m o n o g r á f i c o c o m u n i c a c i ó n

Adolfo Plasencia
adolfo@mag.upv.es

Rapa Nui: El Ombligo del Mundo. Te pito Te Henua
Descripción de una cultura incomunicada


En su libro Vida de un comunista, Elías Lafertte,  fundador
y más tarde presidente del Partido Comunista de Chile,
relata su destierro en Rapa Nui durante la dictadura
del general Carlos Ibáñez del Campo, en 1929: ……

Los comunistas decidimos hacer una discusión política. Seguramente lo que relato podrá despertar sonrisas en los que no nos conocen bien. ¡Miren que ponerse a hablar de política en una isla a tres mil kilómetros del continente! Pues sí, tuvimos que hacerlo porque existían dudas muy serias sobre algunos de nuestros compañeros y la convivencia con ellos se tornaba peliaguda y difícil. Para celebrar estas reuniones debíamos escondernos de los obsequiosos nativos, que no nos querían dejar solos a sol ni a sombra. 

Se comprobó, por ejemplo, durante esta discusión, que el secretario general del Partido, Iriarte, había actuado con actitud doble. (...) Entonces, por unanimidad, lo expulsamos del Partido. Se aprobó hacia él una consigna de silencio: ninguno de nosotros volvería a cambiar una palabra con él. Era una especie de política del hielo, una huelga de silencio contra el mal camarada que había traicionado los principios del Partido y abusado de su cargo directivo para robar un dinero que pertenecía a los compañeros presos. 

El "ñato" quebrantó el acuerdo y fue expulsado también. Libres ya de toda disciplina y de la decencia que caracteriza a los comunistas, ambos se fueron a vivir maritalmente con nativas de la isla.(...)


 

Nada más pisar la isla Rapa Nui me invadió una poderosa sensación de encontrarme en un lugar verdaderamente mágico. 
Aunque se pueden encontrar textos sobre su historia y aun a riesgo de escuchar, y luego divulgar, algún detalle inventado, yo preferí recibir como información el relato de una familia en la que vive aún una abuela rapa-nui, en cuya casa preferí quedarme, en lugar del hotel en mi estancia en la visita. Tras la noche de mi llegada, al día siguiente, pude comprobar que la casa estaba ubicada en un lugar magnífico y que acerté completamente al decidir mi estancia allí. Estancia cuyo final retrasé hasta tres veces. 
Rapa Nui, el nombre que los aborígenes dan a la isla viene de rapa -brillo obscuro- y nui -grande- y que hace referencia  a la visión que se tiene de ella desde el mar cercano. Me lo contó, Fco. Edmund Paoa, mi guía de en aquellos días, hijo y nieto de auténtica mujer rapa nui, y mi amigo desde entonces.

Para entender la historia de Rapa Nui e intentar comprender su agitada y casi increíble historia hay que construir un relato que se encadena integrando hechos conocidos, historias híbridas de una realidad con una cierta visión del 'mundo' y relatos imaginados, hechos demostrados sobre huellas físicas del pasado y personajes de la mitología propia, e independiente de cualquier otra, con leyendas y fábulas inventadas que a veces son más hermosas aún que si hubieran sucedido realmente. Cultural y espiritualmente, los rapa-nui no tienen nada que envidiar a ningún 'occidental' aunque la historia de su cultura es la descripción de una cultura incomunicada pero poderosa.

