PRODUCTIVIDAD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO: UN ESTUDIO EXPERIMENTAL DEL EFECTO DE LAS INSTRUCCIONES Y DEL REFUERZO EN EL TIEMPO Y LOS ERRORES DE EJECUCION.

José Luis Meliá, Jorge Javier Ricarte, y María Teresa Arnedo. 1999
Revista de Psicología Social Aplicada, Vol.9(2), Pags. 69-89

El modo correcto de citar este artículo es:

Meliá, J.L., Ricarte, J.J. y Arnedo, M.T. (1999). Productividad y Seguridad en el trabajo: Un estudio experimental del efecto de las instrucciones y del refuerzo en el tiempo y los errores de ejecución. Revista de Psicología Social Aplicada, 9(2), 69-89



PRODUCTIVITY AND WORK SAFETY: AN EXPERIMENTAL STUDY OF THE EFFECTS OF INSTRUCTIONS AND REINFORCEMENT ON TIME AND ERRORS OF PERFORMANCE.

ABSTRACT.

This paper presents the results of an experimental study about safe behavior and productivity. The effects of the productivity instructions and the verbal positive reinforcement of safe behavior, either on productivity or safety, were assessed. An analysis of covariance, controlling subjects' skills, shows that instructions have a significant effect on productivity and that verbal positive reinforcement has a significant effect on safe behavior. The reinforcement of safe behavior has no secondary effects on productivity, and productivity instructions have no secondary effects on safety.

Key words: Safety Psychology, Accident Prevention, Productivity.


PRODUCTIVIDAD Y SEGURIDAD EN EL TRABAJO: UN ESTUDIO EXPERIMENTAL DEL EFECTO DE LAS INSTRUCCIONES Y DEL REFUERZO EN EL TIEMPO Y LOS ERRORES DE EJECUCION.
 

RESUMEN
Este trabajo presenta los resultados de un estudio experimental en el que se ha simulado una tarea industrial en condiciones controladas para evaluar el efecto de las instrucciones orientadas a la obtención de mayor productividad y del refuerzo positivo verbal orientado a obtener mayor seguridad, sobre la productividad y sobre el grado de seguridad de la conducta, medidos mediante dos indicadores concretos, manteniendo constantes los factores ambientales y controlada la habilidad de los sujetos. Los análisis de covarianza realizados mostraron un efecto significativo de las instrucciones sobre la productividad y un efecto significativo del refuerzo sobre la seguridad.

Palabras clave: Psicología de la Seguridad, Prevención de accidentes, Productividad.


La conducta organizacional es un producto socialmente conformado a través de las comunicaciones, acciones y omisiones del grupo de trabajo, los directivos y los supervisores (Dwyer, 1991). Este medio social trata de ajustar la conducta a ciertas demandas a través de diversos mecanismos entre los que destacan por su ubicuidad y relevancia práctica aquellos que se producen en las interacciones verbales, como las instrucciones y el refuerzo social positivo (Bryan, 1990; Hathaway y Dingus, 1992; Petersen, 1984).

Las contingencias asociadas al desempeño del trabajo, incluidas las de naturaleza social, son un mecanismo poderoso para conducir la conducta en cuestión de seguridad (Krause, Hidley, y Lareau, 1984; Petersen, 1980). La capacidad del refuerzo positivo para producir incrementos significativos en la dimensión de seguridad de la conducta laboral se ha demostrado reiteradamente en numerosos programas de intervención (p.e., Cooper y Nrewbold, 1994; Petty, Singleton y Connell, 1992) y constatado en sucesivas revisiones (Johnston, Hendriks, y Fike, 1994; McAffe y Winn, 1989; O'Hara, Johnson, y Beehr, 1985; Peters, 1991; Sulzer-Azaroff, 1982).

Las instrucciones son un antecedente natural de la conducta caracterizado por su inmediatez, su bajo coste y su accesibilidad. Su uso es universal y por lo general se suponen como un factor necesario, implícito en cualquier intervención (Della-Giustina y Deay, 1991). Las instrucciones orientadas hacia la productividad pueden considerarse una condición natural de la vida de las organizaciones industriales. Sin ellas es difícil concebir la coordinación del trabajo y la orientación a las metas de la organización (Wogalter, y Young, 1991; Zeitlin, 1994).

La demanda de productividad en la tarea forma parte de la vida laboral europea. La presión temporal es especialmente alta para los trabajadores manuales que son los más expuestos a accidentarse (Paoli, 1992). Las intervenciones sobre seguridad laboral casi necesariamente han debido operar en situaciones en las que los sujetos recibían en alguna medida instrucciones orientadas a la productividad, pero, desafortunadamente, este factor no ha sido registrado, de modo que desconocemos en que medida las instrucciones hacia la productividad puede afectar a los resultados los programas (Reber, Wallin y Chhokar, 1990).

Pero el papel de las instrucciones como un antecedente eficaz de la conducta segura ha sido cuestionado (Komaki, Heinzmann y Lawson (1980). Partiendo de este tipo de resultados, Komaki, Collins y Penn (1982) cuestionaron que los antecedentes, grupo al que pertenecen las normas, la formación, y también las instrucciones, pudieran por si solos presentar efectos significativos, mientras que los efectos de los consecuentes por si solos se consideran bien establecidos. En realidad estos programas de intervención de campo muestran los efectos conjuntos de ciertos antecedentes inevitables, incluidas las instrucciones que guían el programa de intervención, y de los consecuentes. Aunque los resultados obtenidos parecen sugerir que las contingencias tienen un impacto específico en la conducta (Komaki, Barwick y Scott, 1978), la ausencia de investigación experimental en Psicología de la Seguridad que contraste los efectos de instrucciones y contingencias aisladamente no permite ofrecer conclusiones definitivas.

