LA CULTURA DE LA EMPRESA.

 

ANGEL RIBES PONS

Departamento de Dirección de Empresas.

Profesor Titular de Economía de la Empresa. (Universidad Valencia). IESE, PDE (1970). Ha sido Gerente de Información Comercial Española, Subdirector de Heller Factoring. Consejero Delegado de Serviauto. Asesor de Empresas. Ha publicado ''El Factoring y las realidades económicas'' y diversos artículos.

 

RESUMEN

Con un enfoque cultural, podemos actuar mejor en la empresa y desde ella. La Cultura de una empresa es aquello que la identifica, le da unidad y constituye el supuesto desde el que actúa. Toda Cultura consta de Creencias, Querencias, Pautas y Medios y está condicionada por la Macrocultura del entorno y los ''Datos circunstanciales''; y si es Coherente y Consistente (compartida), propicia el éxito de la empresa que la encarna. Desde los supuestos culturales se definen las estrategias, se selecciona el personal, se formula la publicidad, se proyectan adquisiciones, fusiones, alianzas. El Nuevo Modelo, objeto de un próximo libro, ha sido satisfactoriamente utilizado en diversas ocasiones, y nos ofrece una definición clara, operativa y con múltiples aplicaciones de la Cultura empresarial.

 

ABSTRACT

Business performance can be improved by taking into account the cultural approach. The culture of a firm is what makes up its identity and unity of action. A culture is made up of beliefs, tendencies, traditions and means. It is, at the same time, influenced by a macro-culture and by particular circumstances, and if it is also consistent and coherent, enhances business performance. A defined and recognised culture makes itself present in hiring personnel, designing the advertising campaign, signing contracts and partnerships, and buying and selling. The model we propose here to recognise the culture of a firm has been already tested and has been successful in improving the business performance of selected firms.

 

I.- INTRODUCCION Y JUSTIFICACION DE LA NECESIDAD DE FORMULAR UN NUEVO MODELO DE CULTURA EMPRESARIAL.

 

Conocer las realidades complejas (la empresa lo es) ha sido siempre difícil, pero en la actualidad, y dada la progresiva especialización de los saberes, la dificultad es mayor. Al intensificarse los análisis de aspectos parciales, la confluencia de numerosos datos facilita y dificulta al mismo tiempo, y con distinto sentido, la percepción del todo unitario que integran y que suele ser el objeto preferente de nuestra investigación. Por lo dicho, es necesario recurrir a fórmulas integradoras que nos faciliten el conocimiento completo sin perder, en lo posible, la riqueza de sus contenidos. La complejidad referida aumenta cuando tratamos de realidades personales, por cuanto que en ellas se introduce la libertad como factor de indeterminación.

 

            Por ser libres, es complicado conocer a las personas individuales, y más, conocer las organizaciones, que por ser conjuntos de personas están dotadas, cada una de ellas, del mencionado factor de indeterminación. Con dificultades o sin ellas, cada día es más necesario comprender las organizaciones, porque cada vez hay más y son mas trascendentes sus funciones. Ellas son los grandes protagonistas de nuestra sociedad.

 

            Para conocer estas realidades complejas, se recurre a modelos. Los modelos son simplificaciones de la realidad, que se utilizan como formulaciones integradoras que nos permiten contemplar el todo unitario, abstrayendo los detalles minuciosos que puedan ocultarla. Hay diversos tipos de modelos, desde los más simples, los mecánicos, hasta los más complejos, los antropológicos. Aquellos tienen el atractivo de su sencillez, pero tienen el inconveniente de su simplismo. Y aplicar modelos mecánicos a realidades personales es de tal modo reductivo que lo que se gana en claridad se pierde en rigor. Se hace necesario encontrar modelos que sin perder la necesaria claridad, sean de mayor valor descriptivo y predictivo; a estos nos referimos cuando hablamos de los modelos antropológicos que consideramos mas apropiados para el estudio de las organizaciones.

 

            Un método relativamente novedoso de acceder al conocimiento de las organizaciones es el denominado ''enfoque cultural'', del que luego hablaremos. Este enfoque fundamenta modelos organizacionales de naturaleza antropológica, y merece por ello particular estima, pues nos facilita descubrir un más claro sentido de la acción humana en las organizaciones y nos permite hallar respuestas a importantes cuestiones, difíciles de responder desde otros enfoques. Es el caso de: ¿Qué tenemos en común los que formamos parte de una organización?

