Uri Avnery

1.11.03
Las Células del Cáncer
 
En la Guerra de los Seis días, cientos de soldados israelíes fueron asesinados mientras atacaban el desierto del Sinaí, Cisjordania y los Altos del Golán.

Más de 2000 soldados israelíes fueron asesinados en la defensa de los territorios conquistados en la Guerra de Yom-Kippur.

En los 18 años de la Guerra del Líbano, más de mil soldados fueron asesinados mientras conquistaban y ocupaban el Sur del Líbano.

Se habrían sorprendido al saber que fueron "asesinados". Quizás se sentirían insultados. Después de todo, no eran perseguidos judíos desvalidos en el guetto muertos por cosacos ebrios durante un pogromo. Cayeron como soldados en guerra.

Ahora regresamos al guetto. De nuevo somos judíos pobres, temerosos. Incluso cuando estamos de uniforme. Incluso cuando nos armamos hasta los dientes. Incluso cuando tenemos tanques, aviones, proyectiles y la opción nuclear. ¡Ay!, nos asesinan.

La aplicación del verbo "asesinar" a soldados en combate que caen en acción es una novedad semántica de la presente intifada en la era de Sharon. En la última semana de forma patente, a continuación de dos incidentes militares.

En el pueblo Palestino de Ein Yabroud, tres soldados fueron emboscados y muertos. Su misión era salvaguardar la carretera al asentamiento cercano de Ofra, al norte de Ramallah. Estaban patrullando la calle principal del pueblo, siguiendo su regular ruta, a pie. Atrás en su camino, tres combatientes palestinos estaban apostados esperándoles, mataron a tres e hirieron a uno. Los asaltantes escaparon.

Una acción clásica de la guerrilla. No del terrorismo. Ni un ataque a civiles. La acción de guerrilleros contra soldados armados en una área ocupada. Si hubiera estado involucrados los soldados alemanes en Francia o los soldados franceses en Argelia, nadie habría soñado con decir que estos fueron "asesinados". Pero en nuestra televisión, los corresponsales militares hablaron de los tres siendo "asesinados" por "terroristas".

Unos días después, un acto aún más impactante tuvo lugar. Un solo combatiente palestino cruzó a través de la valla del asentamiento de Netzarim en la Franja de Gaza, entró en un campamento militar y mató a tres soldados -un hombre y dos mujeres-. Fue perseguido y muerto.

En relación con este incidente, también, los corresponsales militares dijeron en la televisión, sin pestañear, que los tres fueron "asesinados" por "terroristas" en una acción "terrorista".

¿Asesinato? ¿Terrorismo? ¿Contra soldados de uniforme? ¿Dentro de un asentamiento fortificado?

Merece la pena analizar este incidente a fin de entender en conjunto la presente campaña militar.

Netzarim es un pequeño asentamiento, aislado en la orilla del mar, en el corazón de la franja de Gaza, lejos de cualquier otro asentamiento. Se implantó en medio de una población palestina de un millón y cuarto, la mitad de ellos refugiados, en el lugar de la tierra más densamente habitado. Un batallón entero de las IDF lo defiende, y no es suficiente. Para llegar a Israel, uno tiene que cruzar la anchura total de la Franja de Gaza. Todo el tráfico se hace con vehículos blindados. Hasta ahora, más de veinte soldados han sido muertos en la defensa del asentamiento y de la carretera que lleva a él.

¿ De locos? Los propios colonos sostienen que fue el ejército el que había exigido preparar el asentamiento como una base para la observación y el mando. Los fundadores nacionalistas-religiosos fanáticos han desaparecido desde entonces, su lugar ha sido tomado por aventureros que arriesgan sus propias vidas y las de sus hijos –por no mencionar a los soldados, varones y hembras que no tienen ninguna elección---. El gobierno los sacrifica en el altar del asentamiento.

