Justo cuando el sector "comercial" (.com) de Internet entra en crisis, al Gobierno del PP se le ocurre preparar una "Ley de Servicios de la Sociedad de la Información" (LSSI) que, destinada teóricamente a regular el uso comercial de la red, está redactada en unos términos tan genéricos que puede servir para un intento de control gubernamental de la libre circulación de información en Internet, con independencia de que persiga o no fines lucrativos. Podéis leer en  http://www.kriptopolis.com/ un amplio seguimiento tanto del proyecto gubernamental como de la respuesta de los internautas.

Debo decir, con todo, que no comparto el alarmismo de los compañeros de Kriptópolis, y no porque el Gobierno del PP no pueda abrigar los aviesos propósitos que le atribuyen, sino porque no creo que sean viables. Ciertamente, el PP, igual que pretendía controlar Euskadi, igual que pretende controlar las Universidades, puede pretender controlar Internet. Pero Internet es terreno poco fértil para tales intentos totalitarios, y previsiblemente su patinazo no sería menor que el que se ha pegado en Euskadi. En el caso de Internet, además, la "globalización" juega en contra suya: ¿cómo va a controlar, por ejemplo, los dominios de Internet registrados por l@s ciudadan@s del Estado Español, cuando éstos pueden registrarse en cualquier país del mundo? Me parto de risa imaginando al Gobierno requiriéndome que le dé cuenta de dónde tengo ubicado el dominio alteritat.net que he registrado recientemente... ¡cuando ni yo mismo sé muy bien dónde está físicamente ubicado!

Internet, vaya, es muy difícil de controlar, por el Estado... o por el Mercado: .com baja, .org sube. .org, .net, y en general todas las ramas de Internet ajenas a propósitos mercantiles. Ciertamente, Internet se seguirá utilizando para transacciones comerciales electrónicas (aunque parece que es más usada para las transacciones entre empresas que entre empresas y particulares). Pero el globo del comercio electrónico ha empezado a desinflarse: muchos proveedores de Internet, conocedores de la alergia al mercantilismo entre los internautas, han jugado a ofrecer servicios gratuitos trufados de publicidad... para descubrir que la mayoría de los internautas que accedían, por ejemplo, a páginas web con anuncios superpuestos pasaban olímpicamente de dichos anuncios. Yo mismo, por ejemplo, he ubicado provisionalmente el dominio http://alteritat.net, destinado a albergar en un futuro las páginas de la RedRoja, en un servidor "gratuito con publicidad": si accedéis al mismo, os recomiendo que simplemente hagáis scroll hacia abajo haciendo caso omiso de los anuncios que aparecen arriba en un banner o banda publicitaria.

Precisamente porque nos han descubierto el truco, es previsible que, siguiendo la crisis de los .com, los servidores "comerciales-gratuitos" vayan progresivamente pasando a mejor vida. Por ello, el futuro de Internet está en su desarrollo como servicio público. Ojo, servicio público, no estatal. Lo que debe hacer el Estado es garantizar una tarifa plana asequible favoreciendo tanto que todo el mundo se conecte a Internet como que todo tipo de colectivos y asociaciones puedan gestionar sus propios servidores. Precisamente para favorecer el desarrollo público y libre de Internet es necesario desalojar democráticamente del poder a quienes albergan propósitos totalitarios de control como los que se traslucen en el proyecto de LSSI.

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Rafael Pla-Lopez
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