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EL MUNDO, 26 DE MARZO DE 2008

 

Sequía, inexorable compañera

 

JOSÉ LUIS RUBIO
PREMIO REY JAIME I

 

http://www.uv.es/~jlrubio/

 

Lo que más sorprende sobre el tema de las sequías es que nos sorprendan. Es como si se tratara de algún raro fenómeno, que nos desconcertara. Es extraño porque ya en el colegio aprendemos que las sequías son consustanciales al clima mediterráneo. Los datos y estadísticas meteorológicas son muy categóricos. Existe además un rico legado histórico y literario relacionado sus consecuencias económicas y sociales. En el pasado, la conjunción de sequías y hambrunas han dejado un frecuente y doloroso recuerdo.

Sin embargo hoy día, y todavía, las sequías se abordan con planes de emergencia. Es decir con medidas no contempladas de forma habitual o no incluidas en planes estructurales.

Esto es lo sorprendente. No se trata de tormentas tropicales, tifones, tornados, auroras boreales o fuegos de San Telmo; se trata de una característica intrínseca y frecuente de nuestro clima. El paisaje mediterráneo ha sido modelado durante siglos para adaptarse a la gestión de un recurso normalmente escaso y más escaso aun como consecuencia de la variabilidad y de la errática tendencia de las precipitaciones. Por ello no es extraño que contemos con una tradición cultural milenaria de adaptación y de gestión optimizada de la penuria hídrica que es todavía ampliamente visible en el territorio. Sin embargo, y en una especie de amnesia colectiva de la sociedad urbanita, en algún momento dado, se ha perdido este legado básico de previsión y gestión cuidadosa.

Este olvido conlleva ineficiencia, desconsideración, consumo excesivo e incoherencias. En este último aspecto me refiero, entre otros muchos, a la absurda proliferación de campos de golf, a las jardinerías despilfarradoras de agua, al derroche industrial, a las injustificadas y enormes perdidas en conducciones y suministros, a la necesidad de mejorar la utilización agraria y, en general, a la escasa concienciación ciudadana.

Cuando se contemplan las tendencias de aumento espectacular en la demanda de agua, acuíferos sobreexplotados, disminución en las disponibilidades, consumo al alza, perdida de calidad por contaminación o salinización y, para acabar de arreglarlo, casi unanimidad en las previsiones de cambio climático de disminución de precipitaciones y mayor frecuencia e intensidad de los periodos de sequía, lo que se esta planteando es no una perspectiva de contingencia ante una sequía temporal, sino la puesta en marcha de planes permanentes de optimización, eficiencia, ahorro, asignación de usos y precio, reciclaje, reutilización, esfuerzos en I+D+i, etc…para gestionar permanentemente la limitación de un recurso esencial ante lo que debería contemplarse como de sequía endémica que puede acompañarnos en el futuro. En estos planes permanentes no existe una solución única sino un conjunto de muchas medidas integradas.

Se trataría de abordar afondo, planes para llegar a fin de mes en temas hídricos porque la economía del agua se puede poner muy cara. Las dilaciones podrían ser muy costosas o llevar a una aparente desesperación como parece ocurrir en Cataluña. ¿Hay algo mas extravagante que llevar agua en barco desde Almería a Barcelona? Ni el mismísimo Julio Verne se hubiera atrevido. Parece que el buen seny catalán se estuviera afectando. Esperemos que a nosotros, la sed no nos haga ver espejismos ni confusiones.

 

 

 

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