Hubo un tiempo en que la "compatibilidad" informática
hacía referencia a los ordenadores personales de IBM.
Posteriormente, y en la medida en que Microsoft domina una parte
importante del mercado, aparece en primer plano la compatibilidad con
sus productos. Pero al mismo tiempo, y a medida que los programas de
dominio público se van extendiendo, aparece la necesidad de una
compatibilidad alternativa con ellos.
En la lucha entre los programas libres, de dominio público, y
los programas "propietarios" como los de Microsoft, podríamos
distinguir tres niveles de participación. En los extremos
están, por un lado, los programadores informáticos que
colaboran a través de todo el mundo para desarrollar programas
como el sistema operativo Linux, el procesador de textos de OpenOffice
y el navegador de Mozilla, y ofrecerlos para su libre uso. Y por otro
lado, los usuarios que tienen la opción de escoger entre dichos
programas gratuitos y los que venden Microsoft u otras empresas
informáticas.
Ahora bien, entre unos y otros están los que podríamos
llamar "expertos" o "usuarios avanzados", que utilizando herramientas
informáticas preexistentes generan productos para su uso por lo
que podríamos llamar "usuarios finales". Así, y
ciñéndonos al campo de la navegación por Internet,
están las miles de personas que diseñan páginas
web.
Pues bien, aquí es donde surge el problema de la compatibilidad
de dichas páginas web con un navegador libre como Mozilla. Y el
problema surge por el hecho de que Microsoft introduce
sistemáticamente utilidades para su navegador Internet Explorer
que no se ajustan a los estándares recogidos en las
especificaciones de la World Wide Web Consortium (o W3C). De hecho,
intenta sustituir dichos estándares internacionalmente acordados
por los suyos propios, privativos de Microsoft, para "blindar" el
actual predominio del Internet Explorer, conseguido fraudulentamente
por su vinculación con las últimas versiones del sistema
operativo Windows. Y muchos diseñadores de páginas web,
incluso de organizaciones alternativas de izquierdas, caen en dicha
trampa al confeccionar tales páginas con herramientas de
Microsoft y empleando utilidades que no funcionan con otros navegadores.
La responsabilidad de tales diseñadores de páginas web es
esencial: ellos son el eslabón entre los programadores de
programas libres como Mozilla y el internauta que ha de poder
utilizarlos sin encontrarse bloqueado por utilidades no compatibles con
los estándares de la W3C. Para que los magníficos
productos de tales programadores, como la última versión
de Mozilla Firefox, puedan disfrutarlos escapando de las garras de
Microsoft, los diseñadores de webs alternativas deberían
extremar sus esfuerzos en pro de la compatibilidad. Para ello, lo mejor
es tampoco utilizar herramientas de Microsoft para el diseño de
webs, sino otras (como la misma de Mozilla) que respeten los
estándares citados. Pero en algunos casos, las soluciones son
sencillas. Por ejemplo, para enlazar un archivo de video de tipo wmv no
se debería utilizar el protocolo genérico http://, sino
el específico mms:// , que funciona tanto con Mozilla como con
Internet Explorer. Singularmente, por ejemplo, en la web del PCFR los
vídeos aparecen enlazados con http:// . Pero en "Alteritat", en
la sección "Accions en imatges", podéis acceder al
vídeo del aniversario de la Revolución de Octubre en
Moscú en el formato
mms://www.kprf.ru/upload/7-11-2004.wmv ...
Para ganar la batalla a las multinacionales también en el
ámbito de la www es necesaria la colaboración de todo el
mundo, asegurando cooperativamente una compatibilidad alternativa...