m o n o g r á f i c o |
En su libro Vida de un comunista, Elías Lafertte,
fundador
y más tarde presidente del Partido Comunista de Chile, relata su destierro en Rapa Nui durante la dictadura del general Carlos Ibáñez del Campo, en 1929: …… Los comunistas decidimos hacer una discusión política. Seguramente lo que relato podrá despertar sonrisas en los que no nos conocen bien. ¡Miren que ponerse a hablar de política en una isla a tres mil kilómetros del continente! Pues sí, tuvimos que hacerlo porque existían dudas muy serias sobre algunos de nuestros compañeros y la convivencia con ellos se tornaba peliaguda y difícil. Para celebrar estas reuniones debíamos escondernos de los obsequiosos nativos, que no nos querían dejar solos a sol ni a sombra. Se comprobó, por ejemplo, durante esta discusión, que el secretario general del Partido, Iriarte, había actuado con actitud doble. (...) Entonces, por unanimidad, lo expulsamos del Partido. Se aprobó hacia él una consigna de silencio: ninguno de nosotros volvería a cambiar una palabra con él. Era una especie de política del hielo, una huelga de silencio contra el mal camarada que había traicionado los principios del Partido y abusado de su cargo directivo para robar un dinero que pertenecía a los compañeros presos. El "ñato" quebrantó el acuerdo y fue expulsado también. Libres ya de toda disciplina y de la decencia que caracteriza a los comunistas, ambos se fueron a vivir maritalmente con nativas de la isla.(...) |
Nada más pisar la isla Rapa Nui me invadió una poderosa
sensación de encontrarme en un lugar verdaderamente mágico.
Aunque se pueden encontrar textos sobre su historia y aun a riesgo
de escuchar, y luego divulgar, algún detalle inventado, yo preferí
recibir como información el relato de una familia en la que vive
aún una abuela rapa-nui, en cuya casa preferí quedarme, en
lugar del hotel en mi estancia en la visita. Tras la noche de mi llegada,
al día siguiente, pude comprobar que la casa estaba ubicada en un
lugar magnífico y que acerté completamente al decidir mi
estancia allí. Estancia cuyo final retrasé hasta tres veces.
Rapa Nui, el nombre que los aborígenes dan a la isla viene de
rapa -brillo obscuro- y nui -grande- y que hace referencia a la visión
que se tiene de ella desde el mar cercano. Me lo contó, Fco. Edmund
Paoa, mi guía de en aquellos días, hijo y nieto de auténtica
mujer rapa nui, y mi amigo desde entonces.
Para entender la historia de Rapa Nui e intentar comprender su agitada y casi increíble historia hay que construir un relato que se encadena integrando hechos conocidos, historias híbridas de una realidad con una cierta visión del 'mundo' y relatos imaginados, hechos demostrados sobre huellas físicas del pasado y personajes de la mitología propia, e independiente de cualquier otra, con leyendas y fábulas inventadas que a veces son más hermosas aún que si hubieran sucedido realmente. Cultural y espiritualmente, los rapa-nui no tienen nada que envidiar a ningún 'occidental' aunque la historia de su cultura es la descripción de una cultura incomunicada pero poderosa.
Las sociedades polinésicas destacan, fundamentalmente por dos
factores: poseen una extraordinaria habilidad marinera (allí aparecen
las embarcaciones preindustriales de diseño mas eficiente: los catamaranes
de doble casco y alto velamen, hoy considerados los reyes de la velocidad
a vela en el mar) y el desarrollo de altas culturas de tipo neolítico,
capaces de realizar esculturas megalíticas gigantescas dedicadas
al culto a los ancestros y que hoy son símbolos culturales de valor
universal.
Para entender la evolución de la cultura rapa nui hay que tener
en cuenta los excepcionales datos geográficos que han sido
decisivos para convertir a la isla Rapa Nui en un caso extremo tanto
en geografía como en historia o antropología.
