CLAVES DEL CONFLICTO EN ORIENTE MEDIO
Rafael Pla López
Para entender lo que ocurre sin caer en simplificaciones
distorsionadoras hay que analizar la evolución de las distintas
contradicciones implicadas.
En el multiforme conflicto en Oriente Medio intervienen, por un lado,
las potencias imperialistas, principalmente los Estados Unidos, el
Estado de Israel, los pueblos del Kurdistán y distintas expresiones
musulmanas, tanto chiítas como sunnitas (incluyendo los jeques árabes,
los Hermanos Musulmanes, Al Qaeda e ISIS). Vale la pena destacar que
las distintas ramas del chiísmo (que incluyen los alauitas de Siria y
los hutíes del Yemen) tienden a colaborar entre ellas, mientras que las
distintas fracciones del sunnismo tienden a confrontrarrse.
Por su parte, los Hermanos Musulmanes tienen distintas expresiones
locales, que incluyen el partido actualmente en el gobierno en Turquía
y Hamas en Palestina. Hay que recordar que Hamas fue promocionado en su
día por el Gobierno de Israel como contraposición al laicismo de Al
Fatah, pero después de que el Gobierno de Israel pactara con Al Fatah y
la OLP la creación de la Autoridad Nacional Palestina se encontró con
el rechazo de Hamas, que al continuar su lucha contra la ocupación de
Palestina fue etiquetado como el principal enemigo de Israel.
Y hay que recordar también que el terrorismo yihadista global tiene su
origen en los llamados "luchadores por la libertad" apoyados por los
Estados Unidos en su lucha contra la ocupación de Afganistán por la
Unión Soviética, entre los cuales se encontraba Bin Laden, que aunque
no hay pruebas de que estuviera directamente en la nómina de la CIA sí
está claro que contaba con su apoyo.
No obstante, su alianza con los Estados Unidos fue siempre muy frágil,
al ser éstos el principal apoyo del Estado de Israel en su ocupación de
Palestina, a la que se oponían los musulmanes de todas las tendencias.
Y dicha alianza se rompió a raíz de la primera guerra del Golfo, cuando
fuerzas militares norteamericanas se instalaron en Arabia Saudita como
base para invadir Irak a raíz de su ocupación de Kuwait: la
presencia de soldados "infieles" en lo que había sido la patria de
Mahoma fue considerado como una blasfemia por muchos musulmanes, e
impulsó a Bin Laden a la formación de Al Qaeda para luchar contra el
imperialismo norteamericano.
Hay que subrayar que la intervención en Irak de una coalición
encabezada por los Estados Unidos respondió a una exigencia de los
jeques árabes. De hecho, el gobierno de Sadam Hussein en Irak había
estado apoyado por los Estados Unidos frente a Irán, proporcionándole
incluso armas químicas. Y hay indicios de que Sadam Hussein consultó
con el gobierno norteamericano antes de invadir Kuwait, i entendió que
había recibido un consentimiento tácito para dicha invasión. Pero
fueron los jeques árabes, solidarios con el de Kuwait, los que se
opusieron enérgicamente a ella, arrastrando a Estados Unidos, cuyo
presidente, George H.W. Bush, estaba en el negocio del petróleo con
estrechos lazos con Arabia Saudita. De hecho, se cuenta que los jeques
árabes se congratularon de que no habían tenido que ir a luchar a
Kuwait porque ya lo hacían por ellos sus criados norteamericanos: la
"única superpotencia" actuó en la práctica como un títere de Arabia
Saudita.
En este contexto, Al Qaeda justificó sus ataques como respuesta a la
ocupación de Palestina y la presencia de infieles en tierras santas,
enfrentándose tanto con Estados Unidos como con los jeques árabes que
colaboraban con ellos, aunque la rigurosa versión wahabita del
mahometanismo que practicaban fuera también la que regía en Arabia
Saudita, además de en el Afganistán dominado por los Talibanes.
Hay que tener en cuenta, por otra parte, que Al Qaeda, que significa
"La Base", era una organización laxa, en red, donde sus distintas
expresiones locales gozaban de autonomía, aunque todas ellas
reconocieran el liderazgo de Bin Laden. En estas condiciones, Al Qaeda
no buscaba la conquista de un territorio, sino impulsar una yihad
global contra Estados Unidos y sus aliados: además de los jeques
árabes, los miembros del "trío de las Azores" que impulsó la segunda
guerra del Golfo, lo que llevó a los ataques terroristas de Madrid y
Londres.
Ahora bien, el desarrollo de la lucha contra la ocupación
norteamericana de Irak llevó a su expresión local, Al Qaeda en Irak, a
controlar una porción de su territorio, a raíz de lo cual cambió su
nombre por el de Estado Islámico.
En este contexto se produjeron dos hechos: por un lado, la captura y
asesinato de Bin Laden por un comando norteamericano, que debilitó el
liderazgo global de Al Qaeda; y por otro lado, el inicio de la guerra
en Siria.
