RedRoj@

LA BATALLA DE LA COMUNICACIÓN
Rafael Pla López
 
En tiempos del franquismo, la batalla de la comunicación se reducía fundamentalmente a la difusión de "Mundo Obrero" en círculos afines, a las emisiones de "Radio España Independiente" y a la realización de "panfletadas" relámpago en lugares públicos. En el proceso de transición a una democracia política, a medida que se abría la posibilidad de acceso a los medios masivos de comunicación (fundamentalmente prensa), la política de comunicación fue desplazándose a los mismos, abandonando más o menos los medios anteriores (el mismo "Mundo Obrero" sospecho que tiene una menor difusión que la que tuvo en la clandestinidad bajo el franquismo, como resultado de una militancia menguante que en su mayoría a dejado de ser difusora y en muchos casos incluso lectora del mismo). De modo que la política de comunicación tiende a reducirse a las escasas declaraciones que los máximos dirigentes pueden hacer en radio y TV, a los artículos que nos quieren publicar en la prensa diaria, y al eco que se quieren hacer de nuestros comunicados. El resultado es un déficit de medios propios de comunicación que nos deja inermes ante la marginación y tergiversaciones en medios al servicio del poder político o económico.

Pero quizá más llamativa es la inadecuación de la política de comunicación usual a las condiciones de Internet: frente a la comunicación "de muchos a muchos" propia de Internet, se tiende a descansar únicamente en gabinetes de comunicación centralizados, propios de las tecnologías del siglo pasado. Naturalmente, éstos son necesarios, y su labor es importante. Pero es notoriamente insuficiente: una comunicación alternativa sólo será posible con miles de militantes ejerciendo como generadores y transmisores de la misma... como hacíamos en buena medida bajo el  franquismo, pero amplificado por las condiciones de legalidad y las posibilidades de Internet. Los comunistas profesionales de la comunicación tienen un papel importante que jugar orientando al respecto al conjunto de los comunistas y personas de izquierdas, pero la comunicación no puede ser sólo cuestión de un puñado de profesionales: todo el mundo tiene que poner su grano de arena, bien en papel, editando o distribuyendo Mundo Obrero, boletines o volantes, bien en Internet, a través del correo electrónico, participando en foros de discusión, mediante blogs o no-blogs (como mi página http://alteritat.net/pla/noblog ).

Naturalmente, hay que aprovechar también todas las oportunidades de publicar nuestros análisis y propuestas en medios ajenos de comunicación tradicionales (intervenciones en la radio, artículos en prensa, etc.). Pero el desarrollo de una alternativa, también en comunicación, exige la construcción de una red alternativa de comunicación, que es un componente esencial de la construcción de tejido social con voluntad de alternativa a lo existente. Teniendo en cuenta además que una comunicación alternativa es también un instrumento esencial de organización, y una vía para la incorporación de más gente a la lucha contra el sistema, como ya explicara Lenin hace un siglo en el "Qué hacer". Sólo de este modo la comunicación podrá ser no sólo "masiva" sino "de masas": la batalla de la comunicación sólo podremos ganarla con la participación activa de una militancia creciente.