Como reflejo de la tendencia imperialista del monopolio del
capital estadounidense, la política exterior
de los EEUU se ha caracterizado en el periodo de posguerra por
un deseo de dominar el mundo. Éste es el
significado real de las reiteradas afirmaciones del presidente
Truman y otros representantes de las esferas dirigentes
estadounidenses según las cuales los EEUU tienen el derecho a
dirigir el mundo. Todas las fuerzas de la diplomacia
estadounidense, el ejército, la armada y las fuerzas aéreas, la
industria y la ciencia se han puesto al servicio de esta
política. Con este objetivo en mente, se han desarrollado
amplios planes expansionistas, para ser puestos en práctica
tanto mediante la diplomacia como mediante la creación de un
sistema de bases navales y aéreas lejos de los EEUU, una carrera
armamentista y la creación de armas más y más novedosas.
1. a) La política exterior de los EEUU se lleva a cabo ahora
mismo en una situación bastante diferente de la que se
daba en el periodo anterior a la guerra.
Esta situación no se ajusta exactamente a las expectativas de
los círculos reaccionarios que durante la Segunda Guerra Mundial
esperaban ser capaces de evitar las batallas principales en
Europa y Asia durante mucho tiempo. Sus expectativas eran que
los Estados Unidos de América, en caso de no ser capaces de
evitar completamente la participación en la guerra, entrarían
únicamente en el último momento cuando fuera posible influir en
su final sin gran esfuerzo, asegurando completamente sus propios
intereses. Se pretendia, pues, que los principales rivales de
los EEUU fueran destrozados o debilitados en gran medida, lo
cual permitiría que los EEUU se convirtieran en el factor
más poderoso en las decisiones sobre los asuntos
principales del mundo de la posguerra. Estas expectativas se
basaban también en el supuesto, muy extendido en los EEUU
durante el primer periodo de la guerra, de que la Unión
Soviética, que había sido atacada por el fascismo alemán en
junio de 1941, quedaría debilitada como resultado de la guerra o
incluso completamente destruida.
La realidad no ha confirmado todas las expectativas de los
imperialistas estadounidenses.
b) Las dos principales potencias agresoras, la Alemania
fascista y el Japón militarista, que al mismo tiempo eran los
principales rivales de los EEUU tanto en el campo económico como
en el de la política exterior, fueron derrotados como resultado
de la guerra. Una tercera gran potencia, Gran Bretaña, habiendo
recibido los golpes más fuertes de la guerra, se enfrenta ahora
a enormes dificultades económicas y políticas. Los cimientos
políticos del Imperio Británico han sido claramente socavados, y
en algunos casos han tomado la forma de una crisis, por ejemplo
en la India, Palestina y Egipto.
Europa ha salido de la guerra con una economía absolutamente
hecha añicos, y la devastación económica que ha producido la
guerra no puede ser reparada en poco tiempo. Todos los países de
Europa y Asia sienten una enorme necesidad de bienes de consumo,
equipamiento industrial y de transporte, etc. Tal situación permite
imaginar al capital monopolístico estadounidense enormes
envíos de bienes y la importación de capital a dichos
países, lo que le permitiría introducirse en sus economías.
La realización de esta oportunidad supondría un serio
fortalecimiento de la posición económica de los EEUU a lo largo
del mundo entero y sería una de las etapas en el camino hacia
establecer la supremacía mundial estadounidense.
c) Por otra parte, las expectativas de esos círculos
estadounidenses no se han justificado, pues se basaban en que la
Unión Soviética sería destruida durante la guerra, o que saldría
tan debilitada que sería obligada a inclinarse ante los EEUU a
cambio de ayuda económica. En tal caso podrían haber dictado
unas condiciones que habrían proporcionado a los EEUU una
oportunidad para llevar a cabo su expansión en Europa y Asia sin
obstáculos por parte de la URSS.
En realidad, a pesar de las dificultades del periodo de
posguerra asociado al enorme daño causado por la guerra y la
ocupación fascista alemana, la Unión Soviética continúa siendo
económicamente independiente del mundo exterior y está
reconstruyendo su economía por sus propios medios.
