m o n o g r á f i c o c o m u n i c a c i ó n

El bosque Semántico (II)

Enfopol. El Gran Hermano Europeo.

por Adolfo Plasencia
adolfo@mag.upv.es


Me preguntaba al final de mi entrega anterior sobre El Bosque Semántico si los particulares, desde la parte más plana de la sociedad civil podemos hacer algo.

El fenómeno Internet, que muchos aún identifican solamente con medios de comunicación electrónicos, telecomunicaciones, comercio electrónico, o las cotizaciones de Bolsa en tiempo real,  pone en cuestión los sistemas actuales de la organización misma de la sociedad. Desde hace ya varios años (en la línea de tiempo  de Internet esto seria 7 veces mas de tiempo), teóricos como Manuel Castells en sus libros sobre la Era de la Información (primera edición en 1997) y Javier Echevarría, en “Telepolis”, y su más reciente “Los Señores del Aire”, insisten en avisarnos que lo que esta transformando  el fenómeno Internet son las formas mismas de organización de nuestras sociedades occidentales. Pero hay mucho mas: la dimensión verdaderamente planetaria del fenómeno influirá a todas las culturas, y no sólo a la occidental ya que "afecta a facetas universales de la condición humana (Echevarría). Nos afecta en tanto que seres humanos, seamos españoles, anglosajones, hindúes, australianos, chilenos o pakistaníes. Y también, hay que resaltarlo, tanto a aquello que tenemos en común como humanidad y seres humanos como aquellos factores que nos convierten en animales sociales, en grupos humanos diferenciados, con nuestros matices culturales diversos y cultural o socialmente reconocibles. También todo eso afectado por las consecuencias de la revolución que simboliza Internet y de la que la Red solo es la punta del iceberg.
 

Buscar perlas en un bosque de necios, donde
la sinrazón cobra sentido y el orgullo reina en silencio

La organización política de cada país ligada a su organización territorial es la visión de la geografía del mundo que conocemos y en el que nos movemos. La geografía informacional de Internet y las redes que transportan la información que mueve hoy la parte mas significativa de la economía y la comunicación mundial es totalmente diferente y mucho mas imperceptible. Esa geografía informacional nos da un mapamundi absolutamente deformado en relación a los mapas geográficos que conocemos desde la escuela.

La topología informacional tiene muy poco que ver con la topología de nuestro mundo físico. En el mundo físico vivimos en un ámbito configurado por una tipología “recintual”(Echevarria). En un momento dado estamos en una habitación, que esta dentro de una casa, que a su vez se encuentra en un barrio, de una ciudad, de un país, dentro de sus fronteras geográficas y políticas. La geografía informacional en que esta basada la Red es de topología reticular (Echevarria), no recintual. Nuestro e-mail que enviamos a un amigo en Canadá, es una información inmaterial que discurre por un camino hasta su destino que no puede explicarse basándose en nuestros conceptos de líneas de comunicación geográficas (fronteras, costas, carreteras, ciudades, calles, barrios, edificios) hasta el punto en que nosotros, seres físicos, habitantes de los recintual, tenemos que cambiar el orden de nuestro pensamiento para imaginar siquiera esa trayectoria de nuestras nuevas cartas electrónicas que son los e-mail, por utilizar un concepto y un "artefacto" que ya es de uso universal.

Por todo ello, los mapas que explican el mundo actual ya no son los que eran. Basta imaginar un nuevo mapamundi en el que la superficie de cada país no se represente cerrada por su borde geográfico-político sino por una superficie proporcional a su producción y flujo informacional. En ese mapamundi, Corea, Taiwan o Finlandia tendrán más superficie que Brasil o China.

Podríamos profundizar en cualquiera de la inmensa cantidad de pequeños agujeros, como de interrogantes, prendidos en el volumen o fluido, imagen estereoscópica de nuestra comprensión sobre el mundo, que provocan estos nuevos paradigmas. Interrogantes que día a día se hacen cada vez mas grandes y que convertirán sin tardar mucho ese volumen en un inmenso queso de gruyere, si me admiten la figura literaria. Los interrogantes, por el momento, no hacen sino crecer y multiplicarse.

Por entrar en un interrogante inmediato, la primera contradicción grave que introduce en nuestras sociedades este nuevo ámbito, que Castells define como “la sociedad red” (no puede haber expresión mas certera), es su disfunción con su organización política actual.

Ya avanzaba a principios de la década Alvin Toffler lo que se avecinaba. Negroponte puso el dedo en la llaga anunciando que las contradicciones entre la mentalidad de “los átomos” y la de los “bits” y (él puede hacerlo), tuvo que decirles a altos dirigentes políticos y económicos en su propia cara  que ellos, los dirigentes, eran los “indigentes digitales” de este fin y principio de milenio, ya que ante el anuncio del concepto de “indigentes digitales” no se habían dado en absoluto por aludidos. También anunció Negroponte, de nuevo, ante la incredulidad de la clase política, que de forma inminente los gobiernos y los dirigentes políticos iban a perder, gradual pero rápidamente, grandes cotas de poder. ?Y esta escrito por Castells, la organización política y social actual no nos sirve tal como esta configurada para un planeta que gradualmente esta siendo cableado para las redes que, incansables, se extienden desde su superficie hasta su estratosfera como la marabunta lo hacía con la selva tropical.

