PRESENTACIÓN
PRESENTACIÓN
El XI Congreso Nacional de Teoría de la Educación (CITE 08), a celebrar en Valencia en julio de 2008 tiene como tema central a debatir: Educación, Género y Políticas de igualdad; queremos, desde la Teoría de la Educación, dar respuestas al reto formulado por la UNESCO en los "Objetivos de desarrollo del milenio", uno de los cuales, el objetivo nº 3 va dirigido a promover la igualdad de derechos y oportunidades entre los géneros y la autonomía de la mujer; objetivos que se contemplan en la temática educativa propuesta en la Década de la Educación para el desarrollo sostenible 2005-2015, en la que la igualdad entre géneros esta considerada como una de las condiciones fundamentales para el desarrollo humano y referida a un objetivo contra una realidad de discriminaciones que están requiriendo una mayor atención por parte de la ciencia, la política, las instituciones sociales y la educación.
Las relaciones de género representan una preocupación generalizada universalmente por cuanto afectan a la identidad personal y a las relaciones de poder, cuestiones que vienen determinadas culturalmente; si bien la desigualdad de género en relación a la mujer, es un problema común en todos los países y culturas, reflejo del tipo de desigualdad social tradicional establecida entre géneros; de ahí que, tradicionalmente, los estudios realizados sobre la relación género y educación se hayan centrado en operativizar las situaciones de discriminación femenina en los diferentes ámbitos de actividad humana para establecer las políticas y acciones pertinentes para su erradicación; la última de las cuales ha sido en nuestro país la Ley Orgánica 3/2007 de 22 de marzo por la igualdad efectiva de mujeres y hombres, publicada en el BOE nº 71 de 23 de marzo de 2007.
Uno de los ámbitos claros de discriminación es el de la relación personal que aboca a la violencia de género, frente a la que como medida de erradicación ha sido en nuestro país la aprobación de la Ley orgánica 1/2004 de 28 de diciembre de 2004 de medidas de protección integral contra la violencia de género. La Ley da un paso muy importante para erradicar una situación que es mundialmente endémica; por vez primera se plantea este gravísimo problema social desde un enfoque integral, contemplando la actuación en diversos ámbitos. La violencia hacia las mujeres es un problema cultural, y por tanto es también un problema educativo; lo que lleva inevitablemente a analizar qué papel va a jugar la nueva ley en la formación de niños y niñas. Es verdad que su educación no sólo se dará en la escuela, pero también en la escuela, donde es necesario intervenir de manera contundente y sin ambigüedades. La Ley hace hincapié en una relación entre el modelo con que el sistema patriarcal resuelve los conflictos y la violencia de género, por ello incluye entre sus principios para el sistema educativo la resolución pacífica de los conflictos; la educación para la paz. Sin embargo, el meollo de la cuestión no estará tanto en los principios, bien reflejados, como en las medidas plasmadas en la nueva Ley de Educación y su aplicación en la práctica educativa.
Otro de los ámbitos claros de discriminación es el laboral que aboca, a pesar de haberse logrado en los países industrializados la igualdad legal de derechos, a mayores dificultades para encontrar empleo, a la percepción de salarios más bajos y al desempeño de funciones laborales de nivel inferior; lo cual hace necesario una evaluación de las políticas de fomento del empleo, un análisis de la valoración de los puestos de trabajo y su clasificación profesional, la promoción de las mujeres en los consejos de administración de las empresas, el establecimiento de planes de igualdad en las empresas, el desarrollo de la responsabilidad social corporativa, así como la aplicación de planes de conciliación de la vida familiar y laboral.
El trabajo desde el sistema educativo se hace absolutamente necesario para invertir el proceso socializador que desde siglos ha adjudicado a las mujeres -por el hecho de serlo-, un papel secundario en la sociedad. Se hace necesario promover un cambio curricular que permita ofrecer una nueva mirada de los saberes, de la ciencia y la cultura que incluya a las mujeres y contribuya a valorar y a dignificar su papel en la sociedad. Es urgente que se produzcan cambios curriculares que vayan, desde la inclusión de nuevos contenidos en las "viejas" áreas y en las nuevas áreas o asignaturas a lo largo de toda la vida escolar, a una selección de contenidos de acuerdo a una visión no androcéntrica y que no pondere los acontecimientos violentos e individualistas, y también a una nueva manera de impartir esos contenidos más acordes con los principios de cooperación y resolución pacífica de los conflictos, en la distribución de espacios y tiempos que favorezcan esta dinámica, y en el análisis, investigación y detección de esos obstáculos en el currículo oculto, verdadero vivero de situaciones de discriminación y violencia en la escuela.
Hemos de ser capaces de construir un nuevo modelo de convivencia basado en la ética de la simbiosis frente a la ética de la dominación; un modelo que ayude a percibir la realidad y afrontar la solución de conflictos de una manera relacional, interdependiente; un modelo corporativo que rompa la brecha (los desequilibrios) con referentes de pensamiento fundamentados en perspectivas integradoras.
Convocamos este nuevo Congreso animados por la participación y buena acogida que han tenido las ediciones anteriores y por la riqueza de los intercambios de experiencias y debates productivos realizados en 1986, 1988, 1991, 1993, 1995, 1997, 1999, 2001, 2003 y 2005. Convocatorias que han venido siendo bianuales y que en este Congreso iniciamos con una periodicidad trianual, esperando que su celebración nos permita dar nuevos pasos en la creación de foros para el intercambio y el debate, que aporten nuevas ideas y perspectivas para el tratamiento pedagógico de las cuestiones planteadas.
El Congreso pretende concitar la implicación de todos aquellos profesionales encargados de la formación de nuevas generaciones procedentes de diversos ámbitos disciplinarios y niveles educativos; de los profesionales que desarrollan sus funciones de formación en la educación no formal; así como la participación de los estudiantes de los niveles de la enseñanza superior.
Invitamos a toda la Comunidad educativa a participar activamente en las diferentes sesiones del Congreso y a presentar las comunicaciones, posters y experiencias que, sin duda, van a enriquecer el necesario debate científico a establecer.
Es nuestro deseo y compromiso que la acogida de todos en Valencia sea grata, interesante y valiosa desde el punto de vista académico, profesional, y también personal.
Pilar Aznar Minguet
Presidenta del Comité Organizador del Congreso