 

            Lo dicho para las organizaciones en general es por igual aplicable a las empresas (organizaciones con ánimo de lucro). Los enfoques culturales a ellas referidos surgieron en la década de los 70. Diversos autores se percataron de su valor explicativo, pues daba razón de algunos comportamientos empresariales no suficientemente aclarados con los enfoques y métodos precedentes. Fue entonces cuando se comenzó a usar la expresión ''Cultura de la empresa'' como factor diferenciador de cada corporación, y se constató que tenía diferentes repercusiones en sus rendimientos. T. Peters y R. Watterman[1] lo utilizaron en su conocido libro ''En busca de la excelencia'', y han tenido continuadores que han contribuido a su difusión. También otros autores, como Drucker, se percataron de que la cultura es un fenómeno que vale la pena entender, para que mucho de lo que hay de indescifrable en las organizaciones empresariales se esclarezca, pues tienen aspectos que no pueden ser estudiados con categorías científico-positivas, ya que las empresas tienen dimensiones que sólo cobran sentido cuando son estudiadas a la luz de enfoques más vitales.

 

            Tras los enfoques culturales hay diversas definiciones de cultura. Algunos autores han entendido por tal las apariencias externas, pero otros muchos se han percatado se trata, de un fenómeno profundo, complejo y de difícil comprensión. Así se pronuncian autores tan conocidos y distantes como Shein[2], Uttal[3], y Ansoff[4].

 

            Concluyamos esta introducción diciendo que toda empresa tiene, más o menos instalada y más o menos explícita, su propia cultura, y que las organizaciones empresariales, especialmente aquellas que tienen cierta dimensión, integran organizaciones menores, que aun participando de una Cultura empresarial común, tienen también sus particulares culturas que podemos llamar subculturas. Así sucede con los departamentos de vendedores, el personal de administración, las delegaciones, las unidades fabriles, las sucursales, etc. Esta es la razón por la que la identificación de la Cultura de una determinada organización deberá hacerse de acuerdo con un procedimiento acorde con el fin que se pretenda, y utilizando las muestras oportunas, para que las tipologías de las subculturas no distorsionen la que en realidad es la Cultura global de la empresa.

 

            Tras este ''status questionis'', exponemos el Nuevo Modelo de Cultura empresarial, que permite una interesante apreciación de la empresa, tanto en lo que a su realidad interna se refiere como a lo que a sus relaciones con terceros respecta.

 

 

II. EL NUEVO MODELO DE CULTURA EMPRESARIAL.

 

            1.- DEFINICION DE CULTURA EMPRESARIAL. SUS ELEMENTOS Y SUS CONDICIONANTES.

 

            Este modelo entiende por Cultura empresarial: ''Una realidad informante de la organización empresarial, que está integrada por un conjunto articulado de creencias, querencias, pautas de comportamiento, y medios, que comparten sus componentes''.          Mediante su Cultura, las empresas se identifican y se relacionan; se integran y se entienden; y desde ella, valoran y jerarquizan las múltiples situaciones que el entorno les presenta, pudiendo así darles respuestas adecuadas y coherentes.

 

            Para completar más este concepto añadiremos:

            -que la Cultura empresarial está condicionada por la Macrocultura del entorno y por los ''Datos circunstanciales'' -que luego definimos-; y

            -que para que sea valiosa deberá ser coherente y consistente (compartida).

 

            1.1. ELEMENTOS DE LA CULTURA EMPRESARIAL.

 

            Pasamos a describir, con cierto detalle, los integrantes de la Cultura empresarial: Creencias, Querencias, Pautas de comportamiento, y Medios.

 

            Por Creencias empresariales entenderemos: el conjunto de supuestas ''verdades'' que comparten los miembros de una empresa, y que utilizan para comprender y actuar sobre las realidades, internas y externas. Son las Creencias, frecuentemente no-explicitadas, lo que más condiciona el modo de ser de las personas, tanto individuales como grupales. Las creencias de una empresa son el elemento más dependiente del entorno, pero cada empresa tiene apreciaciones particulares sobre las comunes creencias de la Macrocultura del entorno. Pongo por ejemplo: ''Esta empresa cree que el I+D merece atención prioritaria''

 

            Por Querencias de una empresa nos referimos al conjunto de sus pretensiones. Ellas fundamentan sus actuaciones y la adscripción e integración de sus componentes. Comprenden: fines, objetivos, metas, propósitos, intereses, valores, misiones, etc. Toda organización empresarial nace promovida por individuos que se asocian o adscriben persiguiendo satisfacer sus necesidades individuales merced al logro de las grupales. Procederá pues, para conocer una Cultura empresarial, identificar, analizar y jerarquizar las Querencias compartidas por sus componentes y partícipes: promotores, capitalistas, trabajadores, clientes, proveedores, sociedad en general o, al menos, la interpretación que de ellas hagan los principales componentes de la empresa en cuestión. No será lo mismo pretender en primer lugar, maximizar los beneficios a corto o a largo plazo que aumentar la rentabilidad de las acciones que su cotización, maximizan los beneficios, que dominar un mercado, etc.

