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LA EXPLORACIÓN DE ÁFRICA
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Una expedición portuguesa había hecho prisionero a un nómada en la costa mauritana, el cual proporcionó preciosas informaciones sobre el Sahara, el África negra y el comercio del oro. Esto dio un giro a las exploraciones, que dejaron de ser casi una excentricidad de Enrique el Navegante y empezaron a atraer la atención de diversos sectores de la sociedad portuguesa. En 1443 el infante centralizó las actividades navales en Sagres, en el extremo sudoeste del país. Allí fijó su residencia y estableció una casa de contratación y una escuela de pilotos. Allí acudieron los mejores técnicos y expertos navegantes, a los que el Navegante instó a resolver los problemas que planteaba la navegación por el océano Atlántico. Allí se diseñó un tipo de barco mejor adaptado a las nuevas condiciones: la carabela. Si las galeras usadas en el Mediterráneo eran alargadas, para lograr mayor velocidad, las carabelas eran más pesadas y robustas, para resistir mejor los embates del océano. Para compensar su pesadez, disponían de velamen más eficiente, con velas de mayor superficie y distintas formas. Más "lujosa" era la nao, que disponía de una doble cubierta y ofrecía una mejor distribución de los espacios interiores. En Sagres se desarrollaron los estudios astronómicos y se simplificó y extendió el uso del astrolabio y el cuadrante.

Enrique el Navegante era un personaje singular: solía llevar vestimenta negra, con un gorro de fieltro sin adornos. Rara vez visitaba la corte, vivía soltero, en un círculo de amigos, marinos y pescadores de Sagres, preparando siempre la expedición del próximo verano. El lema de su escudo era Talent de bien faire (deseo de hacerlo bien). A pesar de su sobrenombre, no volvió a navegar más. Toda su actividad la realizaba en tierra.

Por otra parte, los portugueses, manteniendo su idea inicial de obtener un monopolio, solicitaron al Papa Eugenio IV la posesión de todas las regiones que descubrieran en el África occidental. El Papa les concedió sin objeciones lo que nadie les disputaba, pero no les reconoció el derecho sobre las Canarias, colonizadas por Castilla.

Tal y como se preveía, la exploración de África empezó a ser lucrativa, aunque no tanto por el oro y el marfil como por los esclavos: en África se libraban numerosas guerras entre tribus rivales, y los vencedores vendían a los vencidos como esclavos. El cultivo de la caña de azúcar requería mucha mano de obra, y los portugueses descubrieron que podían multiplicar la productividad de sus islas recién colonizadas usando esclavos adquiridos en África.

Ese año murió el rey Tvrtko II de Bosnia, que fue sucedido por Esteban Tomás.

En Escocia, los regentes Alexander Livingstone y William Crichton habían pasado de rivalizar entre ellos a unirse para mantener el control sobre el rey Jacobo II, que tenía ahora trece años. El conde William de Douglas se unió a las intrigas que debilitaban cada vez más a la monarquía.

El rey Enrique VI de Inglaterra tenía ya veintidós años, pero su relevancia política era nula. Ese año, el duque Humphrey de Gloucester, que seguía a la cabeza del partido belicista, sufrió un revés del que ya no se recuperaría: había proyectado el matrimonio del rey con una hija del conde Juan V de Armañac, que era uno de los nobles más poderosos del sur de Francia y había participado en la praguería al lado del Delfín contra su padre. Su intención era convertir al conde en el sustituto del duque de Borgoña, es decir, en un aliado clave para dominar Francia. Sin embargo, el rey Carlos VII previó la jugada y envió un ejército, entre cuyos jefes estaba el Delfín, que barrió el sur de Francia y aniquiló la fuerza de los Armañac. En esta campaña murió el mariscal La Hire.

