RedRoj@

PUBLICO-PRIVADO

Cookies y patentes. Buenas y malas noticias. Cualquiera de éstos podía haber sido el título de este artículo, pero finalmente he optado por el que aparece arriba, que resume las cuatro caras de la moneda. En efecto, en relación a los bienes y productos, incluídos los programas informáticos y las ideas, el poder global defiende su carácter privado y patentable. Nosotros (un nosotros ampliamente mayoritario entre internautas) defendemos que sean públicos, que los programas sean de código abierto, públicamente conocido, y de libre uso (lo que se conoce como la filosofía GNU que inspira el desarrollo del sistema operativo Linux). Por contra, en relación a los datos y mensajes personales el poder global pretende que sean accesibles al espionaje gubernamental y publicitario. Nosotros defendemos su privacidad. De modo que lo que ellos quieren que sea privado, nosotros queremos que sea público, y viceversa. Es singular cómo la derivación de las palabras subvierte su significado: privatizar se opone a privacidad, y lo público se opone a lo publicitario.

Por ello, son una mala noticia las sombras que se ciernen sobre el programa PGP de encriptación, destinado a proteger la privacidad de las comunicaciones, cuyo código dejó de ser abierto a partir de la versión 6.5.8, a raíz de su compra por Network Associates, que ahora quiere venderlo. La buena noticia es que existe una alternativa: GnuPG, un programa de encriptación basado en los mismos principios y el mismo estándar OpenPGP, pero libre y de código abierto, que puede obtenerse desde http://www.gnupg.org/es .

También son una mala noticia los intentos en la Organización Mundial de Comercio de extender la patentabilidad de las ideas. Así como el acuerdo del Consejo de Europa, a las órdenes del Gran Hermano Bush, para obligar a los servidores de Internet a conservar durante 90 días los datos de navegación de los clientes sospechosos, aparentemente sin la orden judicial que por el contrario requiere el Parlamento Europeo para la retención de tales datos. Habrá que estar vigilantes para defender en el Parlamento Español la posición democrática del Parlamento Europeo frente a la autoritaria del Consejo de Europa.

Y otra buena noticia, según nos cuenta también R.C. en el Ciberp@ís del 22 de noviembre, es la prohibición por el Parlamento Europeo del uso de cookies en páginas web que extraigan datos de nuestros ordenadores personales sin nuestro permiso.

En definitiva, las espaldas siguen en alto, y continúa la lucha por lo público frente a lo privado y por la privacidad frente a la publicidad. El ciberespacio es nuestro, de todos y todas. No dejemos que nos lo arrebaten los gobiernos y las grandes empresas.