La Isla de Pascua o Rapa Nui es la más oriental de las Islas
de Polinesia y uno de los lugares mas aislados por el océano que
existen en el planeta. Se encuentra a casi 4.000 km. Al oeste de las costas
chilenas y casi a 3.000 de las islas habitadas mas próximas (Pitcairn)
y el archipiélago de Juan Fernández, al sureste, que según
cuentan, el chileno que encontró al auténtico Robinson Crusoe.
Rapa Nui está poblada desde los principio de nuestra era y es
uno de los casos más fascinantes de intenso y extraordinario florecimiento
cultural en una pequeña comunidad humana (nunca ha llegado a tener
3.000 individuos) en situación de extremo aislamiento durante más
de quince siglos. Su medio natural está condicionado por unos recursos
muy limitados: la madera es un lujo para los rapa nui -te miro he hauha'a
mo te rara nui-. La superficie de la isla forma un triángulo entre
los cráteres de tres volcanes inactivos (Tereraka, Rano Raraku y
Katiki) que tiene un máximo de 24 km. Y un ancho de 12. Su masa
es la parte no sumergida de una gran montaña submarina de 200 km.
de lado que, desde unos profundos fondos marinos a 4.000 metros, asciende
vertical y emerge en medio de un extenso y solitario vacío en
la superficie del Pacífico Sur.
La primera noche que un europeo pasa en Rapa Nui y mira su cielo saturado
de un esplendoroso brillo de estrellas no lo reconoce. Sólo al cabo
de un tiempo, empieza a comprender que no está acostumbrado a mirar
el universo desde el hemisferio Sur. Es como un cielo estrellado puesto
a la máxima potencia. No hay contaminación lumínica,
algo que ha hecho que en nuestras ciudades europeas, desde hace tiempo,
nuestras noches hayan perdido las estrellas.
Isla de Pascua es el nombre oficial que impuso, para señalar el día de su 'descubrimiento', el holandés Roggeveen el domingo de Pascua de 1722. Sus habitantes, actualmente hablan español, tras una etapa de 111 años en que la isla forma parte del estado chileno, desde su anexión hasta hoy. Las familias y la comunidad rapa nui siguen hablando su lengua autóctona en la intimidad y luchan por preservarla a toda costa. La armada chilena mantiene una guarnición militar en la isla en cuyas garitas hay impertérritos centinelas que son objeto de la fina ironía típica de la comunidad rapa nui ya que, por su posición, están obligados a observar fijamente el mar de un lugar tan alejado y aislado al que ni siquiera la hecatombe del conflicto del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial llegó a rozar. Los rapa nui dicen que al vigilar el mar, están disimulando y en realidad, los centinelas chilenos, los ha puesto la armada para que les vigilen a ellos por el rabillo del ojo, ya que después de un siglo de anexionarse la isla, aún les temen y no se acaban de fiar de los rapa nui.
Una civilizacion lítica en dos etapas
Una Cultura tallada en piedra. He Anga Rapa Nui Pa'o I Runga I Te Ma'ea.
Entre el siglo VI y el XVIII se sucedieron dos culturas sucesivas,
cada una con sus propias deidades, leyes, mitos, religión, organización
social y estructura de poder. Resulta asombroso que una tan exigua comunidad,
propia que lo que en occidente llamamos la 'edad de piedra' durase, sin
conocer el metal, hasta la llegada de los europeos en el siglo XVIII, pero
fuese capaz de realizar proezas técnicas que ni siquiera son explicables
para nosotros a pesar de los avances técnicos que ya posemos en
el principio del siglo XXI.
Según la leyenda, un grupo de polinesios bajo el mando del rey
Hotu Matu'a, tras enviar una avanzada de siete exploradores (hoy inmortalizado
por siete gigantescos retratos en piedra en el interior de la isla), desembarcaron
en Rapa Nui, procedentes de un lugar mítico denominado Hiva. Una
leyenda apócrifa cuenta que la diáspora de los polinesios
fue causada por un gran cataclismo en el que un gigantesca isla se hundió
en el mar, y en dicha dispersión otros polinesios -los maoris- poblaron
Samoa. La sucesión de reyes -Ariki- en Rapa Nui que comienza con
Hotu Matu'a se prolonga hasta Roroko, también llamado el rey niño
que falleció en 1886 cuando los europeos ya se habían apropiado
de la isla.
