LA ESQUICIA ECOLÓGICA. Análisis de discurso ecológico en prensa de fin de siglo.
Francisco Palop, Universidad de Valencia.
Para la realización de este trabajo he empleado una amplia muestra de material referido a temas ecológicos aparecido en el diario El País entre mediados de Enero y finales de Julio de 1999. En concreto este artículo analiza dentro del conjunto de este material los editoriales de contenido ecológico publicados en aquellos meses. Su propósito es ver de poner a punto una técnica que permita el análisis sociológico del discurso con el fin último de conocer cual es la fuerza que liga palabra y acción en el día a día de las sociedades humanas Más modestamente, intentar ver si en un discurso público complejo, el de los medios, podemos encontrar claves para la comprensión de la acción social designada por él.
Como toda técnica [1] de análisis esta implica una deconstrucción del discurso en elementos simples que posteriormente vuelven a ser ordenados en una secuencia lógica. El objetivo es encontrar el “tipo ideal” que inspira el discurso y que proporciona su impronta a las prácticas al tiempo que modifica sus contenidos de acuerdo con las experiencias reales. La muestra de discurso- en este caso las editoriales reseñadas- se corta en fragmentos que entran en las categorías clasificatorias de Actores, Usos, Función e Imagen. Los Actores son los sujetos individuales o colectivos a quienes se atribuye las diferentes actuaciones que son objeto del comentario editorial. Los Usos son cualquier actividad reseñada por el texto. Las Funciones son los logros sociales sin cuyo cumplimiento razonable la sociedad misma o un grupo o institución concreta correrían el peligro de desestabilizarse o, tal vez, dejarían de ser viables. Es el concepto más teórico y puede implicar logros o funciones intermedias. Se intenta en este trabajo respetar las atribuciones de funcionalidad/disfuncionalidad que aparecen en el texto analizado. La Imagen contiene los fragmentos del discurso que contienen oraciones copulativas, juicios de valor de cualquier tipo, los adjetivos, las calificaciones , las metáforas y las metonimias que se emplean sobre Actores, Usos o Funciones, las ironías, los sentimientos, miedos y deseos que puedan expresarse. Cada fragmento contiene la totalidad de la proposición en que se expresa, de forma que una misma frase pueda aparecer integra en las cuatro columnas clasificatorias a la vez, si ello fuera pertinente.
1.- La Energía Nuclear.
En el conjunto de editoriales publicadas por El País en estos meses he espigado ocho de ellas que tratan de estos temas. Pudo haber otras editoriales que me pasaran desapercibidas pero, con estas, hay suficiente material para cumplir razonablemente con este análisis. Tres de estas editoriales tenían que ver con los aspectos ecológicos de la energía nuclear: la del 27 de Enero “Tregua nuclear”, la del 10 de Marzo “Chantaje Chernobil” y la del 22 de Mayo “Basura radioactiva”. Los siguientes párrafos están destinados a describir el resultado de la aplicación de la técnica sobre esta muestra.
a.- Los Actores. Aproximadamente por orden de aparición en el discurso los actores son el Canciller alemán Gerhard Schroeder; su socio de Gobierno, la coalición rojiverde; la industria nuclear alemana; Francia; Alemania; el ministro alemán de Medio Ambiente, J. Trittin ; los Gobiernos; la población de Ucrania; todos los habitantes del planeta; los habitantes de Europa; el Gobierno de Ucrania; Occidente; el Senado; los municipios; los países europeos; España; la humanidad; la Administración ; los ecologistas y, aunque no es del todo claro, la ciencia.
b.- Los usos. Las actuaciones puntuales o típicas de estos actores que son reseñadas por estos tres editoriales es lo que llamo usos. Podemos hacer un primer desglose de estos a partir de su atribución de sujeto de la acción. A estos efectos un primer grupo de actores puede ser la humanidad misma, o todos los habitantes de la tierra o los de amplias zonas de ella. Es el sujeto de los usos que tienen que ver con la experiencia humana en general. Un segundo grupo son los políticos, los Gobiernos y Administraciones, los partidos concretos o coaliciones. Estos son los actores típicos de los usos políticos A medio camino entre el primero y el segundo grupo las unidades nacionales, susceptibles tanto de acción política como de la experiencia humana global que caracteriza al primer grupo, Francia, España, Occidente. Por último se da también protagonismo a la industria y a la ciencia, a los que se atribuyen, respectivamente, los usos económicos y los de investigación. Este esquema nos permite describir las actividades específicas de nuestros actores. En algunos casos, no obstante, los políticos son también sujetos clave de usos económicos, y lo mismo ocurre con los actores económicos en temas de negociación política.
b.1. Usos políticos El más recurrente de los usos políticos en el texto analizado es la negociación. Schroeder negocia a varias bandas su compromiso, pactado con los Verdes como condición de su coalición de Gobierno, de presentar un proyecto de ley para el abandono de la producción de energía nuclear en Alemania. Negociar es en el texto realizar rondas de conversaciones, pactar Gobiernos, compromisos, plazos, treguas o financiaciones. Presentar proyectos de ley es también un uso político que aparece en el texto. También se constituyen ponencias para el estudio de temas que precisan regulación.
Los actores políticos, siempre según el texto del editorialista, dan explicaciones para justificar las medidas tomadas: a sus bases, en el caso de los verdes; a la comunidad internacional en el caso del Presidente Ucraniano. Otra de sus tareas es convencer a los ciudadanos, en este caso para que acepten instalaciones nucleares en su proximidad. En ocasiones existe un consenso.
Otros usos de estos actores tienen que ver con el ejercicio del poder. Pueden decidir la ubicación de instalaciones, o negarse a aceptarlas en su territorio, apoyar o no proyectos, financiarlos y, también, pasar dificultades económicas.
Los usos relacionados hasta ahora definen el trabajo político cotidiano y su comunicación con los ciudadanos. Otros usos, más relacionados con los fines de la acción política son: tener prioridades, desactivar peligros potenciales, tener objetivos en la lucha o quedarse sin ellos, defender o no el abandono de la energía nuclear, desnucleizar la energía civil alemana y permanecer en el ejecutivo. Aparece también un uso inquietante, los políticos también chantajean, otras veces observan una actitud más prudente.
b.2. usos económicos.
Los usos económicos que son atribuidos por el editorialista a los actores económicos de nuestro reparto, la industria nuclear y la industria de la energía en general, tienen que ver con las diferentes fases de los procesos industriales implicados. Si nuestro texto son los tres editoriales seguidos, ordenados por fecha de aparición, entonces es capicúa, comienza y termina con los usos que se aplican a los residuos que genera la industria nuclear. Hay tres alternativas: exportarlos para su reciclado, reciclarlos o almacenarlos en un Almacenamiento Geológico Profundo. Al final del texto el editorialista alude a la investigación que podría abrir un nuevo camino, tratar los residuos para reducir su peligrosidad, hay indicios de que pudiera ser viable .El editorialista nos explica que entre todos los residuos, preocupan especialmente los que tienen decenas de miles de años de peligrosidad.
Estos usos son nexos en una trama de empresas que firman contratos, tienen compromisos y acuerdos que cumplir y, otras veces, lucros cesantes que trascienden el ámbito empresarial de forma que las unidades políticas nacionales, Francia, Alemania, Gran Bretaña o Ucrania se personan en apoyo de sus industrias nacionales en caso de que el Gobierno alemán decida dejar de exportar sus residuos. De esta forma el problema llega a influir en las negociaciones del nuevo sistema de financiación de la UE. Técnicamente no era posible dejar de exportar residuos en el plazo previamente acordado con los Verdes. Algunas centrales hubieran debido cerrar hasta que se encuentre la ubicación definitiva del Almacenamiento que permita dejar de exportar estos residuos. Por último aparece la posibilidad para toda la humanidad de convivir durante decenas de miles de años con los residuos nucleares más longevos.
El uso de las centrales nucleares en la producción de energía alcanza un 30% en Alemania y un 80% en Francia. Las centrales difieren entre ellas según el texto por sus periodos de explotación y por su obsolescencia. La alternativa de las centrales de gas es más limpia y barata. Los residuos no son el único riesgo de la energía nuclear que aparece en nuestro texto. En su editorial central “Chantaje Chernobil” aparece “ la explosión de la madrugada del 26 de Abril de 1986” ocurrida en aquel complejo nuclear, cuyo único reactor actual va a ser puesto de nuevo en funcionamiento después de algunos meses de reparaciones por fallos en todos sus sistemas.[2]
b.3. Otros usos.