La relación entre la productividad y la seguridad de la ejecución fue considerada en los estudios de McKelvey, Engen, y Peck (1973) y de Adam (1975). McKelvey et al. (1973) utilizaron combinaciones de consecuencias positivas y negativas para promover prácticas seguras en un simulador de una máquina de taladrar que permitía registrar los errores de ejecución. Como se había hipotetizado, aquellos sujetos que trabajaban bajo condiciones de no incentivo de la productividad trabajaron más despacio y tuvieron pocos errores de ejecución. Aquellos que obtenían refuerzo por trabajar rápidamente trabajaban más rápido pero tuvieron un mayor número de errores de ejecución.

En un contexto natural, Adam (1975) instruyó a los supervisores de un trabajo de fundido para administrar sistemáticamente elogios y reprimendas en función de la ejecución del operador. Sus resultados mostraron que los incrementos en la producción atribuidos a las contingencias no implicaban necesariamente un incremento de errores. El estudio de McKelvey et al. (1973) mostró que el refuerzo positivo de la conducta productiva aumentaba ésta, a la vez que disminuía la seguridad de la conducta, mientras que Adam (1975) no encuentra evidencia en este sentido y postula que un aumento en la productividad no implica necesariamente un deterioro en la ejecución.

Salminen y Saari (1992a, 1992b), en el marco de una investigación sobre atribución de las causas de los accidentes laborales (Salminen, 1992; Salminen, Saari, Saarela y Räsänen, 1992) realizaron un estudio de campo en el que solicitaron a 294 personas implicadas en accidentes graves como victimas, testigos, representantes de seguridad, supervisores, directivos ó directivos de seguridad, que evaluaran los que serían a su juicio los efectos de un total de 26 medidas sobre la seguridad y sobre la productividad. El ítem, "conceder mayor tiempo para el desempeño del trabajo" presentó diferencias significativas en favor de la seguridad, mientras que "un mayor ritmo de trabajo" presentó diferencias significativas a favor de la productividad. En la percepción de los sujetos, aunque una serie de medidas pueden contribuir simultáneamente a mejorar la producción y la seguridad, estimular la productividad demandando mayor ritmo de trabajo puede ser contraproducente para la seguridad.

Hay resultados que sugieren que las instrucciones hacia la seguridad conducen a un desempeño significativamente menos productivo que las instrucciones hacia la productividad; ya se evalúe esta en términos de tiempo de ejecución fijada la cantidad de tarea (Meliá, Rodrigo y Lucas, 1995) ó en términos de cantidad de tarea fijado un tiempo de ejecución (Meliá, Rodrigo, Lucas y Sospedra, 1995). En un estudio experimental, Meliá, Arnedo y Ricarte (1996) han mostrado que la presencia de un programa de razón fijo sobre la dimensión productiva de la conducta condiciona el efecto sobre la dimensión de seguridad de un programa de intervención basado en el modelado, de modo que cuando los sujetos estaban expuestos a refuerzo de la productividad el programa de modelado no lograba presentar efectos sobre la conducta segura. Sin embargo, el programa de refuerzo de la productividad no presentó efectos significativos ni sobre la seguridad ni sobre la productividad de la conducta. Estos resultados están parcialmente de acuerdo con los obtenidos por McKelvey et al. (1973), y por Adam (1975) y con las sugerencias de los sujetos investigados por Salminen y Saari (1992a; 1992b); sin embargo, contradicen abiertamente la hipótesis de Komaki et al. (1982) que otorga una prevalencia general a los consecuentes.

Objetivo. El hecho de que las instrucciones hacia la productividad constituyan un factor natural intrínseco de la vida organizacional del que no se puede prescindir en contextos naturales, hace especialmente interesante contrastar en condiciones de control experimental los efectos de una intervención sobre la seguridad de la conducta basada en refuerzo positivo, manipulando la presencia o ausencia de instrucciones hacia la productividad.

Esta investigación puede ayudar a dilucidar varios puntos críticos que no aparecen claramente resueltos en la investigación anterior: Primero, si las instrucciones hacia la productividad producen un efecto negativo sobre la seguridad, en el sentido de que a medida que consiguen un desempeño más rápido inducen también un desempeño más inseguro. Segundo, si un programa de intervención sobre la dimensión de seguridad de la conducta produce efectos colaterales sobre la productividad, de modo que a medida que la conducta se vuelve más segura se incrementa el tiempo de ejecución volviéndose menos productiva. Y, en tercer lugar, si existe algún efecto de interacción entre estos dos mecanismos interventivos, de modo que la presencia de las instrucciones hacia la seguridad condicionan el éxito del programa de refuerzo de la conducta segura. Estas tres cuestiones pueden considerarse como los objetivos de este estudio experimental.