 

            Por ''Pautas de Comportamiento'' entendemos todo aquello que implícita o explícitamente prescribe un modo de actuar, bien porque se ''debe hacer'', bien porque así ''se ha venido haciendo''. Pautas de Comportamiento de una organización empresarial son los referentes éticos, pero también los usos habituales, modos y comportamientos: lenguaje, argot, celebraciones, ritos, mecanismos de promoción, de despido, de afrontar crisis, anécdotas, ceremonias, historias, leyendas, modos de vestir, de tratar, etc.

 

            Por Medios, nos referimos a aquellas realidades mediáticas, instrumentales, que utiliza la organización empresarial para hacer realidad sus Querencias. Los Medios constituyen la parte más explícita y visible de la Cultura. En ellos incluimos desde Balances, Códigos de Conducta, Estatutos, Memorias y Organigramas hasta edificios, publicidad, número de empleados, de delegaciones, etc.

 

            La adscripción de un determinado elemento a un grupo u otro es relativo porque las realidades son unitarias. Solo por razones gnoseológicas las disgregamos. Pongamos por caso los Presupuestos Anuales. Estos pueden adscribirse a Medios porque se utilizan para el control, pero también son una expresión de los objetivos previstos, y por ello Querencias. También son una manifestación de las Creencias con base en las cuales se formulan tales objetivos. Y finalmente pueden considerarse Pautas de comportamiento referenciales para la ejecución de lo que se pretende.

 

            1.2. CONDICIONANTES DE LA CULTURA EMPRESARIAL.

 

            Descritos, pues, los elementos constitutivos de la Cultura empresarial, pasemos a considerar aquellas realidades que, pertenecientes a la propia empresa o configurando su entorno empresarial, modifican o matizan su cultura. A saber, La Macrocultura y los Datos Circunstanciales.

 

            Por Macrocultura entendemos la cultura del ''habitat vivencial'' en el que se ubica la empresa. Es la cultura de un gran colectivo humano, generalmente correlacionado con espacios geográficos de grandes dimensiones, y que tienen unas creencias, querencias, pautas y medios propios. Este concepto resulta claro cuando hablamos de Occidente, Sudeste asiático, China, India, etc. Es la Macrocultura el principal condicionante de la Cultura empresarial.

 

            Los elementos de la Macrocultura (creencias, querencias, pautas y medios) son cualitativamente distintos a los de la cultura empresarial, y el origen de sus configuraciones también. Pero toda organización y, en concreto, toda organización empresarial queda condicionada por las Macroculturas de la superior organización a la que ''pertenece''.

 

            Dada la relevancia del tema, y a pesar de que no entremos en grandes desarrollos que considero exceden la extensión de este artículo, trataré de dar noticia de la importancia de la cuestión, pues este modelo nos da respuestas de cómo articular las organizaciones empresariales en marcos más universales. Para significarlo, aunque someramente, hagamos mención del significado y trascendencia que determinados ''elementos Macroculturales'' pueden tener en la Cultura de la empresa que en ellos viva. Pongamos por caso, las religiones (con lo que estas influyen en las Pautas de Comportamiento), los sistemas políticos, legales, de transporte, de comunicación, los niveles de Renta, de formación, etc.

 

            Disponer de una Cultura empresarial compatible con diversas y distintas Macroculturas no es un logro de inmediata consecución. Basta tomar en consideración la dificultad actual de montar una industria en Rusia o en China. Se precisan enfoques distintos incluso para vender en aquellos mercados. Un problema a este respecto podemos plantearlo del siguiente modo: ¿cómo adecuarse a realidades muy distintas sin perder la propia identidad?.

 

            Finalmente, observemos que las realidades sociales son diversas en los distintos lugares y cambian. Es posible que con el transcurso del tiempo se llegue a la preconizada Aldea Global, caracterizada por una Macrocultura común, pero aún estando esto muy lejos, es imposible que se alcance una tal uniformidad que haga a todos los colectivos humanos partícipes de las mismas creencias, querencias, pautas y medios. Con todo, vivimos ciertamente en un proceso unificador, con una tendencia a patrones de conducta unitarios, y, empujados por el progreso de los transportes y las comunicaciones, se genera un ámbito de convivencia más universal y un mercado cada vez más uniforme que promueve creencias, querencias, pautas y medios más parecidos. Pero al mismo tiempo podemos observar que en sentido contrario surgen con violencia, nacionalismos diferenciadores, que se contraponen a esa tendencia igualitaria que parece tener algo de indeseable.