Además, en la actualidad la URSS tiene una posición
internacional considerablemente más fuerte que en el periodo
anterior a la guerra. Gracias a las históricas victorias de las
armas soviéticas, las fuerzas armadas soviéticas están en el
territorio de Alemania y otros países previamente enemigos, una
garantía de que esos países no volverán a ser usados de nuevo
para atacar a la URSS. Como resultado de su
reorganización bajo principios democráticos, en tales países
anteriormente enemigos, como Bulgaria, Finlandia, Hungría y
Rumanía se han creado regímenes que se han propuesto a sí
mismos la labor de mantener relaciones amistosas con la Unión
Soviética. En los países eslavos —Polonia, Checoslovaquia y
Yugoslavia— liberados por el Ejército Rojo o con su ayuda,
también se han creado regímenes democráticos que se están
consolidando y que mantienen relaciones con la Unión Soviética
basadas en acuerdos de amistad y ayuda mutua.
La enorme importancia relativa de la URSS en los asuntos
internacionales en general y en los asuntos europeos en
particular, la independencia de su política exterior y la ayuda
económica y política que da a sus países vecinos, a la vez
aliados y anteriormente enemigos, está dando lugar a un
crecimiento de la influencia de la Unión Soviética en dichos
países y a un continuo fortalecimiento en ellos de sus
tendencias democráticas.
Tal situación en la Europa del este y el sureste no deja de ser
considerada por los imperialistas estadounidenses como un
obstáculo en el camino de una política exterior expansionista
estadounidense.
2.a) Ahora mismo, la política exterior de los EEUU no la dictan
los círculos del Partido Demócrata que (como cuando vivía
Roosevelt) trataban de reforzar la cooperación entre las tres
grandes potencias que componían la base de la coalición
anti-Hitler durante la guerra. Cuando el presidente Truman, una
persona políticamente inestable con ciertas tendencias
conservadoras, llegó al poder seguido del nombramiento de Byrnes
como Secretario de Estado, ello supuso el fortalecimiento de
la influencia de los círculos más reaccionarios del Partido
Demócrata en la política exterior. La naturaleza
reaccionaria constantemente en aumento de la política exterior
de los EEUU, que como consecuencia de esto se ha aproximado a la
política defendida por el Partido Republicano, ha creado una
base para la cooperación estrecha en esta área entre el ala de
extrema derecha del Partido Demócrata y el Partido Republicano.
Esta cooperación de los dos partidos, materializada en ambas
cámaras del Congreso en la forma de un bloque no oficial de
los demócratas sureños reaccionarios y la vieja guardia de los
republicanos dirigidos por Vandenberg y Taft, se pone en
evidencia con especial claridad en el hecho de que en sus
afirmaciones sobre asuntos de política exterior los líderes de
ambos partidos están defendiendo esencialmente la misma
política. En el Congreso y en las conferencias internacionales,
en las que por regla general republicanos eminentes están
representados en las delegaciones estadounidenses, los últimos
apoyan activamente la política exterior del gobierno y a menudo,
a causa de ello, también dicha política, incluso, más aún, en
declaraciones oficiales de política exterior "bipartita".
b) Al mismo tiempo, la influencia en la política exterior
de los seguidores de la política de Roosevelt de
cooperación con las potencias amantes de la paz ha sido
drásticamente reducida. Los círculos correspondientes en el
gobierno, en el Congreso y en la dirección del Partido Demócrata
son relegados cada vez más a un segundo plano. Las diferencias
en cuestiones de política exterior entre los seguidores de
Wallace y Pepper de un lado y los partidarios de la política
"bilateral" reaccionaria del otro, se han puesto de manifiesto
recientemente con gran acritud en el discurso de Wallace que ha
llevado a su dimisión como Secretario de Comercio. La
dimisión de Wallace significa la victoria de las fuerzas
reaccionarias del Partido Demócrata y la política exterior
que Byrnes está siguiendo en cooperación con Vandenberg y Taft.