Hipótesis. Desde la investigación anterior únicamente el efecto sobre la conducta segura de un programa de intervención basado en refuerzo de la conducta segura puede darse por bien establecido, dado que la evidencia respecto a los otros puntos es muy limitada, parcial y hasta cierto punto contradictoria, lo que dificulta establecer hipótesis empíricamente fundadas. Como punto de partida de esta investigación formulamos cuatro hipótesis, referidas a los efectos principales de las variables independientes instrucciones hacia la seguridad y refuerzo social positivo de la conducta segura:

(Hipótesis 1:) Aquellos sujetos experimentales que sean sometidos a la influencia de las instrucciones hacia la productividad emplearán menos tiempo en la realización de la tarea (mayor productividad) y (Hipótesis 2:) realizarán la tarea de forma menos segura (mayor número de errores) que aquellos sujetos que no estén bajo esta situación.

(Hipótesis 3:) En segundo lugar, aquellos sujetos experimentales que estén sometidos a la influencia del refuerzo de la conducta segura realizarán la tarea de forma más segura (menor número de errores) y (Hipótesis 4:) emplearán más tiempo en la realización de la tarea (menor productividad) que los sujetos experimentales que no estén bajo esta situación.
 
 

MÉTODO.

Aparatos y materiales. La tarea experimental se realiza en un aparato que permite simular tareas industriales motoras repetitivas que requieren coordinación oculo-manual, permitiendo constatar fácilmente los errores de ejecución (Holding, 1989; Smith y Beringer, 1987). Este aparato tiene una altura de 220 cm. y está formado por una placa metálica de 100 por 90 cm. que se presenta verticalmente frente al sujeto, suspendida a una altura de 120 cm. sobre el suelo. La placa dispone de perforaciones roscadas de 6 mm. equidistantes entre sí formando un patrón de malla, de las que fueron numeradas 35 situadas en la parte central de la placa, aproximadamente a la altura de los ojos para un sujeto de pie, organizadas sobre 4 hileras de 9 perforaciones cada una. Para la tarea experimental se utilizaron tornillos de 20 mm. de longitud.

Condiciones ambientales. Los niveles de iluminación se mantuvieron constantes a 270 lux. Para su registro se utilizaron células de luminosidad tanto en posición vertical como horizontal sobre el tablero de trabajo. Con objeto de contribuir a simular una situación industrial, durante la realización de la tarea se expuso a los sujetos de forma constante al ruido grabado de una máquina de turbina, presentado a 40 db. mediante un equipo de sonido Phillips.

Sujetos. A cada una de las cuatro condiciones experimentales fueron asignados aleatoriamente doce sujetos. En total participaron voluntariamente cuarenta y ocho estudiantes de psicología de los dos primeros cursos, sin recibir ningún incentivo económico ni académico. La media de edad fue de 20,5 años. Un 10,4% de los sujetos son hombres y el 89.6% restante mujeres. La potencia estimada es cercana a 0,8. (Cohen, 1977).

Diseño. Factorial intersujeto 2x2 con grupo de control equivalente

Variables independientes. La primera variable independiente es la presencia o ausencia de instrucciones hacia la productividad, variable intersujeto con dos niveles. Las instrucciones hacia la productividad eran comunicadas oralmente antes de la ejecución de la tarea, y demandaban explícitamente realizar ésta lo más rápidamente posible. Después de la explicación general sobre la tarea a realizar y antes de iniciar la ejecución se le decía al sujeto que su objetivo era realizar la tarea lo más rápidamente posible de modo que realizará el conjunto de la tarea en el menor tiempo posible.

La segunda variable manipulada es la presencia o ausencia de refuerzo verbal positivo de la conducta segura, variable intersujeto con dos niveles. Su presencia se operacionalizó como refuerzo positivo verbal contingente a la ausencia de errores en la ejecución mediante un programa de razón fija. Explícitamente después de cada tres ejecuciones correctas se reconocía verbalmente al sujeto que lo estaba haciendo muy bien sin cometer errores. Las expresiones concretas que se utilizaron fueron del tipo "bien", "muy bien", "lo estas haciendo bien". Este refuerzo no fue precedido por ninguna referencia al mismo en las instrucciones. Un programa de razón fija se consideró adecuado para inducir efectos en los límites de la tarea experimental. Se utilizó un programa de razón fija debido al propósito de establecer la conducta. Se escogió una razón de 3 respuestas por refuerzo teniendo en cuenta que el refuerzo pudiera resultar natural desde la percepción del sujeto, que hubiera una oportunidad de recibir suficientes refuerzos para encontrar un efecto, y considerando la longitud de la serie de tareas.

Variables dependientes. La primera variable dependiente es el grado de seguridad de la conducta, operacionalizada en términos del número de errores de ejecución, evaluado por los tornillos caídos durante la realización de la tarea. Los errores de ejecución pueden considerarse un indicador objetivo del grado de seguridad en la realización de la tarea (Smith y Beringer, 1987). Este indicador puede resultar de más interés desde el punto de vista de la prevención que los mismos accidentes debido a que la prevención no actúa sobre las consecuencias (Sheehy y Chapman, 1987; Petersen, 1984).

La segunda variable dependiente es el grado de productividad de la conducta, operacionalizada como el tiempo total de ejecución dado que la cantidad de tarea a realizar fue constante para cada sujeto.

Justificación de los indicadores utilizados como variables dependientes. La consideración del número de errores como un indicador de seguridad y del tiempo de ejecución como un indicador de productividad parecen requerir una justificación. Tanto la productividad como la accidentabilidad son dos variables complejas cuya representación, que se efectúa necesariamente por indicadores sea en contextos naturales o experimentales, es siempre parcial. El propósito de este estudio es investigar en condiciones de laboratorio efectos de condiciones de intervención de alto interés aplicado sobre estos dos indicadores. La ausencia de control característica de la investigación en intervención en contextos organizacionales reales y la necesidad de mejorar los programas de intervención en seguridad justifican el interés aplicado de esta aproximación experimental. Las ventajas de la investigación experimental en términos de validez interna y sus limitaciones en términos de validez externa son un lugar común en diseño de investigación. Definido el ámbito experimental es necesario concretar el modo en que se operacionaliza la productividad y el modo en que se operacionaliza la seguridad.