La tradición oral de los rapa nui y las huellas y monumentos
que han quedado permiten reconstruir ciertas hipótesis sobre la
evolución de una de las más excepcionales, potentes y sofisticadas
culturas que fue capaz de construir dos veces desde cero un reducido grupo
humano aislado, prácticamente sin influencias del resto de la humanidad.
Los Mohai
Entre, aproximadamente en siglo VI y el XV fueron esculpidas casi mil
gigantescas estatuas -mohai- que fueron levantadas para el culto a los
ancestros, con el objeto de proyectar su poder -mana- y su energía
sobre sus descendientes, su territorio y todo su contenido. Pequeñas
reproducciones a escala, (que hoy reproducen los artesanos rapa nui actuales),
se colocaban a la entrada de su casa para los mismos fines. Los artesanos
afirman que hacen 'artesanía para los dioses': "He Anga Mo te 'Atua".
De las casi mil gigantescas esculturas en piedra, la mayoría
se encuentran hoy derribadas. Sólo permanecen en pie las que han
sido restituidas a su emplazamiento original por los arqueólogos
y restauradores. Entre ellas, el grupo más impresionante es el de
Ahu Tongariki, cuyo altar -ahu- tiene más de 200 metros de longitud
y sobre él están situadas un conjunto de 15 esculturas gigantescas
en medio de un paisaje sobrecogedor, que se abre completamente a un Pacífico
de intenso azul turquesa bordeado de espuma blanca que estalla sobre las
rocas negras de la costa. La mayores pesan más de ochenta toneladas,
según mi amigo Francisco que me dijo, irónico: "… yo estuve
presente en la restauración de Tongariki. Trajeron desde el continente
(a 4.000 km.) una grúa para poner en pie las esculturas. Los ingenieros
habían calculado una grúa de 50 toneladas tres ver los mohai,.
A la tercera, de las quince esculturas, ya no se pudo con ella. Se interrumpió
mas de seis meses los trabajos hasta que trajeron y montaron una de 100
toneladas".
Todos los mohai de la isla proceden del mismo lugar, la cantera del
volcán Raro Raraku, en donde se pueden ver intactas, y en todas
la etapas de construcción, casi cien gigantescas esculturas, desde
las que están bocetadas y recién empezadas a esculpir hasta
las que están terminadas o las que esperan ya verticales, semienterradas,
listas para el transporte hacia su emplazamiento final. Por alguna ignorada
razón parece, -como diría típicamente un rapa nui-,
que todo el proceso del ingente trabajo de toda la cantera se detuvo en
mismo día. Este es uno de los mil misterios que encierra la isla.
Según el relato que he escuchado a una abuela rapa-nui, las
esculturas, retratos (no hay dos iguales- de los personajes mas importantes
de cada clan o tribu, en realidad son 'concentradores' de energía.
Por debajo, absorben la de los ancestros enterrados que aún conservan
sus huesos y, por detrás, (la espalda es muy plana) la energía
del mar. Por eso las esculturas están en líneas paralelas
a la costa de espaldas al mar. Los mohai, a través de su ojos, proyectan
la energía concentrada sobre las casas de los rapa nui que debían
estar situadas 'bajo la mirada de los mohai'.
Según la tradición, en la etapa de los mohai, en la isla, gobernaba un rey o Ariki. Bajo él, ejercía su poder con determinación extrema una casta de nobles y sacerdotes. Algunos atributos de dicho poder aparecían en su vestimenta y su aspecto. Lo más característico era un moño teñido de tierra roja (ki'ea) -el rojo era el color de la nobleza- en la parte superior de la cabeza y adornos en las orejas que les alargaban los lóbulos por lo que eran denominados los 'orejas largas'. Por ello algunas de las gigantescas esculturas que retrataban a nobles fallecidos tiene colocada sobre su cabeza un cilindro -punkao- que representaba el moño de los nobles. La casta de los orejas largas -Hanau e-epe- introdujo la técnica del tatuaje, sometió al resto de los rapa nui, orejas cortas -Hanau-moko- para que se ocuparan de esculpir los mohai.