Este fracaso de la política del duque de Gloucester permitió que en la corte inglesa se impusiera el partido pacifista, al frente del cual estaba ahora el conde Guillermo de Suffolk. Ese mismo año llegó a Francia con la misión de concertar una tregua. Al igual que el duque de Gloucester, pensó en la conveniencia de un matrimonio real, pero de carácter muy diferente: en lugar de buscar un enemigo potencial de Carlos VII, buscó la esposa entre los más allegados al monarca. Sucedía que el duque Renato de Anjou, recién llegado a Francia, donde era considerado como legítimo rey de Nápoles, tenía una hija de catorce años, Margarita. El 28 de mayo de 1444 se firmó una tregua por dos años, renovable, a la vez que se acordaba el matrimonio entre Enrique VI y Margarita de Anjou, celebrado en abril. La tregua ratificaba el dominio inglés sobre Calais, Normandía y la Guyena, mientras que los ingleses cedían el condado de Maine, que formaba parte de las posesiones hereditarias del duque de Anjou.

El duque de Gloucester trató de presentar la cesión de Maine como una deshonrosa rendición, y logró que la retirada no se hiciera efectiva, a pesar de lo pactado. Por su parte Carlos VII se aseguró que las reclamaciones francesas para que se cumpliera el acuerdo fueran lo suficientemente tímidas como para que no recibieran atención alguna. De este modo, mientras los ingleses permanecieran en Maine, los franceses estarían legitimados a romper la tregua cuando lo estimaran oportuno, es decir, cuando se consideraran en condiciones de conquistar los territorios franceses ocupados.

Ese año murió Juan Beaufort, que el año anterior había sido ascendido de conde a duque de Somerset, a la vez que su hermano Edmundo, conde de Dorset desde hacía dos años, era ascendido a marqués. Juan Beaufort dejó una hija recién nacida llamada Margarita, pero Somerset pasó a su hermano Edmundo, aunque nuevamente con título condal.

También murió el marqués de Mantua, Juan Francisco Gonzaga, que fue sucedido por su hijo Luis III.

El primer hijo del sultán Murat II había muerto cinco años atrás, y ahora su segundo hijo había aparecido estrangulado en su habitación. En agosto, Murat II decidió abdicar en su tercer hijo, que a sus doce años se convirtió en el sultán Memet II. Hablaba fluidamente cinco idiomas: el turco, el persa, el griego, el árabe y el latín; y poseía además conocimientos de historia, filosofía, retórica, literatura y matemáticas. Murat II se retiró a Brusa, pero su retiro no duró mucho. El año anterior, el rey Ladislao III de Polonia y Hungría había emprendido la cruzada contra los turcos predicada por el Papa Eugenio IV a raíz del concilio de Florencia. Tras haber firmado una alianza con el rey Alfonso V de Aragón, había avanzado hasta Bulgaria en una brillante campaña en la que participaron Juan Hunyadi, el rey servio Jorge Brankovic y el albanés Jorge Castriota (Scanderbeg). Viendo que su joven hijo no estaba en condiciones de hacer frente a una amenaza de tal envergadura, Murat II regresó con un ejército tres veces superior al de los cristianos y los derrotó en Varna el 10 de noviembre. Entre las víctimas estuvo el propio rey Ladislao III, que tenía entonces veinte años y no dejó descendencia. En Polonia fue sucedido por su hermano Casimiro IV, que tenía dieciséis años y estaba bajo la tutela del obispo Olesnicki. Por su parte, los húngaros reconocieron al rey de Bohemia Ladislao I Póstumo, ahora también Ladislao V de Hungría, que había cumplido los cuatro años, y eligieron como regente a Juan Hunyadi, que tuvo que enfrentarse a los partidarios del emperador Federico III, tutor del joven rey.

Superada la crisis, Murat II volvió a confiar el gobierno a su hijo Mehmet II, y pronto se hicieron patentes las desavenencias entre el gran visir Candarli Halil y los tutores del sultán, Zaganos y Sihabeddin. Todos competían por lograr el favor y la confianza del inexperto sultán.