Las sociedades polinésicas destacan, fundamentalmente por dos factores: poseen una extraordinaria habilidad marinera (allí aparecen las embarcaciones preindustriales de diseño mas eficiente: los catamaranes de doble casco y alto velamen, hoy considerados los reyes de la velocidad a vela en el mar) y el desarrollo de altas culturas de tipo neolítico, capaces de realizar esculturas megalíticas gigantescas dedicadas al culto a los ancestros y que hoy son símbolos culturales de valor universal.
Para entender la evolución de la cultura rapa nui hay que tener en cuenta los excepcionales datos geográficos que  han sido decisivos para convertir a  la isla Rapa Nui en un caso extremo tanto en geografía como en historia o antropología.
La Isla de Pascua o Rapa Nui es la más oriental de las Islas de Polinesia y uno de los lugares mas aislados por el océano que existen en el planeta. Se encuentra a casi 4.000 km. Al oeste de las costas chilenas y casi a 3.000 de las islas habitadas mas próximas (Pitcairn) y el archipiélago de Juan Fernández, al sureste, que según cuentan, el chileno que encontró al auténtico Robinson Crusoe.

Rapa Nui está poblada desde los principio de nuestra era y es uno de los casos más fascinantes de intenso y extraordinario florecimiento cultural en una pequeña comunidad humana (nunca ha llegado a tener 3.000 individuos) en situación de extremo aislamiento durante más de quince siglos. Su medio natural está condicionado por unos recursos muy limitados: la madera es un lujo para los rapa nui -te miro he hauha'a mo te rara nui-. La superficie de la isla forma un triángulo entre los cráteres de tres volcanes inactivos (Tereraka, Rano Raraku y Katiki) que tiene un máximo de 24 km. Y un ancho de 12. Su masa es la parte no sumergida de una gran montaña submarina de 200 km. de lado que, desde unos profundos fondos marinos a 4.000 metros, asciende vertical y emerge en medio de un extenso y solitario vacío en  la superficie del Pacífico Sur.
La primera noche que un europeo pasa en Rapa Nui y mira su cielo saturado de un esplendoroso brillo de estrellas no lo reconoce. Sólo al cabo de un tiempo, empieza a comprender que no está acostumbrado a mirar el universo desde el hemisferio Sur. Es como un cielo estrellado puesto a la máxima potencia. No hay contaminación lumínica, algo que ha hecho que en nuestras ciudades europeas, desde hace tiempo, nuestras noches hayan perdido las estrellas.

Isla de Pascua es el nombre oficial que impuso, para señalar el día de su 'descubrimiento', el holandés Roggeveen el domingo de Pascua de 1722. Sus habitantes, actualmente hablan español, tras una etapa de 111 años en que la isla forma parte del estado chileno, desde su anexión hasta hoy. Las familias y la comunidad rapa nui siguen hablando su lengua autóctona en la intimidad y luchan por preservarla a toda costa. La armada chilena mantiene una guarnición militar en la isla en cuyas garitas hay impertérritos centinelas que son objeto de la fina ironía típica de la comunidad rapa nui ya que, por su posición, están obligados a observar fijamente el mar de un lugar tan alejado y aislado al que ni siquiera la hecatombe del conflicto del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial llegó a rozar. Los rapa nui dicen que al vigilar el mar, están disimulando y en realidad, los centinelas chilenos, los ha puesto la armada para que les vigilen a ellos por el rabillo del ojo, ya que después de un siglo de anexionarse la isla, aún les temen y no se acaban de fiar de los rapa nui.

Una civilizacion lítica en dos etapas
Una Cultura tallada en piedra. He Anga Rapa Nui Pa'o I Runga I Te Ma'ea.
Entre el siglo VI y el XVIII se sucedieron dos culturas sucesivas, cada una con sus propias deidades, leyes, mitos, religión, organización social y estructura de poder. Resulta asombroso que una tan exigua comunidad, propia que lo que en occidente llamamos la 'edad de piedra' durase, sin conocer el metal, hasta la llegada de los europeos en el siglo XVIII, pero fuese capaz de realizar proezas técnicas que ni siquiera son explicables para nosotros a pesar de los avances técnicos que ya posemos en el principio del siglo XXI.
Según la leyenda, un grupo de polinesios bajo el mando del rey Hotu Matu'a, tras enviar una avanzada de siete exploradores (hoy inmortalizado por siete gigantescos retratos en piedra en el interior de la isla), desembarcaron en Rapa Nui, procedentes de un lugar mítico denominado Hiva. Una leyenda apócrifa cuenta que la diáspora de los polinesios fue causada por un gran cataclismo en el que un gigantesca isla se hundió en el mar, y en dicha dispersión otros polinesios -los maoris- poblaron Samoa. La sucesión de reyes -Ariki- en Rapa Nui que comienza con Hotu Matu'a se prolonga hasta Roroko, también llamado el rey niño que falleció en 1886 cuando los europeos ya se habían apropiado de la isla.
La tradición oral de los rapa nui y las huellas y monumentos que han quedado permiten reconstruir ciertas hipótesis sobre la evolución de una de las más excepcionales, potentes y sofisticadas culturas que fue capaz de construir dos veces desde cero un reducido grupo humano aislado, prácticamente sin influencias del resto de la humanidad.