Aquí estamos interesados en simular tareas de trabajo industrial repetitivas, de naturaleza mecánica, que impliquen coordinación oculo-manual, minimizando la presencia de toma de decisiones, creatividad o innovación. Es decir, la clase de tareas industriales sujetas a métodos de tiempos y movimientos generalizadas en la industria allí donde no se ha podido mecanizar o donde no se ha mecanizado todavía procesos industriales. Estamos interesados en esas tareas porque en estos contextos industriales son los trabajadores en posiciones de trabajo mecánico los que están primeramente expuestos a accidentes. En estos contextos es usual que la razón entre tiempo empleado y unidades de tarea se considere un indicador básico de la productividad. Generalmente, en contextos reales el indicador que se asume es, básicamente, algún índice de unidades de producción por unidad de tiempo. Aquí se ha optado por considerar unidades de tiempo por unidades de tarea debido a que contiene la misma información que el indicador inverso mientras que, para ensayos cortos en contexto de laboratorio, ha mostrado ser más sensible.

Por supuesto, la accidentabilidad, la conducta segura y los errores no pueden identificarse. Desde una perspectiva ajena al campo de la Psicología de la Seguridad la relación entre accidentabilidad, conducta segura y número de errores resulta poco evidente y quizás requiere diversas consideraciones.

La relación entre la conducta insegura y accidentes es de naturaleza probabilística. Generalmente sólo alguna de entre miles, a veces de entre cientos de miles, de conductas inseguras, aparece asociada a un accidente. Una dificultad esencial de la prevención es que, desafortunadamente, las conductas inseguras no van siempre asociadas con los accidentes. Es más, generalmente las conductas inseguras van asociadas a la ausencia de accidente, y obtienen otras ventajas intrínsecas y extrínsecas en términos de velocidad de ejecución, menor fatiga, etc. Frecuentemente las conductas inseguras son autoreforzantes, y su conexión con los accidentes para los implicados es sólo hipotética. Frecuentemente la conductas inseguras son de tal naturaleza que se automantienen, mientras que resultan incompatibles con las conductas seguras. Por su parte, la conductas seguras frecuentemente son autoextinguibles o, peor todavía, muy frecuentemente son autocastigantes, conllevando en sí mismas los elementos punitivos que disminuyen su probabilidad de aparición. Este desequilibrio natural en los consecuentes intrínsecos es probablemente una de las razones que han supuesto que la aplicación de principios de aprendizaje en psicología de la seguridad se haya mostrado de alto interés aplicado y considerablemente eficaz en las intervenciones.

Pero es bien conocido en prevención que tiene el mismo interés cada conducta insegura sin consecuencias que no da lugar a un accidente que aquella en la que circunstancialmente se han dado las condiciones que han llevado a perdidas materiales o a daños a la salud o a la vida. De hecho, los programas de intervención en Psicología de la Seguridad no actúan directamente sobre los accidentes. Por lo general, actúan sobre alguna faceta del componente de seguridad de la conducta organizacional.

La relación entre conducta insegura y errores tampoco es una identificación. La conducta insegura es aquella que incrementa la probabilidad de un accidente u otros daños a la salud. En contextos organizacionales se trata de una clase de conducta organizacional cuya probabilidad de dar lugar a un accidente está por encima de cierto umbral que es situacionalmente específico. Expresado de otro modo, en toda conducta organizacional puede identificarse un componente de seguridad, como aquella característica de la misma asociada a la probabilidad de accidentes. En la conducta insegura pueden distinguirse tres componentes generales: Componentes volitivos, que implican una toma de decisiones que opta por la conducta insegura debido a las ventajas que ésta aporta al sujeto; componentes cognitivos y cognoscitivos, relativos a aptitudes y al conocimiento implicado en esas tomas de decisiones acerca de los procedimientos, las opciones y sus consecuencias para la seguridad; y, componentes relativos a habilidades mecánicas, implicados en los errores de ejecución en tareas mecánicas.

Los errores de ejecución constituyen por tanto uno de los modos de la conducta insegura para las tareas de naturaleza mecánica. Los errores de ejecución constituyen un foco de genuino interés para reducir la accidentabilidad y mejorar la seguridad en tareas de naturaleza mecánica. Si se mantienen constantes otros modos de la conducta insegura, relativos a aspectos volitivos y cognitivos, los errores de naturaleza mecánica emergen como el modo prevalente de conducta insegura. En este estudio, dada la naturaleza de la tarea y de las instrucciones, puede suponerse razonablemente que los componentes volitivo y cognitivo de la conducta de seguridad no resultan relevantes dado que se ha excluido la toma de decisiones acerca de modos de realizar la conducta. En esta situación los errores de ejecución de naturaleza mecánica pueden interpretarse por tanto como un indicador del grado de seguridad de la conducta, sin que ello implique que, en general, seguridad y ausencia de error puedan identificarse. Estos indicadores suponen una representación parcial de las variables de interés. Pero esta parcialidad de la representación no es un producto exclusivo del contexto experimental. En todo estudio en contexto real ambas variables son medidas inevitablemente por indicadores también parciales y frecuentemente medidos en condiciones de menor control. De modo que, paradójicamente, la validez externa de las conclusiones en estudios de campo sobre estas variables puede ser objeto de críticas semejantes a su validez externa a las que se asumen para un estudio experimental.