Los cantones suizos arrastraban una disputa territorial desde hacía casi una década, y Zurich decidió entonces llamar en su ayuda al que hasta entonces había sido el enemigo común: los Habsburgo. El emperador Federico III derrotó a los cantones rivales cerca de Basilea.

Michelozzo construyó el gran palacio de los Médicis, en Florencia, que se convertiría en el prototipo de las mansiones señoriales florentinas. Destaca el original planteamiento de la fachada (que después fue muy imitado): tiene tres plantas, cuya altura va decreciendo; la pared de la planta baja está hecha de piedras gruesas, irregulares, y con mucho relieve; la pared del primer piso está formado por piedras rectangulares uniformes con juntas claramente visibles; mientras que la pared del segundo piso es completamente lisa.

En Basilea se había asentado unos años atrás un pintor suizo de origen suabo llamado Konrad Witz. Su técnica es algo primitiva en el dibujo, pero demuestra un gran conocimiento de las leyes de la perspectiva y del claroscuro, tomado de los pintores flamencos. Invitado por el obispo de Ginebra, visitó la ciudad y pintó el retablo de la catedral, en el que destaca La pesca milagrosa. Representa a los discípulos de Jesús pescando en el lago Leman (un poco lejos de Galilea, todo ha de decirse) mientras Jesús espera a Pedro en la orilla. Las figuras son rudimentarias, pero el paisaje es real. Es el primer paisaje topográficamente exacto que se conoce en la pintura occidental.

Lorenzo Valla escribió sus Elegantiae linguae Latinae, en las que fundamenta el conocimiento del latín en el estudio razonado de los textos. Su espíritu crítico y el atrevimiento de sus ideas le creó muchos enemigos. Ese año fue denunciado a la Santa Inquisición después de una polémica que sostuvo sobre el origen del Credo, pero se defendió con éxito ante el Papa con su Apologia aduersus calomniatores.

El cautiverio del rey Juan II de Castilla por parte de los infantes de Aragón era impopular y se estaba volviendo insostenible. El rey Juan II de Navarra perdió apoyos entre la nobleza castellana, y entonces su hermana María liberó a su esposo, el rey castellano, que inmediatamente recabó el apoyo de Álvaro de Luna, y entre los dos encabezaron con éxito una "vuelta a la legalidad", que desembocó en una guerra abierta entre los partidarios del rey y los de los infantes. Los principales apoyos del rey se encontraban entre la burguesía, la pequeña nobleza y el bajo clero, mientras que los infantes de Aragón agrupaban a la alta nobleza. La batalla decisiva tuvo lugar en Olmedo, en mayo de 1445, donde, una vez más, una infantería bien organizada derrotó estrepitosamente a una caballería confiada y caótica. Enrique de Aragón murió poco después a causa de las heridas, y su hermano, el rey Juan II de Navarra, tuvo que renunciar por un tiempo a sus aspiraciones en Castilla. Álvaro de Luna recuperó su hegemonía en la corte castellana y recibió el título de maestre de Santiago. Sin embargo, la victoria militar de Olmedo no pudo convertirse en una verdadera victoria política porque los enemigos del rey y del condestable contaron con la protección de Enrique, el príncipe de Asturias (el heredero de Juan II), que acababa de cumplir los veinte años.

Entre los personajes más intrigantes del momento estaba Juan Pacheco, que a sus veintiséis años dominaba la voluntad del príncipe y apoyaba, por tanto, a la nobleza enemiga del rey, pero en Olmedo había tenido la habilidad de luchar en el bando vencedor, por lo que recibió como recompensa el marquesado de Villena.

Entre los derrotados en Olmedo estuvo Rodrigo Manrique, que perdió sus tierras, mientras que entre los vencedores estuvo Íñigo López de Mendoza, que recibió el título de marqués de Santillana, y es con este título con el que es más conocido en la historia. Era un gran amante de los libros. Reunió una valiosa biblioteca de la que aún se conserva un buen número de volúmenes, entre los cuales figuran numerosas traducciones realizadas por encargo suyo. También destacó como poeta. Por esta época escribió un Proemio a sus poemas que puede considerarse el primer bosquejo de la historia de la literatura castellana, aunque también se ocupa de autores en lengua catalana, como Ausiàs March, cuya obra ensalza.

