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El 5 de enero de 1814
Agustín de Iturbide derrotó a los insurgentes
mexicanos en la batalla de Puruarán,
en la que Mariano Matamoros fue hecho prisionero.
El 6 de enero el
ejército neogranadino de Antonio Nariño
derrotó a los realistas en Calibío.
El 11 de enero el rey
Joaquín de Nápoles (es decir, Murat) firmó
una alianza secreta con Austria, traicionando así a
Napoleón.
El príncipe heredero Carlos Juan de Suecia estaba a punto
de invadir Dinamarca, ante lo cual, el 14
de enero el rey Federico VI aceptó firmar el
tratado de Kiel, por el
que Dinamarca cedía Noruega a Suecia (aunque Groenlandia e
Islandia, que habían sido noruegas antes de su unión
con Dinamarca, continuaron siendo danesas).
El 19 de enero Napoleón
restituyó al Papa Pío VII los Estados Pontificios y
le permitió abandonar Fontainebleau, cosa que hizo unos
días más tarde.
José Gervasio Artigas estaba indignado porque los diputados que había enviado a la Asamblea Constituyente de Buenos Aires no habían sido reconocidos y, en su lugar, habían sido aceptados como representantes de la Banda Oriental otros elegidos en el campamento del general Rondeau, quien había cuidado de que fueran contrarios a Artigas. Por ello, el 20 de enero decidió abandonar el asedio a Montevideo. En principio lo único que hizo fue marcharse él, pero poco después, sus soldados decidieron seguirlo, y así quedó abierto un importante sector del cerco a la ciudad. No obstante, los realistas no reaccionaron y Rondeau tuvo ocasión de reorganizar sus efectivos para cubrir la laguna.
El 24 de enero el rey Federico
VI de Dinamarca escribió una carta a su primo Cristián Federico, al
que el año anterior había designado como virrey de
Noruega, para que rindiera a los suecos las fortalezas fronterizas
y regresara a Dinamarca. Sin embargo, Cristián Federico no
hizo pública la carta y mantuvo las fortalezas, dispuesto a
instigar el nacionalismo noruego contra los suecos.
Los ejércitos aliados habían penetrado en Francia
por el norte. El 27 de enero
Napoleón derrotó en Saint-Dizier al ejército
prusiano dirigido por el mariscal Gebhard Leberecht von Blücher.
Ese día murió el filósofo Johann Gottlieb
Fichte.
El dictador chileno José Miguel Carrera comprendió
que para mantenerse en el poder debía entregar a O'Higgins
el mando del ejército, y así lo hizo el 28 de enero.
El 29 de enero Napoleón
volvió a derrotar a Blücher en Brienne-le-Château. Sin
embargo, éste recibió pronto refuerzos y
convirtió sus 25.000 hombres en 170.000, mientras que
napoleón apenas pudo sumar unos pocos miles a sus 30.000.
El 30 de enero, tras haber
recorrido Noruega y comprobado que existía una fuerte
voluntad de luchar contra los suecos, el príncipe
Cristián Federico reunió a una serie de consejeros
que estuvieron de acuerdo en que el rey Federico VI no
tenía derecho a ceder Noruega a Suecia, de modo que
continuaba siendo el rey legítimo y, en caso de renunciar a
su derecho, la soberanía recaía en el pueblo
noruego.
Ese mismo día Manuel Belgrano fue relevado del mando del
ejército del Norte y sustituido por José de San
Martín. Éste envió a la frontera
septentrional a Martín
Miguel de Güemes, que logró mantener a raya
al ejército realista de Pezuela. Belgrano fue enviado como
embajador a Gran Bretaña.
El triunvirato que gobernaba las Provincias Unidas del Río
de la Plata no funcionaba con mucha eficiencia, principalmente
porque dos de sus miembros, Rodríguez Peña y
Álvarez Jonte seguían las directrices de la logia
Lautaro, mientras que Paso era moderado y se enfrentaba con
frecuencia a sus dos colegas. Por ello, y apoyándose en
cierto descontento general frente a la política del
triunvirato, el general Carlos
María de Alvear (apoyado por la logia Lautaro)
instó a la asamblea constituyente a elegir un poder
ejecutivo unipersonal. El 31 de enero
fue elegido Director Supremo de
las
Provincias Unidas del Río de la Plata Gervasio Antonio de Posadas
(casualmente era primo de la madre de Alvear), junto con un Consejo de Estado integrado
por nueve personas. Posadas nombró gobernador de Cuyo a
José de San Martín, quien se dispuso desde
allí a organizar una nueva expedición a Perú.
Mientras tanto, en Chile desembarcaba un contingente
español llegado desde Perú bajo el mando del
brigadier Gabino Gaínza.
No contaba con más de novecientos hombres, pero pronto los
vio incrementados con varios miles de indios.
El 1 de febrero Blücher
derrotó a Napoleón en La Rothière.
El 2 de febrero los
periódicos noruegos publicaron la noticia de la
cesión a Suecia, y el pueblo se mostró partidario de
luchar contra ello.
Los realistas venezolanos habían encontrado un caudillo
caristmático en el militar español José Tomás Boves.
Cuando estalló el movimiento independentista se
había unido a los revolucionarios, pero, acusado de ciertos
delitos, fue encarcelado y azotado, así que se pasó
al bando realista. Desde finales del año anterior, actuando
de forma independiente, sin atender las órdenes de sus
superiores, empezó a organizar un ejército y el 3 de febrero derrotó a los
republicanos en La Puerta.
Ese día fue fusilado el insurgente mexicano Mariano
Matamoros. José María Morelos había propuesto
canjearlo por doscientos prisioneros realistas, pero su oferta fue
desestimada.
El 8 de febrero el
príncipe Carlos Juan de Suecia amenazó con enviar un
ejército a Noruega y someterla a un bloqueo naval, y
prometió aceptar una constitución si Noruega
aceptaba la unión con Suecia.
El 10 de febrero el
ejército de Napoleón cayó sobre el
ejército ruso del general Olsufiev en Champaubert. Los rusos no eran
más de 4.500 hombres, de los cuales unos 3.000 acabaron
hechos prisioneros. El 11 de febrero
Napoleón derrotó en Montmirail a un ejército ruso-prusiano que
le doblaba en número.
José Gervasio Artigas estaba actuando por su cuenta en la
Banda Oriental, por lo que el director supremo rioplatense,
Gervasio Antonio de Posadas, firmó un decreto por el que lo
declaraba traidor a la patria y ofrecía una recompensa por
su captura vivo o muerto.
El 12 de febrero
Napoleón derrotó a la retaguardia de Blücher en
Château-Thierry.
Ese mismo día, los republicanos de Venezuela lograron
detener el avance de Boves derrotándolo en las calles de la
ciudad de La Victoria. El
ejército republicano engrosado precipitadamente por el
general José Félix
Ribas, reclutando sobre todo a jóvenes
estudiantes. El combate se prolongó durante todo el
día y los republicanos consiguieron el triunfo gracias a la
llegada en el último momento de un contingente de
caballería bajo el mando de Vicente Campo Elías.
El 14 de febrero, en un nuevo
enfrentamiento, esta vez en Vauchamps,
Napoleón hizo retroceder una vez más al
ejército de Blücher. Mientras tanto, los
austríacos entraron en Montereau
y saquearon la ciudad. El 15 de
febrero Wellington derrotó a un ejército
francés en Garris.
El 16 de febrero una asamblea
de notables opuesta a la soberanía sueca proclamó
regente de Noruega al príncipe Cristián Federico.
El 17 de febrero el mariscal
Victor derrotó en Mormant
a un ejército formado por soldados rusos y del reino de
Wurtemberg. El 18 de febrero
Napoleón derrotó en Montereau al rey Federico I de
Wurtemberg, y el 19 de febrero
recuperó la ciudad.