Ni directamente políticos y tampoco únicamente económicos aparecen también en nuestro texto los usos científicos. Estos, sin embargo, dependen de que se impulse o no su esfuerzo por otras instancias. Hay propuestas preliminares para encontrar la manera de neutralizar los más peligrosos residuos nucleares desactivándolos o reduciendo su toxicidad, “convertir los residuos de larga vida media en sustancias inocuas o cuya toxicidad dure mucho menos”. Hay, en suma, investigación para lograr la neutralización de residuos nucleares.
Aparece también una modalidad abstracta de uso genérica para muchos seres humanos. Es algo así como vivir en contradicción entre lo que uno hace con la mano derecha y lo que también hace, pero con la izquierda. Sería el caso de los alemanes preocupados por la energía nuclear, que mientras pretenden cerrar las centrales en sus fronteras podrían financiarlas en la vecina Ucrania. El editorialista advierte que podría no ser tan contradictorio si permite que no se reactive la central obsoleta de Chernobil.
c.- Función.
Las funciones y disfunciones sociales que aparecen en el texto pertenecen a ese conjunto de fines comunes cuyo logro más o menos adecuado genera un funcionamiento fluido del grupo o bien lo dificulta. Lo que ocurre es que, en ocasiones pueden dichos fines neutralizar las ventajas de otros y entrar en contradicción con ellos.
En nuestro caso la función de garantizar la energía precisa para el mantenimiento social puede interferir con el cumplimiento de la función de mantener la seguridad medioambiental. Además aparecen problemas multidimensionales de fronteras cuando la disfunción inseguridad nuclear está globalizada y se sabe al menos desde aquel 26 de Abril en Chernobil, “los efectos de un accidente nuclear no se detienen en la frontera”. Esta pareja funcional compuesta por la producción de energía y la seguridad ambiental afecta a todos los habitantes del planeta según nuestro texto. “Alemania puede decidir autónomamente su política energética, pero esta es una cuestión que tenderá a europeizarse, pese a las resistencias de Francia, cuya producción energética está nuclearizada en un 80%. La seguridad medioambiental de Alemania, como la de otros países, no depende solo de sus propias centrales sino de las de sus vecinos al Oeste y al Este. Otra de las grandes funciones implicadas es de tipo cultural algo así como hacer que la historia sirva para algo, la frase concreta es “De nada habrá servido Chernobil (la catástrofe) si…” olvidamos en la práctica lo que pasó.
Otros fines sociales susceptibles de sumar funcionalidad o crear disfunciones a niveles institucionales más restringidos son decidir autónomamente la política energética, reconocer la primacía de la política, mantener la estabilidad de la coalición y obtener el apoyo de las bases. El mayor o menor acuerdo sobre los temas puede ser fuente de disfunciones y a la inversa.
d.- las imágenes de los diversos actores, usos y fines.
Tal vez la imagen que aparece en este texto con mayor fuerza significativa es la de la atribución de realidad – “el argumento de las dificultades económicas ucranianas es real”- , o la de realismo – es poco realista que les financien las centrales- o la de verosimilitud “parece poco verosímil para la humanidad convivir durante periodos prolongados de tiempo con residuos potencialmente tan peligrosos”.Así en el caso del cese en el tiempo pactado de la exportación alemana de residuos “se han impuesto las realidades”, “no era técnicamente posible” reconoció Schroeder, que en sus primeros meses como Canciller ha sido bastante mediocre en todos los campos. No obstante el editorial glosa su “quiebro” en las negociaciones (“ha logrado una tregua”, “ha ganado tiempo”) que le permite llegar a un acuerdo a varias bandas. La industria ha ganado, aunque parece tener perdida la batalla ante la opinión pública a largo plazo. Los Verdes “se habían lanzado por el camino de la desnuclearización de la energía civil alemana sin preparación técnica y política suficiente” y con su irritado, “impaciente” Ministro de Medio Ambiente Jurgen Trittin están más preocupados por mantenerse en el ejecutivo que por el problema de tener que dar explicaciones a sus bases. No obstante parece desprenderse del texto que son ellos los que pueden tener ganada a largo plaza la batalla ante la opinión pública[3]
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La temporalidad misma aparece como un elemento de imagen poderoso, todos podríamos “estar ganando tiempo en lugar de perderlo”, si se toman las soluciones adecuadas, en un discurso en que las decenas de miles de años de posible convivencia de la humanidad con los residuos nucleares sitúa la escala temporal mas allá de la imaginación Las soluciones que hoy técnicamente se aplican parecen a la luz del último editorial recursos temporales. De cara al futuro hay “propuestas preliminares” de la ciencia en el camino de encontrar tratamientos para neutralizar estos residuos. A los ecologistas no les gustan porque perderían parte de su argumentación antinuclear, a la Administración porque distrae del objetivo prioritario de encontrar una localización para el AGP.
El Senado ha pospuesto “nada menos que hasta el 2010” las decisiones sobre el Almacenamiento Geológico Profundo y ha constituido una Ponencia para tratar el tema. Los que habrían de vivir en torno a este AGP, habitantes y municipios, no parecen fáciles de convencer. El tiempo futuro aparece en los plazos pactados por la coalición de gobierno alemana para cesar en la exportación de residuos, para el abandono paulatino de la energía nuclear, para la segunda ronda de negociaciones, en la demora decidida por el Senado para dar tiempo a estudiar la solución. Hay tiempo a corto y a largo plazo, victorias a corto y a largo plazo, decisiones apremiantes y otras “realistas”.
El editorial intermedio incluye ante todo fuertes imágenes sobre “la tragedia”, el “terrible accidente” de Chernobil “el más pavorosos en la historia de la energía civil” y sobre sus actuales instalaciones, el reactor que se quiere reactivar “una reliquia de la época soviética” o “una bomba atómica sin control”. No es serio chantajear a Occidente con una alarma tan grave como la contaminación nuclear. A Occidente no le gusta el chantaje encubierto. En resumen, tal vez desnuclearizar la energía no es incompatible con medidas de tipo financiero que faciliten a Ucrania “desactivar definitivamente esa bomba”.
La esquicia a que aludo en el título de este artículo aparece entre el realismo de aceptar las cosas como son, es decir tal como son definidas por el editorialista, y aceptar también la verosimilitud que este otorga a la posibilidad de que la humanidad acabe por encontrar una buena solución al tema de la energía, al tema de la industria nuclear, al tema de los residuos. Es esta grieta la que da sentido al dramatismo de la alternativa entre ganar y perder tiempo.¿ Porqué se le antoja inverosímil al editorialista la posibilidad de que no se encuentre otra solución mejor que el AGP, el reciclado o la exportación? ¿Por qué nadie quiere un AGP a la puerta de su casa? Tal vez porque entonces Chernobil no habría servido de nada.
2.- Otras energías
El editorial del 26 de Mayo “Oras energías” aparece con ocasión de la tercera conferencia internacional sobre promoción y desarrollo de energías renovables, celebrada a la sazón en Pamplona.
Respecto de los actores sociales a quienes el texto imputa la acción la primera dificultad que se nos presenta es la construcción de las frases en pasiva refleja. El sujeto de la mayor parte de la acción es un “se” impersonal Este “se” que se preocupa justificadamente en el mundo tal como manifiestan algunas iniciativas internacionales, la Cumbre de Río del 92 o la conferencia de Pamplona ya mencionada podría ser el mismo “se” al que se atribuyen los usos económicos que producen la energía. Son también actores las administraciones públicas, el ciclo económico y la demanda. Si bien ciclo económico y demanda en la frase siguiente dejan de ser actores para constituirse solo en un escenario real que determina la acción de otros sujetos.
