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DEMOCRACIA OBRERA (EN RED)

Rafael Pla López

La distinción entre Democracia Obrera y Democracia Burguesa ni es sectaria ni puede ser una patente de corso para conculcar sistemáticamente el orden democrático. Por el contrario, es vital para un proyecto socialista. La Democracia Burguesa se caracteriza por estar restringida tanto en el tiempo (elegir cada tantos años a unos representantes inamovibles durante un período prefijado) como en el espacio (excluyendo la esfera de la producción y del trabajo, sometidos a los propietarios privados de los medios de producción), facilitando así el dominio vertical de los poderosos. La Democracia Obrera, por el contrario, descansa sobre la articulación horizontal solidaria de la clase trabajadora para la toma de decisiones en todos los ámbitos de la vida social, lo que exige la revocabilidad de los representantes y la propiedad social de los medios de producción. A tal efecto, la Asamblea ha sido el instrumento fundamental de la Democracia Obrera, apoyado en la concentración fabril pero limitado por las dificultades de comunicación: en la práctica la Democracia Obrera ha sido un poderoso instrumento de lucha, pero sólo ha sido un instrumento de poder en contadas ocasiones, como en la Comuna de París y en la Revolución de los Soviets hasta Kronstadt. Y si la acción obrera requería de los aparatos verticales del Partido y el Sindicato para su movilización más allá de los ámbitos locales, la dispersión de la producción en la llamada "fábrica difusa" ha debilitado los mecanismos asamblearios y reforzado el papel de los aparatos, especialmente sindicales.

Ahora bien, si somos conscientes de que la contradicción fundamental sigue siendo la de Capital-Trabajo, deberemos serlo también de que en tanto la clase obrera no sea el sujeto más concienciado y organizado para ser el núcleo que vertebre el tránsito a la Alternativa, ésta será utópica. Afortunadamente, la clase trabajadora dispone en la actualidad de un poderoso instrumento para la comunicación horizontal en ámbitos dispersos: Internet. En la práctica Internet, que nació como un instrumento de coordinación entre centros de investigación dispersos, es actualmente también un instrumento necesario para la articulación y coordinación del trabajo en la "fábrica difusa". Pero del mismo modo que la concentración fabril, necesaria para la producción fordista en cadena, facilitó el asamblearismo y la movilización obrera, también Internet, necesaria para la eficiencia de la producción, facilita la comunicación para el trabajo pero también para la lucha y la alternativa: el hecho de que su fracción industrial, manual y masculina ya no juegue el mismo papel que antaño no anula el papel central de la clase trabajadora en su conjunto para la transformación social..

Pero el nuevo protagonismo social de la clase trabajadora requiere unas nuevas formas de organización horizontal en red que superen las viejas estructuras verticales de sus organizaciones tradicionales, tanto sindicales como políticas. Internet como herramienta de comunicación horizontal no se contrapone al papel de las Asambleas locales, sino que permite superar su aislamiento sin hacerlas depender de aparatos verticalizados. A su vez, las nuevas formas de trabajo postindustrial requieren que quien trabaja se responsabilice del contenido de su trabajo, facilitando a su vez que asuma la responsabilidad de su alternativa, como ocurre con la programación libre. En estas condiciones, la articulación de Asambleas en red a través de Internet puede ser un poderoso instrumento de lucha, para también de construcción de una sociedad alternativa asentada en la Democracia Obrera. En Red.