El 22 de febrero, José Gervasio Artigas derrotó en El Espinillo a un ejército enviado contra él por el director Gervasio Antonio de Posadas. Los realistas de Montevideo trataron de ganarse entonces a Artigas para su causa y le hicieron toda clase de ofertas, pero él las rechazó.
El 27 de febrero Wellington
derrotó al mariscal Soult en Orthez. Los franceses tuvieron
que huir desordenadamente, cruzaron el río Luy de Béarn y volaron
el puente tras ellos para evitar ser perseguidos. Mientras tanto
los austríacos derrotaban a los franceses en la batalla de
Bar-sur-Aube.
Ese día se estrenó en Viena la octava sinfonía de
Beethoven, que fue interpretada junto con la séptima.
Beethoven estuvo al frente de la orquesta, pero por estas fechas
ya estaba completamente sordo, y los músicos tuvieron que
prescindir de sus gestos y seguir al primer violín. El
público aplaudió más la séptima, que
el año anterior había pasado inadvertida al lado de
La victoria de Wellington.
Beethoven se enfureció porque, a su juicio, la octava era
mejor.
El 28 de febrero José
Tomás Boves inició un asedio a la ciudad de San Mateo, defendida por
Simón Bolívar.
En Chile, Gabino Gaínza envió 200 hombres a tomar
la ciudad de Talca. Se presentaron el 3
de marzo y exigieron la rendición de la plaza bajo
amenaza de pasarla a cuchillo. Desde la ciudad se envió una
petición de auxilio a O'Higgins, y los realistas atacaron
antes de que llegara y tomaron la plaza. El 4 de marzo, otro contingente de Gaínza
apresó al dictador José Miguel Carrera, junto con
uno de sus hermanos.
El 7 de marzo Napoleón,
en considerable inferioridad numérica, derrotó una
vez más a Blücher en Craone.
Los prusianos se retiraron a Laon,
y Napoleón le dio alcance al anochecer de 8 de marzo. Se produjeron algunos
enfrentamientos, pero la batalla principal se libró al
día siguiente, el 9 de marzo,
tras la cual Napoleón tuvo que retirarse, aunque los
prusianos no estaban en condiciones de perseguirlo.
Ese mismo día, una embajada danesa exigió al rey
Federico VI de Dinamarca que privara al príncipe
Cristián Federico de sus derechos de sucesión a la
corona danesa a menos que éste dejara de apoyar la
independencia de Noruega. Unos días después el
gobierno sueco respondió que Suecia no podía evacuar
unos puestos fronterizos que no estaban en su poder y que no
apoyaba en modo alguno la independencia noruega. No obstante, no
se dijo nada sobre desheredar a Cristián Federico.
El director rioplatense Gervasio Antonio de Posadas
organizó a instancias de su sobrino, Carlos María de
Alvear, una flota que puso bajo el mando del irlandés William Brown (o Guillermo Brown, como era
conocido en América), que el 11
de marzo lanzó un ataque contra la isla Martín García,
situada en el estuario del Río de la Plata y que estaba en
poder de los realistas, pero el ataque fue rechazado.
El 12 de marzo Napoleón
derrotó a un ejército ruso-prusiano que había
tomado Reims y recuperó la ciudad.
El 14 de marzo llegó a
España el rey Fernando VII.
Ese mismo día, tras la captura de Carrera, la Junta de
Gobierno chilena nombró Dictador
Supremo
de Chile a Francisco de
la Lastra.
El 15 de marzo la flota de
Guillermo Brown logró apoderarse de la isla Martín
García.
El 19 de marzo Napoleón
se propuso liberar Arcis-sur-Aube,
tomada por los austríacos, pero esta vez fue derrotado, y
la derrota no fue todo lo grave que podría haber sido
porque a los austríacos les faltó iniciativa,
intimidados por el emperador francés. Finalmente,
prusianos, austríacos y rusos unieron sus efectivos hasta
formar un ejército de 200.000 hombres dispuesto a marchar
sobre París. El 25 de marzo
derrotaron en La Fère-Champenoise a 20.000 franceses,
aunque Napoleón no estaba presente.
Ese mismo día Boves decidió abandonar el asedio de
San Mateo, ante las noticias de que se acercaba un importane
ejército republicano.
El general Andrew Jackson había estado entrenando un
ejército de milicianos con el que enfrentarse a los palos rojos. El 27 de mayo, al frente de unos 2.000
soldados de infantería, 700 de caballería y unos 600
aliados indios, atacó a un millar de gerreros palo rojo en Horseshoe Bend, en el
territorio de Mississippi
(el ocupado a España entre el Estado de Luisiana y
Florida). Los creeks
fueron rodeados y, tras cinco horas de batalla, la mitad estaban
muertos y el resto murió mientras trataba de escapar.
Sólo sobrevivieron unos 150. Por su parte, Jackson
contó 47 muertos y 159 heridos entre sus soldados.
El 29 de marzo los realistas
derrotaron en Chile al ejército revolucionario en Concha Rayada.
Ese mismo día los aliados se presentaron ante
París, defendido por José Bonaparte. Ante él,
el zar Alejandro I de Rusia y el rey Federico Guillermo III de
Prusia.
El estadounidense James Wilkinson, consciente del desastre de su
campaña del año anterior, sabía que iba a ser
relevado del mando, así que empezó a planear toda
clase de proyectos inviables para mejorar su imagen. Finalmente
dio con una operación que podía llevar a termino:
recuperar el fortín de Lacolle, que estaba defendido por
unos 80 soldados británicos. Para ello marchó con
4.000 soldados y el 30 de marzo
intentó un ataque, pero resultó infructuoso, en
parte porque los británicos utilizaron un arma nueva para
los estadounidenses: los cohetes
Congreve (inventados diez años atrás por
sir William Congreve a
partir de armas similares usadas por los indios del sultanato de
Mysore), que eran cohetes de los que se usan habitualmente en
pirotecnia, pero con una cabeza explosiva o incendiaria, y en
parte porque los estadounidenses quedaron expuestos al fuego de la
flota británica que llegó por el río Lacolle.
Mientras tanto, los aliados lanzaron su ataque definitivo sobre
París, que se prolongó hasta el 31 de marzo, cuando el zar pidió la
rendición de Francia en términos generosos: ofrezco la paz a Francia en lugar de
su destrucción. Poco después Talleyrand
ofreció al zar las llaves de la ciudad de París.
Talleyrand había colaborado en el golpe de Estado que dio
el poder a Napoleón y ahora lograba convertirse en el
mediador entre los aliados y el Senado. El 1 de abril formó un gobierno provisional y
el 2 de abril el Senado depuso
a Napoleón y ofreció el trono de Francia a Luis
XVIII, el hermano de Luis XVI, que vivía exiliado en Gran
Bretaña.
El mariscal Soult se había refugiado en Toulouse, y el 4 de abril Wellington se dispuso a
asediar la ciudad. Mientras tanto, Napoleón se
proponía marchar sobre París, pero sus mariscales,
dirigidos por Ney, se le amotinaron. El emperador afirmó
que el ejército le seguiría, pero Ney le
replicó que el ejército seguiría a sus
generales. Napoleón se enteró además de que
el Senado lo había destronado, así que se
refugió en Fontainebleau y propuso abdicar en su hijo. Sin
embargo, los aliados rechazaron su propuesta y le exigieron la
abdicación incondicional. El 6
de abril Napoleón escribió:
Habiendo declarado las potencias aliadas que el Emperador Napoleón es el único obstáculo para el restablecimiento de una paz general en Europa, el Emperador Napoleón, fiel a su juramento, declara que renuncia en su nombre y el de los suyos a los tronos de Francia e Italia, y que no hay ningún sacrificio personal, ni siquiera el de su propia vida, que no esté dispuesto a hacer por el interés de Francia.
