Mª Teresa Caballero Cervera
LEVANTE, 1/2/2003
NOTICIA sobre la guerra de Irak
El jefe de los inspectores de la ONU no ve motivos para
declarar una guerra a Irak
Blix y El Baradei exigen a Sadam que les deje utilizar aviones y entrevistar a
científicos Efe, Nueva York/Viena
El jefe de los inspectores de la ONU en Irak, Hans Blix, afirma que no ve
motivos para declarar una guerra contra ese país, en una entrevista publicada
ayer por el diario The New York Times. Blix, que desafía todas las acusaciones
vertidas por el presidente estadounidense, George W. Bush, se queja de que su
informe ha sido tachado de crítico y de que se le haya acusado de servir a los
propósitos de Washington.
Sobre las sospechas vertidas por el secretario de Estado norteamericano, Colin
Powell, acerca de que los inspectores tienen información de que oficiales
iraquíes esconden y trasladan materiales prohibidos, Blix responde que no tiene
tales indicios.
Tampoco los tiene de las afirmaciones de Bush en el discurso del estado de la
Unión sobre que los científicos que han entrevistado los inspectores eran
agentes secretos iraquíes. Más aun, Blix no ha visto señales convincentes de que
existan vínculos entre Irak y la red terrorista Al Qaeda.
Por otro lado, los dos jefes de los inspectores de desarme de la ONU sólo
aceptarán la invitación de Bagdad de viajar nuevamente a Irak a condición de que
el régimen de Sadam Husein deje de obstruir su trabajo.
Así lo dijo ayer el director del Organismo Internacional de Energía Atómica
(OIEA), el egipcio Mohamed El Baradei, que junto con Blix lidera los inspectores
de desarme.
El Baradei añadió que Bagdad debe «dar un paso adelante» y permitir que los
inspectores puedan usar aviones especializados para sobrevolar Irak y
entrevistar a científicos iraquíes. Además, Blix y El Baradei presentarán un
nuevo informe al Consejo de Seguridad el 14 de febrero, según anunció ayer un
portavoz de la ONU.
1/2/2003
Levante el mercantil valenciano
Aznar toca los tambores de guerra
Carlos Carnicero
Al final, José María Aznar ha dado un paso al frente para encabezar la
manifestación belicista en apoyo de las tesis de George W. Bush, junto con otros
líderes europeos de segundo nivel. Su actitud es igual a la que antes se usaba
para mostrar disposición ante un superior: «para la que usted guste mandar». Una
demostración más de la desconexión que existe entre el presidente del Gobierno y
el electorado español, que en una proporción de entre el 70 y el 90% se opone a
los planes guerreros de EE UU y entiende que el ultraconservador Bush no quiere
dejar de celebrar su guerra bajo ninguna circunstancia.
Los tambores de guerra suenan sin complejos. Los gurús de la economía
manifiestan que lo mejor para la reactivación es una guerra rápida que no dañe
los pozos de petróleo iraquíes. Estados Unidos última sus dispositivos de
propaganda. Las televisiones lanzan imágenes belicistas de aviones despegando
desde los barcos más sofisticados del mundo. La belleza de la tecnología
idealiza la contienda.
Todo es demasiado burdo y evidente y la proclama de Aznar de identificación con
el amigo norteamericano no puede, siquiera, ser entendida por quién aspira a
sucederle en La Moncloa desde las filas de su partido. El PP ha decidido asumir
el desgaste de apoyar la guerra y los electores, a partir de ahora, estarán
pendientes de las consecuencias de esa posición. Es posible que la suerte esté
ya echada.
A pesar de la falta de evidencias.