La isla es un cúmulo de misterios sin resolver. Nadie sabe como es posible que una comunidad aislada por completo del mundo, sin conocer el metal ni la rueda, con aproximadamente dos mil individuos y, (supongamos que la casta noble fuera un tercio), sólo en la primera época de la cultura rapa nui, haya sido capaz de esculpir, 'transportar' y ubicar verticalmente e intactas en una pieza, por toda la isla, casi mil esculturas gigantes en lugares que sitúan entre 2 y 20 km. de la cantera de procedencia. El desplazamiento de los mohai es otra incógnita: para probarla frase de una leyenda que explicaba el traslado diciendo que las esculturas "caminaban" hasta su desplazamiento, se hicieron pruebas en la isla con réplicas considerable pero mas pequeñas para mediante cuerdas y en posición vertical, recorrer los caminos de la ondulada superficie de la isla entre la cantera y la costa. Resultó imposible: todas las pruebas acabaron con la rotura de la estatua que además se erosionaba rápidamente por la base.
El Ombligo del Mundo. Te Pito te Henua
Los habitantes de Rapa Nui vivieron completamente aislados, al menos,
durante quince siglos. Creían que no existía otra tierra
que su isla colocada en el centro de un mar inmenso. Por eso también
la llamaban: "El ombligo del Mundo": Te Pito Te Henua. Al Norte de la isla,
en donde se encuentra con su costa norte el meridiano que pasa por su centro,
se encuentra la ubicación exacta donde los antiguos científicos
rapa-nui situaron "El ombligo del Mundo". Se trata de una construcción
conformada por un muro circular de piedra con una abertura orientada a
la salida del sol que traza un círculo sobre el cual hay situadas
cinco piedras casi esféricas. La únicas piedras redondas
que había en la isla. Según los relatos que escuché,
las sombras arrojadas por la gran piedra central sobre el suelo y los otras
cuatro van marcando el calendario y los equinoccios o cambio de estaciones,
con el fin de conocer en un clima con pocas diferencias las etapas relacionas
sobre todo con los ciclos feraces de la pesca. También, parece,
que la ubicación y orientación de las piedras señala
la situación de ciertas estrellas básicas para la navegación
en la cual son maestros los polinesios. Un auténtico observatorio
astronómico hecho con cinco piedras.
La escritura indescifrada
Si la historia de Rapa Nui se puede entender como la de una 'incomunicación
cultural', por su largo aislamiento con el resto de la humanidad, y con
el pasado, ya que no sabemos exactamente la procedencia de los ancestros
originales de su cultura, también en parte lo es con el presente
ya que los rapa-nui dejaron una escritura construida con elementos y figuras
gráficas grabadas sobre unas tablillas de madera que aparecieron
hace pocas décadas en una de las cuevas de la isla y que aún
no ha sido descifrada. Seguramente la escritura rapa-nui tendría
que ver con la casta de los Maori Rongo Rongo (cuya traducción es
'maestos de la escritura antigua'). Varios científicos ya llevan
décadas intentado con métodos de análisis lingüístico,
tecnológicos y de computación su desciframiento pero hasta
hoy infructuosamente. El lenguaje oral rapa-nui se escribe actualmente
utilizando el alfabeto occidental adaptado a los fonemas de la lengua rapa-nui.
