Es una de las drogas más extendidas
en la actualidad.
Se encuentra en semillas como el café, el cacao, la nuez de cola
(guaraná) y en las hojas del mate y del
té.
La cafeína se descubrió en las semillas del café en 1820.
En 1838 se demostró que la teína, alcaloide descubierto en
las hojas de té en 1827, era en realidad cafeína.
En peso, el té contiene más cafeína que el café.
Las bebidas de cola deben el nombre a que originariamente, las semillas de la planta Cola acuminata eran utilizadas como fuente de cafeína en la elaboración de estas bebidas.
Tiempos:
La máxima concentración sanguínea de cafeína se alcanza a los 30-45
minutos de su ingesta.
Entre las 3 y las 6 h ya se ha eliminado la mitad de la dosis
que se ha absorbido.
Efectos:
Disminuye el cansancio y la fatiga.
Se comporta como un estimulante del sistema nervioso central,
facilitando la memorización, la asociación de ideas y la percepción
de los sentidos.
Aumenta la tensión arterial, promueve la formación de orina e incrementa la
actividad del corazón y los pulmones.
Efectos colaterales:
Como en el resto de las drogas su consumo puede dar lugar a la aparición de dependencia, aunque con un el síndrome de abstinencia mucho más benigno que en otros casos: dolor de cabeza, irritabilidad y somnolencia patológica.
También estimula la secreción gástrica de ácido y pepsina, lo que origina con frecuencia intolerancia gástrica. (Curiosamente también el café descafeinado produce un aumento de la secreción ácida). Por tanto, cuidado, no tomes bebidas con cafeína junto con medicamentos ulcerogénos (como las aspirinas).
A dosis altas produce excitación, ansiedad e insomnio, temblor, hiperestesia (aumento exagerado de la sensibilidad en general), hiporreflexia (diminución de los reflejos), alteraciones maníacas y convulsiones.
Se necesitan unos 10 g de caefeína para provocar la muerte de un adulto de 70 Kg de peso, el equivalente de 100 cafés, 200 latas de cocacola o 50 Kg de chocolate.
Más datos:
Su uso es considerado
como dopping en el deporte porque mejora el rendimiento físico.
Se encuentra en numerosos preparados antigripales en asociación con otros fármacos. Se intenta conseguir de esta forma:
De esta forma el paciente no solo se siente aliviado, si no tonificado. Además
tiene la sensación de estar un poco más despierto y un poco menos
congestionado.
No obstante, teniendo en cuenta que la cafeína aumenta la secreción gástrica
y que el ácido acetilsalicílico (la aspirina) es ulcerogénico, corremos un cierto
riesgo de que tras la gripe o el resfriado tengamos un poco estropeado.
La cafeína se utiliza (o se ha utilizado) en el tratamiento de la migraña
porque produce vasoconstricción en los vasos pericraneales dilatados
También puede aliviar parcialmente los ataques de asma porque produce
broncodilatación, aunque ahora se utilizan derivados sintéticos de la teofilina (una
base xántica relacionada perteneciente a la familia de la cafeína).
Por cierto, que la cafeína se vende como preparado farmacéutico indicado en estados de fatiga. Desde luego, que burradas pueden encontrarse en los prospectos de los medicamentos; si estas fatigado y te tomas un preparado con cafeína acabarás mucho peor de lo que estabas, porque la cafeína acelera el gasto de recursos metabólicos.