Los Mohai
Entre, aproximadamente en siglo VI y el XV fueron esculpidas casi mil gigantescas estatuas -mohai- que fueron levantadas para el culto a los ancestros, con el objeto de proyectar su poder -mana- y su energía sobre sus descendientes, su territorio y todo su contenido. Pequeñas reproducciones a escala, (que hoy reproducen los artesanos rapa nui actuales), se colocaban a la entrada de su casa para los mismos fines. Los artesanos afirman que hacen 'artesanía para los dioses': "He Anga Mo te 'Atua".
De las casi mil gigantescas esculturas en piedra, la mayoría se encuentran hoy derribadas. Sólo permanecen en pie las que han sido restituidas a su emplazamiento original por los arqueólogos y restauradores. Entre ellas, el grupo más impresionante es el de Ahu Tongariki, cuyo altar -ahu- tiene más de 200 metros de longitud y sobre él están situadas un conjunto de 15 esculturas gigantescas en medio de un paisaje sobrecogedor, que se abre completamente a un Pacífico de intenso azul turquesa bordeado de espuma blanca que estalla sobre las rocas negras de la costa. La mayores pesan más de ochenta toneladas, según mi amigo Francisco que me dijo, irónico: "… yo estuve presente en la restauración de Tongariki. Trajeron desde el continente (a 4.000 km.) una grúa para poner en pie las esculturas. Los ingenieros habían calculado una grúa de 50 toneladas tres ver los mohai,. A la tercera, de las quince esculturas, ya no se pudo con ella. Se interrumpió mas de seis meses los trabajos hasta que trajeron y montaron una de 100 toneladas".

Todos los mohai de la isla proceden del mismo lugar, la cantera del volcán Raro Raraku, en donde se pueden ver intactas, y en todas la etapas de construcción, casi cien gigantescas esculturas, desde las que están bocetadas y recién empezadas a esculpir hasta las que están terminadas o las que esperan ya verticales, semienterradas, listas para el transporte hacia su emplazamiento final. Por alguna ignorada razón parece, -como diría típicamente un rapa nui-, que todo el proceso del ingente trabajo de toda la cantera se detuvo en mismo día. Este es uno de los mil misterios que encierra la isla. 
Según el relato que he escuchado a una abuela rapa-nui, las esculturas, retratos (no hay dos iguales- de los personajes mas importantes de cada clan o tribu, en realidad son 'concentradores' de energía. Por debajo, absorben la de los ancestros enterrados que aún conservan sus huesos y, por detrás, (la espalda es muy plana) la energía del mar. Por eso las esculturas están en líneas paralelas a la costa de espaldas al mar. Los mohai, a través de su ojos, proyectan la energía concentrada sobre las casas de los rapa nui que debían estar situadas 'bajo la mirada de los mohai'.

