Allá por 1970, en una reunión entre representantes estudiantiles y de
CC.OO., un dirigente de la organización estudiantil del PCE se dirigió
a un joven obrero preguntándole si tenía clara la importancia de las
reivindicaciones concretas. El joven obrero, abriendo unos ojos como
platos, le contestó: "
Es que si no no comemos".
Me ha venido a mientes esa anécdota después de leer en Público el artículo de
Carlos Taibo titulado "
Miserias del progresismo", en el que entre otras cosas arremete contra "
una visiblemente abusiva sacralización de salarios y derechos sociales".
Entiendo que Carlos Taibo, que como yo es profesor de Universidad, no
sienta las reivindicaciones salariales como prioritarias. Más extraña
parece su falta de empatía con los millones de parados o trabajadores
precarios cuyo problema más inmediato es cómo llegar a final de mes.
Pero es que además el profesor Taibo, al contrario de lo que podía dar
a pensar el título de su artículo, no remite a la órbita del PSOE, sino
que arremete contra "
el grueso de los partidos y de los sindicatos que, conforme a la descripción más común, están a la izquierda del PSOE".
La verdad es que no tengo claro cuáles son los sindicatos que están "a
la izquierda del PSOE", pero respecto a los partidos u organizaciones
políticas, esa referencia inducirá a la mayoría de los lectores a
pensar en Izquierda Unida y en el PCE. Pero la perplejidad aumenta
cuando el profesor Taibo les acusa de no cuestionar el capitalismo. Por
lo tanto, y dado que la última Asamblea de Izquierda Unida se definió
inequívocamente como anticapitalista, y que el reciente Congreso del
PCE ha optado rotundamente por el socialismo como alternativa al
capitalismo, nos quedan únicamente dos opciones: o el profesor Taibo
desconoce olímpicamente la posición de Izquierda Unida y del PCE, o se
refiere a unas desconocidas organizaciones procapitalistas "
a la izquierda del PSOE".
Con todo, el trasfondo del artículo de mi colega se expresa tanto en su desprecio de las reivindicaciones salariales y de "
derechos sociales"
como en el extraño razonamiento de que, al criticar el neoliberalismo,
se estaría aceptando el capitalismo. Extraño razonamiento,
efectivamente, dado que el neoliberalismo es el capitalismo realmente
existente, y parece difícil atacar en lo concreto al capitalismo sin
cuestionar el neoliberalismo.
El problema es que mi colega parece pretender limitarse a una crítica
global del sistema sin enraizarla en la lucha por los problemas
concretos de la gente trabajadora. Pero las mayorías sociales no se
movilizan únicamente por abstracciones, y sólo acceden a plantear
alternativas globales a partir de la lucha por sus reivindicaciones
concretas. Esas reivindicaciones concretas cuya importancia mi camarada
estudiante comprendía por el estudio de la línea del Partido y de las
obras de Marx y Lenin, pero que mi camarada obrero, que por cierto ha
sido conocido recientemente por enarbolar una bandera republicana en
sede parlamentaria, comprendía a partir de su propia vida.
Y sin embargo Carlos Taibo es un aliado objetivo de la clase
trabajadora. Y lo será más todavía en la medida en que asuma su
condición social de trabajador intelectual, renunciando a la
presuntuosidad de un intelectualismo elitista que desprecia los
problemas concretos de la clase a la que objetivamente pertenece.