3. El aumento en el potencial militar en tiempos de paz y la
organización de un gran número de bases aéreas y navales tanto
en los EEUU como fuera de sus fronteras son claros indicadores
del deseo de los EEUU de establecer una dominación mundial.
Por primera vez en la historia del país, en el verano de 1946
el Congreso adoptó una ley para formar un ejército en tiempos de
paz, no de voluntarios, sino basada en el alistamiento militar
universal. El tamaño del ejército, que alcanzará el millón de
hombres el 1 de julio de 1947, ha aumentado considerablemente.
Al final de la guerra el tamaño de la armada de los EEUU fue
reducida casi hasta la insignificancia en comparación con el
tiempo de la guerra. Actualmente la armada de los EEUU ocupa el
primer lugar en el mundo, dejando muy atrás a la Royal Navy
británica, por no hablar de otras potencias.
El aumento colosal en el gasto para el ejército y la armada,
que alcanza los 13.000 millones de dólares en el presupuesto
para 1946-1947 (sobre un 40% del presupuesto completo de 36.000
millones) es más de 10 veces el correspondiente al gasto en el
presupuesto de 1938, cuando no llegaba siquiera a los 1.000
millones.
Estas enormes sumas presupuestarias se gastan juntamente con el
mantenimiento de un gran ejército, armada y fuerza aérea, y
también con la creación de un vasto sistema de bases navales y
aéreas en los océanos Atlántico y Pacífico. Según los planes
oficiales disponibles, en los años venideros se tiene que
construir 228 bases, bases de apoyo y estaciones de radio en el
océano Atlántico, y 258 en el océano Pacífico. La mayoría de
esas bases y bases de apoyo están situadas fuera de los Estados
Unidos. Las bases siguientes existen o van a ser construidas en
islas del océano Atlántico: Terranova, Islandia, Cuba, Trinidad,
Bermuda, las Bahamas, las Azores, y muchas otras; en el
Pacífico: antiguas posesiones japonesas, las islas Marianas, las
Carolinas y las Marshall, Bonin, Ryukyu, las Filipinas, las
islas Galápagos (que pertenecen a Ecuador).
El emplazamiento de bases estadounidenses en islas a menudo a
10-12.000 km del territorio de los EEUU y situadas al otro lado
de los océanos Atlántico y Pacífico muestra claramente la
naturaleza agresiva de los planes estratégicos del
ejército y la armada de los EEUU. El hecho de que la armada de
los EEUU esté estudiando los accesos a las costas europeas de
forma tan concentrada es también una confirmación de esto.
Durante 1946, barcos de la armada de los EEUU han visitado
Noruega, Dinamarca, Suecia, Turquía y Grecia con este propósito
en mente. Además, la armada de los EEUU cruza constantemente el
mar Mediterráneo.
Todos estos hechos muestran claramente que sus fuerzas armadas
están diseñadas para representar un papel decisivo en la
realización de los planes de establecer la dominación mundial
estadounidense.
4. a) Una de las etapas en el establecimiento de la dominación
mundial estadounidense es su acuerdo con Gran Bretaña sobre
una división parcial del mundo sobre la base de concesiones
mutuas. Las líneas principales de este acuerdo clandestino
entre los EEUU y Gran Bretaña sobre la división del mundo, como
indican los hechos, son que han acordado que los EEUU incluirán
a Japón y China en su esfera de influencia en el Lejano Oriente,
mientras, por su parte, los EEUU han acordado no poner trabas a
Gran Bretaña en la resolución del problema indio o en el
fortalecimiento de su influencia en Tailandia e Indonesia.
b) En conexión con esta división, en la actualidad los EEUU son
dominantes en China y Japón sin interferencia alguna por parte
de Gran Bretaña.