El 8 de abril el chileno
O'Higgins derrotó en Quechereguas
a Gabino Gaínza, que se vio obligado a volverse a Talca.
El 10 de abril Wellington se
dispuso a tomar Toulouse al asalto. Fracasó en su intento,
pero por la noche Soult recibió un comunicado oficial de
París en el que se le informaba de la rendición de
Napoleón y, ante estas noticias, consideró que no
tenía sentido continuar la lucha y se rindió.
También el mariscal Suchet, que seguía en
España, se enteró de la abdicación del
Emperador y evacuó la península Ibérica, que
quedó finalmente libre de soldados franceses.
Ese mismo día se formó una asamblea constituyente
en Cristiania, la capital Noruega (la antigua Oslo). A primeros de
mes, el rey Federico VI de Dinamarca había escrito una
carta a Cristián Federico pidiéndole que abandonara
la causa noruega y regresara a Dinamarca. Mencionó incluso
la posibilidad de verse obligado a desheredarlo, pero
Cristián Federico no hizo caso. Una embajada enviada a Gran
Bretaña solicitando el reconocimiento de la independencia
noruega no tuvo ningún éxito (incluso el enviado fue
encarcelado unos días por una antigua deuda pendiente, de
otra época en la que había sido embajador
danés en Londres).
El 11 de abril se firmó
el Tratado de Fontainebleau, por el que Napoleón renunciaba
a los derechos de soberanía de todos los territorios bajo
su dominio con excepción de la isla de Elba (frente a la costa
italiana, entre Italia y Córcega), a la que debería
retirarse con un séquito de 400 personas para su servicio.
La emperatriz María Luisa recibiría los ducados de
Parma, Placencia y Guastalla, que a su muerte pasarían a su
hijo Napoleón.
Ese día el estadounidense James Wilkinson fue relevado del
mando y un consejo de guerra lo absolvió de varios cargos
de negligencia y mala conducta.
El 12 de abril Napoleón
trató de envenenarse con una píldora que llevaba
colgada del cuello desde que un día estuvo a punto de ser
capturado durante la campaña de Rusia. Sin embargo, la
píldora estaba "caducada" y sólo le produjo un mal
rato.
El 16 de abril el rey Fernando
VII entraba en Valencia, donde le esperaba un representante del
consejo de regencia con el texto de la constitución de
Cádiz, la cual no lo reconocía como rey hasta que no
la hubiera jurado. También se encontraba un diputado
contrario a la constitución con un manifiesto firmado por
sesenta y nueve diputados que opinaban igualmente. Era el llamado
Manifiesto de los Persas,
que solicitaba del rey la disolución de las Cortes de
Cádiz y la restauración de una monarquía
absolutista. El nombre del manifiesto proviene de una
alusión del mismo al hecho de que los antiguos persas
tenían cinco días de anarquía tras la muerte
del rey, y los absolutistas comparaban esos cinco días con
el liberalismo imperante. Así pues, España estaba
dividida entre absolutistas
(partidarios de una monarquía absoluta) y liberales (partidarios de una
monarquía constitucional). El 17 de abril, el general Francisco Javier de
Elío invitó al monarca a recobrar "sus derechos" y
puso sus tropas a su disposición.
El 20 de abril Napoleón
salió de Fontainebleau hacia su destierro.
Ese mismo día, aprovechando que la flota realista
había abandonado Montevideo, la flota de Guillermo Brown
cerró el puerto de la ciudad con lo que el bloqueo
pasó a ser completo.
Ante la imposibilidad de reducir a Artigas por la fuerza,
Gervasio Antonio de Posadas envió parlamentarios que el 23 de abril llegaron a un acuerdo
con el militar. Buenos Aires revocaba su condena a muerte y
reconocía la independencia de la Banda Oriental y la
provincia de Entre Ríos.
El 28 de abril Napoleón
se embarcó en una fragata inglesa rumbo a la isla de Elba.
El gobierno provisional francés había preparado una
Constitución que debía firmar el rey Luis XVIII,
pero el 2 de mayo éste
se negó a firmarla. Sus palabras fueron:
Habiendo leído el proyecto de Constitución ideado por el Senado, veo que las bases son buenas, pero que muchos artículos parecen redactados con precipitación y, tal como están, no pueden ser leyes fundamentales del Estado.
El 3 de mayo entró en
París.
Ese mismo día el dictador chileno Francisco de la Lastra
firmó con Gabino Gaínza el tratado de Lircay, en cuyos
dieciséis artículos los "revolucionarios"
reconocían su lealtad al rey Fernando VII, se
comprometían a ayudar a España en la medida de sus
posibilidades y a enviar diputados a las Cortes de Cádiz.
Además reconocían nuevamente la bandera
española en lugar de otra que habían ideado el
año anterior. En el preámbulo se condenaba sin
nombrarlos a los hermanos Carrera culpables de la ruina del reino.
El 4 de mayo el rey Fernando
VII de España restableció la monarquía
absoluta. Respecto a la constitución de Cádiz y los
decretos de las cortes declaró que eran nulos y sin ningún valor ni
efecto, ahora ni en tiempo alguno, como si no hubiesen pasado
jamás tales actos y se quitasen de enmedio del tiempo.
El 5 de mayo salió de
Valencia en una marcha triunfal hacia Madrid. La multitud aclamaba
a un rey al que le había dado el sobrenombre de El Deseado, y los
constitucionalistas no tuvieron nada que hacer ante tal clamor
popular. El 10 de mayo fueron
disueltas las Cortes. "El Deseado" restableció las antiguas
instituciones, entre ellas la Santa Inquisición,
nombró un gobierno de incompetentes sin más
mérito que merecer su confianza y desplegó una
cruenta represión contra los liberales y, sobre todo,
contra los afrancesados que habían apoyado a José
Bonaparte, el hermano de su otrora bienamado Napoleón, y a
los que se había comprometido a respetar en el tratado de
Valençay.
Durante la guerra de la independencia, Francisco de Goya
pintó una serie de grabados titulada Los desastres de la guerra.
Ahora pintaba algunas escenas patrióticas famosas, como La carga de los mamelucos, o
Los fusilamientos del tres de
mayo, así como varios retratos de Fernando VII.
El 11 de mayo el
marqués de Wellington fue nombrado duque de Wellington, como
reconocimiento a su campaña contra Napoleón.
Al enterarse de que la flota rioplatense estaba bloqueando
Montevideo, la flota realista se apresuró a volver, y el 14 de mayo se inició un
combate naval que se prolongó durante tres días,
tras los cuales los rioplatenses obtuvieron la victoria:
incendiaron dos barcos, capturaron otros tres, y de los restantes,
parte entró en el puerto y parte huyó hacia
España.
José de San Martín, alegando motivos de salud,
renunció a la dirección del ejército del
norte, y el director Posadas aprovechó para sustituirlo por
José Rondeau, dejando así a su sobrino Carlos
María de Alvear la dirección del asedio a
Montevideo. De este modo, tras la inminente caída de la
ciudad, Alvear se llevaría el mérito de una
operación ejecutada por Rondeau.
El 17 de mayo la asamblea
constituyente noruega aprobó la constitución. Aunque
fue firmada con fecha del día siguiente, es esta fecha la
que aún hoy se celebra en Noruega como día de la
Constitución. Ésta prescribía una
monarquía constitucional, cuyo primer rey sería
Cristián Federico, pero declaraba al luteranismo como
religión nacional, y exigía que el rey la profesara,
lo cual excluía al príncipe Carlos Juan de Suecia,
que era católico (recordemos que era el mariscal
francés Bernadotte). Ya puestos, prohibía la entrada
en el país a judíos y jesuitas. Por lo demás,
establecía un parlamento bicameral con una cláusula
que exigía que los dos tercios de su composición
fueran diputados elegidos en distritos rurales (la cláusula de los
granjeros). El 22 de mayo
el nuevo rey noruego entró triunfante en Cristiania.
