Título: Trilogia d’Exilis
• Autor: Manuel Molins • Editorial: Tres i quatre Teatro. Valencia 1999
Precio: 1800 ptas.
Crítica por Rafael Cruz
EL ENCANTO DE LOS VENCIDOS.
Nietsche, Rimbaud y Wittgenstein
tres nombres, tres figuras que han iluminado el pensamiento y la literatura
universal pero también tres nombres que nos conducen ante las mismísimas
puertas de Bedlam; al infierno. Tres personajes históricos que forman
el corpus central de los tres textos teatrales de la Trilogia d’Exilis
de Manuel Molins: Diónysos, Els viatgers de la absenta y La máquina
del doctor Wittgenstein.
Manuel Molins posee una trayectoria
teatral sólida (Tango, Ombres de la ciutat, Centaures, Quatre històries
díamor...) refrendada por numerosos premios y menciones. Esta Trilogia
d’Exilis está atravesada por un finísimo alfiler que nos
guía por los temas más controvertidos de su producción
teatral a partir del profundo conocimiento del autor de los personajes
que aborda. Y digo controvertidos porque en una primera
lectura podría parecer que el leit motiv ñel alfiler- es
la derrota de la razón, de Apolo, frente a lo pasional de lo dionisiaco,
pero como en los grandes textos teatrales al lector le queda la duda en
las posteriores relecturas de que el enfrentamiento de Apolo y Dionisos
podría no ser tal y sí una suerte de extraño maridaje,
algo así como la espina y la rosa. Controversia en la lucha que
mantiene Molins con sus líneas ñno diré personajes-
por la modernidad, por la necesidad verdadera de ser moderno (no confundir
con contemporáneo pues todos somos aburridamente contemporáneos).
Controversia en los habitantes de las líneas al viajar por el “lado
salvaje” de la vida. En definitiva una trilogía controvertida hasta
en su arriesgada intertextualidad que no olvida guiños a Shakespeare:
Paul
Bona nit, estimada... Demà
serà un altre dia. Bona nit. (Els viatgers de l’absenta)
Que nos recordará a modo
de sórdida parodia materno-filiar:
Hamlet
Good night... Once more, good night...
So again good night. (Hamlet AIII, e 3ª)
Controvertida trilogía con
fulgurantes combates de ingenio donde el aparato retórico manejado
por Manuel Molins consigue remitir al lector a una realidad trascendida
desde donde todo se convierte en teatralmente verosímil. Tres textos
en definitiva que me gustaría recomendar al lector en general y
al profesional del teatro -directores, actores, productores- en particular
porque al margen de la calidad literaria, que la tiene en abundancia, devuelve
la PALABRA al lugar donde los actos pueden integrarse, creando así
escenarios verbales donde nos pueden llegar a sobrar decorados, vestuarios,
maquinaria, etc... Teatro puro, teatro bueno porque en el se amontonan
-como debe ser- la inteligencia, los sentimientos, la memoria y la imaginación
provocando mensajes polisémicos abrumadores.
Nietzsche, Rimbaud-Verlain, Wittgenstein
o el venenoso encanto de los vencidos. |