Dentro del apartado de usos aparecen usos de los que hemos llamado humanos, así preocuparse por algo o tener algo “efectos perniciosos para las personas o sobre el medio ambiente”. La mayor parte del texto describe las actuales alternativas industriales para la producción de energía “con la envergadura suficiente para cubrir las necesidades actuales” y, también, los efectos indeseables que se derivan de ellas, “ningún proceso de producción de energía es absolutamente limpio”. La más utilizada entre estas es la quema de combustibles fósiles, petróleo, carbón y gas, que produce “un aumento notable de la cantidad de dióxido de carbono que se vierte a la atmósfera” con peligro de alterar el equilibrio térmico de esta. El uso de la energía nuclear tiene los inconvenientes de nuevo citados de los residuos y el peligro de contaminación por accidente. La duración y severidad de los efectos secundarios de las diversas fuentes de producción de energía varía, lo que hace recomendable ahorrar energía y aumentar la producción con otros tipos de procesos, “promocionar y desarrollar las energías renovables”. Dentro de las actuales alternativas para la producción industrial de energía la que más desarrollo ha alcanzado en España es la eólica, tecnológicamente “madura”, pero que consume grandes cantidades de territorio ventoso, aunque sus efectos colaterales están localizados en él. El resto de alternativas ha tenido un desarrollo menor que el previsto, lo que permite prever que tal vez no se alcance el objetivo de producir con estas fuentes alternativas el 12% de la energía en el 2010.
En este editorial se atribuyen usos (son el sujeto de acción del verbo) a dos nuevos actores que son conceptos abstractos extraídos de la economía y a los que hemos dado ya antes la bienvenida en nuestro reparto: “el ciclo de crecimiento económico en el que estamos inmersos propicia el aumento de la demanda, lo que dificulta que se incremente la parte correspondiente a las energías más limpias”. En el último párrafo se urge a las administraciones públicas, “deberían ser más decididas en el fomento de la producción de estas otras fuentes de energía”, apareciendo en la oración el ciclo económico y la situación de la demanda solo como “un escenario poco favorable”.
Desde el punto de vista del balance funcional aparece una clara implicación entre la producción de energía a escala suficiente de las necesidades existentes y la presencia de efectos perniciosos “para las personas y sobre el medio ambiente”. Los mecanismos aplicables para solucionar estos efectos indeseables son el ahorro energético y la mayor cuota de producción alternativa. El ciclo económico aumenta la demanda de energía, lo que se opone al ahorro de esta y “dificulta” el incremento de la cuota alternativa de producción. Para las personas o el medio ambiente parece que solo queda confiar en esa actitud de mayor decisión que se urge a las administraciones en la promoción de las energías que deberían ser.
Dentro de los pocos elementos de imagen presentes en este editorial la más crucial en el entramado sintagmático del discurso es la imagen “no limpia” de todos los procesos de producción de energía si son “de la envergadura suficiente” para cubrir las necesidades. Ambas, necesidades y procesos son tratados como proporcionales en esta escala de envergadura. La preocupación por esta disfunción está “justificada”, “y sin embargo el envite es tan grande”, pero el “escenario” es “poco favorable”.
Respecto de la duración y severidad de los efectos colaterales la energía eólica, que está “madura” tecnológicamente, tiene daños “localizados” a diferencia de los mundializados que producen los combustibles fósiles y la energía nuclear. El resto de alternativas presenta “un desarrollo menor del previsto”.
3.- Amazonia de todos.
El editorial “Amazonia de todos” se publicó el 27 de Enero del 99. El primer actor es la humanidad, el segundo “un particular” que es caracterizado poco después como “un multimillonario con influencia en las altas esferas”. En este mismo espacio simbólico han actuado “otros proyectos privados”. El principal actor del reparto político es Brasil, el Estado brasileño o, en representación de este, su Presidente, Fernando Henrique Cardoso, que también actúa a título individual, las autoridades o la administración brasileña en general. Puede ser también actor en este texto, aunque en sentido figurado, la Tierra, que respira a través del pulmón de la Amazonia.
Los usos que se atribuyen a la Humanidad son conmocionarse, tener conciencia de algo y ver algo, con ocasión de una crisis, que antes no se percibía.
Es muy recurrente la alusión a la apropiación humana de los diferentes elementos del mundo. Se aluden diferentes grados en este uso humano de apropiarse de las cosas. Un primer grado de propiedad se refiere a las cosas que son “de todos”, “patrimonio de todos”, como la Amazonia y se concreta en la exigencia a las autoridades para que “vigilen atenta y escrupulosamente” este bien Un grado algo más concreto de esta patrimonialidad global es atribuido por el editorial a Brasil, que “es poseedor de un bien precioso que pertenece a todos y tiene, por ello, una doble responsabilidad…de protegerlo” porque está obligado a tomar medidas legales que impidan abusos en su territorio y porque el resto del mundo le exige respeto a este territorio . “Apropiarse”, “comprar algo a bajo precio” es la descripción del uso concreto del particular millonario sujeto de esta historia. Por último aparecen una serie de usos asociados a la propiedad que exceden los derechos atribuidos legítimamente a esta figura legal como “blindar” un territorio “militarmente para que nadie pueda acercarse” y “apropiarse impunemente” y “a bajo precio de él” por medios corruptos, usos que se han producido en este caso. El editorial describe también “megalómanos proyectos privados” anteriores “que no tuvieron escrúpulos en eliminar a poblados enteros o deforestar miles de hectáreas de selva virgen”.
Se detecta además un último nivel de experiencia humana de las cosas, al que el editorial no atribuye explícitamente ningún derecho ni ninguna responsabilidad sobre las tierras, que consiste en ocuparlas y vivir en ellas tal como ocurre con los “pueblos enteros y las reservas de indios” existentes en el inmenso territorio que se ha apropiado el particular que motiva este comentario editorial.
Los principales usos políticos se atribuyen a Brasil y sus autoridades que “conscientes de esa importancia” “han ido creando numerosos organismos de protección y defensa de la Amazonia” y han tenido que hacer frente a prácticas abusivas. Sin embargo “aún existen vacíos legales, si no zonas de impunidad y corrupción que desbaratan la voluntad proteccionista del Estado”. Las autoridades brasileñas están obligadas a tomar medidas para evitar estos abusos
Brasil mismo que, ya hemos visto, es sujeto de doble responsabilidad sobre la Amazonia, es el principal actor en la segunda mitad del editorial. A la nación brasileña se le atribuyen usos/imágenes de tipo macroeconómico: no ser tercermundista, ser una potencia económica, pasar una crisis, condicionar les economías más sólidas del planeta, ser un país de futuro, ser un país desigual, no ser pobre, ser injusto, Además Brasil es “poseedor de un bien precioso que pertenece a todos” y “debe proporcionar al resto del mundo la certeza de que vigila atenta y escrupulosamente para que este territorio siga siendo la gran reserva natural de nuestro maltratado planeta”.
Por último el editorial atribuye al Presidente Fernando Henrique Cardoso, que es sociólogo y conoce bien “las repercusiones de actuar impunemente en la zona”, la autoridad para definir su país como una sociedad que no es pobre sino injusta.
De la adjetivación, “maltratado planeta” se desprende un uso “maltratar el planeta” en cuya autoría podríamos situar las conductas criticadas en el texto pero que, según parece desprenderse de este, se producen a una escala espacial mucho mayor que solo la Amazonía. No hay referencias en el texto que permitan identificar al actor o los actores de tal maltrato global.
Por lo que respecta a la función social concernida por los asuntos que se tratan hay que notar que se refiere a una función social globalizada. Es la Humanidad, somos todos, más que nadie Brasil, los que necesitamos preservar la salud de los “pulmones” de la tierra. El resto de funciones atañen a las distintas instituciones implicadas. Las autoridades desarrollan su función política de legislar y vigilar para preservar este bien. La disfuncionalidad irrumpe desde la corrupción, los vacíos legales o las influencias. Al amparo de estas pueden desarrollarse impunemente acciones ilegales, incluso delitos contra la humanidad, desde una zona negra del mundo genérico de la iniciativa privada y que comprometen la salud de todo el planeta. En el campo económico Brasil puede condicionar a las economías más sólidas del planeta, igual que en el ecológico puede condicionar la salud global. Es una de las potencias económicas en la economía global. Podría parecer que el cumplimiento de la exigencia de responsabilidades que hacemos todos a Brasil por un lado facilitará el apoyo para que este cumpla con su proyecto de “país de futuro” pero el texto nada explica de porqué Brasil tiene que responder ante todos.
Por lo que respecta a la sociedad brasileña se repite por dos veces, una en palabras de Cardoso, que Brasil es rico pero injusto, que hay “desigualdades atroces” y esto proyecta una sombra de disfuncionalidad sobre el futuro del país.