El 23 de mayo Beethoven
presentó una nueva versión de su ópera Fidelio con numerosas
revisiones, en particular con una nueva obertura. Finalmente, la
ópera fue aclamada y desde entonces no ha dejado de figurar
entre las óperas más representadas. Al estreno
asistió un joven músico de diecisiete años
llamado Franz Schubert,
que había tenido que vender sus libros de texto para
comprar la entrada. Schuber había recibido clases de
música desde los cinco años, hasta que Antonio
Salieri se interesó por él y empezó a darle
clases particulares. Su padre era maestro en una escuela
parroquial, y por esas fechas Schubert empezó a trabajar en
dicha escuela dando clases a los niños más
pequeños. Entre las obras compuestas hasta el momento
destaca su primera
sinfonía, acabada el año anterior, que es
una pieza impecable, asombrosa en alguien de su edad. A la
sazón estaba trabajando en su segunda sinfonía.
El 24 de mayo el Papa
Pío VII entró triunfalmente en Roma.
José de San Martín había enviado al coronel
Ignacio Warnes a tomar la
ciudad de Santa Cruz de la
Sierra, en el Alto Perú, misión que
llevó a término tras derrotar a los realistas en la
batalla de Florida, el 25 de mayo.
El 30 de mayo se firmó
el tratado de París,
que ponía fin oficialmente a la guerra entre Francia y la sexta coalición. Las
fronteras de Francia volvieron a ser las que tenía cuando
fue ejecutado Luis XVI. La confederación del Rin fue
oficialmente disuelta, de modo que los diferentes Estados alemanes
fueron declarados independientes.
El 4 de junio el rey Luis
XVIII de Francia otorgó una carta constitucional, según la cual la
soberanía reside en él por derecho divino, se
reservaba el poder ejecutivo y admitía dos cámaras
legislativas, la cámara
de los Diputados, elegidos cada siete años por
sufragio censitario (es decir, sólo podían ser
electores los que pagaran una cierta cantidad de inpuestos, que
tenía que ser aún mayor para ser elegido), y la cámara de los Pares,
elegidos por el rey con carácter hereditario. Las
cámaras podían proponer leyes al monarca, pero era
éste quien tenía que aprobarlas. El rey fechó
la carta en el "año
decimoséptimo de mi reinado", de modo que se
consideraba rey de Francia desde el mismo momento en que
murió el joven Luis XVII.
El duque Luis Felipe de Orleans regresó a Francia, donde
le fue restituida la inmensa fortuna de los Orleans.
El 15 de junio Boves
derrotó a Simón Bolívar en la segunda batalla de La Puerta.
Totalmente bloqueada por tierra y por mar, el 20 de junio Montevideo se
rindió a los rioplatenses y el 22
de junio Carlos María de Alvear entraba en la
ciudad.
El 30 de junio llegaron a
Cristiania emisarios de Rusia, Prusia, Austria y Gran
Bretaña, que al día siguiente se presentaron ante el
parlamento, donde el emisario ruso explicó que si Noruega
no se sometía a Suecia entraría en guerra con
Europa. El rey Cristián Federico alegó que el pueblo
noruego tenía derecho a determinar su destino, y el
delegado austríaco hizo un comentario famoso: ¿El pueblo?
¿Qué tiene que decir el pueblo contra la voluntad
de sus gobernantes? Eso sería poner el mundo cabeza
abajo.
El virrey del Perú, Fernando de Abascal, no
reconoció el tratado de Lircay, sino que procesó a
Gaínza por haber hecho concesiones para las que no estaba
autorizado. Inmediatamente envió un nuevo contingente a
Chile, esta vez bajo el mando de Mariano Osorio, que
desembarcó en la costa chilena el 2 de julio.
El 3 de julio un
ejército estadounidense bajo el mando del general Jacob Brown se
presentó ante Fort Erie,
junto al Niágara, y la guarnición británica
que lo defendía se rindió sin presentar batalla.
Desde esta nueva base, Brown avanzó por el Niágara y
el 5 de julio derrotó a
los británicos junto a la ciudad de Chippawa. Los
británicos se vieron obligados a replegarse sobre Fort George.
Boves tenía abierto el camino hacia Caracas.
Bolívar pensó en un principio en resistir hasta la
muerte, pero, como sus escasos efectivos indicaban que la muerte
sería rápida, cambió de idea y optó
por abandonar la capital y retirarse hacia el este. Salió
el 7 de julio y muchos civiles
(hombres, mujeres y niños) optaron por seguirle por temor a
las represalias de Boves. Ese mismo día los realistas
entraron en Caracas y realizaron una matanza (siguiendo la misma
política de guerra a muerte iniciada por Bolívar).
Antonio Nariño fue capturado por los realistas en Pasto y enviado a
España, donde fue encarcelado.
El director Gervasio Antonio de Posadas no reconoció el
tratado firmado con Artigas, que tuvo que ser renegociado, pero el
9 de julio se llegó a un
acuerdo similar salvo que Buenos Aires reconocía la
independencia de la Banda Oriental, pero no de la provincia de
Entre Ríos. En consecuencia, los rioplatenses
entregarían a Artigas la ciudad de Montevideo. Sin embargo,
Alvear se negó a evacuar la ciudad, con lo que la guerra
continuó.
El poeta Percy Brisshe Shelley había pasado una temporada
en Irlanda colaborando con otros independentistas en la
elaboración de panfletos, hasta que los conflictos con las
autoridades lo habían llevado a regresar a Londres.
Allí entabló contacto con el escritor William
Godwin. Bajo su influencia había escrito La reina Mab: un poema
filosófico. Ahora Shelley se fugaba a Suiza con Mary Wollstonecraft Godwin, la
hija de dieciséis años de Godwin, abandonando a su
esposa. Unas semanas después, sin dinero y con Mary
embarazada, regresaron a Londres, pero Godwin (quien, como
filósofo, había defendido el amor libre) les
retiró la palabra, como cuatro años atrás
había hecho el padre de Shelley.
"La autora de Sentido y sensibilidad y Orgullo y prejuicio"
publicó su tercera novela, Mansfield Park. A
diferencia de las dos anteriores, no era una obra de juventud,
sino que Jane Austen la había empezado dos años
atrás. El editor no confió mucho en esta nueva obra,
y nuevamente se negó a comprar los derechos y, en su lugar,
hizo pagar a la autora los costes de la edición. No
obstante, y pese a la competencia de Waverley y otras
obras de éxito, como El corsario, de Lord Byron
(del que se vendieron diez mil ejemplares en un año), la
novela se vendió bien y reportó más
beneficios que las novelas precedentes.
El 15 de julio la
delegación de las potencias aliadas abandonó
Noruega. El rey Cristián Federico había ofrecido
incluso renunciar al trono noruego siempre y cuando se reconociera
al país su derecho a decidir su futuro. También
propuso negociar la unión con Suecia sobre la base de la
constitución noruega, posibilidad que los delegados se
avinieron a proponer al rey de Suecia.
El 19 de julio murió el
explorador británico Matthew Flinders.
En Kuwait murió el jeque Abdullah I. Se le atribuye la
construcción de una muralla defensiva, así como la
extensión de las actividades comerciales con la India e
Iraq. También fue bajo su reinado cuando se entablaron las
primeras relaciones con la Compañía Británica
de las Indias Orientales. Fue sucedido por su hijo Jaber I
Al-Sabah. Los británicos afirmaron entonces que su
padre había consentido en convertir a Kuwait en un
protectorado británico, pero Jaber I no reconoció
tal supuesta decisión.