Ausiàs March había enviudado hacía seis años de su primera esposa, Isabel Martorell, y se había casado hacía dos con Joana Escorna, hija de una rica familia valenciana. Sus poemas están dedicados mayoritariamente a dos damas, a las que se refiere con los pseudónimos de Llir entre cards y Plena de seny (Lirio entre cardos y Llena de entendimiento). No está claro quiénes eran, pero en su testamento se citan varias concubinas y cuatro hijos, ninguno de los cuales había nacido de ninguna de sus esposas.

Además de Enrique de Aragón, ese año murieron también sus hermanas María, la esposa de Juan II de Castilla, y Leonor, la viuda del rey Duarte de Portugal y madre del rey Alfonso V. El duque Pedro de Coimbra, regente de Alfonso V, estaba casado con Isabel de Urgel, hija del conde de Urgel Jaime II el Desventurado, con la que había tenido un hijo llamado Pedro, que ahora cumplía los dieciséis años y recibía los títulos de condestable y maestre de Avís. Mientras tanto, su tío Enrique el Navegante proseguía con éxito la exploración de la costa africana. El año anterior, Nuño Tristão había llegado a la desembocadura del río Senegal, y ahora Dinis Dias llegaba unos doscientos kilómetros más al sur, hasta divisar el que llamó cabo Verde, por su color, tan distinto al de la parda costa sahariana. Así Portugal descubrió el imperio de Mali, y a partir de entonces el contacto con los nativos y las relaciones comerciales se intensificaron.

Al rey Muhammad IX de Granada le surgieron dos nuevos rivales en las persona de Muhammad X, nieto de su primo Yúsuf III e hijo de Muhammad VIII, y Yúsuf V, sobrino de Yúsuf III y primo de Muhammad X. Los distintos reyes nazaríes que llevaron desde entonces el nombre de Muhammad se distinguían más por sus sobrenombres que por sus numerales. Así, Muhammad VII era Muhammad el Pequeño, Muhammad IX era Muhammad el Zurdo y Muhammad X era Muhammad el Cojo.

El rey Carlos VII de Francia organizó las Compañías de Ordenanza, que no eran sino un auténtico ejército profesional al servicio del rey.

En Escocia murió Juana Beaufort, viuda del rey Jacobo I.

También murió el último duque de Baviera-Ingolstadt, y el territorio fue repartido entre los duques Alberto III de Baviera-Munich y Enrique IV de Baviera-Landshut.

El kan de Kazán, Ulug Muhammad, logró capturar al gran príncipe de Moscú, Basilio II, al que liberó a cambio de un fuerte rescate. Poco después el kan murió asesinado.

El duque Federico II de Sajonia administraba parte del patrimonio familiar en nombre de sus hermanos menores, hasta que uno de ellos, Guillermo, fue lo suficientemente mayor como para apoderarse de Turingia, lo que inició una guerra entre ambos hermanos.

Ese año se le encargó la primera obra que conservamos de un pintor italiano llamado Piero della Francesca. Había nacido veinticinco años atrás en un pueblo llamado Borgo San Sepolcro, donde se encontraba ahora, si bien unos años antes había estudiado en el taller florentino de Domenico Veneziano. La obra es el Retablo de la Misericordia, de estilo gótico, con fondos dorados y figuras desproporcionadas. Fra Angélico acudió a Roma, probablemente llamado por el Papa Eugenio IV. En 1446 murió Filippo Brunelleschi, el inventor de la arquitectura renacentista. Había logrado tal fama que al morir dejó inacabados numerosos proyectos, que fueron completados más tarde por otros arquitectos.

También murió el conde Luis de Vendôme y de la Marche, que fue sucedido por su hijo Juan II.