El más llamativo elemento de imagen del texto es la descripción del propio territorio: “7 millones de Hectáreas de la Amazonia, surcado por 28 ríos, donde se encuentran pueblos enteros, reservas de indios y riquezas naturales como oro o madera de caoba”. La Amazonia misma es “un bien precioso”, un “don de la naturaleza” y “reserva de enormes riquezas naturales”
Brasil, “el gigante latinoamericano” no es “tercermundista”, no es pobre, es una potencia económica, “un país de futuro”; “es injusto”, de las desigualdades se dice que son “atroces” y que aún “sacuden” al país
Por último aparece la imagen del particular millonario con influencia en las altas esferas asociado a la corrupción y a prácticas irregulares como “blindar militarmente”, etc... Otros proyectos similares habrían sido causa de la destrucción del medio e incluso de genocidios.
4.- El mercado.
En este epígrafe agrupo dos editoriales, “la batalla transgénica” (26-02-99) y “el agua tiene un precio” (8.05-99) por orden de aparición.
Son actores en el primero de estos editoriales: los que representaban a “los intereses comerciales” (que han prevalecido sobre) “cualesquiera otros”, es decir, sobre los que defendían“las agriculturas autóctonas” tradicionales. Los vencedores, las “agriculturas foráneas” representadas por el bloque formado por EE.UU, Canadá, Argentina, Australia, Chile y Uruguay se identifican en el editorial con estos “intereses comerciales” que han resultado temporalmente vencedores. Las delegaciones de los países del Tercer Mundo y la UE en la Conferencia de Cartagena de Indias pretendían pactar normas generales para el comercio mundial de transgénicos Es actor también como organizador del encuentro la ONU. Aparece un sujeto impersonal en la pasiva refleja de la frase “En España, por ejemplo, se han multiplicado las importaciones de...”
En el segundo editorial aparece un nuevo actor impersonal cuya atribución es celebrar iniciativas como la glosada; son también actores el Gobierno y el Congreso (de España), los socios nacionalistas del Gobierno, el grupo parlamentario socialista, los usuarios o consumidores de agua, los particulares y, entre estos, aparecen diferenciados los que practican usos tradicionales del agua y aquellos otros de los sectores punteros y más rentables de la economía. Es dudoso atribuir acción al mismo “mercado regulado del agua” que se propone ya que parece simplemente un medio en manos de actores impersonales. La frase concreta es “si ese mercado regulado sirve también para agilizar...” Por último aparecen las “avispados de siempre”, “especuladores siempre al acecho”.
En el editorial dedicado al comercio de transgénicos un primer tipo de usos pertenece a la esfera de la alta política internacional, La ONU ha convocado una conferencia en Colombia para tratar de pactar un protocolo que regule el comercio mundial de los productos transgénicos. Es el sexto encuentro que la ONU propicia con tal fin y como los anteriores acaba sin acuerdo y con el tema pospuesto para otra reunión dentro de un año tras diez días de intensas negociaciones. En esto ha consistido el triunfo de “los intereses comerciales”.
El bloque de países que defiende el libre comercio de los transgénicos sin ningún tipo de control en las fronteras agrupa a “quienes más han desarrollado la modificación genética de estos alimentos y controlan el 90% del mercado en auge”, lo que en nuestra clasificación son usos técnico-económicos. Han sido “inflexibles” en sus posiciones y han prevalecido, han “ganado la batalla” (usos políticos).
El segundo de los bloques defiende el principio de precaución, “dada la importancia del envite” y se “enfrenta” al primero por los “efectos” que estos productos pueden tener, sobre las especies naturales y sobre las agriculturas autóctonas, con las consiguientes repercusiones sociales y políticas.
Frente a estos efectos negativos los productos transgénicos son aquellos “cuya carga genética ha sido modificada para protegerlos contra enfermedades, plagas, productos químicos o condiciones ambientales adversas”, “anticipan una revolución agropecuaria” pero son todavía demasiado desconocidos (otro uso impersonal, desconocer).
En el caso del segundo editorial es el Gobierno español que, con el apoyo de sus socios manda al Parlamento el proyecto de reforma de la Ley de Aguas de 1985 en otro momento de la acción política de producir normas. Esta iniciativa pretende “racionalizar” el uso de este recurso en España. Tener objetivos políticos, contar con la posible oposición y debatir en el Parlamento son otros tantos usos políticos mentados. Por último hay que vigilar para que los avispados de siempre no hagan negocios especulativos.
Respecto del objetivo de racionalización del uso del agua se nos dice más abajo que “acabar con el despilfarro del agua constituye un legítimo y deseable objetivo político”. Despilfarrar el agua es un uso que hace que España sea de los países que más agua consumen por habitante cuando “es un recurso natural escaso” y “está irregularmente repartido”, tal despilfarro es “fruto de la creencia errónea de que su bajo precio, casi su gratuidad equivale a la sobreabundancia”.
La solución que se propone en el proyecto de ley introduce novedades, la principal es el establecimiento de “un mercado regulado del agua que permita la venta temporal de derechos concesionales entre unos usuarios y otros” Las dos grandes ventajas que el editorial encuentra en esta nueva regulación son : 1.- “Si este mercado regulado sirve para que los consumidores tomen conciencia de que este bien público no es totalmente gratuito, sino que tiene un valor económico que hay que costear, se habrá dado un paso importante para acabar con el despilfarro”. 2 “Existe el peso de los usos tradicionales del agua que a veces dificultan su utilización en los sectores punteros y más rentables de la economía. Si ese mercado sirve también para agilizar esa transferencia, sobre todo en las épocas de sequía, se habrá puesto fin a una de las deficiencias más graves de la gestión del agua en España”
El nuevo proyecto de ley español del agua incluye también nuevas regulaciones para otros usos del agua que recogen diversas inquietudes medioambientales de la sociedad entre las que se cita la ampliación del régimen de control de vertidos contaminantes.
Estos usos cubren diferentes funciones institucionales, ante todo la que se refiere al proceso de generación de normas que regulan las actividades de los ciudadanos por los organismos legitimados para ello. La ONU que ha abierto el proceso de negociaciones para regular el comercio de transgénicos o el Gobierno y el Parlamento de España que
Se proponen cambiar la regulación anteriormente aplicada a la distribución del agua.
Dicha función normativa opera en el marco de enfrentamientos de países con diferentes intereses comerciales que enfrentan también a agentes económicos diferentes con distinta percepción de los problemas sociales y medioambientales generados. Afecta, por tanto a las relaciones comerciales internacionales y a las sociedades y economías locales. Las grandes funciones sociales reguladas son la producción y el comercio de productos alimenticios y la obtención y distribución del agua potable entre los ciudadanos.
En el comercio internacional triunfa la tesis que defiende la no regulación, es decir, dejar la regulación en manos de los mecanismos puramente económicos del mercado. En el caso español, por el contrario, la regulación introduce elementos del mercado donde no los había para mejorar la “racionalidad” del sistema. El mercado elimina la casi gratuidad del agua, que es una clara disfunción porque induce en el usuario ideas erradas sobre su sobreabundancia. El mecanismo del precio es un paso para eliminar el despilfarro y permite la transferencia de derechos entre usuarios para que puedan trasladarse a su vez los recursos desde los sectores tradicionales y menos rentables de la economía hacia los sectores punteros “especialmente en época de sequía”. El peso de los usos tradicionales del agua es también disfuncional, ya que dificulta su uso por los sectores más punteros y rentables. Otras disfuncionalidades a prever provienen de la acción de los “avispados de siempre” a los que habría que tener en cuenta en la regulación para no abrir un portillo a sus “intereses especulativos”.Por último en España crean disfunciones, a tenor del editorial, los consumidores y usuarios de agua con la brillante excepción de los sectores más punteros y rentables de la economía. Piensan erróneamente, que el agua es sobreabundante y gratuita y, en consecuencia, España es una de los países del mundo que más agua gasta por habitante.
Las soluciones relatadas por ambos editoriales convergen hacia una determinada visión del mercado , en un caso ganan “los intereses comerciales”, los que evitan reglas añadidas a las propias de los mecanismos de oferta y demanda; en el otro se planea el desarme de las normas tradicionales preexistentes. El tratamiento en el tema de los transgénicos es más neutral, el editorial valora las disfunciones ecológicas, económicas y sociales que puede tener el libre comercio para las especies, sociedades y agriculturas tradicionales. En todo caso ha identificado desde el principio a “los intereses comerciales” con los de los partidarios de los transgénicos, probablemente porque a los que predican el principio de precaución le atribuye motivación no solo comercial .Por otro lado a los productos transgénicos se les atribuyen propiedades que presagian una revolución agropecuaria.