Según la tradición, en la etapa de los mohai, en la isla, gobernaba un rey o Ariki. Bajo él, ejercía su poder con determinación extrema una casta de nobles y sacerdotes. Algunos atributos de dicho poder aparecían en su vestimenta y su aspecto. Lo más característico era un moño teñido de tierra roja (ki'ea) -el rojo era el color de la nobleza- en la parte superior de la cabeza y adornos en las orejas que les alargaban los lóbulos por lo que eran denominados los 'orejas largas'. Por ello algunas de las gigantescas esculturas que retrataban a nobles fallecidos tiene colocada sobre su cabeza un cilindro -punkao- que representaba el moño de los nobles. La casta de los orejas largas -Hanau e-epe- introdujo la técnica del tatuaje, sometió al resto de los rapa nui, orejas cortas -Hanau-moko- para que se ocuparan de esculpir los mohai. 

La isla es un cúmulo de misterios sin resolver. Nadie sabe como es posible que una comunidad aislada por completo del mundo, sin conocer el metal ni la rueda, con aproximadamente dos mil individuos y, (supongamos que la casta noble fuera un tercio), sólo en la primera época de la cultura rapa nui, haya sido capaz de esculpir, 'transportar' y ubicar verticalmente e intactas en una pieza, por toda la isla, casi mil esculturas gigantes en lugares que sitúan entre 2 y 20 km. de la cantera de procedencia. El desplazamiento de los mohai es otra incógnita: para probarla frase de una leyenda que explicaba el traslado diciendo que las esculturas "caminaban" hasta su desplazamiento, se hicieron pruebas en la isla con réplicas considerable pero mas pequeñas para mediante cuerdas y en posición vertical, recorrer los caminos de la ondulada superficie de la isla entre la cantera y la costa. Resultó imposible: todas las pruebas acabaron con la rotura de la estatua que además se erosionaba rápidamente por la base.

El Ombligo del Mundo. Te Pito te Henua
Los habitantes de Rapa Nui vivieron completamente aislados, al menos, durante quince siglos. Creían que no existía otra tierra que su isla colocada en el centro de un mar inmenso. Por eso también la llamaban: "El ombligo del Mundo": Te Pito Te Henua. Al Norte de la isla, en donde se encuentra con su costa norte el meridiano que pasa por su centro, se encuentra la ubicación exacta donde los antiguos científicos rapa-nui situaron "El ombligo del Mundo". Se trata de una construcción conformada por un muro circular de piedra con una abertura orientada a la salida del sol que traza un círculo sobre el cual hay situadas cinco piedras casi esféricas. La únicas piedras redondas que había en la isla. Según los relatos que escuché, las sombras arrojadas por la gran piedra central sobre el suelo y los otras cuatro van marcando el calendario y los equinoccios o cambio de estaciones, con el fin de conocer en un clima con pocas diferencias las etapas relacionas sobre todo con los ciclos feraces de la pesca. También, parece, que la ubicación y orientación de las piedras señala la situación de ciertas estrellas básicas para la navegación en la cual son maestros los polinesios. Un auténtico observatorio astronómico hecho con cinco piedras.

La escritura indescifrada
Si la historia de Rapa Nui se puede entender como la de una 'incomunicación cultural', por su largo aislamiento con el resto de la humanidad, y con el pasado, ya que no sabemos exactamente la procedencia de los ancestros originales de su cultura, también en parte lo es con el presente ya que los rapa-nui dejaron una escritura construida con elementos y figuras gráficas grabadas sobre unas tablillas de madera que aparecieron hace pocas décadas en una de las cuevas de la isla y que aún no ha sido descifrada. Seguramente la escritura rapa-nui tendría que ver con la casta de los Maori Rongo Rongo (cuya traducción es 'maestos de la escritura antigua'). Varios científicos ya llevan décadas intentado con métodos de análisis lingüístico, tecnológicos y de computación su desciframiento pero hasta hoy infructuosamente. El lenguaje oral rapa-nui se escribe actualmente utilizando el alfabeto occidental adaptado a los fonemas de la lengua rapa-nui.