La política estadounidense en China trata de subordinar
completamente la economía y la política al control del capital
monopolista estadounidense. En la persecución de esta política
el gobierno estadounidense no deja siquiera de interferir en los
asuntos internos de China. En la actualidad hay más de 50.000
soldados estadounidenses en China. En algunos casos los marines
de los EEUU han participado directamente en operaciones de
combate contra las fuerzas de liberación popular. La llamada
misión de "mediación" del general Marshall es sólo una tapadera
para la interferencia de hecho en los asuntos internos de China.
Lo lejos que ha ido la política del gobierno estadounidense con
respecto a China lo atestigua el hecho de que ahora está
tratando de ejercer su control sobre su ejército. Recientemente
el gobierno de los EEUU ha presentado una ley para su discusión
en el Congreso sobre la ayuda militar a China, que prevé una
reorganización completa del ejército chino, su entrenamiento con
la ayuda de instructores militares estadounidenses y el
suministro de armas y equipamiento estadounidense. Una misión
asesora de oficiales del ejército y la armada será enviada a
China para implementar este programa.
China se está volviendo gradualmente en una base de las fuerzas
armadas estadounidenses. Hay situadas bases aéreas
estadounidenses a lo largo de todo su territorio. Las más
importantes están situadas en Beijing, Quingdao, Tianjin,
Nanking, Shangai, Chengdu, Chongqing y Kunming. La principal
base naval estadounidense en China está situada en Qingdao. Los
cuarteles de la séptima flota están situados también allí.
Además, más de 30.000 marines estadounidenses están concentrados
en Qingdao y sus suburbios. Las medidas tomadas por la armada
estadounidense en el norte de China muestran que está planeando
permanecer allí por mucho tiempo.
En Japón, el control está en manos de los estadounidenses a
pesar de la presencia de un pequeño contingente de tropas
estadounidenses. Aunque el capital británico tiene intereses
sustanciales en la economía japonesa, la política exterior
británica respecto a Japón se está conduciendo de modo que no
interfiera con la penetración de los estadounidenses en la
economía japonesa y la subordinación a su influencia. En la
Comisión sobre el Lejano Oriente en Washington y en el Consejo
Aliado en Tokio, los representantes británicos apoyan por regla
general a los representantes estadounidenses que siguen esta
política.
Las medidas que las autoridades de ocupación estadounidenses en
cuestiones de política interior y dirigidas a apoyar a las
clases reaccionarias y otros grupos que los EEUU están planeando
usar en su lucha contra la Unión Soviética también encuentran
una respuesta favorable en Gran Bretaña.
c) Los Estados Unidos están siguiendo una política similar con
respecto a la esfera de influencia británica en el Lejano
Oriente. Los EEUU han cesado recientemente en los intentos que
recientemente habían estado haciendo durante la guerra reciente
por influir en los problemas de la India. Ahora se dan a menudo
casos en los que la prensa estadounidense más representativa,
que más o menos refleja con fidelidad la política oficial del
gobierno estadounidense, habla favorablemente de la política
británica en la India. La política exterior estadounidense
tampoco está poniendo obstáculos a las tropas británicas en la
supresión del movimiento de liberación nacional en Indonesia
juntamente con el ejército neerlandés. Además, se conocen
incluso casos de ayuda de los Estados Unidos a la política
imperialista británica consistentes en el envío de armas y
suministros estadounidenses a las tropas británicas y
neerlandesas en Indonesia, en el envío de marinos de la armada
neerlandesa desde los Estados Unidos, etc.
5. a) Si la división del mundo en el Lejano Oriente
entre los EEUU y Gran Bretaña puede considerarse un fait
accompli, no puede decirse que se dé una situación similar en el
Mediterráneo y en los países adyacentes. Los hechos dicen
más bien que tal acuerdo en Oriente Medio y en la región del
Mediterráneo todavía no ha sido alcanzado. La dificultad de un
acuerdo entre Gran Bretaña y los Estados Unidos en esta región
es que las concesiones británicas a los Estados Unidos en el
Mediterráneo conllevarían serias consecuencias para todo el
Imperio Británico, para el cual tiene una excepcional
importancia estratégica y económica. Gran Bretaña no tendría
nada que objetar a usar la influencia y las fuerzas armadas
estadounidenses en esta región, dirigiéndolas hacia el norte
contra la Unión Soviética. Sin embargo, los Estados Unidos no
están interesados en ayudar y apoyar al Imperio Británico en
este punto donde es vulnerable, sino en penetrar ellos mismos en
el Mediterráneo y en Oriente Medio más profundamente, lo que los
atrae por sus recursos naturales, principalmente el petróleo.