El 22 de julio el
príncipe Carlos Juan de Suecia se entrevistó con la
delegación proveniente de Noruega, la cual le
aconsejó atender a la propuesta de negociación de
Cristián Federico. Sin embargo, Carlos Juan se
mostró indignado y aseguró que sólo
aceptaría la rendición incondicional.
El dictador chileno José Miguel Carrera había
logrado evadirse del cautiverio al que lo tenían sometido
los españoles y, tras ser perseguido durante dos meses por
Francisco de la Lastra, el 23 de julio
lo derrocó con un nuevo golpe de Estado que le
permitió nombrar una nueva Junta de Gobierno. Sin embargo,
una parte de los miembros de la Junta depuesta escapó y
pidió a Bernardo O'Higgins que derrocara a Carrera.
El 25 de julio Jacob Brown se
enfrentó nuevamente a los británicos en Lundy's Lane. Tras un
día de sangriento combate, ambos ejércitos estaban
agotados y habían sufrido pérdidas similares. Los
británicos se retiraron durante la noche y regresaron a Fort George, mientras que los
estadounidenses se marcharon al día siguiente,
después de recoger las armas abandonadas por el enemigo. En
su marcha destruyeron diversos fuertes británicos, puentes,
etc.
El 26 de julio, un
pequeño ataque naval sueco abrió las hostilidades
contra Noruega. Unos días después, el
ejército sueco invadió el país vecino.
El 3 de agosto la ciudad de
Cuzco se rebelaba contra la soberanía española. Los
revolucionarios, dirigidos por José
Angulo, emitieron una proclama en la que invitaban al
Perú a alzarse en armas y formaron una Junta gubernativa.
El 4 de agosto los
británicos contraatacaron y pusieron bajo asedio a Jacob
Brown en Fort Erie.
El 7 de agosto, mediante la
bula Sollicitudo omnium
ecclesiarum, el Papa Pío VII restauró la Compañía de
Jesús. Los jesuitas habían sobrevivido
principalmente en Rusia, y a la sazón estaban dirigidos por
el polaco Tadeusz Brzozowski,
al que el Papa nombraba ahora general de la orden.
El 9 de agosto Andrew Jackson
firmó el tratado de Fort
Jackson que ponía fin a la guerra creek. Completamente
destrozados en la batalla de Horseshoe
Bend, los creek no tuvieron más opción que
aceptar las condiciones de Jackson, que consistían en la
cesión de 89.000 kilómetros cuadrados de tierra en
el territorio de Mississippi, más de la mitad del
territorio que ocupaban desde siempre los creeks. En estas condiciones
Jackson no tuvo en cuenta para nada que la guerra se había
librado únicamente contra una parte de los creeks, mientras
que otra había sido aliada de los Estados Unidos. Unos
7.700 kilómetros cuadrados del territorio incautado fueron
cedidos a los indios cherokees,
que habían luchado junto a Jackson. (El jefe cherokee Junaluska le había
salvado la vida en la batalla de Horseshoe Bend.)
El 14 de agosto la
convención de Moss
declaró un alto el fuego entre Suecia y Noruega. Se
firmó un principio de acuerdo en que Noruega
aceptaría la soberanía del rey Carlos XIII de
Suecia, aunque conservaría sus propias instituciones y su
constitución (modificada en lo imprescindible para
posibilitar la unión), y que el rey Carlos Federico
debería abandonar todas sus aspiraciones al trono noruego y
abandonar el país. Todo esto debía ser ratificado
por el parlamento noruego.
Los continuados ataques de Boves hacia sus seguidores hizo que
Bolívar se dispusiera a hacerle frente el 17 de agosto junto a Aragua de Barcelona, con el
fin de retrasar el avance realista y salvar el mayor número
posible de refugiados. Sin embargo, el encuentro fue una nueva
victoria para Boves. La segunda república venezolana estaba
prácticamente acabada y sólo quedaban algunos
ejércitos republicanos arrinconados en el este del
país luchando por la causa. Bolívar decidió
volver a Nueva Granada.
La rendición de Napoleón
había permitido a los británicos emplear más
efectivos en la guerra contra los Estados Unidos. El gobernador de
Canadá, George Prevost, recibió órdenes de
lanzar un masivo ataque hacia el sur al frente de 11.000 veteranos
de las guerras napoleónicas. Mientras tanto, una brigada
bajo el mando del mayor Robert
Ross, formada por veteranos de l ejército de
Wellington, sería transportada a la bahía de
Chesapeake (al fondo de la cual se encuentra Washington D.C.) a
modo de maniobra de distracción. El 19 de agosto desembarcó en Benedict, en Maryland, a
cuarenta kilómetros de Washington. El 24 de agosto llegó a Bladensburg, a ocho
kilómetros de Washington, donde le esperaba William Henry Winder al frente
de un ejército de unos 7.000 hombres, aunque casi todos
ellos eran milicianos sin apenas instrucción y reunidos
precipitadamente. Tras un breve combate, se dispersaron y dejaron
a los británicos el camino abierto hacia la capital
estadounidense.
Ross envió a la ciudad un grupo de soldados con bandera
blanca, pero fueron tiroteados desde un edificio. Entonces
entró el ejército, incendió el edificio y la
bandera británica fue izada en Washington. Después
prendieron fuego al edificio del Senado y al de la Cámara
de Representantes. Después se dirigieron a la residencia
del Presidente de los Estados Unidos. Allí encontraron
preparada una cena para 40 comensales. Se la tomaron, cometieron
algún saqueo e incendiaron el edificio. También
destruyeron el edificio del Tesoro de los Estados Unidos, y
algunos edificios públicos más. El 25 de agosto un violento
huracán (acompañado de lluvias que extinguieron los
incencios) obligó a los británicos a volver a sus
barcos. Los británicos no dañaron ningún
edificio privado. Por lo visto, Ross tenía órdenes
de incenciar edificios públicos como represalia por los
incendios de York cometidos el año anterior. El presidente
Madison, que había abandonado la ciudad, regresó tan
pronto se marcharon los británicos. Sólo por un
estrecho margen, el Congreso decidió reconstruir la
capital, en lugar de trasladarla a otra parte más
resguardada. El secretario de guerra, John Armstrong, fue cesado por su falta de
previsión que había dejado a Washington
prácticamente sin protección alguna.
El 26 de agosto el chileno
Bernardo O'Higgins se enfrentó bajo bandera española
en Las Tres Acequias al
ejército enviado por José Miguel Carrera bajo el
mando de su hermano Luis
Carrera. Los hombres de O'Higgins acabaron en desbandada,
aunque Carrera no los persiguió.
Mientras tanto, los independentistas cuzqueños tomaron la
ciudad de Puno, donde
asesinaron a garrotazos y pedradas a dieciocho españoles.
El 28 de agosto, unas naves
enviadas por Robert Ross con órdenes de remontar el
río Potomak llegaron a la ciudad de Alejandría, en
Virginia. El consejo de la ciudad acordó enviar emisarios
con bandera blanca para pactar la rendición. El 29 de agosto los británicos
ocuparon Alejandría y confiscaron varios barcos con
provisiones y otras mercancías de valor.
El 30 de agosto el rey Carlos
XIII de Suecia se proclamó rey de Noruega.
Esa noche, una fragata británica bajo el mando de sir Peter Parker tomó
tierra en Caulk's Field,
cerca de Fairlee, en
Maryland. Su misión era impedir que las milicias
estadounidenses cruzaran a la otra orilla de la bahía para
defender Baltimore, que era el próximo objetivo
británico. Sin embargo, poco después de medianoche,
ya el 31 de agosto, la
milicia derrotó a los invasores provocando una treintena de
muertos y heridos. Entre los fallecidos estaba el propio Parker.