Variables covariadas. Con el fin de controlar estadísticamente el efecto de la variable habilidad motora sobre la ejecución en la tarea manual se utilizaron las dos subescalas de habilidad motora (la prueba de marcado y la prueba de punteado) del Test de Aptitudes Mecánicas de Mac Quarrie (Cordero, Seisdedos y González, 1988). La prueba "permite obtener una medida objetiva de las aptitudes necesarias para el éxito en un gran número de trabajos de naturaleza mecánica (...) mide aptitudes implicadas en trabajos poco cualificados pero altamente especializados como podría ser el del operario de una máquina" (Cordero, et al., 1988). Estas dos subescalas del test fueron seleccionadas porque evalúan habilidades que están implicadas en la tarea experimental y que se considera conveniente mantener bajo control estadístico para descartar que los efectos que pudieran mostrar las variables independientes sobre cada una de las dependientes pudieran atribuirse a diferencias en habilidad motora. La ausencia de control de la habilidad motora hubiera supuesto una explicación alternativa de posibles resultados y por tanto una amenaza importante a la validez interna.

Además, cuando se analice los efectos de las dos variables independientes sobre la variable dependiente grado de seguridad de la conducta, se introducirá como tercera covariada el grado de productividad de la conducta, para descartar que variaciones en la productividad puedan ser consideradas como una explicación alternativa a los efectos que puedan establecerse.

Recíprocamente, cuando se analice los efectos de las dos variables independientes sobre la variable dependiente grado de productividad de la conducta, se introducirá como tercera covariada el grado de seguridad de la conducta, para descartar que variaciones en esta variable puedan considerarse el origen artefactual de los efectos hipotetizados.

Análisis. Presentamos dos análisis de covarianza. En el primero la variable dependiente es la productividad (medida por el tiempo empleado en segundos), las independientes son dos (el refuerzo positivo de la conducta segura y las instrucciones hacia la productividad), y las covariadas son tres (las dos subpruebas de habilidad motora (marcado y punteado) del Test de Aptitudes Mecánicas de Mac Quarrie y el grado de seguridad (medido en número de errores)). En el segundo análisis de covarianza la variable dependiente es la seguridad (medida en número de errores), las independientes son dos (el refuerzo positivo de la conducta segura y las instrucciones hacia la productividad), y las covariadas son tres (las dos subpruebas de habilidad motora (marcado y punteado) del Test de Aptitudes Mecánicas de Mac Quarrie y la productividad (medida por el tiempo empleado en segundos)).

Para los tests estadísticos de las hipótesis planteadas se adopta un nivel alfa 0´05.

De acuerdo con la revisión de la literatura, pretendemos evaluar el efecto de las variables independientes sobre cada una de las dependientes, utilizándose análisis de covarianza con el único propósito de mantener un control estadístico de las variables covariadas, parcializar el efecto de las covariadas sobre las dependientes y excluirlas por tanto como fuente artefactual de explicación de los resultados. Debido a esta orientación, no se formulan hipótesis sobre las covariadas.

Aunque la presencia de dos dependientes podría sugerir un análisis de varianza multivariado, se ha preferido la estrategia anterior debido a que estamos interesados en los efectos sobre cada una de ellas tomadas separadamente -lo que consideramos más útil en términos teóricos y prácticos- y no en los efectos sobre un compuesto de ambas que resultaría poco esclarecedor para la naturaleza del problema.

Procedimiento. El experimento fue conducido individualmente para cada sujeto. En primer lugar, el sujeto cumplimentaba las subpruebas del test de habilidades mecánicas de McQuarrie, siguiendo las instrucciones de la prueba. A continuación se informaba al sujeto de que la segunda parte del experimento consistía en la realización de una tarea de habilidad motora. El experimentador situaba al sujeto frente a la placa y le daba las instrucciones para la realización de la tarea. Tales instrucciones para la ejecución eran invariables a través de las distintas condiciones experimentales y neutras por omisión respecto a las variables independientes consideradas. La tarea a realizar consistía en insertar y extraer alternativamente treinta y cinco tornillos siguiendo la secuencia numérica de perforaciones roscadas. Una vez aclaradas las dudas sobre el procedimiento de ejecución de la tarea, en las condiciones experimentales A y B se introducían las instrucciones hacia la productividad. Se informaba a continuación, en las cuatro condiciones experimentales, de que iba a comenzar la tarea. Cuando el sujeto estaba preparado un experimentador ponía en funcionamiento el ruido ambiental y se daba la señal de inicio. En las condiciones experimentales A y C los sujetos recibían refuerzo social positivo verbal contingente a un desempeño seguro durante la ejecución de la tarea. Se aplicó un programa de razón fija en el que el refuerzo verbal era administrado tras cada inserción y extracción consecutiva sin error de tres tornillos. Los sujetos de la condición D son un grupo control que no recibe ni instrucciones hacia la productividad ni refuerzo de la conducta segura. Durante el experimento estaban presentes dos experimentadores que registraban el número de errores y cronometraban el tiempo de ejecución. La tarea terminaba cuando el sujeto experimental extraía el último de los treinta y cinco tornillos. En ese momento se detenía el ruido ambiental y se informaba al sujeto de que el experimento había concluido.
 