 

            Tras desarrollar el concepto y la trascendencia de la Macrocultura, pasemos a describir el otro condicionante:

 

            Por ''Datos circunstanciales'' entendemos aquellas variables que perteneciendo también a la realidad empresarial y a su entorno, no son elementos instrumentales o mediáticos y que, según sea su dimensión, influyen en la macrocultura del entorno, y en la Cultura empresarial. Tales son, entre otros, el PIB y el número de habitantes del país, la rentabilidad, el nivel de beneficios, la posición en el mercado, los niveles de edad, de retribución, de formación de la empresa, etc.

 

            2.- CUALIDADES DESEABLES PARA LA CULTURA EMPRESARIAL SEGUN ESTE MODELO.

 

            Finalmente y para completar lo sustancial del modelo, haremos mención de las cualidades deseables para que la Cultura empresarial que encarna una determinada empresa sea valiosa. Son: la coherencia y la consistencia.

 

            Por ''Coherencia'' queremos significar la no contradicción entre las creencias, querencias, pautas de comportamiento y medios de una organización. Frecuentemente estas variables presentan contradicciones, es decir, se creen unas cosas, se desean otras, se hacen unas terceras y se utilizan medios inadecuados. Para armonizar estas variables es primordial la tarea directiva.

 

            Por Consistencia queremos significar la intensidad con la que los miembros de una organización comparten una misma cultura.

 

            Los análisis de coherencia nos permitirán corregir las posibles contradicciones internas, y los análisis de consistencia nos ayudarán a conocer hasta qué punto están asumidas las variables culturales de una empresa por todos sus miembros.

 

            3.- ALGUNAS SUGERENCIAS PARA LA APLICACION DEL NUEVO MODELO.

 

            Una vez completado lo sustancial del Nuevo Modelo y admitida la conveniencia de que toda empresa disponga de una cultura lo más coherente y consistente posible, aconsejamos en primer lugar identificar la cultura existente (toda empresa tiene su propia Cultura aunque no esté explícita), y para ello, comenzaremos por explicitar las querencias para que todos y cada uno, empezando por propietarios y directivos, las acepten o maticen.

 

            Durante el proceso de identificación, y también, una vez finalizado, procede detectar las incongruencias y tratar de sistematizar lo percibido de modo que se pueda recomendar el cómo armonizar las variables.

 

            Ciertamente nunca se alcanzará una cultura ''ideal'', no existe, pero es necesario acercarse a un teórico ideal con sucesivas aproximaciones

 

            A la hora de aplicar este modelo, frecuentemente hemos constatado la dificultad de definir con claridad y precisión las querencias, lo cual pone de manifiesto el modo intuitivo de dar respuesta a las situaciones que se presentan, con lo que ello supone de improvisación y arbitrariedad en la dirección.

 

            Es difícil formular explícitamente y con acierto las querencias de una empresa. Pero es esta una formulación necesaria, porque necesario es averiguar lo que verdaderamente se quiere y espera de la propia empresa.

 

            Una vez formuladas las querencias y superadas las elementales incongruencias del dueño o dueños, directivos y demás, procederá conocer las creencias subyacentes. Y, por ultimo, poner en claro las pautas de comportamiento más adecuadas para hacer realidad las querencias.

 

            Una vez identificados los elementos de la Cultura empresarial, y verificada su coherencia, procederá contrastar y en su caso promover su consistencia. Para ello se recurrirá a procedimientos diversos.

 

            Si fuese conveniente un cambio sustancial de la Cultura presente, se precisará formular un nuevo paradigma, para según él configurar los elementos de una nueva Cultura supuestamente mejor. Frecuentemente será conveniente recurrir a un nuevo liderazgo.

 

III. APLICACIONES Y VENTAJAS DEL ENFOQUE CULTURAL.

 

            Finalmente, y una vez explicado lo sustancial del Nuevo Modelo, expondremos algunos aspectos que ponen de manifiesto las ventajas de dirigir la empresa, desde los supuestos de la propia Cultura.

 

            Las empresas, consciente o inconscientemente, siempre actúan desde sus propias culturas: coherentes, consistentes, explícitas o todo lo contrario.

