Lo que vosotros y yo tenemos que hacer es aprender a olvidar nuestras diferencias. Cuando nos reunimos, no nos reunimos como baptistas o metodistas. No vives en un infierno por ser bapstista, y no vives en un infierno por ser metodista. No vives en un infierno por ser metodista o baptista. No vives en un infierno por ser demócrata o republicano. No vives en un infierno por ser masón o Elk. Y seguro que no vives en un infierno por ser estadounidense; porque si fueras estadounidense, no vivirías en un infierno. Vives en un infierno por ser negro. Tú vives en un infierno, todos nosotros vivimos en un infierno por la misma razón.
Así que todos somos negros, los llamados Negroes,
ciudadanos de segunda clase, exesclavos. No sois más que
exesclavos. No os gusta que os digan eso. ¿Pero qué más sois? Sois
exesclavos. No vinisteis aquí en el "Mayflower". Vinisteis aquí en
un barco de esclavos, encadenados, como un caballo, o una vaca, o
un pollo. Y os trajo aquí la gente que vino en el "Mayflower". Os
trajeron aquí los llamados peregrinos, o Padres Fundadores. Ellos
fueron los que os trajeron aquí.
Tenemos un enemigo común. Tenemos esto en común:
tenemos un opresor común, un explotador común y un discriminador
común. Pero una vez que todos nos damos cuenta de que tenemos este
enemigo común, entonces nos unimos sobre la base de lo que tenemos
en común. Y lo más importante que tenemos en común es ese enemigo,
el hombre blanco. Él es un enemigo para todos nosotros. Sé que
algunos de vosotros pensáis que algunos de ellos no son enemigos.
El tiempo lo dirá.
En Bandung, creo que 1954, tuvo lugar la primera
reunión por la unidad de los negros desde hacía siglos. Y cuando
estudias lo que sucedió en la conferencia de Bandung, y los
resultados de la conferencia de Bandung, de hecho sirve como
modelo para el mismo procedimiento que vosotros y yo podemos usar
para resolver nuestros problemas. En Bandung, todas las naciones
se unieron. Eran naciones oscuras de África y Asia. Algunos eran
budistas. Algunos eran musulmanes. Algunos eran cristianos.
Algunos eran confucianistas; algunos eran ateos. A pesar de sus
diferencias religiosas, se unieron. Algunos eran comunistas;
algunos eran socialistas; algunos eran capitalistas. A pesar de
sus diferencias económicas y políticas, se unieron. Todos ellos
eran negros, marrones, rojos o amarillos.
Lo principal a lo que no se permitió asistir a la
conferencia de Bandung fue al hombre blanco. No pudo asistir. Una
vez que excluyeron al hombre blanco, descubrieron que podían
unirse. Una vez que lo mantuvieron fuera, todos los demás
encajaron y se alinearon. Esto es lo que vosotros y yo tenemos que
entender. Y estas personas que se reunieron no tenían armas
nucleares; no tenían aviones a reacción; no tenían todos los
armamentos pesados que tiene el hombre blanco. Pero tenían unidad.
Pudieron enterrar sus pequeñas diferencias y
ponerse de acuerdo en una cosa: que aunque un africano venía de
Kenia y estaba siendo colonizado por los ingleses, y otro africano
venía del Congo y estaba siendo colonizado por los belgas, y otro
africano venía de Guinea y estaba siendo colonizado por los
franceses, y otro venía de Angola y estaba siendo colonizado por
los portugueses, cuando llegaron a la conferencia de Bandung,
miraron al portugués y al francés, y al inglés, y al otro, al
holandés, y aprendieron o se dieron cuenta de la única cosa que
todos tenían en común: todos eran de Europa, todos eran europeos,
rubios, de ojos azules y de piel blanca. Empezaron a reconocer
quién era su enemigo. El mismo hombre que estaba colonizando a
nuestra gente en Kenia estaba colonizando a nuestra gente en el
Congo. El mismo del Congo estaba colonizando a nuestra gente en
Sudáfrica, en Rodesia del Sur, en Birmania, en la India, en
Afganistán y en Pakistán. Se dieron cuenta en todo el mundo de que
donde el hombre oscuro estaba siendo oprimido, estaba siendo
oprimido por el hombre blanco; donde el hombre oscuro estaba
siendo explotado, estaba siendo explotado por el hombre blanco.
