Entiéndase por injusticia el hecho de que a través de una pretendida prestación de un servicio a la sociedad por parte del objetor de conciencia se encubre en realidad la imposición de una penalización por nuestro rechazo no sólo de la obligatoriedad del SM, sino también del Ejército como institución y aparato ideológico, y del militarismo en general como proyecto y fenómeno social; este carácter de penalización que atribuimos a la PSS supone para los objetores de conciencia el secuestro por parte del Estado de un periodo en nuestras vidas durante el cual las posibilidades de desarrollo personal se ven seriamente mermadas; es de la misma forma un agravio comparativo respecto de aquellos/as ciudadanos/as que se sitúan fuera de esta obligatoriedad -pongamos el caso de las mujeres-: imposición de una injusticia que la PSS hereda del actual SM de forma muy evidente. Frente a todo esto, reclamamos el derecho al control de nuestras propias vidas. No menos injusto es el hecho de que por parte del Estado y de determinados sectores de la sociedad civil se rentabilice esta penalización de una manera egoísta mediante la explotación de nuestra condición consiguiente de mano de obra gratuita: una forma de desigualdad e injusticia directa para los objetores de conciencia que lo es también indirectamente para todos aquellos/as ciudadanos/as a quienes afecta en el presente la falta de un puesto de trabajo o realizan el mismo en condiciones precarias, porque la PSS es un ataque injustificable a los derechos laborales de los trabajadores y trabajadoras: existen a nuestro juicio pruebas suficientes de que, a pesar de las promesas realizadas por parte de la administración pública, la implantación de la PSS interfiere estos derechos laborales legítimos y afecta seriamente al mercado laboral.

Pero no son en realidad exclusivamente motivos de índole práctica referidos a las condiciones presentes de regulación de la PSS los que nos mueven a tomar la decisión que aquí os comunicamos. La imposición de la actual PSS es, como su nombre administrativo indica, una sustitución del SM obligatorio, que lejos de desaparecer queda de esta forma indirectamente legitimado. No está de más por lo tanto, llegados a este punto, recordar que como objetores de conciencia nuestro rechazo al SM, sea éste obligatorio o no, no se debe confundir con, ni reducir a, una cuestión de conveniencia puntual de evitar a título exclusivamente personal el paso por este servicio al Ejército. Como objetores de conciencia nuestro rechazo al SM es consecuencia de entenderlo como un rito de paso para el aprendizaje e interiorización por parte de los hombres de un determinado proyecto de sociedad que rechazamos de forma profunda. El ejército como institución es el vehículo privilegiado para la resolución violenta de las relaciones y conflictos entre los pueblos, persigue y se fundamenta en el sometimiento ciego e irracional a modelos jerárquicos y no de igualdad entre las personas y los pueblos; entendemos que, al contrario de la utilidad que se proclama, el mantenimiento del ejército como presunta institución defensiva significa en realidad una garantía de las desigualdades a nivel internacional por el sistema de relaciones económicas norte-sur, siendo este uno de sus fines reales y no siempre manifiestos. En tanto que el dispendio que suponen los gastos militares para el mantenimiento del ejército debería ser destinado de una forma más positiva a la defensa de los verdaderos intereses y necesidades sociales -como son el bienestar o la educación- y la fabricación y el comercio internacional de armamento son el alimento de numerosos conflictos internacionales -que se mantienen vivos por intereses económicos y políticos del autodenominado Primer Mundo-, pensamos que el ejército y el militarismo son amenazas reales para la paz y el bienestar de los pueblos.

Son motivos directos de la perpetuación de un modelo social y político en el cual las situaciones de desigualdad, de explotación, de injusticia e insolidaridad son endémicas e irresolubles mientras no sean radicalmente cuestionadas y renegociadas de forma colectiva, democrática y noviolenta las estructuras sociales y los contenidos que las fundamentan. Consideramos irrenunciable en conciencia el deber individual y colectivo de afrontar el proyecto de renovación profunda y radical del contenido ideológico que legitima nuestro modelo actual de sociedad; nuestra condición de objetores de conciencia (nos presuponemos tal condición a partir de una decisión personal y consciente, no mediante un beneplácito administrativo), así como la desobediencia civil a través de la insumisión, son caminos que se nos antojan adecuados para tal propósito: llamando la atención sobre estas cuestiones a partir de nuestra decisión política y reclamando el debate social consiguiente. Esta es y no otra, en efecto, nuestra verdadera prestación social.

Por lo tanto: como antes mencionábamos, el carácter sustitutorio de la actual PSS legitima a nuestro juicio de forma indirecta la existencia del SM, y consideramos, por lo tanto, que ejercer esta prestación sustitutoria es claramente contradictorio con las razones de conciencia que hemos intentado resumir de forma muy breve; y contradictorio por no poner en cuestión, e incluso diríamos que por legitimar y afianzar, todo aquello a lo que en conciencia nos enfrentamos y cuestionamos de una forma abierta, pública y noviolenta a través de la insumisión. (...)

(...) En fechas próximas acudiremos al juzgado para declarar nuestra condición de insumisos, junto a otras personas que se autoinculparán como inductoras, y presentaremos copia de este documento como prueba: Nelo Vilar en Castelló, junto al compañero Jordi Claramonte; Luis María Beltrán, Marcelo Expósito y José Ferrer en Valencia, junto al compañero Guillem Mencheta.

Saludos antimilitaristas: Luis María Beltrán, Marcelo Expósito, José Ferrer, Nelo Vilar. "