Este apellido se difundió mucho por la península y tuvo
casas en casi todas las regiones. Algunos autores dicen que su primitivo
solar radicó en Galicia. Otros afirman, con mayor fundamento, que radicó
en la ciudad de Cuenca.
En otras regiones de España hubo también casas de este
apellido. En la villa de Enguera, del partido judicial de su nombre
(Valencia), moró otra familia de M., y de ella procedió Juan M.
Aparicio, natural de Enguera que en su mujer, doña Vicenta Querol, de la
misma naturaleza, tuvo a Juan M., natural de Montesa, en el mismo partido
de Enguera, y fueron padres de Ignacio M. y Arándiga, natural de
Enguera, que contrajo matrimonio con doña Antonia Sánchez. De esa unión
nació Francisco M. y Sánchez, natural de Enguera y caballero de la Orden
de Carlos III, en la que ingresó el 27 de noviembre de 1820. Celebró su
enlace con doña María Bárbara de San Martín. Tuvieron a Francisco
María M. y San Martín, natural de Palma de Mallorca y Caballero de la
Orden de Carlos III, desde el 27 de noviembre del 1833. Por Real despacho
de 5 de noviembre de 1863, se le concedió el título de marqués de la
Frontera.
En 1890 le sucedió Francisco M. y Beltrán de Lís,
marqués de la Frontera y esposo de doña Teresa de Barranco.
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