Título: Los Siglos de Oro en los Virreinatos de América, 1550-1700 
Textos de: Jonathan Brown, Joaquín Bérchez, Ramón Mª Sarrera, Luis E. Wuffarden, Jaime Cuadriello, Alfonso Rodríguez G. de Ceballos, Luisa E. Alcalá, Mª Concepción García Sainz y otros.
Dirección y comisariado: Joaquín Bérchez
Editorial: Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V • Publicado: Madrid, 1999 • Precio: 5.000 ptas.

Crítica por Armando Pilato

Por fortuna después de una gran exposición, en la que se reúnen temporalmente importantes piezas de distinta procedencia, el catálogo de la misma queda como un corpus inagotable tanto para el investigador como para el público que la contempló, e incluso para quien no tuvo la oportunidad de visitar la muestra durante el periodo de su exhibición. En una época en la cual parece que nos hemos acostumbrado a las exposiciones deficientemente realizadas, reencontrarse con el catálogo de la espléndida muestra Los Siglos de Oro en los Virreinatos de América, 1550-1700 constituye una delicia para el intelecto y para los sentidos. La exposición se pudo ver en el renovado Museo de América de Madrid entre los meses de noviembre de 1999 y febrero de 2000. Comisariada por Joaquín Bérchez, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Valencia y especialista en el arte y la cultura del barroco europeo y americano, la exposición presentó y analizó uno de los periodos más importantes en las manifestaciones arquitectónicas y artísticas del continente americano.

La singularidad estética y la compleja dimensión geográfica de América dejaron su huella en el arte y en los planteamientos urbanísticos desarrollados en los focos de atracción del primer periodo colonial. La particularidad del terreno, algunos con suelos pantanosos y blandos, la amenaza de los terremotos, la existencia de materiales autóctonos, como el "divino" tezontle, y la diversidad idiomática de la mano de obra indígena, fueron acertadamente asumidas por los arquitectos europeos, quienes tuvieron que adaptarse al complejo medio americano. Por otra parte las distintas funciones que asumieron los objetos y las obras artísticas hicieron que los distintos géneros artísticos se replegaran al gusto americano. Así la pintura matizó los temas importados del viejo mundo, creando nuevas iconografías y devociones en las cuales se exaltaba tanto la realidad artística americana como las huellas del pasado prehispánico. Mediante la selección de 171 piezas de primer orden la exposición mostró el alcance de la cultura artística que se desarrolló en las Indias Españolas durante el reinado de los Austria, centrándose sobre todo en la rica producción artística producida en los Virreinatos de Nueva España y del Perú. La muestra, y también el interesante y cuidado catálogo de la misma, se dividió en cuatro secciones.

Entre el documento y el género artístico, reúne importantes imágenes topográficas, planos y dibujos de ciudades y pinturas que sirvieron y aún sirven como crónica veraz de la sociedad virreinal de la época. La arquitectura en sus imágenes gira en torno a una cuidada maqueta automatizada de la impresionante Catedral de México, una reproducción realizada ex profeso para la muestra en escala 1:50, que nos permite apreciar su estudiada arquitectura. Las trazas, de capillas, portadas y retablos, los planos y las sucesivas intervenciones en esta magna obra se unen a los documentos de otras construcciones religiosas y civiles levantadas durante el periodo analizado. La sección titulada Los temas de la época y los centros artísticos recoge pinturas y esculturas de las distintas escuelas americanas permitiendo apreciar la temprana aparición de una personalidad artística propia de gran calidad. Las obras de Cristóbal de Villalpando y Juan Correa en México, de Gregorio Vasques de Ceballos en Colombia, de Miguel de Santiago en Ecuador, de Diego Quispe Tito en Cuzco y de Melchor Pérez de Holguín en Bolivia, entre otras firmadas o no, demuestran la existencia de matices y rasgos propios que enriquecen la impresión de la pintura americana.

La interesante sección denominada Primores artísticos: temas y materiales del Nuevo Mundo está dedicada a la influencia de los temas religiosos o históricos realizados con materiales, técnicas y soportes autóctonos, mostrando como tanto las artes aplicadas indígenas como las de influjo oriental dialogan con la nueva temática artística y los motivos cristianos. Las coloristas pinturas de plumas, los sutiles enconchados, las bateas, los queros y las esculturas en piedra de huamanga, en caña de maíz o en tecali, así como otros particulares objetos artísticos, nos demuestran aspectos de la riqueza del encuentro de culturas y de la pervivencia en el tiempo de las razones olvidadas de los pueblos indígenas de América.


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