Hay que recordar que las protestas de lo que se llamó "primavera árabe"
tuvieron en su origen un carácter laico, frente a gobiernos
autoritarios como los de Túnez y Egipto. Pero cuando consiguieron
derrocarlos y la convocatoria de elecciones libres, en éstas se
impusieron fuerzas islamistas alineadas con los Hermanos Musulmanes,
que contaban con mayor apoyo popular aunque no hubieran participado
directamente en las protestas.
Pero en Siria los Hermanos Musulmanes hegemonizaron rápidamente las
protestas, dándoles un cariz de confrontación entre una supuesta
mayoría sunní y la minoría alauita vinculada al gobierno. Y las
movilizaciones inicialmente pacíficas devinieron rápidamente en
confrontaciones violentas, con la actuación de francotiradores y de
combatientes extranjeros, promocionados por los jeques árabes,
especialmente de Arabia Saudita y Qatar, que, desde luego, estaban muy
lejos de tener objetivos democráticos.
En este contexto, y después de que los levantamientos en Túnez y Egipto
habían hecho caer a gobernantes vinculados al imperialismo
norteamericano, éste vio la ocasión de propiciar el derrocamiento del
gobierno de Siria que, como Gadafi en Libia, no estaba alineado con él.
Y emprendió, junto con la Unión Europea, una campaña de apoyo a la
oposición armada al gobierno de Siria, proporcionándole información de
inteligencia y apoyando el suministro de armamento a la misma,
fundamentalmente desde Arabia Saudita y Qatar, así como la entrada de
combatientes extranjeros, fundamentalmente a través de la frontera con
Turquía.
Supuestamente, el apoyo de Estados Unidos y de la Unión Europea iba
dirigido a los que llamaban "moderados", organizados en el llamado
Ejército Sirio Libre. Pero pronto éstos fueron desbordados por la
expresión local de Al Qaeda, llamada Frente Al Nusra. I frecuentemente
el armamento que enviaban a los supuestos "moderados" llegaba a las
manos de dicho Frente, que en ocasiones se enfrentaba militarmente con
el llamado Ejército Sirio Libre, pero también a menudo colaboraban para
combatir al gobierno de Siria, con frecuentes trasvases de combatientes.
El salvajismo del Frente Al Nusra y su vinculación con Al Qaeda
obligaba a Estados Unidos y la Unión Europea a desmarcarse públicamente
del mismo. Pero en tanto que era una entidad local que centraba su
lucha contra el gobierno de Siria, no les preocupaba demasiado su
actuación ni que el armamento que enviaban llegara a sus manos.
Ahora bien, el Estado Islámico de Iraq (que, recordemos, era la
expresión de Al Qaeda en Iraq) aprovechó la guerra de Siria para
extenderse a su territorio, con el nombre de Estado Islámico de Iraq y
el Levante (ISIS o Daesh por sus siglas en diferentes lenguas).
Ello, no obstante, contravenía las reglas globales de Al Qaeda, que se
basaba en el respeto a la autonomía de sus expresiones dentro de cada
Estado, por lo cual fueron desautorizados por su dirección.
Y en esta situación ISIS aprovechó la retirada de las tropas
norteamericanas de Irak para lanzar allí la ofensiva que condujo a la
captura de Mosul y la proclamación de un Califato islámico.
Hay que destacar que el funcionamiento de ISIS divergía esencialmente
del de Al Qaeda: donde ésta pretendía ser una red laxa, agrupando a la
Umma, la comunidad de los creyentes, ISIS se configuraba como una
organización centralizada, de carácter estatal, como se expresaba con
su mismo nombre y con la proclamación del Califato. ISIS, por su parte,
no promovía en esa fase un yihadismo global, sino la conquista de
territorio para dicho Califato.
Ello significaba que el ISIS que actuaba en Siria era la misma
organización que combatía en Irak con el gobierno títere de dicho país
apoyado por los Estados Unidos. Cosa que impedía al gobierno de los
Estados Unidos inhibirse ante su actuación.
Por otra parte, el carácter territorial de la lucha del ISIS hacía que,
a diferencia de Al Qaeda, no se enfrentara directamente con los jeques
árabes ni con el Estado de Israel, lo que facilitaba el apoyo directo o
indirecto de éstos frente a lo que consideraban enemigos comunes,
especialmente el chiísmo vinculado a Irán. Especialmente notoria ha
sido la connivencia del ISIS con el Estado de Israel, donde
frecuentemente eran atendidos sus combatientes heridos.
No obstante, y por las razones dichas, el gobierno de los Estados
Unidos, y sin dejar de pretender el derrocamiento del gobierno de
Siria, se vio forzado a intervenir en la lucha contra el ISIS,
principalmente a través de ataques aéreos en colaboración con países
europeos, principalmente Francia. Y dicha intervención provocó que el
ISIS, que hasta ese momento se había abstenido de practicar el
yihadismo global, procediera a organizar ataques terroristas como
represalia en países occidentales, principalmente también en Francia.
Y la situación se hacía más compleja por la participación de otros
agentes, como los kurdos (de Irak y de Siria) y el ya mencionado Irán
chiíta.
