m o n o g r á f i c o |
Cuando la vida se detiene
se escribe lo pasado o lo imposible |
La rectificación por parte del Gobierno del PP, fundamentalmente el abandono impulsado por Pilar del Castillo de sus posiciones unitaristas, ha posibilitado el consenso necesario en esta materia. El PSOE comparte con el Gobierno que es imprescindible reforzar la enseñanza de las Humanidades en el sistema educativo español y también que ha de realizarse desde una visión plural de la Historia de España y desde un concepto de la enseñanza de la Historia común que respete a su vez la realidad plurilingüe y pluricultural de España, el sentimiento de pertenencia a una o más identidades colectivas y la valoración de todas las lenguas constitucionales. En este segundo intento de desarrollar la reforma de las Humanidades se ha querido trascender este ámbito e inscribirlo en una renovación de mayor calado, la de las enseñanzas mínimas en la ESO y el Bachillerato. Diez años después de la aprobación de la LOGSE parece razonable revisar las enseñanzas mínimas que el Gobierno fija para todo el Estado, puesto que en este periodo se han producido significativos cambios económicos, sociales y científicos que aconsejan una actualización de los currículos.
En la negociación mantenida con el Gobierno para el desarrollo de los Reales Decretos de reforma de las enseñanzas mínimas, el Partido Socialista ha puesto especial énfasis en las siguientes cuestiones: el reconocimiento de la LOGSE como marco válido de actuación en materia educativa, el consenso con las Comunidades Autónomas y la fijación de un calendario de aplicación y una financiación que garantice su implantación en condiciones de calidad. Pero, a pesar del acuerdo conseguido, hay que dejar bien claro que no es ésta la reforma que el PSOE habría hecho, porque consideramos muy insuficiente la financiación alcanzada y porque no nos satisface la reducción de horas lectivas en Educación Plástica y Visual y la Música, materias que consideramos esenciales en una educación integral que desarrolle plenamente todas las capacidades de la persona. Igualmente nos parece lamentable que el Gobierno no haya propiciado un amplio debate sobre qué saberes enseñar en la educación obligatoria ni buscado la más amplia participación de la comunidad educativa, del mismo modo que estamos convencidos de que no se han afrontado los retos cruciales de nuestro sistema educativo, como son la atención a la diversidad de los alumnos, el fracaso escolar, la integración de las minorías e inmigrantes, ni se han incorporado con ambición medidas de calidad como las nuevas tecnologías de la información y la comunicación o el Plan de Fomento de la Lectura.
En una concepción global de la formación humanística no puede desdeñarse el instrumento fundamental que constituye el hábito de la lectura. Por ello, el Dictamen de Humanidades recomienda "la promoción de la lectura desde todas las áreas con una planificación y metodología adecuadas a la edad de los alumnos… y profundizar en dos ámbitos: lectura literaria y lectura con fines informativos y documentales". Para ello, "se debería potenciar las bibliotecas de aula, para el trabajo diario, y una buena biblioteca de centro, atendida por el personal adecuado, para que el alumnado pueda estudiar, consultar e investigar". Y también "espacios culturales y bibliotecas en los barrios como elementos cercanos y habituales para los alumnos, y convertir el centro docente en un espacio divulgador y receptor de la cultura del entorno".
Para el cumplimiento de estos objetivos, es fundamental articular un plan de fomento de la lectura, que el PSOE ya exigió al Gobierno mediante la presentación de una Proposición no de Ley en el Congreso de los Diputados para que se adoptaran las siguientes medidas: el Gobierno, antes de tres meses, deberá poner en marcha un plan de financiación de bibliotecas escolares, tanto de aula como de centro, en el que se deberá incluir la figura del bibliotecario. Establecerá los correspondientes convenios con las Comunidades Autónomas, con el fin de garantizar el cumplimiento de esos objetivos y asegurar la igualdad de acceso a los bienes educativos de todos los alumnos con independencia de su ubicación en el territorio. La dotación de este plan debe ser de 10.000 millones de pesetas, y se desarrollará en el plazo de tres años, sin embargo, el Partido Popular con su voto en contra ha impedido que esta iniciativa prosperara, por lo que sólo podemos concluir que si estas medidas no se ponen en marcha, acompañadas de la financiación necesaria, el Gobierno será responsable de un Plan de Humanidades que ha olvidado algo fundamental para la calidad de la educación y el futuro de la cultura en nuestro país: la lectura.v.
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