Aferrarse a la vida |
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EL MUNDO, 30 DE ENERO DE 2008
Aferrarse a la vida
José Luis Rubio PREMIO REY JAIME I
El muérdago no lo tiene fácil. De entrada, es una planta incompleta. Tiene capacidad de fotosíntesis pero para sobrevivir necesita imprescindiblemente del sustento y suministro de otras plantas. Es decir se trata de una planta semiparásita. Pero éste no es su único rasgo limitante. Casi todo en los muérdagos es azaroso. Pertenecen al grupo de plantas que tienen flores masculinas y femeninas en distintos pies. Esto implica, ya desde el inicio, dificultades en los necesarios intercambios amorosos que se ven obstaculizados por una dolorosa distancia. Entre una flor hembra y una flor macho puede haber añorantes distancias de centenares de metros. El problema se subsana con la golosa colaboración de insectos como moscardones o abejorros, que atraídos por el dulce néctar, distribuyen granos de polen entre flores de distinto sexo.
El fruto del muérdago es una atractiva baya parecida a perlas semitranslúcidas. En su interior, rodeadas de una sustancia pegajosa llamada liga, se encuentra la semilla. Pero no es una semilla normal. Para que pueda desarrollarse y dar lugar a una nueva plantita, hace falta un cúmulo de intrincadas casualidades. Su viabilidad depende de que intervengan distintos y muy concretos actores, entre ellos las aves. Pero no aves cualesquiera, de toda la enorme variedad de aves frugívoras solo y exclusivamente algunas como los zorzales, se ven atraídas por estas bayas blanquecinas. Para su germinación han de pasar por su aparato digestivo, si no, no se desarrollan. Pero aquí no acaban sus peripecias. Al ser expulsadas del aparato digestivo del pajarito han de caer en el sitio oportuno y esto lo tienen complicado. No tienen ninguna posibilidad si caen en cualquier campo de cultivo, en un barbecho, en zonas de matorral, en tejados, caminos, arroyos,...Se calcula que solo una de veinte mil bayas producirá un nuevo muérdago. De toda la inmensa superficie agrícola o forestal y de todas las infinitas variedades de cobertura vegetal, las opciones de supervivencia del muérdago solo se producen cuando el digesto del pajarito cae precisamente en alguna rama de solo algunas especies que admitan a este huésped gorrón, como por ejemplo el pino silvestre. Allí, en esa rama providencial, quedara adherida por el pegamento que representa la "liga" y tras desarrollar raíces suctoras, podrá absorber savia nutritiva del pino, y finalmente, convertirse en esas curiosas formas redondeadas que tanto destacan en algunos pinos, álamos o manzanos. Toda una aventura vital. Toda una cadena de circunstancias en las que un solo fallo en los múltiples eslabones no da opciones de supervivencia.
Como compensación por su incierta vida el muérdago tiene muy buena prensa. Es considerado como planta mágica o sagrada (sobre todo por los antiguos druidas). Es un adorno familiar en Navidades. Se le atribuyen propiedades medicinales. Un beso bajo un muérdago asegura eterna felicidad,... En fin, parece que en definitiva se trata de una planta con suerte. Quizás habría que añadir que la suerte no es más que la habilidad para aprovechar las ocasiones favorables.
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