Así que se unieron sobre esta base: que tenían un enemigo común.
Y cuando vosotros y yo, aquí en Detroit y en
Michigan y en los Estados Unidos, quienes hemos despertado hoy,
miramos a nuestro alrededor, también nos damos cuenta de que aquí,
en los Estados Unidos, todos tenemos un enemigo común, ya sea que
esté en Georgia o Michigan, ya sea en California o Nueva York. Es
el mismo hombre: ojos azules y cabello rubio y piel pálida, el
mismo hombre. Así que lo que tenemos que hacer es lo que ellos
hicieron. Acordaron dejar de discutir entre ellos. Cualquier
pequeña disputa que tuvieran, la resolverían entre ellos, se
reunirían. No dejéis que el enemigo sepa que tenéis un desacuerdo.
En lugar de ventilar nuestras diferencias en
público, tenemos que darnos cuenta de que todos somos la misma
familia. Y cuando tienes una pelea familiar, no sales a la acera.
Si lo haces, todo el mundo te llama grosero, maleducado,
incivilizado, salvaje. Si algo no va bien en casa, lo arreglas en
casa; te metes en el armario, lo discutes a puerta cerrada. Y
luego, cuando sales a la calle, presentas un frente común, un
frente unido. Y esto es lo que tenemos que hacer en la comunidad,
en la ciudad y en el Estado. Tenemos que dejar de ventilar
nuestras diferencias frente al hombre blanco. Sacad al hombre
blanco de nuestras reuniones, primer punto, y luego sentáos y
hablad unos con otros. Eso es todo lo que tenéis que hacer.
Me gustaría hacer algunos comentarios sobre la
diferencia entre la revolución black y la revolución Negro.
Hay una diferencia. ¿Son las dos iguales? Y si no lo son, ¿cuál es
la diferencia? ¿Cuál es la diferencia entre una revolución black
y una revolución Negro? Primero, ¿qué es una revolución? A
veces me inclino a pensar que muchos de nuestra gente están usando
esta palabra "revolución" vagamente, sin considerar cuidadosamente
lo que esta palabra significa realmente, y cuáles son sus
características históricas. Cuando estudias la naturaleza
histórica de las revoluciones, el motivo de una revolución, el
objetivo de una revolución y el resultado de una revolución, y los
métodos utilizados en una revolución, puedes cambiar de discurso.
Puedes diseñar otro plan. Puedes cambiar tu objetivo y puedes
cambiar de opinión.
Mirad la Revolución Americana de 1776. ¿Para qué
era esa revolución? Por la tierra. ¿Por qué querían la tierra?
Independencia. ¿Cómo se llevó a cabo? Con derramamiento de sangre.
Número uno: se basó en la tierra, la base de la independencia. Y
la única forma en que podían conseguirlo era el derramamiento de
sangre. La Revolución Francesa ¿en qué se basó? En la tierra, más
que contra el propietario. ¿Para qué era? Por la tierra. ¿Cómo lo
consiguieron? Con derramamiento de sangre. No hubo empatía; no
hubo compromiso; no hubo negociación. Os lo digo, no sabéis lo que
es una revolución. Porque cuando descubráis lo que es, volveréis
al callejón; os saldréis del camino. La Revolución Rusa ¿en qué se
basó? En la tierra. La tierra, más que contra el propietario.
¿Cómo lo hicieron? Con derramamiento de sangre. No hay una
revolución que no implique derramamiento de sangre. Y tenéis miedo
de sangrar. He dicho que tenéis miedo de sangrar.
Cuando el hombre blanco os envió a Corea,
sangrasteis. Él os envió a Alemania, sangrasteis. Os envió al
Pacífico Sur para luchar contra los japoneses, os desangrasteis.
