PATRICIA RUIZ-CORTINA SECO

 

 

 

      T Í T U L O: “ Gracias por venir”

         (EDITORIAL EL PAÍS. ES)

     

      A R G U M E N T O: Nos encontramos a comienzos de este siglo, con una España que viene arrastrando desde hace varios años, un bajo índice de natalidad y una también muy alta mortalidad, es decir con una población envejecida. Por contrapartida viene desde fuera una ráfaga de aire fresco, dispuesta a aumentar la natalidad y a ocupar puestos de trabajo vacíos, se trata de los inmigrantes. Solo hace falta que seamos capaces de reconocerlos e integrarlos en una sociedad que no les ha puesto facilidades a la hora de poner en regla sus papeles.

 

      P O S I C I Ó N   D E L    A U T O R: La perspectiva del autor en el tema de la inmigración queda bien reflejada en esta noticia ya que se trata de un artículo de opinión. No hace falta decir que como ya he introducido en el argumento, y como se ve bien claro en el título de esta noticia, el autor está totalmente a favor de la llegada de extranjeros a nuestro país, además está seguro de que éstos cambiarán la situación de España o por lo menos aliviarían su envejecimiento, aumentando su insuficiente natalidad. Recuerda también que el mayor bien de un país es su población, independientemente del lugar de origen  de éste

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      Pero antes de decir que la solución al envejecimiento es la inmigración, comenta que la preocupante situación en la que se encuentra España, no se solucionará con las escasas medidas que ofrece el gobierno a las familias, y recuerda también, la gran carencia que hay en el terreno de la asistencia social  a nuestros mayores que, debido al aumento de la esperanza de vida, cada vez son más.

 

      Finaliza diciendo que para que sea posible la llegada de habitantes de otros países, es importante legalizar sus trabajos evitando una explotación laboral que puede ser si cabe un mayor problema, en un momento en que nos acecha una crisis de escala mundial.

 

     

      P O S I C I Ó N   P E R S O N A L:  Bajo mi punto de vista, la llegada de habitantes desde otros países supone un gran beneficio para un país que carece cada vez más, de mano de obra joven dispuesta a sacar adelante una España que envejece por momentos.

 

      Pero la necesidad de gente joven en el mundo laboral no da derecho bajo ningún concepto, a que algunos empresarios desempeñen el papel de explotadores de personas para las que puede ser ésta la única esperanza de conseguir un nivel de vida digno y que gracias a ellas el país saldrá del estancamiento demográfico producido por los bajos índices de mortalidad y natalidad

 

      Tampoco hay que caer en el error de pensar que la inmigración, por mucho que se legalice en su totalidad va a ayudarnos a salir en poco tiempo de esta difícil situación.

 

 

 Esto sólo se produciría si los inmigrantes tuvieran unas condiciones de vida lo suficientemente buenas como para que les permitiera aumentar su índice de natalidad; que tanto ellos como todos sus descendientes no volvieran a su país de origen, y en definitiva, si nos encontráramos ante una España justa y sin prejuicios que ofreciera trabajos dignos a estos nuevos ciudadanos, que no sólo mejoraría nuestra situación sino que también mejorarían la de su país. Y es que parece mentira que en una mitad del mundo sobre gente y en la otra mitad falte. 

  

 

DARRERE