Los estadounidenses apenas tuvieron bajas. El 2 de septiembre los británicos abandonaron
Alejandría.
Cuando O'Higgins tuvo noticia de la llegada de las tropas
realistas de Osorio y de que el virrey del Perú no
reconocía el tratado de Lircay, en cuyo nombre él
estaba actuando, propuso a JOsé Miguel Carrera posponer sus
disensiones y unir sus esfuerzos contra los españoles. El 4 de septiembre firmaron un
documento de reconciliación y Carrera puso a O'Higgins al
mando de una División de su ejército.
De acuerdo con lo previsto, George Prevost avanzó con su
ejército hacia los Estados Unidos. El 6 de septiembre llegó a Plattsburgh, a a orillas del
lago Champlain, en el Estado de Nueva York, y allí se
dispuso a esperar que su flota en el lago, bajo el mando del
capitán George Downie,
eliminara a la flota estadounidense, bajo el mando de Thomas McDonough. Éste
la había dispuesto en un estrecho canal, de modo que, para
llegar a Plattsburg, tenía que pasar a cien metros de los
barcos norteamericanos.
La flotilla enviada a Alejandría se vio retenida a causa
de la artillería dispuesta a orillas del Potomak por orden
de James Monroe, a la sazón secretario de Estado y que
hacía de secretario de guerra en funciones. Finalmente se
las arregló para cruzar el fuego enemigo y el 9 de septiembre se reunió con
el grueso de la flota británica en la bahía de
Chesapeake, que llevava varios días esperándola.
El 11 de septiembre la flota
británica del lago Champlain se atrevió a descender
para enfrentarse a la estadounidense en Plasttsburgh y, tras
varias horas de bombardeo en las que la flota de McDonough
maniobró con gran habilidad, quedó destrozada. Al
enterarse de ello, Prevost, que apenas había iniciado el
combate por tierra, ordenó la retirada, pese a las
protestas de sus subordinados. Los estadounidenses dominaron
así el lago Champlain y, como consecuencia de ello, los
británicos tuvieron que retirarse hasta Canadá,
abandonando todo el territorio estadounidense ocupado hasta
entonces.
El 12 de septiembre la flota
británica de Robert Ross desembarcó en North Point, a
dieciséis kilómetros de Baltimore. El general Samuel Smith había
tenido tiempo de levantar fortificaciones y organizar a la
milicia. Envió un contingente a su encuentro y el resultado
fue muy distinto al de Bladensburg: los británicos tuvieron
que retirarse con muchas bajas, entre ellas el propio Ross, que
resultó muerto y fue reemplazado por sir Arthur Brooke. La noche del 13 de septiembre la flota
británica avanzó para acercarse cuanto pudo al
puerto de Baltimore, defendido por los milicianos desde Fort McHenry. Se
inició entonces un bombardeo que duró toda la noche.
Al amanecer, el 14 de septiembre,
la deteriorada bandera estadounidense de Fort McHenry fue sustituida por otra nueva y
flamante. Los británicos, viendo que el bombardeo no
había debilitado sensiblemente las defensas
estadounidenses, se retiraron.
Mientras tanto, la flota británica atacaba por un tercer
frente: Fort Bowyer,
cerca de Mobile, en el golfo de México. Ese día Los
estadounidenses lograron rechazar un desembarco. Los intentos se
prolongaron dos días más, pero el resultado fue el
mismo y los británicos se retiraron con intención de
atacar Nueva Orleans.
En uno de los barcos británicos que bombardeaban Baltimore
se encontraba un abogado estadounidense llamado Francis Scott Key, que estaba
negociando la liberación del doctor William Beanes, un anciano
médico tomado como rehén en Washington. Al amanecer,
el médico le preguntó ansiosamente: Dime, ¿sigué
ahí la bandera?, a lo que Key pudo responderle
afirmativamente. El 15 de septiembre,
todavía en el barco británico, Key trató de
expresar la emoción del momento con un poema de cuatro
estrofas al que tituló La
defensa de Fort McHenry. La primera estrofa dice:
O! say can you see by the dawn's early light What so proudly we hailed at the twilight's last gleaming? Whose broad stripes and bright stars through the perilous fight, O'er the ramparts we watched were so gallantly streaming? And the rockets' red glare,
The bombs bursting in air,
Gave proof through the night that our flag was still there.O! say does that star-spangled banner yet wave O'er the land of the free and the home of the brave? |
¡Oh, di!,
¿puedes ver, con la primera luz de la aurora, Lo que con tanto orgullo saludamos en el último destello del crepúsculo, Cuyas amplias franjas y brillantes estrellas, durante la peligrosa lucha, sobre las murallas observábamos ondear tan gallardamente? Y el rojo fulgor de los
cohetes,
Las bombas estallando en el
aire,
Dieron prueba en la noche de que nuestra bandera aún
estaba allí.¡Oh, di!, ¿sigue ondeando esa bandera estrellada Sobre la tierra del libre y el hogar del valiente? |
Cuando el juez Joseph H.
Nicholson, el cuñado de Key, conoció el
poema, se dio cuenta de que encajaba con la música de "La canción
anacreóntica", compuesta treinta y cinco
años atrás por un compositor británico
llamado John Strafford Smith
(que a la sazón tenía sesenta y cuatro años)
y que era el himno oficial de la Sociedad anacreóntica, un club de
caballeros londinenses aficionados a la música. La primera
estrofa dice:
To Anacreon in Heav'n, where he sat in full glee, A few sons of Harmony send a petition: That He their inspirer and patron would be; When this answer arriv'd from the jolly old Grecian: «Voice, fiddle, and
flute,
No longer be mute,
I'll lend you my name and inspire you to boot,And, besides, I'll instruct you like me, to intwine The myrtle of Venus with Bacchus's vine». |
A Anacreonte en el cielo,
donde estaba sentado lleno de júbilo, Unos hijos de la Armonía le enviaron una petición: Que él fuera su inspirador y protector, Cuando esta respuesta llegó del divertido anciano griego: «Voz, violín y
flauta,
No estéis mudos nunca
más,
Yo os prestaré mi nombre y os inspiraré para
empezar,Y además os enseñaré a combinar como yo El mirto de Venus con la viña de Baco». |
El 17 de septiembre (el mismo
día que los británicos abandonaban la bahía
de Chesapeake), Nicholson hizo imprimir y distribuir varias copias
del poema.
La caída de Nariño dio nuevas alas a los
federalistas de Nueva Granada. El 19
de septiembre Camilo Torres Tenorio se reunió con
Simón Bolívar y ambos proyectaron devolver a las
Provincias Unidas de Nueva Granada su estructura federal, para lo
que Bolívar deberá someter a los centralistas de
Bogotá. Bolívar no era precisamente federalista,
pero consideró que, en aquellas circunsancias, el
federalismo era preferible a la desunión entre centralistas
y federalistas.
El 20 de septiembre dos
periódicos de Baltimore publicaron el poema de Key con una
nota que decía: Música:
Anacreonte
en el cielo. La canción se fue haciendo popular
paulatinamente, y hoy es el himno de los Estados Unidos.
El 21 de septiembre, tras una
serie de infructuosos ataques, los británicos abandonaron
el asedio de Fort Erie.
El ejército cuzqueño, desde Puno se dirigió
a La Paz, y la tomó y la saqueó el 24 de septiembre tras dos
días de asedio.