b) En los últimos años, el capital estadounidense se ha
introducido en las economías de los países de Oriente Medio con
bastante intensidad, especialmente en la industria petrolera. En
la actualidad existen concesiones petrolíferas estadounidenses
en todos los países de Oriente Medio que tienen pozos
petrolíferos (Iraq, Bahrein, Kuwait, Egipto y Arabia Saudí). El
capital estadounidense, que apareció por primera vez en la
industria petrolera de Oriente Medio en 1927, ahora controla
alrededor del 42% de las reservas conocidas en Oriente Medio
(salvo Irán). De un total de 26.800 millones de barriles de
petróleo, 11.000 millones corresponden a concesiones
estadounidenses. En su esfuerzo por garantizar el desarrollo de
sus concesiones en cada pais, que a menudo son las mayores (como
es el caso de Arabia Saudí, por ejemplo), las compañías
petroleras estadounidenses planean construir un oleoducto
transarábigo que bombeará petróleo de la concesión
estadounidense en Arabia Saudí y otros países a la costa
suroriental del Mediterráneo, puertos en Palestina y Egipto.
En su expansión por Oriente Medio, el capital estadounidense
compite con el capital Británico, que se obstina en resistir tal
expansión. La naturaleza fiera de la competencia entre ellos es
el factor principal que impide a Gran Bretaña y a los Estados
Unidos alcanzar un acuerdo sobre la división en esferas de
influencia en Oriente Medio, que sólo podría tener lugar a
expensas de los intereses británicos directos en esta región.
Palestina, donde los EEUU han mostrado recientemente gran
interés, creando con ello muchas dificultades a Gran Bretaña,
puede ponerse como ejemplo de las agudas diferencias en las
políticas estadounidense y británica en Oriente Medio, como la
que se da en el caso de la petición del gobierno de los EEUU de
permitir que unos 100.000 judíos europeos entren en Palestina.
El interés estadounidense en Palestina, aparentemente expresado
en la simpatía por la causa sionista, en realidad sólo significa
que el capital estadounidense espera arraigar en la economía de
Palestina interfiriendo en los asuntos palestinos. La elección
de un puerto palestino como uno de los puntos terminales del
oleoducto estadounidense dice mucho sobre la política exterior
estadounidense en el asunto palestino.
c) La falta de acuerdo entre Gran Bretaña y los EEUU en Oriente
Medio se muestra también en la gran actividad de la armada
de los EEUU en el Mediterráneo oriental, que no puede
dejar de contravenir los intereses principales del Imperio
Británico. Esta actividad de la armada de los EEUU está sin duda
conectada con el petróleo y otros intereses estadounidenses en
Oriente Medio.
Sin embargo, conviene tener presente que estos hechos, como la
visita del acorazado estadounidense Missouri a los estrechos del
mar Negro, la visita de una flota estadounidense a Grecia y el
gran interés que la diplomacia estadounidense muestra en el
problema de los estrechos tiene un doble significado Por una
parte, significa que los EEUU han decidido consolidar su
posición en el Mediterráneo para apoyar sus intereses en los
países de Oriente Medio y que la armada ha sido designada como
el medio para esta política. Por otra parte, estos hechos son
una demostración militar y política contra la Unión Soviética.
El fortalecimiento de la posición de los EEUU en Oriente Medio y
la creación de las condiciones para establecer la armada de los
EEUU en uno o varios lugares en el Mediterráneo (Trieste,
Palestina, Grecia, Turquía) significará, pues, la aparición de
una nueva amenaza a la seguridad de las regiones meridionales de
la Unión Soviética.