Las intrigas palaciegas en la corte del sultán otomano Mehmet II iban en aumento. El gran visir Candarli Halil había perdido toda su ascendencia sobre el monarca frente a sus tutores, y organizó una revuelta de jenízaros que acabó con la paciencia de Murat II. En mayo, Murat II decidió retomar el poder y envió a su hijo a Manisa (la antigua Magnesia) junto con sus tutores para completar su educación. Luego dirigió su ejército contra los dominios cristianos en los Balcanes y logró que el emperador bizantino Juan VIII se sometiera a su tutela. En Valaquia murió Vlad Dracul, asesinado por Iancu, que trató de gobernar el principado, pero le surgió la oposición de Ladislao II, que contaba con el apoyo de Hungría. Vlad Dracul dejó un hijo, llamado también Vlad, que tenía entonces unos dieciocho años, y que tuvo que dejarse capturar por los turcos como rehén para asegurar su vida.

Nuño Tristão llegó a la desembocadura del río Gambia, 240 kilómetros al sur de cabo Verde, en la costa africana.

En Rusia, Dimitri logró expulsar de Moscú a su primo, el gran príncipe Basilio II, al que previamente sacó los ojos, en correspondencia con el trato que éste había dado a Basilio el Tuerto, el hermano de Dimitri. Desde entonces Basilio II fue conocido como Basilio el Ciego, y en 1447 recuperó la capital, desde donde continuó la lucha contra sus rivales.

En febrero, el rey Enrique VI de Inglaterra hizo detener al duque Humphrey de Gloucester a causa de sus intrigas, el cual murió asesinado cuatro días después. Esto acalló sensiblemente las voces del partido belicista. El monarca favoreció entonces a su hermanastro Edmundo Tudor y al padre de éste, Owen, que habían escapado a Gales huyendo del duque. Edmundo tendría entonces alrededor de diecisiete años.

El rey de Polonia y gran duque de Lituania Casimiro IV cumplió veinte años y se deshizo de la tutela del obispo Olesnicki. Decretó la igualdad de derechos para polacos y lituanos.

En el reino de Granada murió Muhammad X el Cojo, pero su primo Yúsuf V siguió disputando el trono a Muhammad IX el Zurdo.

En Milán murió sin descendencia el duque Felipe María Visconti y, frente a los distintos candidatos a la sucesión, los milaneses constituyeron la República Ambrosiana.

Ese año en Portugal se inició la acuñación del cruzado de oro, con metal proveniente de África. El rey Juan II de Castilla se casó con Isabel de Portugal, hija del infante Juan, hermano de Enrique el Navegante y del duque Pedro de Coimbra. El matrimonio fue el fruto de un acuerdo por Álvaro de Luna el año anterior, con el propósito de afianzar las relaciones entre Castilla y Portugal frente a la constante amenaza del rey Juan II de Navarra. Sin embargo, Isabel no tardó en sumarse a los enemigos del condestable.

En Roma murió el papa Eugenio IV, que fue sucedido por el cardenal Tommaso Parentucelli (el que catalogó la biblioteca de Niccoli por encargo de Cosme de Médicis), que adoptó el nombre de Nicolás V. Ya de joven había contraído deudas para comprar libros, y había afirmado que si algún día fuera rico lo gastaría todo en libros y paredes. Ahora que era rico, hizo honor a su palabra: envió copistas por toda Europa para procurarse manuscritos y pagó generosamente a traductores de los autores griegos.

Eugenio IV había encargado a Fra Angélico la decoración de una capilla en el Vaticano, que ahora pasaba a ser la capilla de Nicolás V. Los frescos de esta capilla son plenamente modernos (al menos, si prescindimos de que Fra Angélico no pudo resistirse a pintar aureolas doradas a los santos).