RESULTADOS.

Efectos sobre la productividad. El tiempo medio empleado en la realización de la tarea fue de 523.375 segundos, con una desviación típica de 106.905.
 

***Situar aquí Tabla 1***
 
 

En la tabla 1 se presentan las medias de productividad para cada una de las condiciones experimentales. El Análisis de Covarianza mostró efectos significativos de las instrucciones hacia la productividad (F(1, 41)= 4.535, p<0.05, MSe= 42590.355), controlado el número de errores y la habilidad motora mediante las dos subpruebas del test Mac Quarrie (gráfica 1).

El efecto del refuerzo positivo de la conducta segura no resultó significativo (F(1,41)=1.004, p>.05, MSe=9430.036). La interacción no mostró efectos significativos (F(1,41)=0.256, p>.05, MSe= 2404.366). Ninguna de las tres covariadas resultó significativa.
 
 

***Situar aquí Gráfica 1***
 
 

Efectos sobre la Seguridad. Se obtuvo un promedio de 4.313 errores durante la realización de la tarea, con una desviación típica de 2.289. La tabla 2 muestra la media de errores en cada una de las condiciones experimentales, así como las medias marginales correspondientes.
 
 

***Situar aquí Tabla 2***
 
 

El análisis de covarianza mostró efectos significativos del refuerzo positivo de la conducta segura (F(1, 41)=14.337, p<0.01, MSe=61.626), controlando el efecto de las dos subpruebas (marcado y punteado) de habilidad motora del test Mac Quarrie y del tiempo total empleado (gráfica 2). Las instrucciones hacia la productividad no tuvieron un efecto significativo sobre el número de errores (F(1, 41)=1.360, p>.05; MSe=5.847). La interacción no resultó significativa (F(1, 41)=.040, p>.05, MSe=.174) y las covariadas de habilidad motora y tiempo empleado tampoco mostraron efectos significativos.
 
 

***Situar aquí Gráfica 2 ***
 
 

DISCUSION.

Las instrucciones hacia la productividad han mostrado un efecto significativo sobre el tiempo total empleado en la realización de la tarea, confirmando la primera hipótesis. El uso de instrucciones que indican al sujeto que debe realizar la tarea rápidamente ha sido eficaz para producir una disminución en el tiempo requerido para realizar la tarea, dando lugar a un aumento significativo del indicador de productividad. Sin embargo, las instrucciones hacia la productividad no han producido un aumento significativo en el número de errores, de modo que la segunda hipótesis no ha sido confirmada. El grado de seguridad de la conducta, evaluado desde el punto e vista de un indicador de número de errores, no es significativamente menor bajo la condición de instrucciones que demandan productividad. Aunque las medias marginales señalan que la conducta de los sujetos ha sido algo menos segura bajo esta condición, no hay efectos significativos. Las instrucciones hacia la productividad elicitan una conducta más productiva, pero no se confirma que este aumento en la productividad provoque un aumento significativo en el número de errores. De ese modo, en términos de variables de psicología de la seguridad, la ausencia de incremento en el número de errores puede interpretarse en el sentido de que el sujeto, desde este punto de vista, no resulta más inseguro.

El refuerzo verbal positivo de la conducta segura produce un efecto significativo en el número de errores cometidos, confirmando la tercera hipótesis. El refuerzo positivo verbal es un mecanismo efectivo para promover un desempeño de la tarea con menos errores, y desde este punto de vista, más seguro. Sin embargo, el refuerzo verbal positivo de la conducta segura no ha producido un aumento significativo en el tiempo empleado en la realización de la tarea, de modo que la cuarta hipótesis no se ha visto confirmada. Es decir, los sujetos estimulados mediante refuerzo verbal positivo a realizar su trabajo de forma segura, efectivamente actúan de forma que cometen menos errores, es decir, de una forma más segura, pero no por ello aumentan su tiempo de ejecución, es decir, no por ello son menos productivos.

Los resultados indican también una ausencia de interacción entre las dos variables independientes manipuladas. El efecto del refuerzo de la conducta segura no se ve afectado por la presencia o ausencia de instrucciones hacia la seguridad, y el efecto que las instrucciones tienen sobre la productividad no se ve afectado por el programa de refuerzo de la seguridad.

Los resultados anteriores han sido obtenidos manteniendo controlada la 'habilidad motora', que no ha mostrado efectos significativos en ninguno de los análisis. La ausencia de efectos de la habilidad motora que permanece controlada en los análisis permite descartar esta como fuente alternativa de explicación de los resultados.

Por otra parte, los efectos sobre la productividad han sido evaluados manteniendo controlada la variable seguridad, que ha entrado como covariada sin mostrar efectos significativos. Y, al revés, los efectos sobre la seguridad han sido obtenidos manteniendo controlada la variable productividad, que ha entrado como covariada sin mostrar tampoco efectos significativos.
 
 

Los resultados experimentales obtenidos aportan información complementaria a los estudios empíricos previos descritos en la introducción.