Os habéis desangrado por la gente blanca. Pero cuando llega el
momento de ver cómo tus propias iglesias son bombardeadas y niñas
negras son asesinadas, no tenéis sangre. Sangráis cuando el hombre
blanco os manda sangrar; mordéis cuando el hombre blanco os manda
morder; y ladráis cuando el hombre blanco os manda ladrar. Odio
decir esto de nosotros, pero es verdad. ¿Cómo vais a ser no
violentos en Mississippi, habiendo sido tan violentos en Corea?
¿Cómo podéis justificar ser no violentos en Mississippi y Alabama,
cuando vuestras iglesias están siendo bombardeadas y vuestras
niñas están siendo asesinadas, y al mismo tiempo vais a ser
violentos con Hitler, Tojo y alguno más que ni siquiera conocéis?
Si la violencia está mal en los Estados Unidos,
la violencia está mal en el extranjero. Si está mal ser violento
defendiendo a mujeres negras y niños negros y bebés negros y
hombres negros, entonces está mal que los Estados Unidos nos
recluten y nos hagan violentos en el extranjero en su defensa. Y
si es correcto que los Estados Unidos nos recluten y nos enseñen a
ser violentos en su defensa, entonces es correcto que vosotros y
yo hagamos lo que sea necesario para defender a nuestro propio
pueblo aquí en este país.
La Revolución China: querían la tierra. Echaron a
los británicos, junto con el tío Tom chino. Sí, lo hicieron. Nos
dieron un buen ejemplo. Cuando estaba en la cárcel, leí un
artículo... no os sorprendáis cuando digo que estuve la cárcel.
Todavía estáis en la cárcel. Eso es lo que significa Estados
Unidos: cárcel. Cuando estaba en la cárcel leí un artículo en la
revista Life que mostraba a una niña china de nueve años;
su padre estaba de rodillas y ella estaba apretando el gatillo
porque era un tío Tom chino. Cuando hicieron la revolución allí,
se llevaron a toda una generación de tíos Tom. Simplemente
acabaron con ellos. Y en diez años esa niña se convierte en una
mujer adulta. No más tíos Tom en China. Y hoy es uno de los países
más duros, rudos de la tierra y temidos por el hombre
blanco. Porque no hay tíos Tom allí.
De todos nuestros estudios, la historia es la más
adecuada para recompensar nuestra investigación. Y cuando veis que
tenéis problemas, lo único que tenéis que hacer es examinar el
método histórico utilizado en todo el mundo por otros que han
tenido problemas similares a los vuestros. Y una vez que veáis
cómo arreglaron el suyo, entonces sabréis cómo podéis arreglar los
vuestros. Ha habido una revolución, una revolución negra, en
África. En Kenia, los Mau Mau eran revolucionarios; fueron los que
hicieron la palabra "Uhuru" [palabra keniana para "libertad"].
Ellos fueron los que la popularizaron. Los Mau Mau, eran
revolucionarios. Creían en la tierra quemada. Dejaron a un lado
todo lo que se les interpusiera y su revolución también se basó en
la tierra, un deseo de tierra. En Argelia, en el norte de África,
tuvo lugar una revolución. Los argelinos eran revolucionarios;
querían la tierra. Francia les ofreció integrarse en Francia. Le
dijeron a Francia: al diablo con Francia. Querían algo de tierra,
no algo de Francia. Y se enzarzaron en una sangrienta batalla.
De modo que cito estas revoluciones, hermanos y
hermanas, para mostraros que no estáis inmersos en una revolución
pacífica. No estás en una revolución de poner la otra mejilla. No
existe tal cosa como una revolución no violenta. El único tipo de
revolución que no es violenta es la revolución Negro. La
única revolución basada en amar a tu enemigo es la revolución Negro.
La única revolución en la que el objetivo es un restaurante
desegregado, un teatro desegregado, un parque desegregado y un
baño público desegregado; puedes sentarte junto a los blancos en
el baño. Eso no es una revolución. La revolución se basa en la
tierra. La tierra es la base de toda independencia. La tierra es
la base de la libertad, la justicia y la igualdad.
El hombre blanco sabe lo que es una revolución.