6. a) La actitud de los EEUU hacia Gran Bretaña está
determinada por dos circunstancias. Por una parte, los EEUU
ven a Gran Bretaña como su mayor competidor en potencia y,
por otra parte, Gran Bretaña parece ver a los Estados Unidos
como un posible aliado. La división de varias regiones del
mundo en esferas de influencia estadounidenses y
británicas ha creado la posibilidad de, si no evitar la
competición entre ambos, lo cual es imposible, al menos
reducirla en cierta medida. Al mismo tiempo tal división les
facilita la cooperación económica y política.
b) Gran Bretaña necesita los créditos estadounidenses para
reorganizar su economía, que ha sido arruinada por la guerra, y
se ha visto obligada a hacer concesiones significativas para
conseguirlos. Ésta es la importancia del préstamo que
los EEUU ha concedido recientemente a Gran Bretaña. Con la ayuda
del préstamo Gran Bretaña podrá fortalecer su economía. Al mismo
tiempo este préstamo abre la puerta para la penetración del
capital estadounidense en el Imperio Británico. El corto alcance
en el que el comercio entre los países del llamado bloque de la
libra esterlina se ha encontrado en los últimos años se ha
expandido últimamente y da a los estadounidenses la oportunidad
de comercial con los dominios británicos, la India y otros
países del bloque (Egipto, Iraq y Palestina).
c) El apoyo político que los Estados Unidos dan a Gran
Bretaña se manifiesta a menudo en los sucesos internacionales
del periodo de posguerra. En las últimas conferencias
internacionales, los EEUU y Gran Bretaña han coordinado
estrechamente sus políticas, especialmente en los casos en los
que era necesario oponerse a la política de la Unión Soviética.
Los EEUU dan a Gran Bretaña ayuda moral y política a su política
reaccionaria en Grecia, India e Indonesia. La coordinación
completa entre la política estadounidense y británica puede
observarse en lo que respecta a los países eslavos y otros
países vecinos de la Unión Soviética. Las maniobras más
importantes estadounidenses y británicas en esos países tras la
guerra han tenido una naturaleza muy similar y paralela. La
política estadounidense y británica en el Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas tiene las mismas características de
coordinación (especialmente en cuestiones sobre Irán, España,
Grecia, la retirada de tropas extranjeras de Siria y el Líbano,
etc.).
d) Los círculos dirigentes de EEUU tienen evidentemente una
actitud favorable hacia la idea de una alianza militar con
Gran Bretaña, pero por el momento el asunto todavía no ha
llegado al punto de cerrar una alianza oficial. El discurso de
Churchill en Fulton pidiendo el cierre de una alianza militar
angloestadounidense para establecer una dominación conjunta
mundial no fue, consecuentemente, apoyada oficialmente por
Truman ni Byrnes, aunque Truman indirectamente sancionó con su
presencia la llamada de Churchill.
Pero si los EEUU no están tratando ahora de cerrar una alianza
militar con Gran Bretaña, al mismo tiempo apoya en la práctica
los contactos más estrechos en cuestiones militares. El Alto
Mando conjunto angloestadounidense en Washington sigue
existiendo a pesar de que ha pasado un año desde que acabó la
guerra. También continúa habiendo contactos frecuentes entre los
líderes militares británicos y estadounidenses. El viaje
reciente del mariscal de campo Montgomery a los Estados Unidos
es una muestra de dicho contacto. Es significativo que como
resultado de sus entrevistas con líderes militares
estadounidenses Montgomery dijera que el Ejército Británico
se organizaría según el modelo estadounidense. La
cooperación también tiene lugar entre las armadas de estos
dos países. Basta mencionar a este respecto la
participación de la Royal Navy en las recientes maniobras de la
flota estadounidense en el Mediterráneo, y la participación de
la flota estadounidense en el mar del Norte este otoño.
e) A pesar de haber logrado acuerdos temporales sobre asuntos
muy importantes, las relaciones actuales entre Gran Bretaña y
los Estados Unidos son bastante conflictivas y no pueden
durar mucho.