El Hombre Pájaro. Tangata Manu 
Una explicación de la interrupción de los trabajos de escultura y su traslado en la inmensa cantera de Raro Raraku es la del inicio de una cruenta guerra que comenzó, por los indicios que han quedado, con una súbita rebelión de los 'orejas cortas' contra la casta superior que los dominaba. Se sabe que ese fue el fin  de la etapa cultural que representan los mohai, el final de la posesión del poder continuado de la casta de los nobles 'del moño rojo' o punkao. En ese momento (se cree que fue entre el siglo XV y el XVI de nuestra cronología) inició otra etapa con la abolición de todos los símbolos anteriores, materializada sobre todo, con el derribo de las esculturas y la destrucción de los ahu o tumbas sobre las que estas e encontraban. La nueva etapa está simbolizada por la imagen icónica mas representada: la del Tangata Manu u 'hombre pájaro' que aparece sobre todo el lugar ceremonial por excelencia de los que se conservan en la isla en relación a esa etapa: la ciudad ceremonial de Orongo, ubicada en la cumbre poniente del volcán Rano Kau y sobre los verticales y escarpados acantilados que eran protagonistas de la ceremonia de elección anual del Tangata Manu. Dicha elección tenía que ver con un nuevo tipo de reparto del poder en rapa nui. Cada año un joven atleta de cada clan descendía por los peligrosos acantilados de Orongo y atravesaba a nado una peligrosa distancia en el mar sorteando olas y tiburones con el fin de conseguir el primer huevo de gaviotín que debían coger de los primeros nidos hechos en ese año, en un imponente y afilado risco de obsidiana (lava volcánica negra cristalizada) que emergía del mar a medio trescientos metros del acantilado, frente al trono esculpido en piedra para el Ariki desde donde el rey, rodeado de la comunidad, contemplaba la competición. Los atletas que competían por los diversos clanes debían bajar nadar, subir el risco hasta el nido, volver; ascender los acantilados y entregar antes que los demás, intacto, ese 'primer' huevo del año al rey. Esto significaba el nombramiento automático del jefe su clan como jefe guerrero de la isla durante el año, a cuyo poder se sometían todos los clanes. La comunidad rapa nui inventó este sistema, seguramente, para evitar que un clan o casta sometiera a toda la comunidad indefinidamente, motivo por el cual se eternizaban los abusos y que fue la causa del fin de la época de la cultura mohai. Hollywood realizó una película producida por Kevin Kostner con su visión romántica de esta competición y la historia de los Rapa Nui. En la isla no todo el mundo está de acuerdo con esta visión hollywoodiense. La competición se siguió celebrando hasta hace tan sólo 150 años cundo los misioneros obligaron a suprimirla por representar para ellos una forma de paganismo.
La nueva etapa tras el abandono del megalitismo generó, además, de toda una serie de expresiones estéticas orientadas al culto, ornamentación de la nueva aristocracia y a representar espíritus tutelares, ancestrales o de los antepasados. Los artesanos rapa nui actuales  reproducen las representaciones tanto de los moai de Raro Raraku, los más extendidos, como las figuras de otros personajes. Como por ejemplo el moai Kava Kava, con las costillas salientes, cuyo origen, la leyenda atribuye al legendario rey Tu'u Ko Ihu, una especie de héroe civilizador quien, tras sorprender a dos aku aku, -espíritus- llamados Hiti Rau y Nuku Te Mango, talló en madera sus imágenes con el fin de dominarlos.