En primer lugar, nuestros resultados respecto a los efectos positivos sobre la seguridad del refuerzo social de la conducta segura confirman en un contexto experimental de laboratorio los resultados obtenidos en numerosos estudios de campo (McAffe y Winn, 1989; Peters, 1991). Esta confirmación experimental es particularmente interesante por cuanto se ha obtenido manteniendo controlada la dimensión de productividad de la conducta y la habilidad de los sujetos, en una tarea de dificultad constante bajo condiciones ambientales controladas. Adicionalmente, se ha mostrado que este resultado no depende o se ve afectado significativamente por la presencia de instrucciones hacia la seguridad, lo que subraya su reconocido interés aplicado como técnica de intervención. Estos resultados tienen interés porque este tipo de controles son muy difíciles de incorporar, y de hecho están ausentes, en la investigación de campo sobre intervención en seguridad.

En segundo lugar, este experimento ha permitido evaluar si esta mejora de la seguridad inducida por el refuerzo de la conducta segura se ve acompañado por un decremento de la productividad. Por un lado, desde estudios de campo, se había señalado que la incentivación de la productividad podía reducir la seguridad (McKelvey et al., 1973), aunque también había resultados discrepantes (Adam, 1975). Por otro, diversas investigaciones habían puesto de manifiesto que el aspecto de rapidez de ejecución asociado a la productividad puede percibirse como una amenaza a la seguridad (Salminen y Saari, 1992a) a la vez que afecta a la mayoría de los trabajadores (Paoli, 1992). Adicionalmente, los programas de intervención en contextos naturales no toman registros de la productividad o no informan de los mismos, lo que impide cualquier evaluación de los efectos de los programas de seguridad sobre la productividad. Los resultados de este experimento no confirman la presencia de este efecto secundario poco deseable de un programa de seguridad. De hecho, en nuestros datos, los sujetos expuestos a refuerzo de la seguridad mostraron un rendimiento ligeramente mejor en productividad, aunque el efecto no fue significativo. De nuevo este resultado avala el interés aplicado del refuerzo de la conducta segura, que puede considerarse el método de intervención conductual en seguridad más extendido de contrastada eficacia.

Las instrucciones hacia la productividad se han mostrado eficaces para aumentar la productividad, y han mostrado que no interfieren sobre la seguridad, evaluada como número de errores, ni decrementándola ni condicionando el resultado del programa de refuerzo de la seguridad. Este resultado cuestiona la percepción de que el ritmo del trabajo asociado a la productividad comporta necesariamente efectos secundarios sobre la seguridad (Salminen y Saari, 1992a). En trabajos anteriores se había puesto de manifiesto que las instrucciones hacia la productividad conducen a un desempeño significativamente más productivo que las instrucciones hacia la seguridad (Meliá, Rodrigo y Lucas, 1995; Meliá, Rodrigo, Lucas y Sospedra, 1995). Los resultados de este experimento añaden que ello no debe interpretarse en el sentido de que las instrucciones hacia la productividad interfieren negativamente en la seguridad.

Los estudios realizados por Komaki y colaboradores (1978; 1980; 1982) habían sugerido y apoyado con algunos resultados obtenidos en estudios de campo la hipótesis de que los antecedentes podían no tener un efecto significativo sobre la conducta segura, comparados con los efectos de administrar consecuentes como el refuerzo o la retroalimentación. Los resultados obtenidos en nuestro experimento muestran que tanto un antecedente, las instrucciones, como un consecuente, el refuerzo social positivo, presentan un efecto significativo sobre aquella dimensión de la conducta sobre la que se han aplicado, lo que parece contradecir la hipótesis de la prevalencia de los consecuentes.

El ritmo de trabajo es un componente de la productividad una vez fijadas unas condiciones tecnológicas y de organización del trabajo determinadas. Es evidente que la productividad y la seguridad dependen ambas, en primer lugar, de esas condiciones tecnológicas y organizativas, de modo que es posible diseñar acciones que al mejorar el proceso productivo incrementan la seguridad y la productividad simultáneamente. Esto es precisamente lo que sucede con la mecanización progresiva de procesos industriales que previamente requirieron trabajo humano de primera linea. Sin embargo, para una tecnología y un método de trabajo dado, el ritmo productivo incide en la productividad y se ha cuestionado si también incide, negativamente, en la seguridad. En esta investigación hemos encontrado resultados que no avalan esa asociación entre productividad y accidentabilidad, contraviniendo el modo de ver las cosas que es frecuente encontrar en supervisores y trabajadores y que hemos visto reflejado en los estudios mediante encuestas (Salminen y Saari, 1992b). Quizás esta asociación sea dependiente de las condiciones de tarea y de las condiciones ambientales y sociales de modo que otros experimentos simulando otras tareas o bajo otras condiciones donde la presión hacia la productividad sea más aguda podrían encontrar un efecto significativo. Quizás las instrucciones, que se suelen considerar un mecanismo interventivo menos incisivo, hayan sido capaces de llegar a mostrar efectos sobre la productividad sin llegar a mostrarlos sobre la seguridad. Esa interpretación de nuestros resultados sugeriría que otros mecanismos interventivos más incisivos, como el refuerzo de la productividad, podrían producir esos efectos secundarios indeseados. No obstante, esta última especulación parece contradecir parcialmente los resultados de Meliá et al. (1996) en los que un programa de refuerzo social de la productividad no presentó efectos significativos ni sobre la productividad ni sobre la seguridad. En cualquier caso, la interpretación que atribuye la falta de efectos perniciosos sobre la seguridad de la intervención sobre la productividad a la intensidad de la misma, no puede descartarse con los resultados disponibles y sugiere una linea concreta de trabajo experimental para su contraste empírico.