La ofensiva de ISIS en Irak se dirigió a la conquista de Kobane, la
principal plaza del Kurdistán sirio. Pero allí se encontró con la
fuerte resistencia del YPG (Unidades de Protección Popular) y el YPJ
(Unidades Femeninas de Protección), vinculadas al PKK, el Partido de
los Trabajadores de Kurdistán, con una ideología socialista libertaria,
y probablemente las fuerzas más genuinamente de izquierdas en la zona.
En este contexto, la defensa de Kobane adquiría un carácter crucial
para frenar la expansión de ISIS, y el gobierno de los Estados Unidos
se vio forzado a mostrarles su apoyo, proporcionando incluso apoyo
aéreo a su resistencia.
Lo que complicaba la situación era la posición del gobierno de Turquía,
radicalmente opuesto a la autonomía de los kurdos y enfrentado con el
PKK, por lo que, después de haber tolerado la entrada de combatientes
para el Frente Al Nusra y el ISIS, cerró la frontera para impedir la
entrada de kurdos de Turquía para apoyar la resistencia de Kobane,
próxima a dicha frontera. Finalmente, y por la presión del gobierno
norteamericano, permitió el paso de una unidad kurda, pero procedente
de Irak.
Finalmente, Kobane fue el Stalingrado de la guerra de Siria, y la
derrota allí del ISIS supuso el fin de su expansión y el inicio de su
retirada.
Al mismo tiempo, en el frente oriental contra el ISIS en Irak se hacía
esencial el apoyo de Irán y de las milias chiítas vinculadas a su
gobierno para la defensa del gobierno también chiíta de Irak aliado de
los Estados Unidos. Esta situación propició el inicio de negociaciones
entre los gobiernos de Irán y de los Estados Unidos que finalmente
condujo a un acuerdo entre ellos.
Por su parte Rusia, ahora una potencia capitalista, se había encontrado
con la política expansionista de la OTAN, pretendiendo cercarla
expandiéndose a territorios que habían sido parte de la Unión
Soviética, como Georgia y Ucrania. Ello produjo una reacción del
nacionalismo ruso encabezado por Putin, que había visto cómo la
declaración de una zona de exclusión aérea en Libia por el Consejo de
Seguridad, votada a favor por Rusia y China, había conducido a una
campaña de bombardeos de la OTAN hasta conseguir el derrocamiento de
Gadafi. Con este precedente, el gobierno de Rusia se opuso a cualquier
sanción contra Siria y reforzó su alianza con su gobierno,
proporcionándole apoyo aéreo en la guerra en su país.
El gobierno de Turquía, por su parte, se encontraba en una situación
contradictoria: como aliado de Estados Unidos en la OTAN se veía
forzado a enfrentarse con el ISIS, pero por otro lado veía a las
fuerzas kurdas vinculadas al PKK como su principal enemigo. En este
contexto desarrolló una campaña de bombardeos en el norte de Siria
tanto contra las fuerzas del ISIS como, principalmente, contra las
kurdas. Y cuando la ofensiva kurda del YPG amenazaba con liberar del
ISIS el Kurdistán sirio estableciendo allí una autonomía de hecho,
lanzó una ofensiva terrestre contra el ISIS para contrarrestar el
protagonismo kurdo en su derrota.
Pero el YPG se ha unido con organizaciones árabes para formar las
Fuerzas Democráticas Sirias, que han lanzado una ofensiva contra el
ISIS dirigida a recuperar la ciudad de Raqqa, considerada la "capital"
del ISIS en Siria.
Y al mismo tiempo, fuerzas kurdas en Irak, junto con milicias chiítas y
el ejército regular de Irak han lanzado una ofensiva, con el apoyo
aéreo de Estados Unidos, para recuperar Mosul, considerada la "capital"
del Califato del ISIS. Hay que decir que los kurdos han vetado la
participación turca en dicha ofensiva, y que parece haber un acuerdo
para que sólo el ejército regular entre dentro de la ciudad, para
disipar los temores a represalias sectarias en ella.
Y las fuerzas del gobierno de Siria junto con milicias aliadas como el
Hezbolá libanés, con el apoyo aéreo de Rusia, han lanzado una ofensiva
en Alepo que ha conseguido ya recuperar la mayor parte de la ciudad.
En este contexto se ha producido la victoria electoral de Donald Trump
en los Estados Unidos. Hay que decir que Obama, al tiempo que impulsaba
determinadas libertades cívicas dentro de los Estados Unidos (como el
reconocimiento del matrimonio homosexual) ha continuado desarrollando e
incluso ampliando una política de intervención imperialista mundial,
orientada a cercar tanto a Rusia como a China, sin más reserva que
evitar la muerte de soldados norteamericanos, por lo que ha priorizado
el uso de bombardeos que provocan bajas civiles así como el uso de
drones. Y en cambio Trump, al tiempo que propugna una política racista,
xenófoba, homófoba y machista dentro de los Estados Unidos, parece
orientarse a un repliegue aislacionista en política internacional, por
lo que previsiblemente cese en el acoso al gobierno de Siria evitando
la confrontación con Rusia y facilitando así el final de la guerra en
Siria con la derrota de los diferentes grupos yihadistas que han venido
protagonizando la lucha armada contra su gobierno.