Él sabe que la revolución black es mundial, amplia en
alcance y naturaleza. La revolución black está arrasando
Asia, barriendo África, está levantando la cabeza en América
Latina. La Revolución Cubana: eso es una revolución. Derrocó el
sistema. La revolución está en Asia. La revolución está en África.
Y el hombre blanco está gritando porque ve la revolución en
América Latina. ¿Cómo creéis que reaccionará ante vosotros cuando
aprendáis lo que es una verdadera revolución? No sabéis lo que es
una revolución. Si lo supierais, no usaríais esa palabra.
Una revolución es sangrienta. La revolución es
hostil. La revolución no conoce ningún compromiso. La revolución
derriba y destruye todo lo que se interpone en su camino. Y
vosotros, sentados aquí diciendo: "Voy a amar a esta gente sin
importar cuánto me odien". No, necesitáis una revolución. ¿Quién
ha oído hablar de una revolución en la que se abran los brazos,
como el reverendo Cleage estaba señalando maravillosamente,
mientras cantaba "We Shall Overcome"? Decídmelo. No se hace eso en
una revolución. No cantas nada; estás demasiado ocupado. Se basa
en la tierra. Un revolucionario quiere tierras para poder
establecer su propia nación, una nación independiente. Estos Negroes
no están pidiendo ninguna nación. Están tratando de arrastrarse de
vuelta a la plantación.
Cuando quieres una nación, eso se llama
nacionalismo. Cuando el hombre blanco se involucró en una
revolución en este país contra Inglaterra, ¿para qué era? Quería
esta tierra para poder establecer otra nación blanca. Eso es
nacionalismo blanco. La Revolución Estadounidense fue nacionalismo
blanco. La Revolución Francesa fue nacionalismo blanco. La
Revolución Rusa también, sí, fue nacionalismo blanco. ¿No estáis
de acuerdo? ¿Por qué creeéis que Jrushchov y Mao no pueden verse?
Nacionalismo blanco. ¿En qué se basan todas las revoluciones que
están sucediendo en Asia y África hoy en día? Nacionalismo black.
Un revolucionario es un nacionalista black. Él quiere una
nación. Estaba leyendo algunas hermosas palabras del reverendo
Cleage, señalando por qué no podía reunirse con otro aquí en la
ciudad, porque todos tenían miedo de ser identificados con el
nacionalismo black. Si le tienes miedo al nacionalismo black.
le tienes miedo a la revolución. Y si te gusta la revolución, te
encanta el nacionalismo black.
Para entender esto, tienes que volver a lo que este joven hermano ha llamado el Negro doméstico y el Negro de campo en la época de la esclavitud. Había dos tipos de esclavos. Estaba el Negro doméstico y el Negro de campo. Los Negroes domésticos vivían en la casa con el amo, vestían bastante bien, comían bien porque comían su comida, sus sobras. Vivían en el ático o en el sótano, pero aún así vivían cerca del amo; y amaban a su amo más de lo que el amo se amaba a sí mismo. Darían su vida para salvar la casa del amo más rápido de lo que lo haría el amo. El Negro doméstico, si el amo dijera: "Tenemos una buena casa aquí", el Negro doméstico diría: "Sí, tenemos una buena casa aquí". Cada vez que el amo decía "nosotros", él decía "nosotros".
Si la casa del amo se incendiaba, el Negro
doméstico lucharía más enérticamente para apagar el fuego que el
propio amo. Si el amo enfermara, el Negro doméstico diría:
"¿Qué pasa, patrón, estamos enfermos?" ¡Estamos enfermos! Se
identificaba con su amo más de lo que su amo se identificaba
consigo mismo. Y si ibas al Negro doméstico y le decías:
"Huyamos, escapemos, alejémonos", el Negro doméstico te
miraría y diría: "Hombre, estás loco. ¿Qué quieres decir con
alejarnos? ¿Dónde hay una casa mejor que ésta? ¿Dónde puedo tener
ropa mejor que ésta? ¿Dónde puedo comer mejor comida que ésta?"
Así era un Negro doméstico. En aquellos días se le llamaba
"nigger doméstico". Y así es como lo llamamos hoy, porque
todavía tenemos algunos nigger domésticos rondando por
aquí.