 

            S. G Echevarría afirma: ''Puede decirse que un buen management consiste casi exclusivamente en la fijación, implementación y realización de una determinada Cultura empresarial. Esta es la base de la función directiva''. Y añadirá: ''Se puede afirmar en términos generales que diferentes culturas empresariales conducen a muy diferentes resultados económicos y sociales, tanto en una empresa como en un país. Las diferencias competitivas entre las empresas y los paises radican básicamente en la forma según la cual se diseñan las culturas corporativas''[5]. Esto es fácilmente comprensible, ya que diseñar la Cultura de una organización es, en definitiva, diseñar lo más radical y nuclear de la organización misma, y por ello, todas las actuaciones, en, y desde, la organización empresarial, serán consecuentes con la Cultura en ella establecida: desde la Estrategia hasta la Estructura, pasando por la dirección, la selección de personal, la publicidad y comunicación, etc. En estas, y en todas las realidades empresariales, será conveniente proceder ''desde la propia cultura'' porque ello hará posible un comportamiento unitario y coherente con lo que la empresa verdaderamente es y pretende.     

 

            Así pues, la primera y principal ventaja del razonar y proceder así será el fundamentar la unidad existencial y operativa de la propia empresa. Esto es, si cabe, más valioso, por cuanto que vivimos en una sociedad en la que lo permanente es el cambio, y la empresa, para ser siempre ''la misma'', deberá apoyarse sobre un común referente, cuanto más coherente, consistente, y estable, mejor. Ese referente es la propia Cultura, y por ella, desde el primero al último sabrán siempre a qué atenerse, ante cada nueva situación que se presente.

 

            Otras ventajas son:

 

            Propiciar estructuras planas, menos jerarquizadas, más informales, con lo que esto significa para empresas que precisan de creatividad, flexibilidad, adecuación al cambio, improvisación, etc.

 

            Facilitar la comunicación: una Cultura empresarial valiosa, bien definida y asumida, podrá ser bien comunicada, y bien conocida. Así, las relaciones con propios y extraños, se harán más fluidas y provechosas, generando confianza para con trabajadores, clientes y proveedores.

 

            Proceder desde el enfoque cultural será también muy útil:

 

            Para programar la publicidad; actividad esta por la que las empresas dan a conocer sus realidades y sus realizaciones. De ella dependen en gran medida el crédito, la confianza, la buena imagen; valores estos que consolidan el prestigio, y el buen nombre. Por ello, no tendría sentido reflejar en la publicidad imágenes y comportamientos discrepantes de los que habitualmente sigue la empresa, creando confusión a la corta o a la larga. Las manifestaciones publicitarias deben ser, pues, coherentes con el supuesto cultural que es el que constituye el radical y permanente modo de ser de la empresa.

 

            Para enfocar como es debido la selección del personal, especialmente de los directivos, por cuanto que importará elegir a aquellos que tengan, amén de una adecuada cualificación técnica, unas pautas de comportamiento, jerarquía de valores, y creencias, acordes con las de la empresa. Los así seleccionados tienen mas probabilidades de integrarse más, y mejor.

 

            Para ampliaciones, internacionalizaciones, fusiones, adquisiciones, alianzas. En estos procesos, se precisa armonizar culturas, pues de lo contrario, el entendimiento o la implantación será difícil.

 

            Para definir estilos comerciales, o financieros, nuevos productos, líneas de investigación y desarrollo, etc.

 

            En conclusión, por estos y por otros muchos motivos es conveniente:

            1ª Identificar y explicitar la propia Cultura

            2ª Promover su coherencia y consistencia.

            3ª Establecer mecanismos de ''puesta al día''.

 

En honor a la verdad, conviene añadir que, si bien una buena cultura es clave para la eficacia, ella no garantiza el éxito económico, como tampoco la honradez impide una desgracia, ni la perversión, un acierto.



[1]Peters T. y Watterman R.. ''En busca de la excelencia. Lecciones de las empresas mejor gestionadas de Estados Unidos'' Barcelona: Folio,1992

[2]Schein, E. ''La cultura empresarial y el liderazgo: una visión dinámica'' Esplugues de Llobregat.: PLaza y Janes 1988.

[3]Uttal, B. ''The corporate culture Vultures. Culture and related Corporate Realities''. Boston: Irwin. 1985.

[4]Ansoff, H. Igor ''La dirección y su actitud ante el entorno'' Bilbao. Deusto. 1985

[5]Garcia Echevarría S. ''Diseño del management en función de la Cultura directiva''. Ponencia presentada en el IV congreso nacional ACDE Barcelona 15-17 de septiembre 1994.