m o n o g r á f i c o c o m u n i c a c i ó n

HIJOS DE LA PALABRA
por Norberto M. Ibáñez

 
Cada palabra al mismo tiempo dice y calla algo. Saberlo es lo que distingue al poeta de otros enamorados de la palabra, como los oradores o los que practican las artes sutiles de la conversación. La lengua es un signo, el signo mayor de nuestra condición humana.
Ocativio Paz

Un indicador claro de la influencia y repercusión del idioma español en el mundo es haber visto a Bush, Gore o Clinton ligarse a sus potenciales votantes utilizando una lengua que hasta hace unos años les resultaba decadente, fuera del stablishment e innecesaria para gobernar su nación y en extención el planeta. Resulta pues, muy sintomático que desde las altas esferas de Estados Unidos se vean obligados a recurrir al uso del español para ganar unas elecciones. Y es que nuestro idioma se extiende por todo el globo, siendo la segunda lengua más importante y la tercera más hablada con cuatrocientos millones de hablantes nativos. Muchos de esos millones ya han colonizado los estados norteamericanos, incluso los más reaccionarios históricamente; e incluso estadísticamente se prevé que el perfil demográfico angloamericano dé un giro radical en las próximas décadas, donde los latinos superarán a la población oriunda. Así bien, si la potencia hegemónica mundial por excelencia, que según un informe de la CIA va a seguir manteniendo este liderazgo, al menos hasta el 2015, utiliza la lengua cervantina, puede significar que a partir de ahora tengan más en cuenta nuestra literatura, sociedad, ciencia..., además, otro dato que reafirma esta opinión cómo la cultura hispana está adquiriendo posiciones elevadas es, que hoy día los estudiantes estadounidenses eligen el idioma español como segunda lengua, porque les parece una herramienta de trabajo cada vez más práctica y necesaria para sus futuras profesiones. Dado que el panorama es así de prometedor no es de extrañar que cada vez aparezcan más medios de comunicación en español en países lejanos a las latitudes hispanas. 

Resulta curioso, nosotros, los hispanoparlantes, toda la vida estudiando inglés para que ahora Bush y sus chicos, por una cuestión política hablen español y pongan de moda lo latino. De esta manera, debemos estar muy atentos a lo que acontezca próximamente y analizar detenidamente el siguiente paso que dé al frente la Casa Blanca con respecto a nuestro idioma, pues, ya que Estados Unidos ha sido quien ha marcado la tendencia cultural al menos desde hace un siglo, quien sabe, quizás  dentro de poco el idioma de Shakespeare, Faulkner o Joyce, sólo sirva para que nos entendendamos con un noruego en un aeropuerto de Turquía. 

Aunque, haciendo una pequeña digresión, y sirva sólo como aproximación intuitiva, no estaría mal también comenzar a entender cómo se habla por China, pues cuando ese sector de la Tierra despierte, se movilize y tome autoridad veremos donde queda el inglés y el español. 
 

La pregunta que debemos hacernos es qué papel juega el español en la creación, registro, acceso y circulación de información de alto contenido cultural y científico en publicaciones no sólo analógicas sino también virtuales.

Ahora bien, este esplendor hispano debe de ser bien guiado, bien orquestado para que se consigan cotas que hasta el momento no se han logrado y que sí darán a nuestra lengua el status que está pidiendo a gritos para equiparase al primer idioma que es el inglés. Por tanto la pregunta que debemos hacernos es qué papel juega el español en la creación, registro, acceso y circulación de información de alto contenido cultural y científico en publicaciones no sólo analógicas, sino también virtuales.Hasta la fecha es imprescindible publicar en inglés ya que la élite científica así lo exige. Nadie, ningún científico de origen latino, se ha rebelado contra esta condición sine qua non ya que si desea que su trabajo sea considerado o publicado en los medios de prestigio y tener alguna posibilidad de participar en el debate dentro del circuito científico de mayor rango y credibilidad, no puede ser de otra manera. Quizás sea el momento de comenzar a marcar la diferencia e insistir en que sean los angloparlantes los que se tomen las molestias de pasar sus informes, artículos y ensayos al español. Aunque bien pensado, ésto es irreal, al menos por el momento, pues  no es del todo una cuestión de lenguje, sino de inversión de los propios países en I+D (Investigación y Desarrollo) para que sus propios científicos puedan desarrollar argumentos sólidos y rigurosos.
Internet tiene mucho que decir en este terreno, ya que es un nuevo medio que puede ayudar a que un idioma tome la cabeza y se universalize de manera sustancial. Como dice Javier Echeverría, aquella lengua que produzca sus primeras obras maestras de la escritura electrónica ,adquirirá un gran impulso en el nuevo milenio. La expansión de una lengua en internet se convierte así en una cuestión de "ingienería lingüística". 
 

Según algunos informes el 90% de las comunicaciones en internet se hacen en inglés, seguido de un 6% que se reparten el francés y el alemán y de un 2% que utiliza el español. 

Así las cosas, todavía vemos que estamos muy lejos de conseguir ese liderazgo.
Internet, que configura un nuevo espacio social, conlleva la aparición de una nueva forma de escritura y publicación a partir de la escritura eléctrónica, basada en la digitalización, la hipertextualización y la memorización electrónica multimedia y, del mismo modo que la imprenta produjo un fuerte impacto sobre las lenguas habladas, otro tanto ocurre hoy con la escritura electrónica. Por tanto, la defensa del lenguaje no debe ser la única razón que mueva a los expertos a pedir la incorporación de la comunidad de hispanohablantes al ciberespacio (nos alarmamos a veces de que nuestro idioma esté cargado de anglicismos, pero olvidamos que nuestra lengua es una de las más mestizas, ya que está cargado de términos árabes, italianos y galicismos que ya ni percibimos e incluso aceptamos como nuestros), sino que, la red debemos de cargarla de contenidos y exigir una innovación y gestión tecnológica que posibilite el uso de las lenguas en el terreno virtual y potenciar así la aparición de usuarios y no sólo de hablantes o literatos. En ese momento el español hablado en México, Colombia o España, cada vez sincronizando, en mayor medida, sus gramáticas (espero que nunca su bella fonoestilística ni su peculiar habla) tendrá un valor cada vez más crucial en todos los entornos, tanto culturales como políticos, sociales, económicos... y no será utilizada nunca más como arma retórica en boca de un demagogo a la caza despiadada de los votos de las clases medias hispanas de Estados Unidos.

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