En muchos aspectos la ayuda económica estadounidense supone un
peligro para Gran Bretaña. Aparte de que, por haber recibido el
préstamo, Gran Bretaña caerá en cierta dependencia económica
respecto a los EEUU de la que no podrá librarse fácilmente,
conviene tener en mente que las condiciones creadas por el
préstamo para la penetración del capital estadounidense en el
Imperio Británico puede conllevar serias consecuencias
políticas. Los países del Imperio Británico o los que dependen
de él pueden reorientarse hacia los Estados Unidos bajo la
influencia económica del poderoso capital estadounidense,
siguiendo el ejemplo de Canadá a este respecto, que está
escapando cada vez más de la influencia británica orientándose
durante el proceso hacia los EEUU. El fortalecimiento de la
posición estadounidense en Oriente Medio puede estimular un
proceso similar en Australia y Nueva Zelanda. En los países
árabes de Oriente Medio que están tratando de emanciparse del
Imperio Británico hay también grupos en las clases dirigentes
que no tienen problemas en comerciar con los Estados Unidos. Es
perfectamente posible que Oriente Medio se convierta en el foco
de los conflictos angloestadounidenses donde los acuerdos
actualmente alcanzados entre los EEUU y Gran Bretaña sean
liquidados.
7. a) La política "dura" con respecto a la URSS proclamada por
Byrnes tras el acercamiento entre los demócratas reaccionarios y
los republicanos es ahora mismo el principal obstáculo para la
cooperación entre las grandes potencias. El caso es
principalmente que en el periodo de posguerra los EEUU ya no
siguen la política de reforzamiento de la cooperación entre los
Tres Grandes (o Cuatro) y, por el contrario, está tratando de
socavar la unidad de estas potencias. El objetivo que se han
fijado en el proceso es imponer la voluntad de los demás
países a la Unión Soviética. El intento por parte de varios
países de eliminar el principio de veto en el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas con el beneplácito de los
Estados Unidos es un movimiento en esa dirección. Esto daría a
los Estados Unidos la oportunidad de crear estrechos grupos y
bloques entre las grandes potencias dirigidos principalmente
contra la Unión Soviética y por lo tanto, dividiendo el frente
unido de las Naciones Unidas. La enuncia al veto por parte de
las grandes potencias volvería las Naciones Unidas en un dominio
privado anglo-estadounidense en el que los Estados Unidos
tendrían el papel protagonista.
b) La política actual del gobierno
estadounidense con respecto a la URSS se dirige también a
limitar o desplazar la influencia soviética en sus países
vecinos. Al implementarla, los EEUU están tratando de dar
pasos en varias conferencias internacionales o directamente en
los propios países que, por una parte, muestran por sí mismos
el apoyo a las fuerzas reaccionarias en los países
anteriormente enemigos o aliados que rodean la URSS con el
fin de crear obstáculos a los procesos de democratización de
esos países y, por otra parte, tratan de proporcionar
posiciones para la penetración del capital estadounidense en
sus economías. Tal política se basa en debilitar y
disolver los gobiernos democráticos que están en el poder y
que son amistosos con la URSS y reemplazarlos por nuevos
gobiernos que obedientemente seguirían las políticas dictadas
desde los EEUU. En esta política los EEUU reciben pleno
apoyo por parte de la diplomacia británica.
c) Uno de los vínculos más importantes de la política general
de los EEUU dirigidos a limitar el papel internacional de la
URSS en el mundo de la posguerra es la política respecto a
Alemania. Los EEUU están dando pasos en Alemania con
especial insistencia para reforzar las fuerzas reaccionarias
para contrarrestar la reestructuración democrática, acompañados
por pasos completamente insuficientes respecto a la
desmilitarización.
