Drosophila melanogaster (también conocida como la mosca del vinagre) es un pequeño insecto inofensivo tanto para humanos como para plantas. Estos insectos pasan desapercibidos para la mayoría de la gente, alimentándose de frutas en descomposición.

Drosophila , sin embargo, es el organismo de estudio para muchos genéticos interesados en problemas tan diversos como el desarrollo, comportamiento o cáncer. En nuestro laboratorio utilizamos las moscas del vinagre como modelo biomédico para estudiar enfermedades humanas y como herramienta para entender procesos celulares básicos. La idea central de esta elección es que la complejidad de cualquier proceso biológico en moscas es mucho más asequible que en vertebrados, ayudando por tanto a entender las complejas relaciones causa-efecto en un proceso biológico. El genoma de Drosophila , por ejemplo, es una versión simplificada del genoma humano. Cada gen de Drosophila está representado normalmente por cuatro homólogos en vertebrados. Por lo tanto, la redundancia genética es relativamente rara en moscas, pero muy frecuente en organismos modelo vertebrados como ratón. Pero debido a la conservación fundamental de genes y procesos entre moscas y humanos, estos estudios son relevantes y se pueden transferir inmediatamente a vertebrados. Hasta el 75% de los genes humanos implicados en enfermedades se pueden identificar en Drosophila , y todas las rutas de señalización importantes y procesos de desarrollo también están conservadas. Así pues, con este “compromiso” en su complejidad, Drosophila es un organismo de elección para profundizar en nuestro entendimiento de los problemas biológicos fundamentales.


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