El guerrillero español Francisco Javier Mina había
sido liberado de su cautiverio en París con la llegada de
los aliados. De regreso a España, el 25 de septiembre dirigió junto con su
tío Francisco Espoz y Mina un intento de golpe de Estado en
Pamplona, contra el absolutismo del rey Fernando VII, pero
fracasaron y tuvieron que huir a Francia.
El virrey del Perú, Fernando de Abascal, envió un
ejército que se enfrentó en Huanta al ejército
cuzqueño el 30 de septiembre,
en una batalla que se prolongó durante tres días en
la que los realistas obtuvieron la victoria.
El 1 de octubre el rey Carlos
IV de España abdicó nuevamente en su hijo Fernando
VII a cambio de una suma de dinero. Se instaló entonces en
Roma, en la corte papal.
Ese mismo día se inauguró el Congreso de Viena, con el
propósito reorganizar Europa tras la derrota de
Napoleón. Austria estaba representada por Klemes Wenzel, el
príncipe von Metternich,
que era el ministro de asuntos exteriores y principal consejero
del emperador Francisco I. Las principales naciones participantes,
además de Austria, eran Gran Bretaña, Rusia
(representada por el propio zar Alejandro I), Francia
(representada por Talleyrand), Prusia, España, Portugal,
Suecia, Dinamarca, Suiza (con una delegación por cada
cantón), los Estados Pontificios, Baviera, Würtemberg
y Hanover (el rey Jorge III de Gran Bretaña se había
negado a reconocer la disolución del Sacro Imperio y
seguía ostentando el título de Elector de Hanover).
El rey Federico Guillermo III de Prusia estuvo también en
Viena durante el congreso, si bien no fue oficialmente el
representante de su país. Pero en realidad todo estado
europeo envió su representante a Viena, y en total
había más de doscientas representaciones, a las que
había que sumar representaciones de organizaciones
religiosas (como las abadías), ciudades, e incluso
había una representación de editores alemanes que
reclamaban una ley de derechos de autor y libertad de prensa.
Talleyrand fue tratado al principio como un apestado, pero a las
pocas semanas, su talento, su urbanidad y su audacia lo
convirtieron en el portavoz de todas las pequeñas potencias
que aspiraban a obtener concesiones de las grandes y no
sabían cómo, en especial, respaldaron a Talleyrand
todos los nobles desposeídos de sus dominios en los
últimos años, de los que había más de
medio centenar en Viena, en persona o representados por otros.
El duque Fernando III de Toscana (el hermano del emperador
Francisco I) recuperó su ducado.
Los representantes servios no daban descanso a los rusos,
solicitando que abogaran por la independencia de Servia. El
independentista Karagjorgje fue liberado por los austríacos
y marchó a Rusia.
En Chile se libró la batalla de Rancagua. El tratado de Lircay había
llevado a disolver numerosos ejércitos revolucionarios, por
lo que los chilenos se encontraron prácticamente indefensos
ante la acometida de Manuel Osorio, que avanzaba a toda prisa
hacia Santiago. Bernardo O'Higgins trató de hacerle frente
con los escasos hombres que pudo reunir (unos 900), pero nada pudo
hacer frente a los 4.500 hombres de Osorio. No obstante, la
batalla se prolongó hasta el día siguiente, el 2 de octubre, cuando los chilenos
apenas contaban con dos centenares de hombres en condiciones de
combatir. Los realistas saquearon Rancagua con tal crudeza que
algunos realistas chilenos empezaron a cuestionarse sus
simpatías.
En Paraguay, el cónsul José Gaspar Rodriguez de
Francia predominaba claramente sobre su colega, Fulgencio Yegros,
hasta que el 3 de octubre hizo
que un congreso destituyera a Yegros y lo nombrara a él
dictador por un periodo de cinco años.
Carlos María de Alvear había salido de Montevideo
al frente de un ejército para someter a José
Gervasio Artigas, y el 6 de octubre
una parte de este ejercito, bajo el mando del coronel Manuel Dorrego, atacó
por sorpresa un campamento artiguista en Marmarajá bajo el mando
de Fernando Otorgués,
que tuvo que huir hasta Brasil perseguido por los rioplatenses.
El 10 de octubre el rey
Cristián Federico de Noruega abdicó y marchó
a Dinamarca. Allí, al igual que en las principales
potencias europeas, fue visto con gran recelo por haber respaldado
las aspiraciones democráticas de los noruegos.
José Miguel Carrera dirigió el éxodo hacia
las Provincias Unidas del Río de la Plata de una multitud
de revolucionarios, entre ellos O'Higgins, que temían
represalias de los realistas. El 11 de
octubre se enfrentó a los realistas en la llamada
batalla de Los Papeles,
mientras protegía la retaguardia de los refugiados durante
el paso de los Andes. En realidad, la represión realista no
fue muy grave. Mariano Osorio asumió la gobernación
de Chile, deportó a algunos revolucionarios y luego, en
general, adoptó una actitud conciliadora.
Francisco Espoz y Mina, junto con su sobrino Francisco Javier
Mina y otros españole exiliados en Francia habían
sido detenidos y llevados a Burdeos. Ese mismo día
llegó una delegación dispuesta a llevárselos
a España para ser juzgados por traición, pero el rey
Luis XVIII les reconoció el derecho de asilo y de este modo
se libraron de una muerte segura.
El 12 de octubre el Congreso
de Viena decidió que el electorado de Hannover se
convirtiera en el Reino de
Hannover.
El 17 de octubre los
refugiados chilenos llegaron a Cuyo. José de San
Martín había enviado algunas tropas bajo las
órdenes de Juan Gregorio
de las Heras para ayudar a los chilenos contra los
realistas, pero éste se retiró por falta de
entendimiento con los chilenos y, cuando San Martín lo
volvió a enviar, llegó cuando ya había
acabado la batalla de Rancagua y no pudo más que proteger
el éxodo de los refugiados a través de los Andes.
San Martín mantuvo relaciones cordiales con O'Higgins, pero
no así con Carrera, al que terminó arrestando y
enviando preso a Buenos Aires. No obstante, allí Carrera
obtuvo el apoyo de Carlos María de Alvear, al que
había conocido en Cádiz y era enemigo de San
Martín.
Un ejército de refuerzo llegó a Fort Erie bajo el
mando del general George Izard,
con el que los efectivos estadounidenses ascendieron a unos 6.300
hombres. El 19 de octubre
Izard, al frente de un destacamento, tomó Cook's Mills y destruyó
algunas provisiones británicas, aunque, temiendo que los
británicos cortaran su retirada mediante un desembarco
desde el lago Ontario, regresó inmediatamente a Fort Erie.
En México, el congreso de Chilpacingo, trasladado a la
ciudad de Apatzingán
por la persecución realista, promulgó el 22 de octubre el Decreto constitucional para la
libertad de la América mexicana, una
constittución similar a la de Cádiz, pero que
definía un sistema de gobierno republicano.
El reino nepalí continuaba su política
expansionista a costa de la India, y el gobernador
británico, el marqués Francis Rawdon-Hastings, decidió intervenir
militarmente, y el 1 de noviembre
declaró la guerra al Nepal.
Joaquín de la Pezuela envió contra los
independentistas cuzqueños un ejército de 1.500
fusileros con numerosos indios como auxiliares, todos bajo el
mando de Juan Ramírez de
Orozco. El 2 de noviembre
los realistas obtuvieron la victoria de Achocalla y al día siguiente entraron en La
Paz. Allí ejecutaron a más de un centenar de
rebeldes.
El 4 de noviembre el
parlamento noruego aprobó las modificaciones necesarias de
la constitución y "eligió" a Carlos XIII como rey de
Noruega.
