En la sección de pronunciación
hemos visto que el latín tiene un sistema de diez vocales (doce si
contamos la y), cada una de las cuales puede ser larga o breve.
Sin embargo, a la hora de pronunciar correctamente el latín no
sólo hemos de tener en cuenta la cantidad vocálica, sino que ésta
interviene a la hora de determinar la cantidad silábica. En
efecto, una sílaba en latín puede ser larga o breve, y esto
depende tanto de las vocales como de las consonantes que contiene.
Sílabas largas y breves Para describir sistemáticamente
los ejemplos que acabamos de presentar conviene llamar sílabas
abiertas a las que terminan en vocal, mientras que las
sílabas que terminan en consonantes son sílabas cerradas.
Una sílaba se dice larga por naturaleza cuando contiene
una vocal larga o un diptongo, mientras que es larga por
posición cuando es cerrada. Si no se da ninguno de estos dos
casos, es decir, si una sílaba contiene una vocal breve y es
abierta, entonces se dice que es una sílaba breve. En
estos términos, lo que hemos explicado es que las sílabas breves
se pronuncian en una mora, mientras que las largas (sea por
naturaleza o por posición) se pronuncian en dos moras (incluso, al
menos en poesía, las que son a la vez largas por naturaleza y por
posición, que en principio requerirían tres moras).
Evidentemente, para determinar si una sílaba es larga o breve es
necesario saber qué consonantes contiene y cuáles corresponden a
las sílabas anteriores o posteriores. El criterio es el siguiente:
Separación en sílabas Cada sílaba sólo puede
contener una vocal o un diptongo. Todo par de vocales que no
formen diptongo debe separarse en sílabas distintas: iūs-ti-ti-a.
Notemos que la primera i es semiconsonante, por lo que la primera
sílaba sólo tiene una vocal, así como que la división en sílabas
no coincide con la que haríamos en castellano: iūs-ti-tia (pues ia
sí que es diptongo en castellano). Para distribuir las consonantes
en sílabas tenemos en cuenta lo siguiente:
A la hora de pronunciar una sílaba teniendo en cuenta su cantidad hay que tener presente que las fronteras entre palabras no tienen importancia alguna, de modo que las consonantes finales de una palabra pueden pronunciarse apoyadas en la primera vocal de la palabra siguiente (si es que empieza por vocal), y que parte de las consonantes iniciales de una palabra pueden apoyarse en la última vocal de la palabra precedente (por eso se habla de sílabas largas por posición, porque según la posición de la sílaba en la frase puede dejar de ser larga, si es que transfiere su consonante final a la vocal siguiente).
Acento y cantidad La posición del acento en una palabra
latina está completamente determinada por la cantidad de sus
sílabas a través de unas reglas muy simples:
Naturalmente, las palabras que tienen dos o más sílabas ante la
sílaba tónica tienen un acento secundario dos o tres sílabas antes
de ésta. Por ejemplo, nōminātīuus y accūsātīuus
se pronuncian, respectivamente, nóominaatíiwus y accúusaatíiwus.