En el caso del editorial español la definición del agua como “un bien escaso y mal repartido” y su solución del mal reparto por la transferencia desde los usos tradicionales hacia los más “punteros” y “rentables” parece que supone una toma de partido más clara por la atribución de mayor funcionalidad a las formas de distribución mercantiles. En cualquier caso “el agua va a ser, si no lo es ya, uno de los problemas de España más graves a corto plazo. Su regulación exige un amplio acuerdo entre los partidos y también entre las diversas comunidades.” Por ello merece que los distintos aspectos de este nuevo marco sean debatidos a fondo en el Parlamento. La negociación y el acuerdo político de alto nivel son la solución funcional.
En lo que tiene que ver con las imágenes contenidas en el primer editorial la más impactante es la de la “revolución agropecuaria” que anticipan los productos transgénicos, aunque tienen también “características especiales” que requieren controlar su libre circulación. Estas características consisten en la modificación de su carga genética para protegerlos contra enfermedades, plagas, productos químicos y condiciones ambientales adversas. El bloque de países que defiende el comercio sin barreras de estos productos ha sido inflexible, es también el de los que más han avanzado en la modificación genética y controla el 90% del mercado. Al finalizar la conferencia el editorial les atribuye la victoria, “han ganado la batalla”.
Los perdedores son el bloque que defiende el principio de precaución, ya que son productos poco conocidos que podrían tener consecuencias negativas sobre las especies naturales y sobre las sociedades y economías de los países menos desarrollados. Este segundo bloque ha argumentado en vano que la importancia del envite requiere más precaución Los intereses comerciales auténticos, por así decirlo, son los que se identifican con el mercado sin barreras.
El editorial del mercado regulado del agua parte del “hecho” de que esta es “un bien escaso” y, además, en España está irregularmente repartida y atribuye la conciencia de sobreabundancia que de ella tienen los usuarios españoles a su “bajo precio”. Así, no saben que el agua tiene “un valor económico que hay que costear”. Este despilfarro es cada vez más insostenible, acabar con él es “un legítimo y deseable objetivo político”.
Racionalizar el uso del agua es una “iniciativa que se debe celebrar”. “Una de las deficiencias más graves de la gestión del agua en España” es la falta de agilidad en la transferencia desde los usos tradicionales de la economía a los más punteros y rentables “especialmente en época de sequía”. El mercado regulado sirve para esto y a través de la subida del precio para evitar el despilfarro. Su establecimiento es la medida más llamativa y controvertida de las que se contienen en la iniciativa comentada.
Desde el punto de vista político y social “el agua va a ser, si no lo es ya, uno de los problemas más graves de España a corto plazo” Con la excepción de este último párrafo llama la atención en este editorial la ausencia de cualquier referencia a los habitantes del país como sujetos políticos, únicamente aparecen como consumidores ignorantes y despilfarradores. Este párrafo también parece sugerir que los acuerdos de partidos políticos y Comunidades Autónomas pueden hacerse sin necesidad de contar con estos habitantes pero entonces ¿por qué es un problema tan grave? La Oposición, el PSOE, prevé el editorial que “se opondrá” a esta iniciativa del Gobierno. La imagen en negativo de los sectores económicos preferidos por el editorial corresponde a los usos tradicionales del agua, menos punteros y rentables, y que se identifican con los usuarios como despilfarradores e ignorantes de los conceptos mercantiles de “bien escaso” y “valor económico que hay que costear”y además son una traba para los sectores con imagen positiva de progreso y rentabilidad.
“Los avispados y especuladores de siempre” podrían aprovechar para hacer negocio y hay que cuidar de no abrirles un portillo con esta nueva regulación. Es esta una imagen muy difusa aunque parece referirse a la regulación de las transacciones directas entre concesionarios sin que puedan aparecer entre ellos intermediarios comerciales. Sería este mercado uno donde está mal visto hacer negocio y sin los especuladores de siempre.
5.- Escándalos alimentarios. Otra visión del mercado.
Por último , se analiza aquí el editorial del 18 de Junio, “Escándalos alimentarios” Son actores en su texto los países pequeños, en concreto Bélgica, la Coca-Cola, la coalición cuatripartita encabezada por Dehaene , los belgas –como votantes-, los socios de Bélgica en la Unión Europea, los consumidores, un cierto sujeto impersonal, Francia, el Presidente Chirac, Clinton, el G-8, un futurible Consejo Científico Mundial, un importador zamorano, las sociedades ricas y bien informadas, la industria del ramo (alimentario) , los humanos y la Comisión Europea.
A esta multiplicidad de actores corresponde una no menor dispersión de los usos. Aparecen algunos de los usos políticos que ya hemos encontrado en editoriales anteriores: la negociación de alto nivel, Chirac propone a Clinton tratar en el G-8 un consejo científico mundial que velaría por la seguridad de los alimentos: Francia propone la armonización de las normas alimentarias de los países de la U.E.; la Comisión Europea no se pone de acuerdo al respecto. “La decisión implica desgastes políticos y electorales, gastos extraordinarios y la decisión de luchar contra poderosos intereses creados”. Aparecen los belgas como electores, acaban de votar y como resultado ha sido derrotada la coalición cuatripartita presidida por Dehaene.
Bélgica aparece también como sujeto paciente en otros usos, p.e.: solo saltar a las cabeceras de los periódicos con motivo de escándalos, de los que se reseñan dos anteriores, uno de los cuales se repite y utiliza como determinante del voto de los belgas al mostrar la ineficacia del sistema policial y los jueces. El envenenamiento de pollos, cerdos y hasta la Coca Cola ha mostrado el ocultismo del gobierno ante sus socios de la Unión Europea. Los belgas han votado con la impresión de que el país está definitivamente mal gobernado. Bélgica es, por todo ello, responsable de que los consumidores europeos se acerquen estos días con aprensión a los supermercados.
Por varios caminos hemos llegado a los usos económicos desde los políticos. Los electores se han transformado en consumidores, los humanos, consumidores finales de los productos del mercado. El libre mercado parece resistirse a las regulaciones pero los escándalos, de los que se reseñan la tragedia del aceite de colza en España y el de las vacas locas británicas además del presente, muestran la necesidad de regularizar las diferentes normativas ya que todos los productos alimentarios pueden circular libremente. Un importador zamorano ha distribuido en Asturias y Cataluña Coca-Cola belga. Coca-Cola “se ve en entredicho por causas todavía sin aclarar”. Aparece la dificultad de rastrear un producto inseguro una vez distribuido.
“La libertad de mercados tiene muchas ventajas para el consumidor” pero este tiene sensibilidad y memoria “en España la sensibilidad de los consumidores está agudizada por la memoria de la tragedia que entre nosotros supuso la venta de aceite de colza adulterado”. Además “hay aspectos de la cadena alimentaria que dejan mucho que desear” y suponen una amenaza para la salud de los humanos como se ha visto con la utilización de restos del matadero para la alimentación animal. La salud de estos consumidores es condición de los beneficios en el mercado. Además los consumidores quieren un seguro a todo riesgo en esta materia, que no obstante es “un deseo imposible” pero que, con ocasión de los escándalos, “dispara en el consumidor la teoría de que la industria del ramo está tentada de preferir su propio provecho a la salud pública”, “tienden –estos consumidores- a la desconfianza generalizada cuando no a conclusiones exageradamente alarmistas”. Por último aparecen crípticamente “poderosos intereses” que la Comisión Europea debe tener la voluntad de enfrentar para sacar adelante la regularización de las normativas además de otros reveses políticos, fiscales y electorales también presentes en este empeño.
La función social más repetida por el editorial es la salud de los humanos, la base del mercado, y por ello “en un mercado global no hay mayor bien a proteger que el de la salud de millones de anónimos consumidores que lo sustentan”. Este bien es también base del juego político en unas elecciones belgas envueltas en el escándalo. En consecuencia “las sociedades ricas y bien informadas valoran ante todo la salud y el bienestar de sus miembros” La libertad de mercado tiene muchas ventajas para los consumidores, pero también algún inconveniente derivado de las diferentes normativas , la libertad de circulación de mercancías y la imposibilidad de tener un seguro a todo riesgo. En estas circunstancias hay algunos “aspectos de la cadena alimentaria que dejan mucho que desear” y es posible en el editorial relacionar estos aspectos con “el provecho de la industria del ramo”, con los “poderosos intereses creados”, ya que el ejemplo es la utilización de las harinas animales para piensos, que suponía antes del problema un proceso industrial estandarizado.