Este Negro doméstico moderno ama a su
amo. Quiere vivir cerca de él. Pagará tres veces más de lo que
vale la casa sólo por vivir cerca de su amo, y luego presumirá
diciendo "soy el único negro aquí". "Soy el único en mi trabajo".
"Soy el único en esta escuela". No eres más que un Negro
doméstico. Y si alguien viene a ti ahora mismo y te dice:
"Alejémonos", dices lo mismo que dijo el Negro doméstico
en la plantación. "¿Qué quieres decir con alejarnos? ¿De los
Estados Unidos? ¿De este buen hombre blanco? ¿Dónde vas a
conseguir un trabajo mejor que el que tienes aquí?" Quiero decir,
esto es lo que decís. "No tengo nada en África", eso es lo que
decís. ¿Por qué? Dejasteis vuestra mente en África.
En esa misma plantación, estaba el Negro
de campo. El Negro de campo, ése formaba las masas.
Siempre había más Negroes de campo que Negroes
domésticos. El Negro de campo vivía en el infierno. Se
comía las sobras. En la casa comían lo bueno del cerdo. El Negro
de campo no tenía más que lo que quedaba de las entrañas del
cerdo, lo que hoy en día llaman "chitt'lin". En aquellos
días lo llamaban por su nombre: tripas. Eso es lo que erais,
devoradores de tripas. Y algunos de vosotros todavía sois
devoradores de tripas.
El Negro de campo era golpeado desde la
mañana hasta la noche. Vivía en una choza, en una cabaña; llevaba
ropa vieja de segunda mano. Odiaba a su amo. Yo digo que odiaba a
su amo. Era inteligente. Aquel Negro doméstico amaba a su
amo. Pero los Negroes de campo, recordad, constituían la
mayoría, y odiaban al amo. Cuando la casa se incendiaba, él no
trataba de apagarla; ese Negro de campo rezaba pidiendo
viento, aunque fuera una brisa. Cuando el amo enfermaba, el Negro
de campo rezaba para que muriera. Si alguien le iba al Negro
del campo y le decía: "Alejémonos, corramos", no decía "¿A dónde
vamos?" Él decía: "Cualquier lugar es mejor que éste". Hoy tenéis
Negroes de campo en los Estados Unidos. Yo soy un Negro
de campo. Las masas son los Negroes de campo. Cuando ven
la casa de este hombre en llamas, no oís hablar a estos pequeños Negroes
de que "nuestro gobierno está en apuros". Dicen: "El gobierno está
en apuros". Imagina a un negro: ¡Nuestro gobierno! Incluso escuché
a uno decir "nuestros astronautas". Ni siquiera le dejarán
acercarse a las instalaciones ¡y dice "nuestros astronautas"!
"Nuestra Marina" . Es un Negro que no está en sus
cabales. Ése es un negro que no está en sus cabales.
Al igual que el amo de esclavos de entonces usaba
a Tom, el Negro doméstico, para mantener a los Negroes
de campo bajo control, el mismo antiguo amo de esclavos de hoy
tiene Negroes que no son más que modernos tíos Tom, tíos
Tom del siglo XX, para mantenernos a vosotros y a mí bajo control,
para mantenernos pasivos, pacíficos y no violentos. Ése es Tom
haciéndoos no violentos. Es como cuando vas al dentista y el
hombre te va a sacar el diente. Vas a pelear con él en cuanto
empiece a tirar, así que te inyecta una cosa en la mandíbula
llamada novocaína, para hacerte pensar que no te están haciendo
nada. Así que te sientas allí y, como tienes toda esa novocaína en
la mandíbula, sufres pacíficamente. La sangre corre por toda tu
mandíbula, y no sabes lo que está pasando. Porque alguien te ha
enseñado a sufrir pacíficamente.
El hombre blanco os hace lo mismo en la calle,
cuando quiere encadenaros la mente y aprovecharse de vosotros y no
tener preocuparse de que contraataquéis. Para evitar que
contraataquéis, hace que estos viejos religiosos tíos Tom os
enseñen a vosotros y a mí, al igual que la novocaína, a sufrir
pacíficamente. No dejéis de sufrir, sólo sufrid pacíficamente.
