ENTRE ZIPI I ZAPE Y ALÍ BABÁ
JOSEP VICENT BERGON

De una forma que entiendo resignada y casi cotidianamente, me desayuno -tostadas y café con leche aparte- con la columna del señor Gauden Villas en Levante-EMV, del cual admiro, como no, la abundante y fina ironía con la que suele tamizar sus escritos.

Y en este sentido Entre Marx y Zipi y Zape”, uno de los últimos publicados, constituye en si un auténtico alarde imaginativo en tanto que citando a los comunistas dice, refiriéndose a la Moncloa, que “Allí acuden sus líderes a los aquelarres izquierdistas que les organiza Pepiño en los que se queman fotos de Milton Friedman y se pinchan con alfileres de palmo muñecas de trapo con las efigies de Bush y Aznar”

Y la verdad es que aunque me cuesta trabajo imaginarme al señor Pepiño Blanco vestido de “meiga”, también es cierto que según dicen “haberlas, haylas”, así que tendré que creer en lo que dice el señor Villas. Lo más probable es que aquel acudiría seguramente a algún conjuro mágico -quien sabe si ya se encontraba pinchando alguna muñeca de trapo- para conseguir que el Partido Popular pasara de gobernar con mayoría absoluta a estar en la oposición, una situación sin parangón en esta todavía joven democracia en que nos encontramos.

En fin, quizás a tenor de lo expuesto por el señor Gauden, tal vez aquella debacle fuera simplemente cosa de brujería y en absoluto consecuencia de unos errores jamás reconocidos.

Admiro por otro lado su innata capacidad para transformar la realidad _qué cosas!_ acudiendo al chascarrillo fácil referido al nuevo dirigente comunista, Cayo Lara, haciendo uso de su ya reconocido talante imaginativo en una forma que entiendo ciertamente desproporcionada: “Con él, el corazón del partido late con bravura, una brisa de ilusión recore los pasillos del politburó y en las alcobas de los militantes no falta ya quien sueña con el Frente Popular”

Y todo ello a causa de un simple equívoco en torno a una declaración supuestament atribuida a Carlos Marx, que si bien resultó falsa en su contexto estricto, sí es cierto que realizó alguna otra de carácter muy similar, como es el caso por ejemplo de la cita al respecto contenida en el Capital, en su capítulo treinta correspondiente al volumen tercero, ya argumentada por su partido y que naturalmente el señor Villas omite, ante la imposibilidad, quizás, de sacarle punta.

En 1848 además, inmediatamente después de la Revolución Industrial en Inglaterra, Marx y Engels pronosticaron que “Los gigantescos medios de producción y del intercambio, generados por la sociedad capitalista, finalmente terminarán en un caos económico totalmente anárquico…..”

Y el 27 de junio de 1865, en su discurso “Valor, Precio y Ganancias”, dirigido al Consejo General de la I Internacional, Marx explicaba que al llevar los trabajadores asalariados toda la carga de la realización del capital, garantizaban todos los riesgos y las aventuras especulativas del mismo, que al final además acabarían padeciendo. (Lo cual en la tesitura en que nos encontramos actualmente cobra plena vigencia.)

Volviendo, pero, a la fácil ironía sarcástica del señor Villas, dice que dicen que Zapatero, además de desaconsejarle al señor Cayo Lara que leyera a “ese tipo de autores tan aburridos”, le mandó a casa unos cuantos teberos de Zipi i Zape, personajes obra de Escobar si no recuerdo mal, que personalmente aprecio bastante más en su fútil intrascendencia que la igualmente posible recomendación de Aznar a Rajoy de que leyera la historia de Alí Babá y los cuarenta ladrones, de la cual, supuestamente claro, se han empapado un buen número de sus seguidores y acólitos.