RedRoj@

INTERNET REPUBLICANA

Rafael Pla López

Este último mes de Abril han menudeado convocatorias republicanas a todo lo largo y ancho de España. No os remito a su consulta en Alteritat (http://alteritat.net/r) porque ya habrán pasado cuando este artículo se publique en papel en Mundo Obrero. Pero de nuevo la inmediatez de Internet nos ha permitido estar puntualmente informados del conjunto de las convocatorias.

Se repite aquí, a una escala mucho más limitada, el fenómeno que se dio cuando la primera manifestación global de la historia el 15 de febrero de 2003: el masivo seguimiento de la misma requería que su convocatoria se extendiera ampliamente fuera del ciberespacio, pero era éste el que nos permitía adquirir conciencia de su histórico carácter global. Y esa conciencia multiplicaba su fuerza, al asumir cada manifestación local como parte de una movilización mundial.

También en este caso, la difusión de las convocatorias por Internet ha permitido que los republicanos y republicanas de cada localidad fuéramos conscientes de que no estábamos solos, que formábamos parte de un pujante y creciente movimiento republicano general. Internet favorece así el desarrollo de una conciencia colectiva.

Conciencia colectiva que es, a su vez, un componente importante de la identidad republicana. Ésta supone, en efecto, la prevalencia del principio de soberanía popular, por encima de cualquier institución y norma, incluyendo la Constitución. Pero la soberanía popular no puede hacerse efectiva más que a través de la actuación colectiva como pueblo. Sin ello, se reduce a una declaración en un papel, y aunque las instituciones democráticas afirmen basar su legitimidad en tal soberanía popular, en la práctica la sustituyen en la cotidianeidad de la vida política: la soberanía popular se reduce a una lejana referencia fundante o como mucho es invocada ritualmente en elecciones periódicas que con frecuencia la gente ve como ajenas. Un creciente abstencionismo es el resultado de ese "extrañamiento" de la política.

El ideal republicano es justo lo contrario. Un ideal que requiere el control democrático de los poderes públicos. Sin excepciones. Sin exceptuar tampoco la jefatura del Estado. Son los presupuestos participativos basados en la gestión popular de los fondos públicos. Son las movilizaciones sociales que fuerzan cambios de gobierno y de política, como en Argentina, Bolivia y Ecuador. Es la cotidianeidad del protagonismo popular, que requiere del desarrollo de una red de comunicación no controlada por los poderosos. Internet puede ser su instrumento. Un instrumento que, tanto por su contenido como por su forma, podamos llamar una Internet Republicana.