Los días 9 y 10 de noviembre tiene lugar una Conferencia,
organizada por la Fundación por una Infraestructura de
Información Libre, sobre "Regulación del Conocimiento:
costes, riesgos y modelos de innovación". Puede encontrarse
información en
http://eu.ffii.org/sections/bxl0411/index
.
Dicha Conferencia incidirá en el debate en el seno de las
instituciones de la Unión Europea sobre la patentabilidad del
software, tema que tratamos en el artículo de noviembre del
año pasado. Recordemos la situación: una propuesta de la
Comisión Europea orientada a generalizar la patentabilidad del
software fue derrotada en el Parlamento, que excluyó el software
de las materias que podían ser patentadas. No obstante, el tema
ha seguido dando vueltas y el Consejo de Ministros de la Unión
Europea ha intentado dar pasos hacia la posibilidad de patentar
programas informáticos. No obstante, los gobiernos de
España, Italia, Austria y Bélgica parecen haberse
distanciado de dicha posición. El pasado verano el Parlamento de
Holanda instó al Ministerio a cambiar su voto, y en Alemania
estaba previsto un debate parlamentario el 21 de octubre (cuando
redacto este artículo). Para el 25 y 26 de noviembre está
prevista la aprobación o rediscusión del tema por el
Consejo de Ministros europeo.
Como vemos, éste ha sido un tema en el que se ha expresado
claramente la diferenciación entre los órganos ejecutivos
de la Unión Europea, con un enfoque neoliberal que tiende a
comercializar y patentar todo, y el Parlamento europeo, más
sensible a las voces críticas al respecto. Lo que muestra
cómo el papel secundario que se reserva aún al Parlamento
Europeo en el proyecto de tratado constitucional europeo es plenamente
funcional con el modelo neoliberal de construcción europea.
Y todo ello en una situación en que las doctrinas neoliberales,
como hemos explicado en otros artículos, hacen agua por todas
partes cuando se intentan aplicar al campo del Conocimiento y la
Información: la sacralización del mercado, lejos de ser,
como defienden sus adalides, una vía para la innovación,
es un grave obstáculo para la misma. La innovación
requiere de la libre circulación de información, y tiene
su más firme asidero en la cooperación de los
investigadores que comparten sus resultados como base para criticar sus
deficiencias y mejorarlos. Éste es, de hecho, en fundamento del
exitoso desarrollo del software libre. Intentar obstaculizarlo
imponiendo el establecimiento de patentes es como intentar poner
puertas al campo.