Leon Battista Alberti entró al servicio de Nicolás V, quien le hizo numerosos encargos, entre ellos un estudio sobre la reforma urbanística de Roma (Descriptio urbis Romae). Gianozzo Manetti, biógrafo del Papa, recogió el argumento por el que pontífice consideraba necesaria dicha reforma:

[...] La muy grande y suprema autoridad de la Iglesia romana, que está por encima de todo, puede ser entendida solamente por aquellos que de ella conozcan los orígenes y evoluciones, a través de las letras. Pero la masa de la población es ignorante en materia literaria y carece de cultura; y si bien oye afirmar con frecuencia, a doctos y eruditos, que es muy grande la autoridad de la Iglesia, y a estas afirmaciones da crédito [...], necesita, a pesar de ello, recibir la impresión de espectáculos grandiosos; de otra manera, apoyada su fe en bases débiles e inestables, se debilitaría con el paso del tiempo, hasta quedar reducida a nada. En cambio, gracias a la grandiosidad de los edificios y de los monumentos, en alguna medida imperecederos [...], se puede reforzar y confirmar la propia creencia popular que se basa en las afirmaciones de los doctos.

Por esta época, Alberti empezó también su De re aedificatoria, un tratado teórico en diez libros sobre arquitectura. Además, llevó a la práctica sus teorías sobre las proporciones y la estética con la ayuda de varios arquitectos. De esta época datan el palacio Rucellai en Florencia o el templo malatestiano en la iglesia de san Francisco, en Rímini, aunque ambos quedaron inacabados.

Filippo Lippi alcanzó su madurez artística con su Coronación de la Virgen, caracterizado por sus figuras dulces y angelicales.

Ese año murió Sha Ruj, el hijo de Timur Lang, que fue sucedido por su hijo Ulug Beg, el rey astrónomo, que tenía ya cincuenta años.

En 1448 murió sin descendencia el emperador bizantino Juan VIII, y fue sucedido por su hermano Constantino XI. Constantinopla sufría entonces una epidemia de peste y muchos de sus barrios estaban medio despoblados. De momento, los turcos no eran una amenaza, gracias a la diplomacia de Juan VIII. El sultán Murat II seguía combatiendo en los balcanes, derrotó a Scanderbeg en Albania y luego en Kosovo a Juan Hunyadi, el regente de Hungría.

También murió sin descendencia el rey Cristóbal III de Noruega, Suecia y Dinamarca. Los daneses eligieron como sucesor al conde de Oldenburgo, que pasó a ser el rey Cristián I de Dinamarca. Sin embargo, los suecos prefirieron al regente Karl Knutsson, que pasó a ser Carlos VIII, aunque tuvo que hacer frente a una intensa oposición de quienes preferían mantener la unión de los tres reinos escandinavos y reconocían como rey a Cristián I. Entre éstos destacaba Jöns Bengtsson, el obispo de Uppsala. Ambos reyes compitieron por ser reconocidos en Noruega.

El rey Ladislao I de Bohemia tenía todavía nueve años, y el país estaba dividido en dos bandos: los católicos y los utraquistas, o husitas moderados. Al frente del partido utraquista estaba Jorge de Podebrady, perteneciente a la baja nobleza, que ahora se apoderaba de Praga, hasta entonces en poder de los católicos, y desde allí empezó a extender su influencia sobre todo el reino.

En Castilla, Álvaro de Luna hizo encarcelar al conde de Alba, primo del marqués de Santillana, el cual escribió a petición suya el Diálogo de Bías contra Fortuna, en el que expone una versión original de la moral estoica de Séneca. El estilo, sobrio, de corte clásico, representa una clara evolución respecto a sus obras anteriores, de estilo más próximo a la tradición medieval.

El Papa Nicolás V nombró secretario apostólico a Lorenzo Valla, que abandonó la corte napolitana de Alfonso V el Magnánimo para acudir a Roma.

Donatello llevaba unos años en Padua, donde estaba trabajando en una de sus obras cumbre: los relieves en bronce para el altar mayor de la basílica de san Antonio. El año anterior había empezado a trabajar simultáneamente en la magnífica estatua ecuestre del condotiero Erasmo de Nanni, conocido como Gattamelata, en la que sigue el modelo romano de la estatua de Marco Aurelio.