El Hombre Pájaro. Tangata Manu
Una explicación de la interrupción de los trabajos de
escultura y su traslado en la inmensa cantera de Raro Raraku es la del
inicio de una cruenta guerra que comenzó, por los indicios que han
quedado, con una súbita rebelión de los 'orejas cortas' contra
la casta superior que los dominaba. Se sabe que ese fue el fin de
la etapa cultural que representan los mohai, el final de la posesión
del poder continuado de la casta de los nobles 'del moño rojo' o
punkao. En ese momento (se cree que fue entre el siglo XV y el XVI de nuestra
cronología) inició otra etapa con la abolición de
todos los símbolos anteriores, materializada sobre todo, con el
derribo de las esculturas y la destrucción de los ahu o tumbas sobre
las que estas e encontraban. La nueva etapa está simbolizada por
la imagen icónica mas representada: la del Tangata Manu u 'hombre
pájaro' que aparece sobre todo el lugar ceremonial por excelencia
de los que se conservan en la isla en relación a esa etapa: la ciudad
ceremonial de Orongo, ubicada en la cumbre poniente del volcán Rano
Kau y sobre los verticales y escarpados acantilados que eran protagonistas
de la ceremonia de elección anual del Tangata Manu. Dicha elección
tenía que ver con un nuevo tipo de reparto del poder en rapa nui.
Cada año un joven atleta de cada clan descendía por los peligrosos
acantilados de Orongo y atravesaba a nado una peligrosa distancia en el
mar sorteando olas y tiburones con el fin de conseguir el primer huevo
de gaviotín que debían coger de los primeros nidos hechos
en ese año, en un imponente y afilado risco de obsidiana (lava volcánica
negra cristalizada) que emergía del mar a medio trescientos metros
del acantilado, frente al trono esculpido en piedra para el Ariki desde
donde el rey, rodeado de la comunidad, contemplaba la competición.
Los atletas que competían por los diversos clanes debían
bajar nadar, subir el risco hasta el nido, volver; ascender los acantilados
y entregar antes que los demás, intacto, ese 'primer' huevo del
año al rey. Esto significaba el nombramiento automático del
jefe su clan como jefe guerrero de la isla durante el año, a cuyo
poder se sometían todos los clanes. La comunidad rapa nui inventó
este sistema, seguramente, para evitar que un clan o casta sometiera a
toda la comunidad indefinidamente, motivo por el cual se eternizaban los
abusos y que fue la causa del fin de la época de la cultura mohai.
Hollywood realizó una película producida por Kevin Kostner
con su visión romántica de esta competición y la historia
de los Rapa Nui. En la isla no todo el mundo está de acuerdo con
esta visión hollywoodiense. La competición se siguió
celebrando hasta hace tan sólo 150 años cundo los misioneros
obligaron a suprimirla por representar para ellos una forma de paganismo.
La nueva etapa tras el abandono del megalitismo generó, además,
de toda una serie de expresiones estéticas orientadas al culto,
ornamentación de la nueva aristocracia y a representar espíritus
tutelares, ancestrales o de los antepasados. Los artesanos rapa nui actuales
reproducen las representaciones tanto de los moai de Raro Raraku, los más
extendidos, como las figuras de otros personajes. Como por ejemplo el moai
Kava Kava, con las costillas salientes, cuyo origen, la leyenda atribuye
al legendario rey Tu'u Ko Ihu, una especie de héroe civilizador
quien, tras sorprender a dos aku aku, -espíritus- llamados Hiti
Rau y Nuku Te Mango, talló en madera sus imágenes con el
fin de dominarlos.
La historia de los dos siglos mas recientes de Rapa Nui está
plagada de abusos por parte de europeos y suramericanos del continente.
Los europeos llegaron a transformar toda la isla en una única explotación
ganadera que adjudicaron a la compañía Williamson, Balforur
& Company que, entre otras duras medidas, llegó a confinar a
todos los habitantes de la isla en el interior de la única población
existente, Hanga Roa, sin permiso para recorrer el resto de la isla. Ya
en el siglo XIX, una serie de barcos peruanos secuestraron a casi la totalidad
de los rapa nui útiles para el trabajo, llevándolos a las
extracciones mineras de Perú donde sobrevivieron sólo 16.
