Allá por el
año 1979, y ya ha llovido mucho, mientras en el mundo se producían
hechos como el regreso del ayatolá Jomeini de su exilio de París
a Irán, o Severiano Ballesteros ganaba su primer Open Británico
y el Valencia C. F. del mítico Kempes ganaba la Copa del Rey al
R. Madrid, en el pueblo de Casas Bajas un grupo de siete amigos entre risas
y al calor de algunas ollas de ginebra con limón, tuvieron la ocurrencia
de formar una peña de nombre; “Los Setos”.
Nunca se ha podido
aclarar a que obedeció esa denominación, ni que parte de
culpa tuvo aquellos vasos de cubalibre, el caso es que comenzó a
forjarse la leyenda de esta peña.
Los fundadores, jóvenes
de entre 15 y 18 años aproximadamente, fueron; Jesús el “Primitivo”,
Antonio el “Rigan”, Domingo el “Lobo”, Pepe “Maricruz”, Toni el “Marino”,
Jesús el “Tirri” y Vicente el “Truche”.
Eligieron como escudo
un toro y aunque nunca se ha tratado de una peña taurina, nació
con una clara vocación taurófila, que le llevo a liderar
grandes actuaciones en el coso de Casas Bajas en aquellos años
de gran auge de vaquillas en las fiestas.
Sólo les faltaba
un local y por mediación del “Tirri” consiguieron un bajo justo
donde acaba la cuesta del Barranco. Hoy, ya, esta casa está
considerada un lugar emblemático.
Pasaron los años,
e históricos como el “Truche”, “Maricruz”, el “Tirri” o “Primitivo”
dejaron la peña, pero todavía perdura la huella que dejaron
entre nosotros sus correrías.