¿L'Albufera en peligro? |
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EL MUNDO, 16 DE ENERO DE 2008
¿L'Albufera en peligro?
José Luis Rubio PREMIO REY JAIME I
La naturaleza funciona bajo leyes simples e implacables. Toda causa tiene su efecto. Toda acción su reacción. Cuando intervenimos en el medio natural, este principio no falla. Es como la ley de la gravedad: cuando soltamos un objeto, se precipita al suelo. En la dinámica de las corrientes salinas de la fachada mediterránea española, la dirección predominante y el transporte de sedimentos, es hacia el sur. Por ello cuando se genera un obstáculo en la línea de costa, la respuesta es predecible: al norte se produce acumulación de sedimentos y al sur, perdida y retroceso de la línea de playa. Esto forma parte de la maravillosa simplicidad y universalidad del funcionamiento de la naturaleza. Este proceso lo hemos visto ya con las afecciones de anteriores ampliaciones del Puerto de Valencia. Como consecuencias, al sur se fue produciendo la desaparición de la playa de Nazaret, retrocesos de hasta 500 metros en la línea de costa y serios efectos y retrocesos en las playas de Pinedo, El Saler y La Dehesa. Por su parte, al norte, los aumentos en la superficie de playa son espectacularmente visibles.
En la ampliación que actualmente se está proponiendo, se prevé entre otras actuaciones, un aumento de 153 hectáreas hacia el mar, que representaran un incremento significativo en el efecto de obstáculo y barrera que ejercerá el puerto.
Las consecuencias previsibles son un aumento en los efectos de la onda erosiva que se iría propagando hacia el sur. La amenaza, a la ya afectada playa de El Saler, puede ser muy grave. Esta playa forma parte del cordón arenoso dunar que durante el Mioceno cerró el lago marino que inicialmente constituía la Albufera. El cordón litoral de El Saler es un medio frágil constituido por materiales no consolidados y fácilmente erosionables. Los efectos erosivos y de retroceso en la línea de playa, son ya medibles en El Perellonet, donde la autorestauración de la primera línea dunar ha retrocedido 50 metros.
Como comentábamos al inicio, ante injerencias humanas, irremediablemente la naturaleza responderá. En este caso, el lento proceso (salvo tormentas y temporales) de ir socavando y desplazando sedimentos se acentuaría inexorablemente hasta situaciones que podrían hacer muy difícil la reversión del proceso erosivo.
El Saler y la Albufera están estructural y funcionalmente ligados. Impactos o consecuencias no adecuadamente evaluados en el vulnerable sistema de playa y dunas, podrían afectar al conjunto del Parque Natural de la Albufera. Por ello las actuaciones en el puerto de Valencia deben ser valoradas muy cuidadosamente.
En el debate sobre la ampliación del puerto de Valencia, además de los aspectos concretos económicos y comerciales, habría que introducir de manera significativa, la valoración de los posibles efectos ambientales. Esta evaluación es aun más exigible cuando la amenaza se cierne sobre valores ambientales excepcionales que forman parte del patrimonio común de toda la humanidad y por supuesto de los valencianos.
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