a r t e s p l
á s t i c a s
![]() ESTACIÓN ARTE, ARTE EN LA ESTACIÓN |
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En los últimos años está abriéndose paso la idea de un nuevo protagonismo de las empresas dentro del panorama sociocultural. Parecen perder fuerza las antiguas fronteras institucionales hacia el mecenazgo cultural, y con ellas las que separaban a las grandes compañías de sus clientes en el citado entorno. Las estrellas dentro del firmamento del mecenazgo cultural son ahora las grandes compañías, en versión Fundación o Dirección Institucional. Unas unidades con unos límites difusos y flexibles, que tienen como elemento vertebrador aquel que dictan las circunstancias concretas en un momento determinado. Las estaciones de Renfe son entidades que agrupan a gentes, pueblos y ciudades, puntos de encuentro céntricos, con objetivos comunes, y que en la actualidad pueden ser aceptadas como una de las mejores fórmulas para contextualizar físicamente el mecenazgo cultural. La iniciativa de ubicar en las estaciones de Renfe una red de Salas de Exposiciones, bajo la marca de Estacionarte, nace de un plantea miento estratégico que configura un modelo de desarrollo de mecenazgo cultural, en el que se atribuye a la cultura un papel importante para dinamizar el papel sociocultural de Renfe a las puertas del tercer milenio, sin olvidar que es una empresa de servicios de transportes. Precisamente, a mi entender, el empuje, la capacidad movilizadora y
crítica demostradas por el mecenazgo cultural radica en que hemos
sabido analizar la situación de las estaciones en toda su riqueza
y complejidad.
Para poder desarrollarse como centro social vital, cultural, además de cuidar su hardware, su base física, taquillas, centros de viajes, atención al cliente, de cara al servicio de los viajeros que utilizan los trenes de cercanías, grandes líneas y regionales, una estación debe identificar y estimular al máximo aquellos recursos intangibles que le permitan adaptarse con éxito a las nuevas condiciones socioculturales de las ciudades. En un mundo cada vez más globalizado e intercomunicado, las estaciones pueden y deben identificar y reforzar sus especificidades, no solo para valorizar sus activos en un contexto altamente competitivo, sino también para cooperar desde sus propias capacidades y habilidades. La estación debe ser un espacio común de comunicación, diálogo, debate y definición de proyectos culturales. Desde Renfe entendemos el arte como un viaje cultural. La compañía desea mejorar su entorno de tal suerte que los viajeros trasciendan al mero desplazamiento e incorporen valores y emociones. Como valor, como emoción, como criterio de calidad, Renfe pretende transportar las culturas y tradiciones de sus tiempos hasta sus consciencias. Por eso una de sus actividades es la acción editorial, en la que enmarca la colección de catálogos de arte. Esta es la filosofía que impregna esta forma de mecenazgo cultural. Tan tradicional propósito tiene una lectura decorativa en la selección de fotografías , cuadros, esculturas e imágenes que albergan las muestras desarrolladas en las Salas de Exposiciones de Estacionarte. La cultura es un bien social al que la empresa no debe permanecer ajena. En sus diversas manifestaciones el arte del conocimiento es el eslabón entre la percepción del presente y una realidad mejor. |
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