Como señaló el reverendo Cleage, "Dejad que vuestra sangre fluya
en las calles". Esto es una vergüenza. Y sabéis que es un
predicador cristiano. Si es una vergüenza para él, ya sabéis lo
que es para mí.
No hay nada en nuestro libro, el Corán que nos
enseñe a sufrir pacíficamente. Nuestra religión nos enseña a ser
inteligentes. Sé pacífico, sé cortés, obedece la ley, respeta a
todos; pero si alguien te pone la mano encima, envíalo al
cementerio. Ésa es una buena religión. De hecho, esa es la
religión de los viejos tiempos. Es de la que mamá y papá solían
hablar: ojo por ojo, y diente por diente, y cabeza por cabeza, y
vida por vida: ésa es una buena religión. Y a nadie le molesta que
se enseñe ese tipo de religión, si no es un lobo que tiene la
intención de convertiros en su comida.
Así es con el hombre blanco en los Estados
Unidos. Él es un lobo y vosotros sois las ovejas. Cada vez que un
pastor, un sacerdote, nos enseña a vosotros y a mí a no huir del
hombre blanco y, al mismo tiempo, nos enseña a no luchar contra el
hombre blanco, él es un traidor a vosotros y a mí. No dejéis
vuestra vida porque sí. No, preservad vuestra vida. Es lo mejor
que tenéis. Y si tienes que renunciar a ella, que en una lucha
igual.
El amo de esclavos tomó a Tom y lo vistió bien, y
lo alimentó bien, e incluso le dio un poco de educación, un poco
de educación; le dio un abrigo largo y un sombrero de copa e hizo
que todos los demás esclavos lo vieran. Luego usó a Tom para
controlarlos. La misma estrategia que se usaba en aquellos días es
utilizada hoy por el mismo hombre blanco. Él toma a un Negro,
lo que se dice un Negro, y lo hace prominente, lo
construye, lo publicita, lo hace famoso. Y luego se convierte en
portavoz de los Negroes y en un líder Negro.
Me gustaría mencionar sólo una cosa más
rápidamente, y es el método que usa el hombre blanco, cómo el
hombre blanco usa estas "grandes armas", o líderes Negros,
contra la revolución black. No son parte de la revolución
black. Se usan contra la revolución black.
Cuando Martin Luther King no logró desegregar
Albany, Georgia, la lucha por los derechos civiles en los Estados
Unidos llegó a su punto más bajo. King casi fracasó como líder.
Además, incluso financieramente, la Conferencia de Liderazgo
Cristiano del Sur estaba en problemas financieros; además estaba
en problemas, punto, con la gente cuando no lograron desegregar
Albany, Georgia. Otros líderes negros de derechos civiles de talla
nacional se convirtieron en ídolos caídos. A medida que se
convirtieron en ídolos caídos, comenzaron a perder su prestigio e
influencia, los líderes Negros locales comenzaron a agitar
a las masas. En Cambridge, Maryland, Gloria Richardson; en
Danville, Virginia, y otras partes del país, los líderes locales
comenzaron a agitar a nuestra gente desde la base. Esto nunca lo
hicieron estos Negroes que conocéis, de talla nacional. Te
controlaron, pero nunca te incitaron ni te emocionaron. Te
controlaron; te contuvieron; te mantuvieron en la plantación.
Tan pronto como King fracasó en Birmingham, los Negroes
salieron a las calles. King salió y se fue a California a un gran
mitin y recaudó alrededor de no sé cuántos miles de dólares. Vino
a Detroit y organizó una marcha y recaudó algunos miles más de
dólares. Y recordad, justo después de eso [Roy] Wilkins atacó a
King, acusó a King y al CORE [Congreso de Igualdad Racial] de
causar problemas en todas partes y luego de hacer que la NAACP
[Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color] los
sacara de la cárcel y gastara mucho dinero; y luego acusaron a
King y al CORE de recaudar todo el dinero y no devolverlo. Esto
sucedió; lo tengo en evidencia documentada en el periódico. Roy
comenzó a atacar a King, y King comenzó a atacar a Roy, y Farmer
comenzó a atacar a ambos. Y cuando estos Negroes de talla
nacional comenzaron a atacarse unos a otros, comenzaron a perder
el control de las masas negras.