Andrew Jackson había decidido (desatendiendo
órdenes) que era conveniente expulsar a los
británicos de la ciudad española de Pensacola, en Florida. Para
ello estableció una base en Mobile y y el 6 de noviembre invadió
Florida y se presentó ante Pensacola con 4.000 soldados de
infantería. Exigió al gobernador de la ciudad, Mateo Fernández Manrique,
que expulsara a los británicos de los fuertes que rodeaban
la ciudad, los cuales serían ocupados por tropas
estadounidenses hasta que fueran relevadas por tropas
españolas, cuya misión sería asegurar la
neutralidad de España en la guerra entre los Estados Unidos
y Gran Bretaña. El gobernador se negó. El 7 de noviembre Jackson atacó
y el gobernador aceptó las condiciones. No obstante, los
británicos se atrincheraron en uno de los fuertes, Fort Barrancas. Jackson se
propuso tomarlo al día siguiente, el 8 de noviembre, pero los británicos lo
volaron antes de su ataque, y después abandonaron
definitivamente Pensacola.
El 10 de noviembre el
ejército cuzqueño dirigido por Mateo Pumacahua derrotó
a los realistas en La Apacheta,
tras lo cual entró en Arequipa.
El 15 de noviembre Camilo
Torres Tenorio fue elegido presidente de las Provincias Unidas de
Nueva Granada, en sustitución de Antonio Nariño.
El 21 de noviembre, ante la
falta de apoyo naval para asegurar un avance, Jacob Brown
abandonó Fort Erie
para volver al lado estadounidense del río.
El cuzqueño Pumacahua abandonó Arequipa ante el
avance del ejército realista de Ramírez de Orozco.
El 30 de noviembre los
habitantes de la ciudad se reunieron para proclamar su lealtad a
la Corona Española.
El 2 de diciembre murió
en el manicomio el marqués de Sade.
El 5 de diciembre los
realistas venezolanos bajo el mando de José Tomás
Boves obtuvieron una nueva victoria frente a los republicanos de
José Félix Ribas en la batalla de Urica, pero Boves murió
atravesado de un lanzazo.
Ese mismo día Ramírez de Orozco entraba en
Arequipa. Allí ejecutó a algunos independentistas y,
en represalia, José Angulo ejecutó en cuzco a sus
dos principales prisioneros de guerra, el mariscal Picoaga y el intendente Moscoso.
El 10 de diciembre
Simón Bolívar entró en Bogotá y la
obligó a someterse al congreso de las Provincias Unidas de
Nueva Granada.
El 11 de diciembre el
último ejército republicano de Venezuela (con apenas
medio centenar de hombres) fue derrotado en Maturín por un
ejército realista de 5.000 hombres dirigido por Francisco Tomás Morales.
El 12 de diciembre la flota
británica inició el ataque a Nueva Orleans. Por la
mañana, unos 1.800 soldados desembarcaron bajo las
órdenes del general John
Keane a 14 kilómetros de Nueva Orleans.
Podría haber avanzado por la orilla del río y tomado
fácilmente la ciudad, pero decidió esperar
refuerzos. Se dice que cuando Jackson se enteró de la
posición de los invasores, exclamó: "Por el Dios Eterno que no
dormirán en nuestro suelo". Por la tarde
lanzó un ataque por sorpresa que obligó a los
británicos a retroceder y retrasar el ataque a la ciudad.
Esto permitió a los británicos fortificar los
accesos.
El 15 de diciembre se
reunieron en Hartford
representantes de los cinco Estados de Nueva Inglaterra para
preparar una propuesta conjunta de enmiendas a la
Constitución que, en caso de no ser satisfechas,
podrían llevar a dichos Estados a abandonar la
Unión.
Desde finales del año anterior, Gran Bretaña y los
Estados Unidos habían mantenido conversaciones encaminadas
a poner fin a la guerra. Tras la rendición de
Napoleón, la predisposición de los estadounidenses
para llegar a un acuerdo creció a la par que
decrecía la británica. Las noticias del incendio de
Washington aumentaron las exigencias británicas, pero poco
después llegaron las noticias del fracaso en el lago
Champlain y la cosa cambió. El gobierno británico
consultó al marqués de Wellington y le propuso
hacerse cargo de la guerra, pero Wellington contestó que si
los estadounidenses dominaban los lagos no había nada que
hacer, y sugirió llegar a un acuerdo que conservara el status quo ante bellum.
Así se hizo, y el 24 de
diciembre se firmó el tratado de Gante en dichos términos: se
devolvían los prisioneros de guerra y las fronteras
quedaban como antes de la guerra. Técnicamente, aquí
terminaba la llamada guerra de
1812, pero nadie en América podía saberlo,
y en América se seguía combatiendo en Nueva Orleans:
El 28 de diciembre los
británicos hicieron algunos ataques exploratorios, para
valorar las defensas estadounidenses. El 1 de enero de 1815 llegó el grueso de la
flota británica e inició un ataque hasta quedarse
sin munición, lo que obligó a suspender
temporalmente las acciones.
Mientras tanto, la Convención
de
Hartford seguía reuniéndose, y el 5 de enero aprobó su
propuesta de enmiendas a la Constitución, que
incluía diversas restricciones sobre el gobierno federal,
como la exigencia de una mayoría cualificada de dos tercios
para declarar una guerra, limitaciones a los reclutamientos y
embargos militares, restricción de derechos para los
ciudadanos de origen extranjero, etc. También
exigían limitación del cargo de presidente a un
único mandato, así como que cada presidente
debía de ser de un Estado diferente al de su predecesor.
(Hasta entonces, todos los presidentes excepto Adams habían
sido de virginianos.) Se nombró una delegación
presidida por Harrison-Gray Otis
para presentar en Washington las reclamaciones.
El 8 de enero los
británicos lanzaron el ataque definitivo a Nueva Orleans,
pero las fortificaciones estadounidenses resultaron efectivas y
tuvieron que retirarse tras un breve combate. Los
británicos siguieron atacando otros puntos de la costa de
Luisiana.
Cuando José Rondeau tenía todo dispuesto para
invadir el Alto Perú al frente del Ejército del
Norte, recibió la noticia de que el director Posadas lo
había destituido en favor de su sobrino, Carlos
María de Alvear. Varios oficiales se sublevaron y Alvear se
vio obligado a volver a Buenos Aires. El 9 de enero, viendo que su autoridad real era
prácticamente nula, Posadas dimitió y fue sucedido
por Alvear, que tenía entonces veinticinco años.
Instauró una férrea dictadura y se dedicó a
perseguir a sus detractores. En la Banda Oriental, el rioplatense
Manuel Dorrego atacó el 10
de enero con 800 hombres el campamento principal de
José Gervasio Artigas, en el que se encontraban 1.500
hombres. El resultado de la batalla de Guayabos fue una victoria para los artiguistas,
que pronto se vio reforzada por nuevos éxitos.
El 27 de enero los
independentistas de Cuzco se enfrentaron nuevamente a los
realistas en Matará,
y fueron nuevamente derrotados.
El 12 de febrero tuvo lugar la
última acción de la frota británica en la
guerra contra los Estados Unidos, que fue la captura de Fort Bowyer, pues dos
días después fue informada de la firma del tratado de Gante.
Por estas fechas llegó a Washington la comisión nombrada por la Convención de Hartford. El secretismo con que se habían realizado las reuniones, teniendo en cuenta que eran tiempos de guerra, levantaron sobre la conferencia sospechas de traición. Otis no prestó atención a tales rumores, y confiaba en avasallar al presidente Madison apoyándose en el fracaso de la guerra que había declarado a Gran Bretaña, pero cuando llegaron las noticias de la victoria de Nueva Orleans primero, y de la firma del tratado de Gante poco después, todas sus posibilidades se esfumaron. Tanto la Convención de Hartford como el partido Federalista en general quedaron desprestigiados por su oposición a la guerra rayana en la traición.
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