Respecto de las imágenes aparece la de país pequeño, que solo salta a las primeras páginas de los periódicos si hay escándalo, para reseñar a continuación los últimos escándalos belgas que han dado la impresión a sus ciudadanos de que “el país está decididamente mal gobernado y necesita una reforma profunda de sus instituciones”.
La coalición cuatripartita que gobernaba presidida por Dehaene aparece como “derrotada”, oscurantista respecto de sus socios europeos y responsable de la decadencia de los cuerpos policiales y judiciales.
Francia y Chirac aparecen como lideres del movimiento para regularizar las normas alimentarias. El Presidente francés aparece asociado a Clinton y el G-8 como promotor de la idea de un consejo científico alimentario mundial. La Comisión Europea “sigue tres años después sin ponerse de acuerdo” En cualquier caso tanto Francia como Bélgica están incluidas en el grupo de “las sociedades “ricas y bien informadas”.
Coca-Cola es “la marca más conocida del mundo” y “el icono de la sociedad global” aunque por causas sin determinar se ve mezclada en el escándalo “de los pollos con dioxina se ha pasado a la Coca-Cola tóxica” Esta misma estructura expansiva del significante unida a la compulsión de un seguro alimentario a todo riesgo invita a “la desconfianza generalizada, cuando no a conclusiones desproporcionadamente alarmistas”, en concreto “disparan la teoría de que la industria del ramo esta tentada de preferir su propio provecho a la salud pública” Esta imagen es contrarestada en el editorial por el argumento racional contrario, lo que le interesa al mercado global es la salud de los consumidores, aunque exige también la mejora de ciertos aspectos que “han mostrado , más allá de toda duda, que hay una amenaza a la salud de los humanos”.
La imagen del mismo escándalo alimentario se funde entre el deseo imposible del seguro a todo riesgo y la ausencia de dudas sobre los daños a la salud humana en algunos casos. En el caso español la alarma está teñida por el recuerdo cercano de la tragedia del aceite de colza.
6.-El discurso periodístico de los editoriales.
Si comparamos esta muestra que venimos analizando con el conjunto de los discursos ecológicos entresacados en el periodo reseñado vemos que el discurso de los editoriales contiene particularidades que permiten distinguirlo ante todo del que compone el texto más característico de un diario, sus noticias y crónicas. La mayor parte de los contenidos ecológicos del periódico sale en estas secciones informativas como materiales típicamente periodísticos. Algunas de estas noticias han merecido un comentario editorial. Respecto del discurso con el que se componen estas secciones informativas, el que utilizan los editoriales presenta diferencias claras.
Las secciones están especializadas, aunque no todas en la misma medida. En Deportes solo entran deportes, en Economía, solo economía. Los temas ecológicos salen predominantemente en Sociedad o en los cuadernos locales aunque, dependiendo de su trascendencia, pueden alcanzar también las primeras planas o aparecer en Internacional o España. En este sentido España o Internacional son secciones abiertas a noticias o comentarios ecológicos de la suficiente trascendencia, si bien lo normal es que este tipo de noticias aparecen en Sociedad o en los cuadernos locales por su menor importancia. En secciones como Deportes, Cultura o Economía nunca encontramos temas ecológicos utilizamos el concepto de clasificación de B. Bernstein encontramos que los editoriales son secciones del periódico abiertas a cualquier contenido sin limitaciones, de lo que se deduce que en su “marco” admite relaciones con todas las restantes secciones del periódico, mientras otras secciones están relativamente aisladas entre si.
Respecto del tema ecológico que tratamos una misma noticia puede aparecer durante semanas en la primera plana y ocupar muchas páginas en Internacional o Nacional. Cuando pierde actualidad en las siguientes semanas o meses las noticias que se siguen produciendo se acomodan en Sociedad o en los Cuadernos locales. Los cuadernos locales publican toda clase de noticias sin otra limitación que la de informar sobre su propio ámbito territorial.
La sección en que aparecen los editoriales es la de Opinión y se caracteriza por ese otro tipo de discurso periodístico al que aludíamos al principio, un discurso más dirigido a comentar las noticias ya pasadas que a presentarlas en su rabiosa actualidad. La más llamativa característica de este tipo de discurso es una mucho mayor libertad de expresión por parte de su autor que la que se concede al periodista o reportero típico. Los editorialistas, los expertos y colaboradores que firman los artículos de la sección o los lectores que escriben al Director tienen total libertad para expresarse. El lenguaje de las noticias y crónicas que componen el grueso del periódico es, sin embargo, mucho más descriptivo y exento de valoraciones personales y, cuando aparecen estas, suele ser en boca de las partes implicadas en la noticia. La mayor parte de las veces sentimos que el periodista toma partido por alguna de las versiones, pero se esfuerza en incluir las versiones contrarias y se disculpa si no las ha podido obtener El lenguaje del periodista es un discurso de testigo presencial que debe referir los hechos sin interpretarlos, mientras el editorialista o los colaboradores con firma glosan noticias ya aparecidas y las interpretan de acuerdo con esquemas de pensamiento muy sólidos. El componente de la noticia es la novedad, la sorpresa, el editorial suele tratar sobre noticias aparecidas en el diario en los días anteriores.
En la comunicación presentada en el Congreso de Salamanca explicaba también como es posible jerarquizar las secciones del periódico según los personajes que producen típicamente las noticias que en ellos aparecen. En la cúspide están las editoriales, aquí aparecen como actores típicos Chirac, Clinton, Cardoso o Schroeder que también son protagonistas típicos en la primera plana, en Internacional o en España. Sin embargo estas dos últimas secciones también acogen como personajes típicos a otros políticos de menor nivel, ministros importantes, portavoces, Congresos, etc. Ocasionalmente en un editorial pueden aparecer personajes de un nivel ligeramente inferior al propuesto, p.e.: el Ministro alemán de Medio Ambiente en el editorial sobre el abandono de la energía nuclear. Las fechas de esta encuesta coinciden con la Presidencia alemana de la UE y ello les hace ser noticia europea, Trittin, Fischer y otros importantes miembros de la coalición rojiverde alemana son por ello representantes típicos de los actores de Internacional. Solo ocasionalmente y de manera informal estos actores aparecerían en Cultura o Sociedad en este semestre, si bien cuando acabe la presidencia alemana, entonces volverán a Sociedad .La sección España también amplia su reparto hacia otros personajes de primera categoría, ministros y personajes importantes de la sociedad, la banca o la política. No todos los ministros, sin embargo, acceden a este segundo escalón, personajes teóricamente importantes, la entonces ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, (así como el resto de los ministros/PNN), tienen su espacio en Sociedad, ni una sola referencia en la sección España en el periodo estudiado
Cada una de las secciones tiene también sus primeros actores especialistas según sus contenidos pero, resumiendo, en las secciones situadas en los puestos superiores de nuestra particular jerarquía aparecen los políticos importantes a escala nacional o internacional, ministros importantes, altos cargos de partidos o la administración, Presidentes de comunidades o naciones. El lugar de las jerarquías económicas suele ser la sección de Economía, los políticos locales aparecen en los cuadernos locales. Junto a los Presidentes son también, según se desprende del análisis, actores típicos de las editoriales las grandes unidades abstractas tipo la humanidad, Francia, Ucrania, los países ricos y bien informados u Occidente que funcionan como grandes onomatopeyas sociales aunque son también personas jurídicas.
Tras estas precisiones si comparamos la recurrencia de las editoriales ecológicas respecto del total de los textos aparecidos en el diario en este periodo vemos que tenemos entre uno y dos editoriales por mes mientras que el resto de textos aparece en el periódico entre tres y cuatro veces por día.
Las diferentes secciones incluyen también junto a su habitual contenido de noticias o crónicas artículos especializados de opinión firmados por colaboradores expertos que participan de la libertad de expresión respecto de las reglas del discurso periodístico de los editorialistas o colaboradores de Opinión. Hablan estos escritores discursos expertos, digamos, el de la ciencia económica o el de la fisiología del deporte. El editorialista tiene en cuenta estos discursos, pero el suyo es multidisciplinar, no necesita someterse a las reglas de una disciplina como base de sus opiniones, ya que parte de un conocimiento generalista de la realidad que incluye potencialmente cualquier discurso experto.
