4

ya tan menospreciado en la persona de su mensajero, tomará a mal su sufrimiento.
CORNWALL.
De eso yo responderé.
REGAN. Mucho peor lo tomaría mi hermana
viendo a su servidor insultado, asaltado
por cuidar sus asuntos. Ponedios en sus piernas.
CORNWALL. Venid, my lord. ¡ Marchemos!
Salefn todos menos Gloucester y Kent].

GLOUCESTER.
Lo siento por ti, amigo; es deseo del duque,
y todo el mundo sabe que su condición
no admite trabas ni contrariedades. Abogaré por ti. KENT. No, os lo ruego. Mucho he viajado y sin descanso.
Primero dormiré un poco y luego silbaré.
Que de sus pies acaso pueda venirle a un hombre su fortuna.
Que tengáis un buen día.
GLOUCESTER.
De todo esto el Duque es res
[ponsable.
Será tomado a mal.
Sale.

KENT.
Buen rey, tú corroboras el dicho popular,
tu que abandonas la tranquilidad del cielo para adentrarte en el ardiente sol
Acércate, faro del bajo mundo, que con la ayuda de tus rayos pueda
releer esta carta. Sólo vemos milagros desde la desgracia. Sé que es Cordelia quien la envía, que, afortunadamente, fue informada de mi encubierto proceder, y encontrará el momento de poner un remedio a las calamidades de este mísero estado.
¡ Ah, ojos fatigados, cansados de vigilia! Aprovechaos para no ver esta morada vergonzosa. Fortuna, buenas noches; sonríe una vez más, ¡ gira tu rueda!
Se duerme.
68

4