Entre los mayores admiradores paduanos de Donatello figuraba un joven de diecisiete años llamado Andrea Mantegna. Trabajaba en el taller de su padrastro, un pintor llamado Francesco Squarcione, coleccionista de objetos arqueológicos y apasionado estudioso de la historia romana. Sin embargo, Mantegna consideró que, a pesar de su corta edad, ya se encontraba capacitado para fundar su propio taller, y así lo hizo, a pesar de la indignación de su maestro. Squarcione había inculcado a Mantegna el interés por la escultura y la arquitectura clásica, y sus primeras obras independientes ya se caracterizan por los complejos ámbitos espaciales en el que las paredes, esculturas y bajorrelieves parecen estar tratados con más interés y esmero que los personajes. Ese mismo año recibió su primer encargo importante: la decoración de la capilla de los Ovetari, en la iglesia de los Eremitani.

Johannes Gutenberg regresó a Maguncia, su ciudad natal, donde se dedicó a perfeccionar el invento que mantenía en absoluto secreto. Se trataba de la imprenta, esto es, de un sistema para imprimir textos mecánicamente, sin necesidad de copiarlos a mano. El principio básico de la imprenta era conocido por los chinos desde hacía siglos, pero los perfeccionamientos que introdujo Gutenberg fueron esenciales. Los chinos conocían incluso la imprenta con tipos móviles, es decir, la impresión a partir de planchas compuestas por pequeñas piezas de madera, una por cada letra, pero estas piezas eran hasta entonces de madera tallada, su elaboración era costosa y se desgastaban o rompían al cabo de unas pocas impresiones. Todo esto hizo que los libros impresos chinos fueran casi tan raros y escasos como los manuscritos en la Europa medieval. En cambio, Guttemberg desarrolló una técnica para fundir tipos de metal a partir de matrices de acero. Así podía fabricar rápidamente muchas letras muy resistentes y todas iguales entre sí. Gutenberg aprovechó diversas técnicas de diversa procedencia, como las prensas para aceitunas y, sobre todo, la tinta usada por los grabadores en boj, que, (a diferencia de la usada para escribir manualmente, que era fluida, para que se deslizara por la pluma) era más grasa, como requería la imprenta para que no se corriera en el proceso de estampado.

Finalmente, Francia estuvo lista para atacar a Inglaterra. Contaba con un buen ejército dotado de la más moderna artillería. Un incidente entre Inglaterra y el duque de Bretaña, unido al hecho de que los ingleses seguían ocupando ilegalmente el condado de Maine, fue todo lo que el rey Carlos VII necesitó para declarar rota la tregua y atacar este condado, como paso previo a invadir Normandía. Normandía estaba a la sazón bajo el gobierno del incompetente conde Edmundo de Somerset, recientemente ascendido a duque. Los franceses avanzaron imparables y en 1449 tomaron Ruan y Harfleur. Talbot fue hecho prisionero. Edmundo retrocedió a Caen y se dispuso a afrontar un asedio.

El Papa Nicolás V logró que su rival, Félix V, abdicara en Lausana, aunque conservó la dignidad de cardenal. El concilio de Basilea aceptó a Nicolás V y se disolvió. Buena parte del peso de las negociaciones entre Roma y la Iglesia alemana la llevó Nicolás de Cusa, que seguía siendo el representante del Papa en Alemania. Ese año publicó su tratado Apologia doctae ignorantiae. Ésta fue la última vez que la Iglesia Católica tuvo dos papas simultáneamente, lo cual no significa que en el futuro la autoridad papal no fuera a ser discutida, sino que quienes lo iban a hacer ya no considerarían necesario nombrar un papa alternativo.

Lorenzo Valla publicó una edición crítica de los textos bíblicos titulada In nouum testamentum adnotationes. Fra Angélico dejó Roma al ser nombrado prior del convento de Fiesole.