Por último, otros escritores del periódico tienen también una libertad comparable a la de los editorialistas, pueden hablar y juzgar sobre lo que les parezca conveniente sin limitarse a un punto de vista especializado, son los columnistas de columnas fijas y los humoristas. Lo que diferencia a primera vista a estos de los editorialistas es que firman. El hecho de que los editoriales ocupen esta posición de privilegio en el texto del periódico y no vayan firmados les da una autoridad especial en el proceso de creación de opinión que el periódico asume como propio.
Aplicando estas prerrogativas el editorialista tiene capacidad para definir la realidad. Define los espacios geográficos, el planeta, la Amazonia, el impacto espacial de la contaminación atmosférica, los pulsos entre lo local y lo global. Define los tiempos: cuando se gana tiempo o se podría perder; cuando la demora es signo de ineficiencia de unos o una victoria parcial de otros en una gradación desde el corto plazo hasta los que suponen decenas de miles de años futuros. Define también las categorías ontológicas a aplicar en la comprensión de esta realidad humana, espacial y temporal, empezando por la de la facticidad de cosas, eventos o realidades frente a lo que simplemente sería deseable, conveniente o ilusorio.
El editorialista tiene también la capacidad de juzgar los acontecimientos o a las personas implicadas en ellos. Es árbitro en los enfrentamientos y otorga victorias a unos y derrotas a otros en las luchas que se producen en la política y los mercados. Únicamente he encontrado en el texto de los editoriales dos citas emitidas por personajes con semejante capacidad de definición del mundo real a la que, según se desprende del texto, se otorga el editorialista a si mismo. Es cuando se cita al Presidente Cardoso, sociólogo reconocido, que define “Brasil no es un país pobre, es un país injusto” y al Presidente Schroeder que reconoce “no era técnicamente posible”.
Desde esta posición de autoridad los editoriales disponen de capacidad para establecer escalas de valores válidas para la acción humana y determinar las prioridades entre estas en caso de concurrencia. Tienen la capacidad y, tal vez hasta la obligación, de descalificar acciones y actores que se consideran perversos o perniciosos para toda la humanidad en virtud de dichas escalas.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta esta especificidad y jerarquía del discurso editorial tanto a la hora de entender la política de creación de opinión que persigue el medio como para caer en la cuenta de que el mensaje del periódico no está solo contenido en los editoriales sino, más bien, en el conjunto de todas los diversos textos que en él aparecen. A este respecto los editoriales son la aplicación a temas específicos de un corpus de pensamiento que extrae su autoridad de la fiabilidad que el lector puede otorgar al periódico como testigo objetivo de los hechos. Los editoriales valen si el resto del periódico es un reflejo relativamente intersubjetivo de la realidad que al lector se le presenta día a día. Las reglas del discurso periodístico están orientadas a garantizar esa objetividad de la visión del testigo de las prácticas reales. Los editoriales, a su vez, persiguen que su discurso se plasme en las prácticas correctas, siempre que estas sean posibles de acuerdo con la percepción objetiva de lo fáctico y de lo válido que el periódico global sostiene.
7.- El mundo que se postula.
Aunque estos ocho editoriales son solamente episodios en un contexto mucho más amplio, contienen suficientes elementos como para sugerir un mundo típico ideal en el que los ciudadanos libres e iguales pactan normas que hagan posible que la sociedad se desenvuelva inspirada por estos mismos valores de igualdad, libertad y solidaridad. El límite de la libertad de cualquiera es la libertad del resto y las normas se pactan únicamente para evitar colisiones entre estas libertades.
La influencia de este mundo típico-ideal en las prácticas reales llena de contenidos descriptivos nuestro texto. En nuestras ocho editoriales aparecen diferentes fases de elaboración de normas por cuenta de la ONU, el Senado español o la mayoría que gobierna Alemania. Cuando aparece el conflicto entre libertades de diferentes personas o grupos el órgano político correspondiente intenta iniciar la negociación entre las partes. En ocasiones las partes pueden mostrarse escurridizas para ganar tiempo, en otras, como en el tema de la energía civil alemana, tienen avanzado el proceso de negociación. Los políticos son los expertos en conducir estas situaciones sociales en representación de los intereses y valores a los que se adhieren, que son, con su mediación, los que realmente negocian y pactan. En otras ocasiones los políticos son identificados con una de las partes, los Verdes y socialdemócratas alemanes que en representación de sus electores y del mismo Estado alemán negocian con la empresarial de la energía que es la otra “parte”. Este mismo caso se da en la controversia sobre la armonización de las normas alimentarias de la UE entre la Comisión Europea, que quiere armonizar pero no puede, y los poderosos intereses que, sin embargo, son genéricamente responsables[4] de asuntos como el de las vacas locas.
En el mundo económico la libertad significa ante todo la libertad para dedicarse a lo que cada cual considere más conveniente y para disfrutar de los beneficios obtenidos como fruto del trabajo en esta actividad. Este derecho es el fundamento de la propiedad privada, antes imposible para muchos ciudadanos en el sistema tradicional patrimonialista. Al ser posible el trato entre iguales el mecanismo que equilibra las actividades es el mercado. Este orienta por un lado las prácticas de los particulares de acuerdo con la esperanza de la contraprestación que se podrá alcanzar y, por otro, distribuye los productos del esfuerzo de todos en la forma más beneficiosa por medio del automatismo de la fijación de precios según la oferta y la demanda. Aquí aparece un tema sin resolver, algunos defienden al mercado como único mecanismo de regulación económica válido, otros , sin desmerecer las ventajas del mercado, opinan sin embargo que también en él son precisas normas para dirimir los conflictos entre agentes económicos cuya libertad también limita con la de otros agentes.
El caso de la Amazonia despliega en torno al derecho a la propiedad un abanico de principios formales y de casuística real en el que reencontramos la tensión entre validez y facticidad descrita por J. Habermas [5]en la construcción del mundo político y económico de las democracias ilustradas. La libertad del propietario colisiona con la libertad de todos cuando se ha producido una apropiación por malas artes o cuando se hace un uso abusivo de la propiedad que perjudica bienes o intereses de otros. En el caso de la Amazonia el tema aparece amplificado porque en el ecosistema mundializado es la mayor fuente de aire y agua limpia de las que posee “nuestro maltratado planeta” y porque el abuso de la propiedad pasa por la deforestación de la selva y la eliminación de sus aborígenes. Parafraseando a Freud donde había ello social, zonas de vacío legal, impunidad y corrupción, debe haber yo, es el Estado Brasileño el que debe velar por la promulgación y vigilancia del cumplimiento de las normas que sean precisas para preservar los derechos e intereses de la comunidad política, de todos los habitantes del planeta.
Otro tanto ocurre con los avispados y especuladores de siempre y con otros poderosos delincuentes que han podido ocasionar catástrofes sanitarias como la española del aceite tóxico puesto a la venta en los setenta y tantos. Es el Estado el que debe controlar y vigilar.
Por lo demás los industriales de la alimentación son los primeros interesados en la seguridad alimentaria de sus clientes, los consumidores. Por tanto los problemas únicamente se producen por el exceso de reglamentismo e intervencionismo de los Estados, tal y como argumentan y consiguen imponer los partidarios de los productos transgénicos. Esa insistencia en las reglamentaciones y las normas impide el desarrollo de una revolución agroalimentaria que hace a las plantas cultivadas resistentes a la salinidad, a la sequía, a las enfermedades, a las plagas y a los herbicidas gracias a la alianza entre la ciencia y la industria.
El Estado y las Administraciones son particularmente lentas e indecisas, los procesos de negociación se dilatan y posponen cuando no están planteados desde el principio con falta de la experiencia y preparación suficiente. En otros casos la indecisión proviene del miedo a contrariar poderosos intereses, como en el tema de la ineficacia de la Comisión Europea para armonizar entre los países de la UE las diferentes reglamentaciones nacionales. Claro que no siempre es así, en otras ocasiones debemos felicitarnos por iniciativas normativas como la del Gobierno español en el tema de la mercantilización del agua en España.
Otras veces ocurre que intervienen factores que hacen imposible el cumplimiento de las normas. Es el caso de la previsión de no alcanzar los objetivos propuestos en la producción de energía limpia para el año 2010. Los elementos fácticos que dificultan el cumplimiento de este objetivo son el ciclo económico que provoca el crecimiento de la demanda de energía y esta mayor demanda, a su vez, no queda bien explicado porqué, pero no puede ser cubierta por fuentes renovables. Es este el principal quiebro lógico del discurso, ciclo y demanda no son la suma de las decisiones individuales de los operadores del sistema sino el mismo escenario, la realidad física más allá de la voluntad de los actores.