Los palestinos, por supuesto, sufren más que nadie. Cualquiera que se acerque al asentamiento es tiroteado. Cualquier cosa que estaba de pie o creciendo cerca, o a lo largo de la carretera, ha sido destruida o arrancada hace tiempo. Esta semana, el ejército demolió dos apartamento de bloques palestinos de elevada altura, de 12 plantas cada uno, situados a algunos centenares de metros del asentamiento, porque desde allí podría ser "observada" la actividad en el asentamiento. Es lo típico: como un cáncer en el cuerpo que gradualmente extiende su influencia maligna, cada asentamiento destruye sus ambientes despacio en un círculo que se va ensanchando cada vez más.

El proceso puede perfilarse como sigue: (1) En una cumbre, se fija un "fortín" consistente en una o dos caravanas sin el permiso gubernamental. (2) El gobierno declara que no tolerará tales acciones ilegales y habla de desmantelarlo. (3) El ejército les envía soldados que defiendan el fortín y dice que no puede dejar a los judíos en una región hostil sin protección mientras que estén allí, aún ilegalmente. (4) Por la misma razón, el fortín se conecta al agua, electricidad y red telefónica. (5) La discusión en el gabinete se pospone, y entre tanto el asentamiento se extiende. (6) El gabinete decide aceptar el hecho consumado y el fortín se convierte en un asentamiento legal. (7) El Gobernador Militar expropia grandes tramos de tierra cultivables para el desarrollo del asentamiento. (8) Una carretera de circunvalación es construida para permitir el movimiento seguro de colonos y soldados. Para este propósito, el ejército desposee más tramos de tierra cultivable de los pueblos palestinos vecinos. La carretera con su "área de seguridad" es de unos 60-80 metros de ancho. (9) Los palestinos intentan atacar el pago que se levanta en su tierra. (10) Para prevenir ataques en el asentamiento, una área de 400 metros de ancho alrededor del asentamiento se declara "zona de seguridad" cerrada a palestinos. Los dueños de olivares y campos de cultivos en esta área los pierden. (11) Esto provee la motivación de más ataques. (12) Por razones de seguridad, el ejército arranca todos los árboles que podrían permitir dar cobertura a un ataque al asentamiento o a la carretera que lleva a él. El ejército ha inventado una nueva palabra hebrea incluso para ello, algo como "exposicionamiento". (13) El ejército destruye todos los edificios desde donde el asentamiento o la carretera pudieran atacarse. (14) Como buena medida, son demolidos todos los edificios desde los que el asentamiento pueda observarse, también. (15) A cualquiera que se acerque al asentamiento se le dispara, en la sospecha de que viene a espiar o a atacar.

De esta manera el asentamiento siembra muerte y destrucción en un círculo que va ensanchándose. La vida de los pueblos palestinos en el vecindario se vuelve infernal. Pierden sus fuentes de sustento. Cientos de dichos pueblos se encuentran a veces atrapados entre dos o más asentamientos que los rodean por todos los lados, a veces levantados en sus patios. Sus vidas y sus propiedades están a merced de las bandas de colonos.

Este proceso ya ha sido llevado a cabo durante décadas por todos territorios ocupados. Es una ofensiva lenta, continua, diaria, inadvertida para los ojos israelíes. El año pasado, "la valla de la separación" se añadió, un monstruo que serpentea su recorrido adentrándose en Cisjordania para "defender" los asentamientos. Hace la vida de centenares de miles de palestinos próximos imposible.

Se supone que la cerca costará 10 mil millones de shekels (más de dos mil millones dólares). Es imposible calcular el costo de los propios asentamientos, qué ciertamente anda en muchos billones de shekels todos los años.

Es mucho más fácil calcular el precio en vidas humanas. La matanza de los tres soldados en Netzarim ha causado consternación. ¿Están empezando muchos israelíes a preguntarse -quizás por vez primera- ¿Por qué?, ¿ para qué?

El padre de uno de los soldados muertos en Ein Yabroud ha llamado a esto "la ruleta israelí". La madre de una soldado hembra muerta en Hebrón dio rienda suelta a su enojo en televisión: "¡Ella murió a causa de los colonos!" Hay muchas señales de una general serenidad, incluso en el mando del ejército.

¿Es este el principio de un cambio en la opinión pública? Podría ser.


Traducción: Carlos Sanchis