Y los Negroes estaban ahí fuera en las
calles. Hablaban de cómo íbamos a marchar a Washington. Por
cierto, justo en ese momento Birmingham había explotado, y los Negroes
en Birmingham, recordad, también explotaron. Comenzaron a apuñalar
a esos supremacistas por la espalda y a romperles la cabeza, sí,
eso hicieron. Fue entonces cuando Kennedy envió las tropas a
Birmingham. Entonces, y justo después de eso, Kennedy salió en la
televisión y dijo "esto es una cuestión moral". Fue entonces
cuando dijo que iba a exponer un proyecto de ley de derechos
civiles. Y cuando mencionó el proyecto de ley de derechos civiles
y los supremacistas sureños empezaron a hablar de cómo iban a
boicotearlo u obstruirlo, entonces los Negroes comenzaron
a hablar, ¿de qué? Vamos a marchar a Washington, marchar al
Senado, marchar a la Casa Blanca, marchar al Congreso, y
detenerlo; no dejéis que el gobierno siga adelante. Incluso
dijeron que iban a entrar en el aeropuerto y acostarse en la pista
y no dejar que ningún avión aterrizara. Os estoy contando lo que
dijeron. Eso era una revolución. Eso era una revolución. Eso era
la revolución black.
Las bases estaban allí en la calle. Eso asustó al
hombre blanco hasta la muerte, asustó a la estructura de poder
blanco en Washington, D. C. hasta la muerte; yo estaba allí.
Cuando se enteraron de que esta apisonadora black iba a
caer sobre la capital, llamaron a Wilkins; llamaron a Randolph;
llamaron a estos líderes nacionales Negro que respetáis y
les dijeron: "Anuladlo". Kennedy dijo: "Miren, están dejando que
esto vaya demasiado lejos". Y el viejo Tom dijo: "Patrón, no puedo
detenerlo, porque yo no lo empecé". Os estoy contando lo que
dijeron. Dijeron: "No estoy metido en eso, y mucho menos a la
cabeza". Dijeron: "Estos Negroes están haciendo cosas por
su cuenta. Están corriendo por delante de nosotros". Y ese viejo
zorro astuto, dijo: "Bueno, si ustedes no están en eso, los pondré
en ello. Les pondré a la cabeza. Lo respaldaré. Lo agradeceré. Lo
apoyaré. Me uniré a ello".
Fue cuestión de horas. Se reunieron en el Hotel
Carlyle de la ciudad de Nueva York. El Hotel Carlyle es propiedad
de la familia Kennedy; ése es el hotel en el que Kennedy pernoctó
hace dos noches; pertenece a su familia. Una sociedad filantrópica
encabezada por un hombre blanco llamado Stephen Currier reunió a
los principales líderes de los derechos civiles en el Hotel
Carlyle. Y les dijo que: "Al luchar entre ustedes, están
destruyendo el movimiento de derechos civiles. Y ya que están
luchando por el dinero de los liberales blancos, establezcamos lo
que se conoce como el Consejo para el Liderazgo Unido de los
Derechos Civiles. Formemos este consejo, y todas las
organizaciones de derechos civiles pertenecerán a él, y lo
usaremos para recaudar fondos". Dejadme que os muestre lo astuto
que es el hombre blanco. Y tan pronto como lo formaron, eligieron
a Whitney Young como presidente, y ¿quién creéis que se convirtió
en el copresidente? Stephen Currier, el hombre blanco, un
millonario. Powell estaba hablando de ello hoy. De esto estaba
hablando. Powell sabe lo que sucedió. Randolph sabe lo que
sucedió. Wilkins sabe lo que sucedió. King sabe lo que sucedió.
Todos los llamados Seis Grandes saben lo que pasó.