Es el tema de la imposibilidad de producir energía limpia a escala suficiente para las necesidades actuales. Todos los habitantes del planeta necesitamos que las Autoridades brasileñas preserven la Amazonia porque producimos energía a la escala que necesitamos quemando combustibles fósiles. La otra gran alternativa, la energía nuclear, produce residuos que permanecen tóxicos durante decenas de miles de años además de presentar riesgos catastróficos para el medio ambiente y la salud humana en caso de accidente. Aquí vuelve a aparecer la colisión de intereses entre los ciudadanos representados por sus instituciones políticas y los poderes económicos que representa la industria civil nuclear. ¿Es realmente posible que los Verdes alemanes desmonten el conglomerado industrial transnacional europeo constituido por empresas que producen y reciclan combustible suficiente para el 80 % de la producción energética francesa? El editorial opta por volver a la alianza ciencia industria como verosímil fuente de solución de los problemas más acuciantes.
Parece que nuestras editoriales conceden el beneficio de la facticidad a los grandes intereses económicos mientras que a las ineficaces instituciones políticas les corresponde velar por los derechos de todos, en concreto la salud y seguridad de los humanos y la preservación del medio ambiente. No se dice, aunque puede darse por sugerido, que las grandes inversiones y los periodos de explotación o los contratos de servicios mutuos entre las empresas de esa escala imprescindible se firman a plazos mucho más largos que los que se concede a los gobernantes tras ganar las elecciones.
Por último los ciudadanos, así mentados, solo aparecen en las editoriales de nuestra muestra con ocasión de las elecciones[6]. En las restantes apariciones son consumidores ignorantes, despilfarradores y dados a alucinaciones alarmistas como la de que las empresas están tentadas de preferir su propio beneficio a la salud pública cuando lo que es evidente es que matarían la gallina de los huevos de oro y, por tanto, es absurdo que estén interesados en ello. También puede pensarse que aparecen los ciudadanos como la humanidad, Occidente, los países ricos y bien informados, los ciudadanos de la U.E., los españoles, etc. Todas estas denominaciones genéricas son, sin embargo, asumidas por el yo impersonal del editorialista que habla en nombre de la humanidad, de los ciudadanos y de los consumidores interpretando la realidad en sus términos justos, con realismo, en otras palabras, tal y como aparece descrito en nuestro texto.
8.- Conclusión.
Los editoriales comentados son conscientes del peligro que supone nuestra forma de vida como amenaza ecológica para el planeta. Parece poco verosímil que la humanidad, representada esta vez por la alianza ciencia-industria, permita que estos problemas acucien más de lo debido. Y, sin embargo, en este mismo discurso se produce una sutil diferencia en la progresión lógica al aplicar los criterios de facticidad y validez según se trate de quien. La pretensión de defender la salud de la naturaleza o los ciudadanos es válida, pero fácticamente es anulada por las realidades del escenario económico, las ventajas del mercado o la escala de nuestras necesidades. Cuando los ciudadanos caen en la cuenta de la otra cara de la facticidad económica, los estragos en la Amazonia, las catástrofes alimentarias o ecológicas, entonces es alarmismo y se refuta con argumentos de validez. Obviamente las empresas son precisamente las más interesadas en preservar la salud de los ciudadanos o la naturaleza. Tanto la validez como la facticidad proporcionan alternativamente argumentos a favor de la humanidad-ciencia-industria-crecimiento económico y, en cambio sus argumentos a favor de la humanidad preocupada por el porvenir del planeta son más débiles. La economía escribe el futuro en términos fácticos, mientras que la política solo añade la guinda de la validez.
El concepto de facticidad es una herramienta para explicar como las decisiones que se tomaron entonces condicionan – o determinan - lo que pasa ahora, pero no es adecuado para predeterminar como se producirá el futuro a partir de las decisiones que se toman la misma mañana en que leemos el diario. Hasta ahora sabemos que el futuro se suele producir condicionado por tales decisiones, pero no únicamente por ellas y nunca en la forma exacta que pensaban los poderes que las aplicaban. Cuando las editoriales describen como procesos imparables la mercantilización del agua, la revolución agropecuaria, los sofisticados planes empresariales de la producción energética, etc., la sensación es que su proximidad a los poderes que planifican a favor de estos procesos les hace caer en el error de definir tales planes como realidades ya acontecidas.
En Diciembre del 2002 no cabe la menor duda que, desde la época de la, por así llamarla, toma de muestras casi todo ha ocurrido tal y como los editoriales presumían. Las noticias sobre las pequeñas y grandes catástrofes ecológicas han seguido salpicando las páginas de los cuadernillos locales o la sección de Sociedad del periódico como una marea negra dispersa por el océano que llega, en ocasiones en grandes manchas y en otras como pequeñas pelotas de fuel, hasta la playa de las tipografías. Al principio de este artículo advertimos que el sentido total de las editoriales que analizamos no puede ser totalmente comprendido hasta confrontarlo con el análisis del resto de las informaciones del diario, por tanto es preciso dejarlo aquí.
Bibliografía:
B. Bernstein (1977) “Class, Codes and Control” (2ª Ed.) Routledge & Keegan Paul, Londres. Hay traducción española en Akal, Madrid, 1984.
A. Espada (2002) “Diarios” Espasa Calpe, Madrid.
A. Giddens (1984) “Las nuevas reglas del método sociológico” Amorrortu, Buenos Aires.
A. J. Greimas (1966) “Semantique
Structurale, Larousse ”, Paris
J. Habermas (2001) “Facticidad y validez” Trotta, Madrid.
J. Ibáñez (1979) “Mas allá de la sociología” S. XXI, Madrid.
K. Jensen y N. Jankowski (1993) “Metodologías cuantitativas de investigación en comunicación de masas”, Bosch Casa editorial, Barcelona.
T. Martín-Crespo (1999) “Percepción social del medio ambiente en España” en M. Pardo (Coord.) “Sociología y Medio Ambiente: estado de la cuestión” Fund. Fernando de los Rios - UP Navarra, Madrid
F. Palop (1998) "Un modelo de clasificación de contenidos del discurso: usos, función e imagen" Actas VI Congreso Español de Sociología, La Coruña, accesible en http://www.uv.es/~palop
F.Palop (2001) “Razón ecológica y ética del lucro” Actas VII Congreso Español de Sociología, Salamanca.
K. L. Pike (1971) “Language in Relation to a
unified Theory of the Structure of Human Behavior” , The Hague, Mouton.
J. M Rodriguez Victoriano. (2002) “Los discursos sobre el medio ambiente en la sociedad valenciana” Quaderns de ciències socials, 8
Andrés Tornos (1979) “Semiología religiosa de la canción española” Tesis de Licenciatura presentada en la Universidad Complutense de Madrid.
T. Van Dijk (1996) “La noticia como discurso. Comprensión, estructura y producción de la información” Paidós, Barcelona.
[1] Los antecedentes de este trabajo son dos comunicaciones anteriores. La primera “Uso, función e imagen” Actas del VI Congreso Españolde Sociología, 1998, de La Coruña describe básicamente la técnica ; la segunda “Razón ecológica y ética del lucro”.Actas delVII Congreso Español de Sociología, Salamanca, 2001, realiza un primer desbroce de los materiales empíricos y la puesta a punto de su aplicación a esta misma muestra periodística.
[2] Todos estos
usos están relacionados tanto sintagmática como paradigmáticamente con sus contrarios y así lo aplico, es decir,
desactivar el reactor connota el significante de activar el reactor.
[3] Aquí hay que notar que tal como comentaba en Palop(1998) los Verdes alemanes reciben en este mismo periodo un tratamiento estelar en la Sección de Internacional, al coincidir con la Presidencia alemana de la UE.
[4] La responsabilidad que les atribuye el texto es únicamente la de haber causado el problema sin que de ello se derive ninguna otra responsabilidad civil o penal.
[5] J. Habermas “Facticidad y validez” Trotta, Madrid, 2001. El editorialista se ha
mostrado apto para definir tanto lo que es fáctico como lo que es válido. El
resultado, sin embargo, presenta contradicciones que parecen un caso más de las que analiza Habermas en su reflexión sobre la discusión jurídica del tema
[6] En realidad, de acuerdo con el texto, los ciudadanos electores de los Verdes alemanes
son también capaces de preocupar a sus representantes políticos con la petición posterior de explicaciones por
sus decisiones políticas.