La política de ocupación estadounidense no está fijando como
objetivo la eliminación de los restos del fascismo alemán y la
reorganización de la vida política alemana sobre principios
democráticos para que Alemania deje de ser una fuerza
agresiva. Los EEUU no están dando pasos para eliminar las asociaciones
monopolísticas de los industriales alemanes sobre los que
se apoyó el fascismo alemán para preparar agresión y financiar
la guerra. Tampoco se está siguiendo una política agraria con la
eliminación de los grandes terratenientes que fueron en su día
el baluarte del fascismo. Más aún, los EEUU están considerando
la posibilidad de terminar la ocupación aliada del territorio
alemán antes incluso de que las tareas principales de la
ocupación, consistentes en la desmilitarización y la
democratización de Alemania hayan concluido. En tal caso se
crearían las condiciones previas para el renacimiento de una
Alemania imperialista con la que los EEUU cuentan para usar de
su lado en una guerra futura. Uno no puede dejar de ver que tal
política tiene un foco antisoviético claramente definido y
representa un serio peligro para la causa de la paz.
d) Las numerosas afirmaciones por parte del gobierno
estadounidense, así como de líderes políticos y militares sobre
la Unión Soviética y su política exterior en un espíritu
excepcionalmente hostil son bastante típicas en la actitud
actual de los círculos gobernantes estadounidenses hacia la
URSS. La inmensa mayoría de la prensa estadounidense se hace eco
de estas afirmaciones en un tono incluso más desenfrenado.
Discusiones sobre una "tercera guerra", refiriéndose a una
guerra contra la Unión Soviética, incluso una llamada directa a
dicha guerra, con la amenaa de usar la bomba atómica, ésta es la
sustancia de las afirmaciones sobre las relaciones con la Unión
Soviética por parte de los reaccionarios en discursos públicos y
en la prensa. En la actualidad el llamamiento a una guerra
contra la Unión Soviética no es únicamente el monopolio de la
extrema derecha y la prensa amarilla estadounidense representada
por los sindicatos periodísticos de Hearst y McCormick. La
campaña anti-soviética incluye también publicaciones más
"serias" y "respetables" de la prensa conservadora, como el New
York Times y el New York Herald Tribune. Los numerosos artículos
de Walter Lippmann en los que casi sin disimulo llama a los EEUU
a lanzar un ataque contra la Unión Soviética en los lugares más
vulnerables del sur y el sureste de la URSS son característicos
de tales publicaciones de la prensa conservadora.
El objetivo principal de esta campaña antisoviética de la
"opinión pública" estadounidense consiste en ejercer presión
política sobre la Unión Soviética y forzarla a hacer
concesiones. Otro objetivo no menos importante de la campaña es
el deseo de crear una atmósfera de miedo a la guerra entre las
masas que están cansadas de la guerra, que facilitaría al
gobierno dar pasos para mantener el gran potencial militar en
los EEUU. Es en esa atmósfera en la que se ha aprobado en el
Congreso la ley sobre introducir el servicio militar obligatorio
en tiempo de paz, se ha aprobado un enorme presupuesto militar y
se han desarrollado planes para construir un sistema de bases
navales y aéreas a grandes distancias.
e) Todos estos pasos para mantener el gran potencial militar no
son un fin en sí mismo, por supuesto. Sólo pretenden preparar
las condiciones para conseguir la dominación del mundo
en una nueva guerra planeada por los círculos más belicistas del
imperialismo estadounidense cuyo marco temporal, no hace falta
decirlo, nadie puede determinar ahora mismo.
Hay que ser plenamente conscientes de que los preparativos
estadounidenses para una guerra futura se llevan a cabo con la
idea de una guerra contra la Unión Soviética, que a los
ojos de los imperialistas estadounidenses es el obstáculo
principal en el camino estadounidense para la dominación del
mundo. Hechos tales como el entrenamiento táctico de la armada
de los EEUU para la guerra contra la URSS como enemigo futuro,
el emplazamiento de bases estratégicas estadounidenses en
regiones desde las que se pueda lanzar ataques sobre territorio
soviético, el entrenamiento intensivo y el refuerzo de las
regiones árticas como zonas tácticas de acceso a la URSS y los
intentos de allanar el camino en Alemania y Japón para usarlos
en una guerra contra la URSS lo atestiguan.
27.09.46 NOVIKOV