¿Qué van a hacer los gobiernos democráticos cuya identidad esta basada en el concepto de estado “moderno” ubicado en el interior de unas fronteras defendidas por un ejercito que siempre, si hay presupuesto, incluyen un “servicio de inteligencia” (es un decir) eufemismo que esconde tinglados militarizados que cuyas funciones muchas veces entran en contradicción con la propia constitución de muchos países democráticos. Por eso a los del tinglado del Gran Hermano Echelon se les ha llevado a juicio ya que la constitución de los EE.UU. prohíbe que la inteligencia militar (otra vez, es un decir), espíe a los propios ciudadanos del país que dice defender. En España aún están frescos los escándalos de “los papeles de CESID” y sus infaustos e indiscriminados escaneados electrónicos de comunicaciones, de las que al parecer no se salvo ni el propio rey de los españoles. O sea que en España ya tenemos nuestro propio Echelon pero en cutre y vergonzoso, ademas con practicas  que rayan en la anticonstitucionalidad.

Casi todo el mundo sabe que Internet es hija de la guerra fría. Es decir que en realidad es hija putativa de la “razón de estado”, eso que en los EE.UU. prefieren llamar “razones de seguridad nacional” Hay quien afirma que los estados democráticos, que la Política con mayúsculas que se ejerce en las democracias, es la única barrera que queda ante los abusos del capitalismo salvaje de la multinacionales, ante los abusos de las corporaciones o ante el nuevo orden que simboliza la liberalización y desregulación de la economía que promueven entidades como la OMC, organización Mundial de Comercio, que por cierto, tardara en olvidar una cumbre que alguno de sus dirigentes decidió celebrar en la supuestamente tranquila ciudad de Seattle.
Pero si llega a ser cierto que la sociedad red reordenará la organización socioeconómica de las ciudades, ¿qué va a ser del modelo por que se rigen las democracias de los estados que no disponen de un ámbito de competencias global, un  ámbito que es innerente a la sociedad de la información? Mientras los políticos europeos, representantes de los votantes, están dilucidando que hacer (aun no han pasado de malregular la firma electrónica y poco más), los servicios de “inteligencia” europeos, que tiene más manga ancha celosos, imagino, de los creadores de Echelon, ya están terminando de hilvanar su nueva criatura digital capaz de  rebuscarnos las entretelas electrónicas tan eficazmente como los pueda hacer el espionaje americano, que lleva ya tiempo revisando registrando nuestras comunicaciones (los europeos no estamos protegidos de su espionaje por la constitución americana).

Ha nacido el Gran Hermano Europeo. Su nombre: ENFOPOL y no tiene nada que ver con el infame programa, insulto a la inteligencia y otros valores humanos, que arrasa en las televisiones europeas.

¿Qué es ENFOPOL? Pues básicamente un sistema que permitirá la interceptación de las telecomunicaciones, con cobertura en toda la Unión Europea, por parte de las agencias y cuerpos de seguridad europeos. Obviamente, su propósito es luchar contra la delincuencia, lo que claramente expresa el titulo de la propuesta legal “Interceptación Legal de las Telecomunicaciones”, que da poderes legales para interceptar cualquier tipo de comunicación en tiempo real en el ámbito europeo, sin apenas restricciones y sin orden judicial. El plan lleva avanzando desde  el 17 de enero de 1995 en que los ministros europeos de la UE acordaron el borrador inicial de ENFOPOL. Y tan en secreto que no apareció en el Diario Oficial hasta noviembre de 1996. Desde esas fechas el asunto sólo se ha discutido en reuniones reservadas de ministros o altos cargos, Nada de debates públicos. Hasta el año pasado no hubo ni una sola voz en contra, fundamentalmente por falta de información. El 27 de abril de 1999, el Comité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo votó a favor de retirar el proyecto. Las informaciones al respecto han sido tan desinformadoras que sin que la opinión pública europea sepa casi nada de su verdadero alcance, el 7 de mayo de 1999, el Parlamento Europeo aprobó la resolución Europol.
En EE.UU, varias asociaciones de la sociedad civil americana llevaron a juicio a la NSA, agencia de espionaje americana y consiguieron hacer valer la constitución de su país que impide que el espionaje propio pueda espiar a los ciudadanos americanos que dice defender. En Europa, la ignorancia de estos temas es tan grande que ni siquiera ha habido el menor debate en medios importantes sobre el tema. Prácticamente en el proyecto Enfopol hay un sistema equivalente al Echelon de ámbito europeo. Somos espiados con medios aportados por nuestros propios impuestos, que también  sirven para pagar los fondos reservados. No se si es a esto a lo que ser referían los Jefes de estado Europeos cuando en su ultima cumbre, con Tony Blair al frente, declararon, que de forma inminente, los gobiernos europeos iban ha dar un gran impulso a la UE hacia la sociedad de la información.

No sé como será ese impulso, pero para empezar, es casi seguro que los europeos seremos rastreados, no sólo por Echelon, sino también por Enfopol. Genial.

Termino esta entrega con otra pregunta:

¿Hay algo mejor a lo que nosotros, los ciudadanos europeos, podamos dedicar nuestros impuestos? Espero que sí. Hagan sus propuestas.
 

Copia de  los documentos sobre INFOPOL:
en http://www.privacy.org
y en http://www.heise.de
Imágenes artículo


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