Algunos de ellos, al volver a la isla, introdujeron involuntariamente enfermedades
desconocidas allí como la viruela y la tuberculosis, lo cual redujo
dramáticamente la población rapa nui hasta sólo 111
personas, de las cuáles solo 36 tuvieron descendencia y que constituyen
los ancestros directos de la etnia rapa nui en la comunidad isleña
actual.
A lo largo de este siglo, tras la anexión de la isla para Chile
por del parte del militar de la armada chilena Policarpo Toro, Rapa Nui,
ha estado ligada a los avatares de la vida política chilena, desde
el proceso del gobierno popular de Salvador Allende, pasando por la dictadura
de los militares hasta la democracia chilena actual que tiene en revisión
el antiguo régimen de Chile.
La historia de la 'incomunicación' que representa la evolución
cultural de Rapa Nui ha sufrido recientemente varios cambios esenciales.
El más importante de los recientes tuvo un desencadenante sorprendente:
la carrera espacial. A causa de su situación estratégica
en el vacío del pacifico sur, la NASA decidió convertir el
aeropuerto de Mataveri en Rapa Nui, en parte de la red mundial para aterrizajes
de emergencia del transbordador espacial. La NASA invirtió 7 millones
de dólares en el aeropuerto acondicionándolo y alargando
la pisa de aterrizaje que ahora es la segunda en longitud del pacifico.
Este hecho ha puesto a la isla en la ruta Santiago, Pascua, Tahiti, Auckland
(en Nueva Zelanda) y ha abierto la isla a las ventajas y peligros del turismo
masivo mundial, lo cual ha implicado una pequeña revolución
económica para los isleños que han hecho del turismo su primera
profesión y ha relanzado indirectamente la artesanía de la
isla. El aeropuerto, incluso proporcionó la iniciación de
la radio ya que los militares americanos regalaron la emisora que habían
montado para diversión de sus compatriotas que trabajaban en la
gran obra de ampliación del aeropuerto. La televisión no
llegaó a la isla hasta mediados de la década de los 90, con
el montaje de una gran antena parabólica que da servicio a toda
la isla. Por todo ello, los jóvenes con los que dialogué
en el Instituto San José, único centro de enseñanza
de la isla, donde impartí una charla sobre la revolución
de Internet, tenían un talante aún incontaminado por la publicidad
y el consumismo que imponen las formas de conducta de los jóvenes
del mundo occidental. Su esquema de valores es otro, por ahora, y seguramente
no va a durar por mucho tiempo. Por la escasez de recursos de sus familias,
la inmensa mayoría no pueden ir a la universidad al continente.
La educación universitaria esta demasiado lejos, es demasiado cara.
Por ello, veían Internet casi como una panacea para mejorar la educación
en la isla.
En estos momentos el satélite con la TV e Internet está
sólo comenzando su potente invasión cultural. Van a integrar
a Rapa Nui en la Red Global. Cuando estuve en la isla, en 1996, antes de
salir, comprobé cuantas páginas había en Internet
sobre las isla de Pascua: cinco. Hoy se encuentran en un buscador más
de 20.000 sobre la isla, sus contenidos y su cultura.
Ahora hay una nueva incógnita. La etnia y cultura rapa
nui ha resistido, pasando casi por su extinción. La isla ha
sufrido la invasión de europeos depredadores, el secuestro de su
pobladores por esclavistas peruanos y la anexión política
de Chile arrastrándola a sus vaivenes políticos y sociales.
La invasión 'pacifica' del turismo, la TV y de Internet puede
ser mucho más letal de lo que allí imaginan para su cultura
con una propia visión del mundo que aún se manifiesta viva
y que el aislamiento, en gran parte, también ha protegido.
¿Podrán los rapa nui resistir esta 'invasión cultural
y comunicacional' que se les viene encima sin quedar convertidos en un
museo temático sobre el pasado? Estoy convencido que este reto es
más peligroso que todos los anteriores a los que se han enfrentado.
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