Nuestro estudio, a diferencia de los de Adam (1975) y McKelvey et al. (1973), no incentiva la productividad sino que incentiva la conducta segura mediante refuerzo positivo verbal. Aunque se ha mostrado que las instrucciones hacia la productividad no han afectado de modo significativo la seguridad, para contrastar la hipótesis de que la incentivación de la conducta productiva aumenta las conductas inseguras se deberá realizar un nuevo experimento en el que los sujetos reciban el refuerzo positivo por la productividad de su conducta. Los resultados de Meliá, et al. (1996) mostraron que un programa de incentivo de la productividad mostraba un efecto de interacción con una intervención en seguridad basada en la presencia de un modelo seguro, de modo que la presencia del programa de incentivo de la productividad inhibía los efectos sobre la seguridad del modelo seguro. Considerando los resultados de estos estudios junto con los del experimento presentado aquí, no puede concluirse acerca de los efectos de un programa de refuerzo de la seguridad en presencia de un programa de refuerzo de la productividad. Esta cuestión requiere explícitamente el diseño de nuevos experimentos en esa dirección. Esclarecer la relación entre estos dos tipos de programas de refuerzo es un objetivo para la investigación futura que tiene un alto interés aplicado dado que, por un lado, las organizaciones productivas es usual que incentiven a sus miembros por su productividad y, por otro, el refuerzo de la conducta segura es el núcleo central de una parte de las intervenciones conductuales en seguridad laboral.

Por otra parte, también es necesario que se desarrolle investigación para contrastar si las instrucciones dirigidas hacia la seguridad, consideradas generalmente una forma débil de intervención, pueden presentar efectos sobre la conducta segura en ausencia y en presencia de un programa de refuerzo de la productividad. Este experimento que se sugiere es complementario del que hemos presentado aquí, y contribuiría a esclarecer si los efectos obtenidos en este experimento se deben a la particular combinación de método interventivo (instrucciones ó refuerzo) y de la dimensión de la conducta a que se refiere (su seguridad o su productividad). Aunque es improbable que los efectos se deban a la combinación particular entre métodos y dimensiones de la conducta, es razonable esperar que se obtengan configuraciones de efectos particulares, de modo que la cuestión está ahora planteada.

No se ha podido constatar que la incentivación de la conducta segura produzca una disminución de la productividad. El hecho de que un sujeto realice su tarea de forma segura no implica, según los resultados obtenidos, un deterioro en su ejecución. Estos resultados sugieren que el refuerzo positivo de la conducta segura carece de efectos secundarios perniciosos sobre la productividad, lo que constituye un argumento de cara a presentar estos programas a la dirección de las empresas. Quizás una empresa capaz de reconocer el valor de un trabajo realizado de forma segura está motivando la satisfacción del trabajador y la implicación de éste en la conducta segura. Este refuerzo positivo puede tener un valor tanto motivacional como informativo y quizás pueda compensar cualquier hipotético efecto sobre el ritmo de trabajo debido a tratar de trabajar más seguro. Sin embargo, las razones por las que las instrucciones y el refuerzo han sido eficaces sobre las dimensiones de la conducta sobre las que se han dirigido, no están descritas, ni en un sentido subjetivo introspectivo, ni en un sentido objetivo experimental. Una vez que el objetivo más apremiante de establecer las mejores estrategias de intervención y las condiciones de su eficacia este más claramente resuelto, la investigación puede proceder a establecer los elementos y mecanismos básicos que dentro de esos métodos interventivos son responsables de su eficacia. Esta investigación más básica está todavía por plantearse en la Psicología de la Seguridad.

La investigación en Psicología de la Seguridad está expuesta a numerosas limitaciones de carácter ético, metodológico y práctico. Esas limitaciones condicionan la clase de indicadores que pueden utilizarse, la elección de los sujetos, los métodos y los diseños de intervención. En este sentido diferentes estudios de laboratorio y diferentes estudio en contextos reales utilizan diferentes indicadores de seguridad y de productividad que frecuentemente resultan altamente específicos, lo que limita la validez externa tanto de los estudios de campo como de los estudios experimentales. En el caso del estudio presentado aquí su carácter experimental ha permitido analizar en condiciones de control una serie de cuestiones esenciales en la intervención en Psicología de la Seguridad sugeridas precisamente por las limitaciones de los estudios en contextos naturales para abordarlas. Sin embargo, como estudio experimental está expuesto a fuertes limitaciones respecto a su validez externa debido a que el contexto organizacional y la clase de sujetos y sus características, son difícilmente reproducibles fuera del ambiente natural. La misma simulación de la tarea y del ambiente físico no deja de ser una aproximación limitada a una posible clase de tareas específicas propias de ciertas industrias. Todavía considerando estas limitaciones creemos que la investigación experimental puede contribuir de modo decisivo a esclarecer cuestiones básicas sobre los programas de intervención en Psicología de la Seguridad que las también fuertes limitaciones éticas, metodológicas y prácticas de los contextos naturales difícilmente permiten abordar.
 
 
 
 

REFERENCIAS.

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Tabla 1. Medias de productividad (tiempo empleado en segundos) en la realización de la tarea.
 
 
 
 

Gráfica 1. Efectos de las instrucciones hacia la productividad sobre el tiempo empleado.
 
 
 
 


Tabla 2. Medias de seguridad (en número de errores) en la realización de la tarea.
 
 
 
 
 
 

Gráfica 2. Efectos del refuerzo positivo de la conducta segura sobre la seguridad (número de errores) en la realización de la tarea.