Tras la muerte de Jan van Eyck, Brujas tuvo como pintor más destacado a Petrus Christus, que por esta época terminó su óleo San Eloy en su tienda, en el que una pareja adquiere su anillo de boda al patrón de los orfebres. El pintor mezcla así el tema religioso con el género profano.

El duque Pedro de Coimbra seguía teniendo en su contra a la mayor parte de la nobleza portuguesa, que había apoyado en su día a la reina Leonor. Ahora, algunos nobles lograron convencer al rey Alfonso V, que tenía ya diecisiete años, de que el regente trataba de arrebatarle el trono. El duque se retiró a Coimbra, y poco después marchó hacia Lisboa con un ejército que demostrara su inocencia, pero fue derrotado y muerto en Alfarrobeira por las tropas del rey. Su hermano Enrique el Navegante se hizo cargo de la regencia. Fue un erudito y aficionado a la poesía. Su hijo Pedro, que tenía ahora veinte años, tuvo que exiliarse a Castilla, donde trabó amistad con Álvaro de Luna, el marqués de Santillana y Juan de Mena, secretario de Juan II y autor de singulares creaciones literarias, como traducciones de obras latinas que violentaban duramente la sintaxis y el léxico castellano, o extensos poemas alegóricos al estilo de Dante, como la Coronación, o Lo clarooscuro, en el que alternan estrofas dodecasílabas cultas con estrofas octosílabas típicas de la poesía castellana.

El conde de Tirol y duque de Austria Segismundo I se casó con Leonor, hermana del rey Jacobo II de Escocia.

En Moldavia se hizo con el poder un hijo del vóivoda Alejandro I, que reinó como Bogdán II.

El imperio fundado por Timur Lang se había desmoronado durante el reinado de su nieto Ulug Beg, que finalmente fue ejecutado y sucedido por su hijo Abd al-Latif.

El rey Carlos VIII de Suecia expulsó de Gotland al derrrocado rey Erik de Pomerania, que se vio obligado a retirarse a Pomerania. Durante un tiempo logró ser reconocido como rey de Noruega, pero en 1450 su rival Cristián I de Dinamarca se hizo definitivamente con la corona noruega.

En el Milanesado, las luchas por dominar la joven república Ambrosiana llegaron a tal punto que Francisco Sforza (uno de los interesados) fue acogido como un libertador y proclamado duque.

Ese año fue jubilar, y entre los visitantes más notables que tuvo Roma estuvo el pintor Rogier van der Weyden, el insignis pictor o maximus pictor, como lo califican las fuentes italianas de la época. De esta época es su Políptico del juicio final, en el que pinta esculturas de mármol.

El gran príncipe de Moscú Basilio II el Ciego derrotó definitivamente a su primo Dimitri y tras él no tardó en liquidar a todos los demás aspirantes al principado.

China estaba atravesando una crisis, pues el año anterior los mongoles habían capturado al emperador Zhengtong. La capital se trasladó a Pekín, y la ausencia del emperador marcó la ascensión de los eunucos, que de ser meros funcionarios pasaron a convertirse en los auténticos gobernantes del país. Pese a todo, China supo hacer frente a los nómadas del norte, gracias a casi cinco mil kilómetros de nuevas murallas, así como a la antigua Gran Muralla, que había sido restaurada.

Ese año murió el duque Enrique IV de Baviera-Landshut, que fue sucedido por Luis IX.

En la Gran Canaria murió el jefe guanche Artemi Semidan, y sus hijos Tenesor y Bentaguaire se repartieron la isla.

La ciudad maya de Mayapán estaba gobernada por la dinastía de los Cocomes, cuando una familia rival, los Tutul-Xiú, saqueó la ciudad y provocó el hundimiento de la triple alianza que gobernaba los territorios mayas. Todas las ciudades recobraron su independencia y se inició un periodo de guerras y decadencia en el que dejaron de construirse calzadas y templos de piedra.

Los aztecas y los incas
Índice El fin de la Guerra de los Cien Años