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militares de alta graduación en situación de reserva o retiro
han firmado un manifiesto en contra de la contra Irak. Rechazan el concepto
de "guerra preventiva"
y piden que España no participe militarmente en una guerra unilateral
de Estados Unidos.
M.
Á. M./ Éste es el texto íntegro
del manifiesto, junto con sus firmantes.
La legislación española,
como la de otros países de nuestro entorno, limita la libertad de
expresión de los militares, sobre todo en lo referente a las decisiones
del Gobierno, y mucho más en situaciones como las que actualmente
atraviesa nuestro país en relación a la crisis de Irak. Sin
embargo, precisamente por la gravedad de la situación prebélica
en la que nos encontramos y tras las multitudinarias manifestaciones celebradas
en todo el mundo y muy especialmente en España, parece echarse en
falta la toma de postura pública de quienes lógicamente estarían
llamados a tener un especial protagonismo si los actuales preparativos
culminan en un conflicto bélico: los miembros de las Fuerzas Armadas.
Si no se han manifestado ha sido, precisamente, por esas limitaciones que
pesan sobre la Institución.
Es evidente, sin embargo,
que sus sentimientos y sus convicciones respecto al empleo de la fuerza
para resolver conflictos políticos serán, seguramente, tan
intensos o más que los del resto de los ciudadanos.
Por ello, los firmantes de
este manifiesto, militares en situaciones de reserva o de retiro, sin pretender
arrogarse representatividad alguna sobre el resto de los integrantes de
las Fuerzas Armadas, pretenden expresar sus puntos de vista a título
individual, pero sin duda matizado por su pasado profesional y su convicción
democrática, sobre esta grave coyuntura en la que vivimos.
En este sentido manifestamos:
1. El concepto de "guerra
preventiva" nos parece una perversión que nos retrotrae a los interesados
pretextos, tanto territoriales como económicos, raciales, ideológicos
o religiosos que se utilizaron para desencadenar todos los terribles conflictos
que asolaron a la Humanidad en el pasado, y que la Carta de las Naciones
Unidas ha pretendido erradicar.
2. La existencia de dictaduras
y regímenes similares es, sin duda, una lacra que oprime a una larga
lista de pueblos en estos momentos, como es el caso de Irak, cuyo dictador
Sadam Hussein ha asesinado a sus propios conciudadanos con armamento, por
cierto, proporcionado por países occidentales cuando era su aliado
coyuntural, pero, ya entonces, igualmente dictador.
3. Creemos firmemente que
la solución de estas situaciones, amenazantes para los pueblos,
no consiste en un ataque armado que sufrirá, sobre todo, ese pueblo
oprimido. Además, en el supuesto, siempre incierto, de una guerra
rápida, las reacciones de los grupos islámicos radicales,
dentro y fuera de Irak, prolongarán el problema y retrasarán
su solución mucho más que si se siguen agotando las vías
diplomáticas.
4. Participamos del criterio
de quienes han manifestado, con datos consistentes, que están por
la solución del conflicto a través de la presión política
y diplomática, el bloqueo del mercado de armamento, la inspección
continuada y, si hiciera falta, incluso por el envío de Cascos Azules
para cumplir tareas de paz e intermediación, antes sin duda que
por un ataque armado.
5. No creemos que Irak represente
un peligro para la soberanía, la independencia o la integridad territorial
o el ordenamiento constitucional de España, supuestos que la vigente
Constitución señala para que nuestros Ejércitos intervengan,
a las órdenes del Gobierno. Si se llegase al conflicto bélico,
la intervención española podría crear problemas de
conciencia a los participantes activos si esta intervención no se
diera dentro de una coalición bajo bandera de la ONU.
6. Nos parece gravemente
preocupante el apoyo del Gobierno en los foros internacionales al belicismo
unilateral del Gobierno actual de Estados Unidos, lo que supone alejarnos
de las formulaciones moderadas de países como Francia y Alemania,
con quienes nos unen intereses e ideales comunes y cercanos, sin que ello
signifique en absoluto un alejamiento del pueblo americano, pero no solamente
por esas expectativas de beneficios a las que se refería recientemente
el Gobernador de Florida, Jed Bush, cuya exposición fue francamente
lamentable.
7. Estas actitudes suponen
dar la espalda a las movilizaciones celebradas en días pasados,
que exigían una opción pacífica, por lo que creemos
fielmente que la armonía y la paz mundiales sólo pueden conseguirse
mediante el respeto a las aspiraciones populares y el acatamiento de los
acuerdos legales internacionales.
Consideramos, por lo tanto,
que el Gobierno español debería tener en cuenta los factores
hasta aquí señalados, con objeto de emplear todos sus recursos
diplomáticos, políticos e intelectuales para promover la
paz y la justicia, tratando de impedir la guerra o cualquier forma de agresión
armada, y, en todo caso, no comprometer la participación de España
ni de ninguno de sus recursos militares y logísticos en un conflicto
bélico promovido de forma unilateral.
20 de febrero de 2003
Firmado:
Alberto Piris, general de
Brigada
José Luis Crespo,
coronel
Luis Otero, coronel
Francisco Bravo, coronel
José Fortes, coronel
Valero Ramos, coronel
Javier Perote, coronel
Octavio Vazquez, coronel
Carlos Blanco, coronel
Jesús M. Consuegra,
coronel
R. Alvarez Ballarín,
coronel
Francisco Casanova, Tte.
coronel
Rafael Tejero, Tt. coronel
Antonio Manzanedo, Tt. coronel
J.Ignacio Domínguez,
Tt.coronel
José Rodríguez
Marín, Tt.coronel
Fernando Reinlein, Tte. coronel
Antonio Mayra, Cap. de Fragata
Armando Mayra, Cap. de Fragata
Gabriel Cardona, comandante
Julián Delgado, comandante
Pascual Alonso Valléz,
comandante
Angel García Oviedo,
capitán
Luis Alonso Vallés,
capitán
Faustino Cangas, capitán
Camilo Pena, teniente