a r t e s     p l á s t i c a s
Ramón Masats
VIOLENCIA EN EL ARTE:
testimonio, denuncia  o sensibilización vs. 
sensiblería, trivialización, banalización 
por Fernando I. Chover
 
La violencia entendida como la utilización de la fuerza, al margen de la legitimidad o ilegitimidad de ésta, es analizada desde dos perspectivas bien diferenciadas por el pensador Yves Michaud:
-Una violencia instrumentalizada por los estados y que se apoya en la tecnología.
-Y otra violencia difusa, arcaica y bárbara.
Ambas manifestaciones son asimiladas y ampliamente interpretadas por los artistas, pese a que resulte, cuanto menos, paradójico conjugar ambos conceptos; puesto que mientras el arte es expresión de “libertad”, la violencia representa la privación de la misma.

La violencia es indisociable de la condición humana, y como tal ha aparecido históricamente representada en el arte, bien mediante cacerías, esclavitud o guerras.
Aunque, actualmente, la proliferación de manifestaciones artísticas, como determinadas performances, donde la violencia es el principal objetivo de las mismas, ofrecen una nueva perspectiva sobre la conjunción de arte y violencia, por lo que se reclama un análisis crítico circunscrito al campo de la ética.

Para desarrollar este controvertido tema, hemos contados con la inestimable opinión de don Ramón Masats. Un fotógrafo calificado de transgresor e irreverente por unos, y el artífice de la modernización del concepto de “reportaje” en España por otros, como afirma su gran amigo; el director de cine Carlos Saura.

Este artista se manifiesta reacio al arte dependiente de la industria y de un conformismo acultural y subdesarrollado, y ensalza el tedioso honor y deber de los artistas, de expresar con absoluta “libertad” la realidad que nos circunda, e incluso admite, aunque no comparte polémicos movimientos artísticos como el dadaismo y sus ready mades.
Pero matiza que, muchos artistas abanderando esta “libertad”, olvidan o dejan de lado cuestiones esenciales como la deontología profesional, así como la esencial, aunque subjetiva, búsqueda de calidad.
Así pues, cree que el “uso” de la violencia, como tema artístico, es admitido como testimonio, denuncia  o sensibilización. Pero un “abuso” de esta temática va transformando, progresivamente, la sensibilidad en sensiblería y la sensiblería en trivialización, banalizando una realidad de gran trascendencia.

Como el mismo nos explica, en sus trabajos también hay muestras de violencia, como en 1960 cuando realizó en los Sanfermines de Pamplona; “Toro agonizante” -una de las fotografías cumbre en la historia del reportaje fotográfico español-. En esta imagen apreciamos la inmensa soledad del ruedo, la emoción y el desgarro de la muerte.
En 1962 realizó ”Neutral corner”, donde transmite con total crudeza el patetismo marginal de los boxeadores. 
Y es que el ojo de la cámara actúa como testigo y juez de esa parcela de la realidad que retrata. Pero ciertos artistas parecen obviar esta función de testimonio y enjuiciamiento, centrándose en el único objetivo de impactar del modo más sencillo posible.
Además este fotógrafo cree que existe una violencia mucho más brutal y desoladora que la puramente física. Una violencia silenciosa producida por la segregación, que confina a la más absoluta soledad a millones de personas, la falta de privacidad, la discriminación, el racismo, la ocultación de información por parte de los medios, la manipulación y el modo en que los medios maquillan la realidad, etc.


Ramón Masats.
Toro Agonizante,1960

También afirma que esta recurrente y simplona utilización de temáticas hirientes ya se realizaba antiguamente aunque no con tanta frecuencia como en la actualidad, si bien es cierto que el arte debe hacer que cada escenario, cada figura y cada anécdota admita un sinfín de posibilidades para interpretarlas y  registrarlas. 

Y de ésto sabe mucho el polifacético Ramón Masats. Su inquieto e inconformista talante, le ha permitido indagar diferentes campos, y en cada cual con mejor resultado. Tanto es así que pasó de publicar en la Gaceta Ilustrada, Blanco y Negro o París-Match, a trabajar en innumerables ocasiones con Televisión Española, dirigiendo series tan populares como “Los ríos”, “Conozca usted España”, o “ Raíces”.

Desde su primer documental “El que enseña”, producido por Mario Camus, consiguió una gran aceptación y empezó a trabajar junto a ilustres personalidades del panorama cinematográfico nacional como; Pilar Miró, Gonzalo Suárez, Manuel Summers, Carlos Saura o Chumy Chúmez.

En definitiva, este autor bien sea en cine, o bien sea en fotografía con su Hasselblad con el angular de 38 mm., nos muestra con implacable objetividad, con un lenguaje despojado de adornos superfluos, de un modo sobrio, fusionando técnica y sensibilidad, un estilo que le sitúa merecidamente entre los grandes reporteros españoles de todos los tiempos.

Aunque como señala Publio López Mondejar; este genial y tierno fiero Ramón Masats, que nunca buscó la riqueza o la celeridad, mejor prefiera ser considerado “un obrero de la cámara”.

Imágenes artículo


© Revista Contrastes
Página actualizada por Grupo mmm
Para cualquier cambio o sugerencia dirigirse a webmaster.
© 2000-2001