La historia de los dos siglos mas recientes de Rapa Nui está plagada de abusos por parte de europeos y suramericanos del continente. Los europeos llegaron a transformar toda la isla en una única explotación ganadera que adjudicaron a la compañía Williamson, Balforur & Company que, entre otras duras medidas, llegó a confinar a todos los habitantes de la isla en el interior de la única población existente, Hanga Roa, sin permiso para recorrer el resto de la isla. Ya en el siglo XIX, una serie de barcos peruanos secuestraron a casi la totalidad de los rapa nui útiles para el trabajo, llevándolos a las extracciones mineras de Perú donde sobrevivieron sólo 16. Algunos de ellos, al volver a la isla, introdujeron involuntariamente enfermedades desconocidas allí como la viruela y la tuberculosis, lo cual redujo dramáticamente la población rapa nui hasta sólo 111 personas, de las cuáles solo 36 tuvieron descendencia y que constituyen los ancestros directos de la etnia rapa nui en la comunidad isleña actual.
A lo largo de este siglo, tras la anexión de la isla para Chile por del parte del militar de la armada chilena Policarpo Toro, Rapa Nui, ha estado ligada a los avatares de la vida política chilena, desde el proceso del gobierno popular de Salvador Allende, pasando por la dictadura de los militares hasta la democracia chilena actual que tiene en revisión el antiguo régimen de Chile.
La  historia de la 'incomunicación' que representa la evolución cultural de Rapa Nui ha sufrido recientemente varios cambios esenciales. El más importante de los recientes tuvo un desencadenante sorprendente: la carrera espacial. A causa de su situación estratégica en el vacío del pacifico sur, la NASA decidió convertir el aeropuerto de Mataveri en Rapa Nui, en parte de la red mundial para aterrizajes de emergencia del transbordador espacial. La NASA invirtió 7 millones de dólares en el aeropuerto acondicionándolo y alargando la pisa de aterrizaje que ahora es la segunda en longitud del pacifico. Este hecho ha puesto a la isla en la ruta Santiago, Pascua, Tahiti, Auckland (en Nueva Zelanda) y ha abierto la isla a las ventajas y peligros del turismo masivo mundial, lo cual ha implicado una pequeña revolución económica para los isleños que han hecho del turismo su primera profesión y ha relanzado indirectamente la artesanía de la isla. El aeropuerto, incluso proporcionó la iniciación de la radio ya que los militares americanos regalaron la emisora que habían montado para diversión de sus compatriotas que trabajaban en la gran obra de ampliación del aeropuerto. La televisión no llegaó a la isla hasta mediados de la década de los 90, con el montaje de una gran antena parabólica que da servicio a toda la isla. Por todo ello, los jóvenes con los que dialogué en el Instituto San José, único centro de enseñanza de la isla, donde impartí una charla sobre la revolución de Internet, tenían un talante aún incontaminado por la publicidad y el consumismo que imponen las formas de conducta de los jóvenes del mundo occidental. Su esquema de valores es otro, por ahora, y seguramente no va a durar por mucho tiempo. Por la escasez de recursos de sus familias, la inmensa mayoría no pueden ir a la universidad al continente. La educación universitaria esta demasiado lejos, es demasiado cara. Por ello, veían Internet casi como una panacea para mejorar la educación en la isla.

En estos momentos el satélite con la TV e Internet está sólo comenzando su potente invasión cultural. Van a integrar a Rapa Nui en la Red Global. Cuando estuve en la isla, en 1996, antes de salir, comprobé cuantas páginas había en Internet sobre las isla de Pascua: cinco. Hoy se encuentran en un buscador más de 20.000 sobre la isla, sus contenidos y su cultura.
Ahora hay una nueva incógnita. La  etnia y cultura rapa nui  ha resistido, pasando casi por su extinción. La isla ha sufrido la invasión de europeos depredadores, el secuestro de su pobladores por esclavistas peruanos y la anexión política de Chile arrastrándola a sus vaivenes políticos y sociales. 

La invasión 'pacifica' del turismo, la TV y de Internet puede ser mucho más letal de lo que allí imaginan para su cultura con una propia visión del mundo que aún se manifiesta viva y que el aislamiento, en gran parte, también ha protegido. 
¿Podrán los rapa nui resistir esta 'invasión cultural y comunicacional' que se les viene encima sin quedar convertidos en un museo temático sobre el pasado? Estoy convencido que este reto es más peligroso que todos los anteriores a los que se han enfrentado.

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