Una vez que lo organizaron, con el hombre blanco
en lo alto, les prometió y les dio 800.000 dólares para dividir
entre los Seis Grandes; y les dijo que después de que terminara la
marcha les daría 700.000 dólares más. Un millón y medio de dólares
dividido entre líderes que habéis estado siguiendo, por los que
vais a la cárcel, por los que habéis llorado lágrimas de
cocodrilo. Y no son más que Frank James y Jesse James y los
llamáis hermanos.
Tan pronto como formaron la organización, el hombre blanco puso a su disposición los mejores expertos en relaciones públicas; les abrió los medios de comunicación de todo el país; y luego comenzaron a proyectar a estos Seis Grandes como los líderes de la marcha. Originalmente, ni siquiera estaban en la marcha. Estabais hablando de la marcha de marzo en Hastings Street ¿Sigue Hastings Street aquí? En Hastings Street. Estabais hablando de la marcha en Lenox Avenue, y en —¿Cómo lo llamáis?— Fillmore Street, y Central Avenue, y 32nd Street y 63rd Street. Ahí era donde se hablaba de la marcha. Pero el hombre blanco puso a los Seis Grandes a la cabeza; los convirtió en la marcha. Se convirtieron en la marcha. Se hicieron cargo. Y el primer movimiento que hicieron después de tomar el mando fue invitar a Walter Reuther, un hombre blanco; invitaron a un sacerdote, un rabino y un viejo predicador blanco. Sí, un viejo predicador blanco. El mismo elemento blanco que puso a Kennedy en el poder: el trabajo, los católicos, los judíos y los protestantes liberales; la misma camarilla que puso a Kennedy en el poder, se unió a la marcha sobre Washington.
Es como cuando tienes un café que es demasiado
negro, lo que significa que es demasiado fuerte. ¿Qué haces? Lo
mezclas con crema; lo haces débil. Si le echas demasiada crema, ni
siquiera sabrás que había café. Estaba caliente, se vuelve fresco.
Era fuerte, se vuelve débil. Te despertaba, ahora te hará dormir.
Esto es lo que hicieron con la marcha sobre Washington. Se unieron
a ella. No la integraron; se infiltraron en ella. Se unieron a
ella, se convirtieron en parte de ella, se hicieron cargo. Y
cuando se hicieron cargo de ella, perdió a a su militancia.
Dejaron de estar enojados. Dejaron de estar calientes. Dejaron de
ser inflexibles. Incluso dejó de ser una marcha. Se convirtió en
un picnic, en un circo. Nada más que un circo, con payasos y todo.
Teníais uno aquí mismo en Detroit —lo vi en la televisión— con
payasos dirigiéndolo, payasos blancos y payasos negros. Sé que no
os gusta lo que estoy diciendo, pero os lo voy a decir de todos
modos. Porque puedo probar lo que estoy diciendo. Si creéis que lo
que os estoy diciendo no es cierto, traedme a Martin Luther King y
A. Philip Randolph y James Farmer y esos otros tres, y a ver si lo
niegan ante un micrófono.
No. Fue una liquidación. Fue una toma de posesión. Cuando James Baldwin llegó de París, no lo dejaron hablar, porque no podían hacer que siguiera el guión. Burt Lancaster leyó el discurso que se suponía que Baldwin debía pronunciar; no dejaron que Baldwin subiera allí, porque sabían que Baldwin era capaz de decir cualquier cosa. Lo controlaron tan de cerca... les dijeron a esos Negroes a qué hora llegar a la ciudad, cómo llegar, dónde detenerse, qué pancartas llevar, qué canción cantar, qué discurso podían dar y qué discurso no podían dar; y luego les dijeron que salieran de la ciudad al atardecer. Y todos esos Tom estaban fuera de la ciudad al atardecer. Ahora sé que no os gusta que diga esto. Pero puedo probarlo. Fue un circo, una actuación que superó cualquier cosa que Hollywood pudiera hacer, la actuación del año. Reuther y esos otros tres demonios deberían recibir un Premio de la Academia a los mejores actores, porque actuaron como si realmente amaran a los Negroes y engañaron a muchos Negroes. Y los seis líderes Negro también deberían recibir un premio, a los mejores actores secundarios.